San Pedro de Atacama, localizado en el desierto del norte de Chile, hastamediados de la década de 1980 fue un pequeño poblado de vida rural, pero apartir de 1990 se inició un explosivo desarrollo turístico que lo ha transformadoen uno de los principales destinos nacionales e internacionales. Junto a ello,se ha producido un cambio paulatino de la toponimia ancestral indígena,reemplazada por nombres acomodados a la oferta turística que banaliza elpaisaje cultural atacameño. Esta banalización se sustenta en una experienciaturística desprovista de contenidos culturales, que ha convertido los destinosen meros lugares de consumo y en una compulsiva experiencia estética delpaisaje. Para dar cuenta de este fenómeno se analiza el rebautizo de lugarespor empresas turísticas que han creado una nueva cartografía, que esconde yreemplaza la toponimia original, y abre una nueva forma de colonización de lossentidos del territorio indígena.
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