La comprensión del furte impacto social popular de Pi y Margal exige fijar la atención en la construcción de una imagen y una iconografía pimargallianas determinadas, de amplia difusión a lo largo de las décadas de los ochenta y noventa del siglo XIX. Pi apareció entonces como el referente máximo de una de las caras de la izquierda española, quizás la más doctrinaria y severa. A su vez, el análisis de la importancia del referente barcelonés permite destacar la persistencia de su sustrato ideológico romántico y positivista, que estará en la base de la gran incidencia del federalismo pimargalliano en los debates acerca del regionalismo y acerca de la configuración de una cultura política liberal democrática.
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