págs. 18-19
Mujeres: a callar, a parir y a cocinar: Las palabras son el escaparate de una forma de vivir y una forma de pensar. Por eso, cuando aplastamos la nariz contra el cristal del lenguaje, vemos machismo y misoginia hasta en el cartel de las ofertas
págs. 32-38
pág. 39
"Calladita estás más guapa". Cuando el lenguaje se usa contra la autoestima de las mujeres: Los oyentes de un programa de radio denuncian los estereotipos machistas en el uso del lenguajes y cómo los ataques verbales van en una sola dirección.
págs. 40-54
págs. 55-57
Es como cuando comes helado...: Los niños nos enseñan a mirar con otros ojos. Nos hablan, y, a menudo, sus palabras consiguen callarnos.
págs. 58-59
¿Por qué Filomena?: Los nombres de huracanes, tormentas y borrascas siguen un riguroso orden alfabético. Hasta 1979 eran solo femeninos, ahora se alternan con los masculinos.
págs. 60-63
Eufemismo de antes y tabúes de ahora: dos maneras de decir lo mismo: Lo prohibido no se trae de cuna, se va imponiendo familiar, cultural y socialmente. Suavizar está de moda y es lo políticamente correcto.
págs. 64-65
págs. 66-71
La escritura que desnuda: Los adolescentes se encuentran más indefensos ante un texto escrito que en su charla oral cotidiana.
págs. 72-73
Debajo de las palabras: De interceptar mensajes a detectar grupos nazis, marcas mal valoradas o reseñas falsas, el análisis de las comunicaciones es un terreno asombroso.
págs. 74-77
págs. 80-81
La ambigüedad nos rodea... ¿Eres capaz de verla?: Está en todas partes, pero podemos sobrevivir a ella. Nuestro cerebro, cuando hablamos, nos dota de mecanismos que nos permiten no solo desambiguar los mensajes, sino además hacerlo sin ser conscientes de ello.
págs. 82-93
págs. 94-96
Cuando ese simpático loro te dice "te quiero": Los loros han demostrado habilidades cognitivas y comunicativas sorprendentes en laboratorio. Son capaces de identificar palabras y de usarlas, a veces, de modo creativo. También de aplicar frases cortas en contextos adecuados
págs. 98-103
Sonidos motivados: Sobre lo presentes que están los aspectos multimodales en el lenguaje y la importancia de no pensar en dicotomías.
págs. 104-107
págs. 108-115
págs. 116-117
Chiquito de la Calzada, el humorista que revolucionó el lenguaje popular: El cómico malagueño, estrella televisiva en los años 90, creó un idioma propio que, todavía hoy, perdura en nuestro imaginario colectivo.
págs. 118-123
Diccionario para "boomers": Si al leer este artículo las palabras que encuentres en cursiva te resultan de un mundo paralelo, lamento decírtelo: eres "boomer"
págs. 124-125
"Una migaña de gallarda fila", la jerga de los esquiladores: Un habla inventada y utilizada por los esquiladores que recorrían Castilla y Aragón con la que se comunicaban en presencia de los ganaderos para criticar y bromear sin que estos se dieran cuenta.
págs. 126-137
Voladitas, cuestión de orden: Esas letras locuelas que, con su modesta exigüidad, nos acompañan para ayudarnos a abreviar o para indicarnos un ordinal.
págs. 138-139
Retuitéame o hazme fav: Cómo @Twitter está cambiando nuestra forma de comunicarnos.
págs. 140-151
Los mil rostros de las cosas: la pareidolia que nos hace ver ojos en la luna y sonrisas en las piedras siempre ha existido, pero la palabra no nació hasta la segunda mitad del siglo XIX
págs. 152-153
La Galicia poliédrica de Emilia Pardo Bazán: La escritora coruñesa, de cuya muerte se cumplen ahora cien años, moldeó en su obra un friso riquísimo de su región, desde la tierra y la lengua hasta las costumbres, las leyendas y los mitos.
págs. 154-162
págs. 164-165
Javier Rada (entrev.), Sara Mesa Villalba (entrevistado)
págs. 166-171
Tenemos la letra, solo nos falta la música: El ministro francés de Economía y Finanzas ha pedido a los jóvenes que lean. Ahora, intentemos decírselo a ritmo de rap, trap, reguetón o nuevo flamenco.
págs. 172-173
El mapa de los rótulos: Los carteles de los negocios son la guía visual de una ciudad, referencias a pie de calle que nos cuentan, además del producto a la venta, la estética de una época, las costumbres y la cultura de un lugar.
págs. 174-179
Sobrevivir a los malos tiempos: No son buenos tiempos para la cultura, que se ha visto obligada a reinventarse para sobrevivir. Siguen vivos, sin embargo, los censores paladines de la virtud y las buenas costumbres.
págs. 182-185
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