Luis Piedrahita, artista: me gustaría hacerles ver que lo imposible se puede lograr. Esa es la misión de los magos, y de los buenos directivos
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Miguel Illescas, ajedrecista: el jaque mate en positivo será conciliar con éxito la vida personal y profesional
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Nicolás Guerra, médico: En un mundo donde la velocidad de los cambios es acelerada, la incertidumbre va a ser un rasgo crónico
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Inma Shara, directora de orquesta y compositora: no se trata de mandar, sino de sugerir. No se trata de ordenar, sino de influir
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César Bona, maestro: el directivo, como el maestro, ha de saber dar valor a las personas que tiene cerca y hacerles sentir importantes
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Óscar Andrés Tunjo, piloto: tenemos que ser visibles, destacar y no funcionar con el piloto automático
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Empresa y alta competición: dos mundos, una meta
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Daniel de Luis, nutricionista: los excesos siempre son malos, también los de liderazgo. Todo en su justa medida hace que las cosas sean más fáciles
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Martín fiz, atleta: la buena evolución de las empresas depende en gran medida del esfuerzo del directivo llevado al límite
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Padre Ángel, sacerdote: nunca en la historia ha habído tantas iniciativas de directivos que quieren ayudar a los desfavorecidos
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Pepe Rodríguez, cocinero: no concibo que en mi cocina no exista la innovación, es parte de mi ADN, de mi manera de ser, de concebir la vida
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Liliana Acosta, filósofa: solo aquel que conoce claramente sus principios y valores, tiene la capacidad de actuar y tomar decisiones universalmente válidas
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Benoît Laurent, desarrollador de software: a diferencia de las máquinas, creo que los líderes funcionan mejor cuando no pretenden ser perfectos
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Teresa Perales, nadadora: todos tenemos un don o talento natural dentro. Deberíamos zambullirnos en nuestro interior y encontrarlo
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Jesús Guzmán, ingeniero: El directivo ha de ser una persona innovadora y poseer un carisma que potencie la creación de equipos motivados
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Nuria Roca, comunicadora: lo mejor que te puede pasar es creer en lo que haces, compartirlo con los demás, que los demás te aporten a ti, y tú aportarles a ellos
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Theodore Zeldin, historiador: el directivo de la siguiente generación no hablará de business, hablará de busyness, de cómo estar ocupado
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