El presente trabajo se propone realizar un estudio contrastivo sobre las actitudes lingüísticas en las comarcas de Els Ports (Castellón) y Matarranya (Teruel). En la primera comunidad de habla, parece haberse invertido la situación de diglosia entre español y valenciano, al menos en la generación más joven de la comunidad. Asimismo, parece apreciarse una situación de diglosia secundaria del valenciano con respecto de la modalidad catalana oriental o central, con la que limita geográficamente. Esta inversión de la diglosia, en primera instancia, podría explicarse por influencia de la acción educativa (dentro de las líneas de planificación lingüística consecuencia de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià de 1983). Por lo que respecta a la nueva situación de diglosia secundaria, cabría valorar la influencia de los medios de comunicación audiovisuales, entre otros aspectos sociales como la emigración.
En cuanto a la segunda de las comunidades de habla, en la comarca de Matarranya la diglosia se supone todavía estable. La Comunidad de Aragón no reconoce la existencia de más lenguas que el español en sus territorios y, por tanto, es sólo el español la única que se considera en la enseñanza obligatoria; además, en los medios de comunicación oficiales, tampoco está presente modalidad alguna de catalán. Por si faltara algo, la comarca de Matarranya es la única de la provincia de Teruel en la que se da una situación de contacto de lenguas . Así, es plausible pensar que la diglosia de la que se partía en la comarca de Els Ports siga vigente en todo el espectro social de la comarca turolense (es decir, no sólo en las generaciones mayor y adulta, sino también en la generación joven, aquella en la que la acción de las políticas educativas podría empezar a notarse).
La hipótesis de trabajo, pues, parte de la constatación de una inicial situación de diglosia histórica o conflicto lingüístico que han señalado autores como Blas (1997, 2000, 2005), o los sociolingüistas Siguan (1984) o Ninyoles (1972) en ambas comunidades de habla. Según esa premisa, el español ocupa una posición preeminente (es la lengua prestigiada), en detrimento de los respectivos topolectos de catalán (que es la variedad no prestigiada y, por tanto, relegada de muchos usos sociales). Esta situación tiene honda raigambre histórica, y autores como los antes citados la remontan a la llegada de los Trastámara al reinado de la Corona de Aragón (finales del siglo xvi). El conflicto lingüístico se acentuó con el paso de los siglos y tuvo su momento más crítico durante el franquismo. Esa situación es compartida tanto para la comarca de Els Ports (Castellón) como para la de Matarranya (Teruel).
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