Sentido de enseñar filosofía en la escuela secundaria. Una mirada desde los profesores guías de las prácticas profesionales

• Autores: Marcela Gaete Vergara
• Directores de la Tesis: Francesc Imbernón Muñoz (dir. tes.), Serafín Antúnez Marcos (codir. tes.)
• Lectura: En la Universitat de Barcelona ( España ) en 2008
• Idioma: español
• Tribunal Calificador de la Tesis: Agustín González Gallego (presid.), José Luis Medina Moya (secret.), Alberto Revenga (voc.), Miquel Francesc Oliver Trobat (voc.), María José Gutíérrez Cobo (voc.)
• Materias:
  • Pedagogía
    • Preparación y empleo de profesores
      • Preparación de profesores
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• Resumen

  • Preguntar por el sentido que tiene para los profesores de Filosofía la enseñanza de dicha disciplina en la escuela, surge en el contexto educacional chileno, en que la asignatura es marginal en el currículo, menos valorada por los centros educativos y criticada por los alumnos. Por su parte, la formación de profesorado se caracteriza por una enseñanza filosófica asimiladora, especializada e histórica y una pedagogía técnica, instrumental y fragmentada. En este contexto, se plantean las preguntas investigativas; ¿Cómo vivencian y significan los profesores de Filosofía su tarea de enseñar? ¿Qué saber han configurado de la Filosofía y cuál respecto a su enseñanza escolar? ¿Qué de la formación universitaria ponen en juego a la hora de enseñar? y finalmente, ¿Qué sentido tiene para ellos enseñar y aprender Filosofía en la escuela? La investigación se aborda desde el paradigma cualitativo de investigación, específicamente desde el enfoque fenomenológico-interpretativo. Concordantemente con ello, se intenta explorar el mundo tal y como se presenta a la conciencia de los sujetos, haciendo primeramente una descripción de los significados existenciales, para posteriormente realizar una interpretación del fenómeno. Se considera como participantes del estudio a los profesores Guías de las Prácticas Profesionales del Centro de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. La recogida de datos se realiza con distintos instrumentos: entrevista en profundidad, notas de campo, análisis de documentos personales y oficiales. Para llegar a la esencia del fenómeno, los datos se reducen siguiendo tres fases. En la primera, emergen categorías descriptivas con bajo nivel de inferencia, que respetan las vivencias y significaciones de los actores. En la segunda, se levantan categorías analíticas en dos niveles: el primero triangulando las entrevistas de cada docente unas con otras y el segundo, realizando una triangulación de perspectivas entre las voces de los diferentes profesores, tanto con sus entrevistas como con los documentos personales. Finalmente, se generan categorías temáticas- interpretativas en que se triangula las perspectivas de los docentes con las notas de campo y los documentos oficiales, además del marco teórico de referencia.

    Las conclusiones del estudio se agrupan en 4 ámbitos, respecto a: a) Sus vivencias: Los docentes de Filosofía experimentan el fenómeno de hacer clases como complejo, difícil y frustrante. Se sienten sobreviviendo en una escuela que no los considera, dictando una asignatura que no es de verdad y que vale poquito.

    b) Las significaciones: Subyacen a ellas, dos voces contradictorias que los llevan a cursos de acción diferentes: la de su formación universitaria y la de su mundo privado. De acuerdo a la primera, conciben la Filosofía de forma academicista, eurocentrista, ahistórica, impersonal y lógica; y de acuerdo a la segunda, como una disciplina que se cuestiona las grandes problemáticas de la vida.

    c) Los saberes de carácter académicos son desestimados por los docentes, concibiendo que sus conocimientos son sólo producto de la práctica. Tempranamente aprenden que deben concretizar la Filosofía, hacerla más significativa y cercana a los estudiantes, indistintamente del tipo de contexto escolar en que se desempeñen.

    e) El sentido. Todos los profesores participantes se habían preguntado alguna vez por el sentido de la asignatura en la escuela. Cuestionamiento que es potenciado por la falta de espacios de diálogo para narrar sus acciones y por una formación que no releva su historia personal y su subjetividad. El cuestionamiento por el sentido de la clase de Filosofía, nace desde la praxis, y desde allí se constituye en un filtro de las condicionantes externas (currículo, formación, políticas escolares, etc.), pues actúa como gatilladora de transformaciones, posesionando a los docentes como verdaderos actores que asumen la responsabilidad del cambio y la mejora, a pesar de no tener las herramientas de formación para orientarlos.