El nuevo Espacio Europeo de Educación Superior marca unas exigencias en el proceso de enseñanzaaprendizaje, que han de hacer reflexionar a los docentes universitarios en sus metodologías y medios utilizados, a la vez que incorpora, por exigencia implícita en la actividad docente, la necesidad de armonizar la docencia con la acción tutorial. El profesor deja de ser la única y principal fuente de información para el alumno, para convertirse en colaborador, guía y facilitador de estrategias de aprendizaje.
En este artículo queremos poner de manifiesto la importancia de la acción tutorial, que todo profesor ha de ejercer a lo largo de su actividad docente y que, realizada de forma coherente, será con toda seguridad garantía de eficacia educativa; con ello el alumno adquiere mayor autonomía, al enfrentarse a un trabajo intelectual con nuevas técnicas, que lo lleva a familiarizarse con nuevas fuentes de consulta y a aprender a generar y administrar su propio plan de aprendizaje.
Aportamos actitudes y cualidades generales y concretas, que definen el ideal de un buen tutor, así como los modelos y las técnicas más adecuadas para llevar a cabo una acción tutorial exitosa y centrada en torno a los intereses de los alumnos a nivel del aprendizaje, personal o profesional.
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