Teniendo como ejes centrales los conceptos de transnacionalidad y globalización, en un corpus a priori muy extenso que consta de decenas de países y cinematografías, se optó por limitar el enfoque a cuatro espacios nacionales determinados: Argentina, Brasil, España y México, entre el 2000 y el 2009. Es decir, un país hispanófono europeo, dos grandes naciones americanas de habla hispana y el ingente Brasil lusófono. Si no son los únicos países productores del mundo iberoamericano que supieron integrarse a la dinámica creadora de los años 2000, sí que son en cierta medida los más representativos y visibles del fenómeno.
El libro consta de veintiún textos escritos por especialistas de cine (investigadores y críticos) procedentes de varios ámbitos geográficos, tanto europeos como americanos, lo cual permite al lector leer un conjunto escrito por varias plumas, y esto supone una combinación fructífera no solamente de estilos sino también de métodos. Se reparten los textos en cuatro grandes partes para dibujar un mapa de la producción cinematográfica de estos países a lo largo del decenio. En un primer capítulo, cuatro textos sintéticos dibujan el « Panorama de las cinematografías argentina, brasileña, española y mexicana ».
En un segundo capítulo, titulado « Tendencias », cinco nuevos textos ponen de realce lo que se puede considerar como una tendencia significativa de la década, el auge del cine documental en su modalidad de largometraje. Los cuatro países conocen un mismo renacer del cine documental que, si se da también en otros lugares del mundo, presenta la originalidad de dibujar el paisaje social, cultural, histórico también, del área, en una estética calificada de « minimalista » por Jorge Ruffinelli, para oponerla al cine « épico » de sus « padres ». El tercer capítulo del libro, el más nutrido ya que consta de ocho textos, trata de poner de relieve los « Estilos » propios de cada una de estas cinematografías a partir de cineastas destacados del nuevo milenio: Lisandro Alonso y Pablo Trapero para Argentina, Beto Brant y Walter Salles para Brasil, Alejandro Amenábar e Isabel Coixet para España, Guillermo del Toro y Carlos Reygadas para México.
Para concluir, el último capítulo del libro se adentra un poco más en la materia cinematográfica con una prueba de cuatro « Estudios de casos », un conjunto de películas analizadas detalladamente en función de problemáticas diversificadas: La niña santa (Lucrecia Martel, Argentina, 2004), Ceguera (Fernando Meirelles, Brasil, 2008), Volver (Pedro Almodóvar, España, 2006) y Kilómetro 31 (Rigoberto Castañeda, México, 2006).
págs. 11-16
págs. 17-46
págs. 47-72
págs. 73-94
Panorama del cine mexicano: cuatro películas representativas
págs. 95-120
Nuevas señas de identidad en el cine de América Latina: Notas sobre cómo el cine épico devino en cine minimalista
págs. 121-132
págs. 133-164
Progresivos deslizamientos de la identidad: migración y exilio en la coproducción documental iberoamericana
págs. 165-189
Cineastas mexicanos en Hollywood: la (im)posible integración
págs. 189-206
págs. 207-224
El cine de Lisandro Alonso: Entre el refugio y la intemperie, una marcha solitaria
págs. 225-250
Pablo Trapero: La construcción del universo cotidiano
págs. 251-272
Beto Brant: realismo, género y obra de arte en proceso
págs. 273-302
Walter Salles: Cine de conciliación
págs. 303-320
págs. 321-342
Isabel Coixet: la influencia de una estética publicitaria transnacional
págs. 343-370
De faunos hispánicos y monstruos en inglés, la imaginación orgánica en el cine de Guillermo del Toro
págs. 371-408
págs. 409-430
págs. 431-450
El paradigma del protagonista en Ceguera: Meirelles y la difícil novela de Saramago
págs. 451-466
págs. 467-484
págs. 485-498
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