El programa de educación migrante en los Estados Unidos está continuamente cuestionado por el tipo de servicios y apoyo que se ofrece a este sector de estudiantes y a sus familias. Como resultado, los estudiantes migrantes y sus familias sufren la segregación y el aislamiento en las escuelas y las comunidades donde viven. En este capítulo argumentamos la necesidad de alcanzar un entendimiento de apreciación sobre la población migrante y toda la riqueza cultural y lingüística que aporta al tejido social, cultural y lingüístico de los Estados Unidos. Tomando el bilingüismo y la interculturalidad como referentes de la población migrante, abogamos por una propuesta de integración que elimine los patrones de asimilación ejercidos sobre estudiantes y sus familiares. Entendemos que los estudiantes migrantes y sus familias han sido y son una fuente de capital socioeconómico, cultural y lingüístico de la que se nutren los estandartes de diversidad, multiculturalidad y multilingüismo de este país.
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