Papel de la estación experimental agronómica de Santiago de las Vegas en el fomento del cultivo del trigo en Cuba

• Autores: Raimundo M. Díaz Esquivel, Susana Pérez Talavera, Lissett Gutiérrez Hernández, Vicenta C. de la Torre Fusté, Francisco M. Pérez Tabares
• Localización: Alimentaria: Revista de tecnología e higiene de los alimentos, ISSN 0300-5755, Nº 332, 2002, págs. 67-74
• Idioma: español
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• Resumen

  • El cultivo del trigo en Cuba fue muy floreciente y jugó un papel muy importante en la economía de las familias campesinas como cultivo de sostenimiento, durante los primeros siglos de la colonia; pero ya en la primera mitad del siglo XIX prácticamente no se cultivaba en ninguna parte del país. Los especialistas de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas (EEASV), actualmente Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt (INIFAT), institución fundada en 1904, han realizado durante el siglo XX un arduo trabajo para fomentar el cultivo del trigo en Cuba; el trabajo realizado puede seguirse a través de los documentos conservados en el Archivo del INIFAT. La investigación histórica realizada demostró que la labor desarrollada para el rescate del cultivo del trigo, en los primeros 60 años del siglo XIX, estuvo basado en la introducción de variedades, entre las que la argentina Rafaela, ocupó un lugar muy importante. Este trabajo no dio los resultados esperados y por ello conjuntamente con la continuidad en la labor de introducción de variedades, durante los años siguientes se desarrolla el primer programa de mejoramiento genético del trigo, a partir de la variedad brasileña BH 11-46. Este programa culminó con la obtención de la variedad Cuba C-204, de muy buenas características agronómicas y bien adaptada a las condiciones de Cuba. En la década de los 90 se llevó a cabo un segundo programa de mejoramiento con la utilización de técnicas de radioinducción de mutaciones, a partir de la Cuba C-204; su desarrollo dio lugar a 7 nuevas variedades cubanas de trigo. Actualmente, para el rescate de este cultivo en el país, instituciones científicas cubanas financian la introducción de estas 8 variedades en la producción agrícola de los campesinos y de pequeñas comunidades.