La fragmentación profesional y curricular implica una forma de aprender que rompe la unidad pedagógica de los contenidos, separa teoría y práctica y se distancia del saber relacionado con la vida cotidiana. Alimenta la vieja ilusión de aumentar el prestigio docente, pero no deja de ser una falacia que conduce a poner el énfasis en la instrucción, y un proceso cognitivo descontextualizado.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados