Lecturas para un espectador inquieto

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Lecturas para un espectador inquieto


ARTE ACTUAL

Lecturas para un espectador inquieto Yayo Aznar y Pablo Martínez (eds.) Juan Vicente Aliaga Yayo Aznar Ferran Barenblit Tania Bruguera Fernanda Carvajal María Cunillera Nike Fakiner Aurora Fernández Polanco Dora García Victoria Gil-Delgado Carlos Granados María Íñigo Clavo Pedro Lasch Rogelio López Cuenca Pablo Martínez María Ruido Hito Steyerl Francesc Torres Jaime Vindel


Agradecimientos

A todas las personas e instituciones que han hecho posible este libro, en especial a Begoña Torres sin cuyo impulso la edición de este libro no habría sido posible. Asimismo nos gustaría agradecer sus aportaciones a todos los asistentes a los cursos de la Universidad Popular y a todos los artistas y ponentes que han participado en sus cuatro ediciones de Pero… ¿esto es arte?, Mirar la guerra, Mirar el presente y ¿Qué nos cuentan los objetos? Prosa y poética del mundo cotidiano. Tampoco nos podemos olvidar de nuestros amigos del Bar Arte de Móstoles, por todos los debates posteriores a los cursos que han soportado y por su paciencia.


Comunidad de Madrid

CA2M Centro de Arte Dos de Mayo

Presidente Ignacio González González

Director Ferran Barenblit

Consejera de Empleo, Turismo y Cultura Ana Isabel Mariño Ortega

Colección Asunción Lizarazu de Mesa Carmen Fernández Fernández

Directora General de Bellas Artes, del Libro y de Archivos Isabel Rosell Volart

Exposiciones Ignacio Macua Roy Víctor de las Heras Iglesias

Subdirectora General de Bellas Artes Carmen Pérez de Andrés Asesora de Artes Plásticas Lorena Martínez de Corral Jefe de Prensa de Empleo, Turismo y Cultura Pablo Muñoz Gabilondo

Difusión Mara Canela Fraile Marta Martínez Barrera Rosa Naharro Diestro Iris Nava Loyola Educación y Actividades Públicas María Eguizabal Elías Victoria Gil-Delgado Armada Carlos Granados Pablo Martínez Gestión y Administración Mar Gómez Hervás CA2M Centro de Arte Dos de Mayo Av. Constitución, 23 28931 Móstoles, Madrid 91 276 02 21 www.ca2m.org

MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

DIRECCIÓN GENERAL DE BELLAS ARTES Y BIENES CULTURALES Y DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS

Edita CA2M Centro de Arte Dos de Mayo Dirección General de Bellas Artes, del Libro y de Archivos Comunidad de Madrid, 2012 ISBN: 978-84-451-3443-6 Depósito Legal: M-33742-2012 Licencia de los textos Creative Commons 3.0 España Licencia Reconocimiento–No Comercial– Sin obra derivada © de las imágenes: sus autores © de las reproducciones autorizadas: VEGAP, Madrid, 2012 Algunos derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total de las imágenes o textos de esta obra por cualquier medio o procedimiento sin la autorización de los titulares del © copyright

Lecturas para un espectador inquieto

Edición Yayo Aznar Pablo Martínez Textos Juan Vicente Aliaga Yayo Aznar Ferran Barenblit Tania Bruguera Fernanda Carvajal María Cunillera Nike Fakiner Aurora Fernández Polanco Dora García Victoria Gil-Delgado María Íñigo Clavo Pedro Lasch Rogelio López Cuenca Pablo Martínez María Ruido Hito Steyerl Francesc Torres Jaime Vindel Traducción Laura Puy, Polisemia Diseño gráfico y Dirección de Arte Mucho Corrección de textos Cristina Cámara Gestión de las imágenes Transit Projectes Impresión BOC M


Índice

Presentación Yayo Aznar y Pablo Martínez

Los lu gar es d e l es p ec tador

Del control a la crisis y vuelta a emp ez ar

Sobre po líticas y po é ticas

E n to rno al gé ne ro y el s exo

U n mundo s in pe rife rias

33

104

15 4

236

294

Bienvenidos al museo Ferran Barenblit

Ver a distancia Aurora Fernández Polanco

Un paseo por la crisis de siempre Yayo Aznar

¿De qué otra cosa podríamos hablar… hoy? Pablo Martínez

El largo (y tortuoso) camino de la diversidad Juan Vicente Aliaga

Usted está aquí María Íñigo Clavo

23

35

106

156

238

M o d e r n i dad / Pos m o d e r n i da d

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

Posestr ucturalismo

Mic ropol ít ica

qu e e r

1. ¿Cuál debe ser el papel del espectador ante una obra de arte actual?

Vida + Destino = 0 Francesc Torres

Reflexiones sobre el Arte Útil Tania Bruguera

Las Yeguas del Apocalipsis Fernanda Carvajal

Breve argumento visual por una estética descolonial Pedro Lasch

194

264

322

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

5. ¿Cuál es la función del arte hoy en día?

Biografías

17

296

g e ne alog í a

128

Ex p eri en ci a Est é tica

Objetos nómadas Nike Fakiner

Página 68 Carlos Granados

136

En los márgenes del olvido Jaime Vindel

68

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

198

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

2. ¿Crees que existe un problema de entendimiento entre el arte y el público? Si es así, ¿se podría proponer algún cambio?

3. ¿El arte debe ser político o poético? ¿Pueden cohabitar de una manera coherente?

5 ARTISTAS / 5 preguntas:

4. Se considera a veces que el arte actual tiene como objetivo último provocar o llamar la atención. ¿Qué podrías comentar sobre esta suposición?

¿Pato o conejo? Dora García

El ataque del presente al resto del tiempo María Ruido

70

216

En caída libre Hito Steyerl 78

Cuentos de Louise Bourgeois María Cunillera 2 76

Descolonizando nuestros propios otros Rogelio López Cuenca 334


Índice de términos

Agenciamiento 199 Biopolítica 271 Camp 24 7 Capitalismo cognitivo 219 Cubo blanco 38 Cuerpo libidinal 24 4 Deslocalización 218 Differánce 307 Esfera pública 160 Estética relacional 183 Gentrificación 175 Ideología 111 Imaginario 224 Internacional Situacionista 187 Minimal 58 Perspectiva lineal 81 Régimen estético 4 3 Sensorium 4 9 Somatopolítica 269 Subalterno 302 Sujeto cartesiano 122 Sujeto moderno 107 Transmodernidad 300 Tucumán Arde 205 Young British Artist 139


El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través de su política de fomento y promoción de la creatividad contemporánea y de las nuevas tendencias artísticas, viene llevando a cabo una clara apuesta por el desarrollo y el fomento del pensamiento y debate en torno a las artes visuales. Esta línea de trabajo se ha materializado en la organización de múltiples foros y simposios y en la edición de publicaciones vitales para fomentar el dinamismo y el pensamiento crítico entre los distintos agentes del arte contemporáneo. En este sentido Arte actual. Lecturas para un espectador inquieto ofrece un conjunto de textos que sirven de introducción a cualquier persona interesada en acercarse al arte contemporáneo y recogen las aportaciones que, desde 2009, han surgido en los cursos de la Universidad Popular, celebrados en el CA2M Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid. Este libro, editado por el CA2M con la participación de la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes, se enmarca en el principio de colaboración para unir sinergias entre instituciones con objetivos afines. Durante estos cuatro años, docentes, teóricos y artistas han contribuido a crear un espacio de reflexión, debate, discusión y pensamiento sobre el arte actual, en el que los asistentes son concebidos como sujetos críticos capaces de generar sentido y no como meros receptores. El resultado es esta publicación, con un enfoque multidisciplinar y abierto, cuyo fin es favorecer la transmisión y la difusión del arte contemporáneo desde el pensamiento crítico para acercarlo a un amplio sector del público, que quiere descubrir otras formas de aproximación a la creación contemporánea. Agradecemos enormemente a la Comunidad de Madrid y al CA2M así como a los responsables de su edición y a todos sus participantes su esfuerzo por llevar a cabo este proyecto. Desde la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte estamos seguros de que esta publicación, debido a la calidad de las aportaciones recogidas y a su cuidada edición, se convertirá en un hito bibliográfico sobre las nuevas vías de comunicación del arte contemporáneo.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte


Presentación

E n un reciente texto de Barnaby Drabble, Voces de

la exposición, el autor analizaba el modo en que los más de doscientos años de tradición estética occidental han construido un relato, una ficción más bien, en el que las relaciones entre la institución, el artista y el espectador han girado en torno a la idea de que las obras de arte contienen un mensaje que nos es transmitido en su recepción. Siguiendo esta lógica, las diversas opciones de organización de la exposición como dispositivo de construcción de sentido han pretendido acercar a los espectadores ese mensaje oculto a través de distintas estrategias: desde las opciones más abiertas, esas que juzgamos elitistas por no acercar el mensaje de las obras al espectador, a aquellas más didácticas, que podríamos calificar como autoritarias, ya que cierran el sentido de la obra para su mejor comprensión. Conscientes de que este es un libro dirigido a espectadores y sin olvidar nuestra tradición y sus formas de presentar el arte, estas Lecturas para un


espectador inquieto pretenden asentarse en el centro de la tensión que genera el binomio elitismo/paternalismo. En los últimos tiempos la noción del espectador y el modo en que este se aproxima a las prácticas artísticas se han vuelto centrales en el discurso de numerosas instituciones e investigaciones en el campo de lo teórico, especialmente tras la publicación de un grupo de ensayos y textos en torno a la cuestión: desde la aparición de la denominación de giro educativo que propusiera Irit Rogoff, hasta la publicación de ensayos como El espectador emancipado de Jacques Rancière. A pesar de su pertinencia y el interesante debate que proponen, nos parece necesario aportar a estas reflexiones un pensamiento que parta de los espacios que median entre las prácticas artísticas, las instituciones y los propios espectadores. Por ello nos ha parecido oportuno dirigirnos a un espectador inquieto, mejor que a un espectador emancipado —si es que aún hoy podemos seguir creyendo en la emancipación sin revisar de forma profunda ese concepto—; ese espectador que busca en las salas de los museos, en la red, en las calles, en las galerías, en los libros, una experiencia inédita en relación con el arte, que siempre parte de la inestabilidad, de la incertidumbre. Ese espectador que de alguna manera acaba por entender que él también forma parte de la obra, que es capaz de completarla, de matizarla, de discutir y de aprender con ella. Inquieto porque entiende que cuando el artista ha empezado a perder la autoridad de un creador absoluto cuyo trabajo solo se puede admirar, se abre para él un camino de diálogo con la propuesta, con el artista y con todo el contexto social, político y artístico con el que la obra, a su vez, se relaciona y al que en no pocas ocasiones hace referencia.

Este libro parte del trabajo del CA2M en las salas, con el espectador ante las obras, pero también de otros proyectos educativos como los cursos Mirar la guerra. Imágenes, arte y estudios visuales, Mirar el presente o ¿Qué nos cuentan los objetos? Prosa y poética del mundo cotidiano, y sobre todo las cuatro ediciones del curso Pero… ¿esto es arte? que han sido fundamentales para ir perfilando tanto el contenido como la forma de la publicación. Todos ellos están insertos en una línea de trabajo que vinculamos con la tradición de las universidades populares, no solo como respuesta a un deseo de repensar el sentido de la formación para adultos en un contexto como el del presente, sino especialmente por experimentar desde el salón de actos de un centro de arte cómo las prácticas artísticas pueden servir para el desarrollo de pensamiento crítico. Partir de una pregunta para establecer nuestro trabajo fue en cierto sentido una forma de posicionarnos y realizar un ejercicio crítico frente a ciertas prácticas de conocimiento que buscan más reafirmar el orden de lo establecido que interrogarse sobre la naturaleza de las cosas. El libro está compuesto por un conjunto de textos para acercarse al arte actual. Como entendemos que no existe una única forma de aproximarse a la producción más estrictamente contemporánea, hemos propuesto a una serie de especialistas en teoría y práctica artística para que abordasen los asuntos que nos parecían más recurrentes en el arte de las últimas décadas. De este modo, el libro queda estructurado en cinco bloques que incluyen desde la posición del espectador a la crisis del sujeto; las cuestiones de género; el arte en un mundo global o las conexiones entre la estética y la política. Cada uno de ellos viene precedido de un texto marco que introduce el tema


planteando una reflexión más extensa sobre el mismo. Cada uno de estos textos se acompaña y completa con estudios de caso y aportaciones personales al tema. En estos bloques aparecen a modo de glosario una serie de conceptos extraídos de cada uno de los textos. Por último, todos los bloques están salpicados por entrevistas a diferentes artistas y concluyen con un capítulo cuyo texto es la imagen; imágenes seleccionadas para reforzar, alterar o contradecir el discurso de la palabra. Cabe mencionar asimismo la participación de Carlos Granados con una intervención artística en el libro que altera la propia estructura de la publicación de tal forma que amplifica sus resonancias poéticas. Desde el primer momento hemos sido conscientes de dos cosas: por un lado, de la constante relación entre los diferentes temas abordados, todos ellos incapaces de cerrarse en sí mismos y todos ellos intoxicados por las aportaciones de los demás ensayos; por otro, de la imposibilidad, y la falta de intención, de convertir la publicación en un todo cerrado y dogmático incapaz de abrirse al diálogo y a la discusión. Con respecto al primer tema, la disposición del libro ha pretendido actuar a modo de Rayuela de manera que la lectura se propone de diversas formas, lineal o salteada, acudiendo al glosario, a los textos de los artistas o a los capítulos con imágenes con las que trabajar. Todo ello con la intención de permitir al lector construir sus propios argumentos, sus propios modos de mirar y sus propias maneras de trabajar con las propuestas, de pensar con ellas o frente a ellas. Evidentemente, leer el libro de principio a fin es una forma de abordarlo, pero nos interesaba abrir la lectura a otras posibilidades de deriva que con toda seguridad enriquecerán nuestras aportaciones. Con relación al

segundo tema, solo nos queda mantener siempre abierta la invitación al lector/espectador para seguir discutiendo juntos en la universidad popular.

Yayo Aznar y Pablo Martínez Madrid, noviembre de 2012


Bienvenidos al museo Ferran Barenblit




El museo se ha propuesto para imaginar nuestra convivencia futura a partir de desatar las visiones crĂ­ticas sobre el pasado y sobre el presente


Figs. 1-2 MartĂ­ Anson Fitzcarraldo (2005)


Ferran Barenblit Ferran Barenblit es director del CA2M Centro de Arte Dos de Mayo. Entre 2002 y 2008 dirigió el CASM Centro de Arte Santa Mónica en Barcelona. Entre los temas de su interés se incluye la ironía como mecanismo que multiplica las posibles lecturas del arte hasta el infinito al apelar a la inteligencia y la capacidad crítica, el papel político del arte, así como el lugar del museo en la cultura contemporánea.

Fig. 3 Karmelo Bermejo Componente interno de la aspiradora del director de un Centro de Arte reemplazado por una réplica de oro macizo con los fondos del centro que dirige (2010)



Del control a la crisis y vuelta a empezar Yayo Aznar Francesc Torres Nike Fakiner


Un paseo por la crisis de siempre Del control del cuerpo a la gesti贸n de las pasiones

Yayo Aznar


Sujeto moderno Kant ya define la época del Iluminismo como el momento en que los sujetos alcanzan una mayoría de edad, o más precisamente, que están en tránsito de alcanzar una mayoría de edad, definida esta como la posibilidad del sujeto de pensar por sí mismo, trabajada por los filósofos desde Descartes. Esta podría ser la definición que va dibujando una perspectiva del sujeto moderno. Entonces, al lado de la emancipación política (que construye al ciudadano, figura moderna por excelencia del sujeto político) hay que reconocer ese modelo, el sujeto ilustrado, que es capaz de hacer un uso correcto y por sí mismo de su propio entendimiento. Es claro que ese modelo se refiere a una minoría (blanca, occidental, heterosexual, masculina y de clase media) y que, además, relega aquellos aspectos que en el sujeto responden a pulsiones y afectos no racionales. Por otro lado, la proliferación de discursos que proponen que ya no hay valores absolutos que puedan imponerse a nadie y que cada uno es capaz de pensar y actuar por sí mismo, están también en la base de formas de inestabilidad, de movilidad, de falta de uniformidad de la conducta social que acompañan al mundo moderno: esa historia es también una historia de luchas y rebeldías. Por eso, al lado de esta historia de los valores que dan lugar a una cierta diferenciación y a la pluralidad de expresiones en el mundo moderno uno puede hacer una historia de las instituciones y de las iniciativas que buscan establecer un nuevo orden. Esta es la narración que construye Foucault. Si él estudia las cárceles, las instituciones militares, los hospitales, es porque allí encuentra que, correlativamente a este mundo de posibilidades que la modernidad abre en términos de iniciativas y de diferenciaciones, surgen permanentemente —y esto forma parte de la dinámica de la modernidad— formaciones de encauzamiento y gestión de los sujetos.

Figs. 3-4 Duchenne de Boulogne Mecanismo de la fisionomía humana o análisis electrofisiológico de las pasiones aplicable a la práctica de las artes plásticas (1876)


¿De qué crisis estamos hablando cuando hablamos del sujeto moderno? ¿Estamos hablando de la tan traída y tan llevada crisis según la cual, el sujeto blanco, heterosexual, occidental, masculino y de clase media ha sido contestado (destronado, podríamos decir) por otras mil voces que no son ni blancas, ni heterosexuales, ni occidentales, ni masculinas, ni siquiera de clase media?


Fig. 5 Wilfredo Prieto Las migas de pan también son pan (2010)

Ideología L a ide a t r adicional que se tiene de ideología la relaciona siempre con unos planteamientos políticos determinados, entendiendo políticos como de partidos, ya sean estos de izquierdas o de derechas. De hecho para Marx, la ideología apunta hacia los fundamentos ocultos de los discursos que enmascaran una posición determinada del sujeto enunciante. Sin embargo, Žižek prefiere asumir la ideología como un proceso cuya función es la producción y la legitimación de las relaciones de poder, es decir, una especie de telón de fondo sobre el que acontece todo. De este modo, aunque la sociedad capitalista tardía se considere posideológica (cínica, en palabras de Sloterdijk), implica por fuerza una serie de presupuestos ideológicos necesarios para la reproducción de las relaciones sociales existentes sin importar que esa sociedad los entienda como estrictamente utilitarios.


Figs. 6-7 Bill Viola The Sleepers (1992)

Fig. 8 Bill Viola The Quintet of the Astonished (2000)

Figs. 9-10 Bill Viola Observance (2002)


Fig. 11 Jacques-Louis David La muerte de Marat (1793)


Nuestra propia imagen ha dejado de pertenecernos y la sentimos de un modo, como mĂ­nimo, preconstruido, inducido, extraĂąo. Es como dar la vuelta al narcisismo: el mundo ya no es un espejo en el que me miro, sino que yo soy el espejo en que se mira el mundo Fig. 12 Antoni Muntadas On Translation: Warning (1999-...) Buenos Aires, 2007


Ya lo decía Jacques Rancière: «No es porque se sea útil a los iguales que se entra en su comunidad, es porque se es su semejante. Para ser contado entre ellos, solo hay que hacer una cosa, devolverles su imagen. El igual es aquel que porta la imagen de lo igual»

Fig. 13 Keith Cottingham Fictitious Portraits (1990-92)


Sujeto cartesiano El s u j e t o c a r t e s i a n o es aquel para el que ya no hay autoridad externa que pueda ser garantía del conocimiento verdadero. Este es un problema nuevo que nace cuando se separan filosofía y teología: ¿si Dios no es garantía, qué fundamento hay de la validez de lo que conocemos; cómo distinguir el conocimiento de la ilusión o el error? La pregunta misma se hace posible porque nace este sujeto nuevo que se cree capaz de conocer por sí mismo. La subjetivación, entonces, puede verse como un desplazamiento hacia el sujeto de la problemática del conocimiento y, en general, de la relación del hombre con el mundo. El comienzo de la filosofía moderna suele situarse en la proposición de Descartes, que es al mismo tiempo un gesto fundador, «pienso, luego existo». Con ella, después de dudar de todo lo que existe, llega a la sola convicción de la existencia del yo que piensa. El pensamiento moderno, entonces, tiende a desplazar sus convicciones y sus fundamentos del plano del mundo, que en el viejo orden teológico estaba garantizado por Dios, al orden del sujeto y por lo tanto a lo que en el sujeto debe ser delimitado e investigado.

Fig. 14 Patty Chang Fountain (1999)


Sujeto cartesiano El s u j e t o c a r t e s i a n o es aquel para el que ya no hay autoridad externa que pueda ser garantía del conocimiento verdadero. Este es un problema nuevo que nace cuando se separan filosofía y teología: ¿si Dios no es garantía, qué fundamento hay de la validez de lo que conocemos; cómo distinguir el conocimiento de la ilusión o el error? La pregunta misma se hace posible porque nace este sujeto nuevo que se cree capaz de conocer por sí mismo. La subjetivación, entonces, puede verse como un desplazamiento hacia el sujeto de la problemática del conocimiento y, en general, de la relación del hombre con el mundo. El comienzo de la filosofía moderna suele situarse en la proposición de Descartes, que es al mismo tiempo un gesto fundador, «pienso, luego existo». Con ella, después de dudar de todo lo que existe, llega a la sola convicción de la existencia del yo que piensa. El pensamiento moderno, entonces, tiende a desplazar sus convicciones y sus fundamentos del plano del mundo, que en el viejo orden teológico estaba garantizado por Dios, al orden del sujeto y por lo tanto a lo que en el sujeto debe ser delimitado e investigado.

Fig. 14 Patty Chang Fountain (1999)


Pero «ese sujeto pensante transparente para sí mismo» tiene «un reverso olvidado, un núcleo excedente, no reconocido» que está muy lejos de la imagen, forzada pero apaciguadora, que tenemos de él

Figs. 15-20 Juan Muñoz Double Bind (2001)


Yayo Aznar Yayo Aznar es profesora titular en el Departamento de Historia del Arte de la UNED. Es codirectora de la colecci贸n Arte Hoy de la editorial Nerea.


Vida + Destino = 0 Francesc Torres


5 ARTISTAS

2 ¿Crees que existe un problema de entendimiento entre el Durante mucho tiempo arte y el mipúblico? trabajo fue una forma explorar y asimilar Si esdeasí, los mecanismos cognitivos ¿se podría proponer que nos hacen algún cambio? seres sociales, que es lo mismo que decir que nos hacen seres humanos

5 PREGUNTAS

Patricia Esquivias No creo que exista un problema. Todas las relaciones personales son un poco difíciles.

Fig. 1 Francesc Torres La furia de los santos (1996)

Esther Ferrer No veo por qué el público tiene que tener un problema, frente a una obra le interesa o no le interesa, si le interesa la contemplará, la estudiará y analizará e incluso la gozará y si no la olvidará. Todas esas reacciones contra el arte que no se entiende, etc. etc. me parecen sin sentido, como si el artista tuviera la obligación de hacer algo que ellos puedan entender, como si la


5 ARTISTAS

5 PREGUNTAS

justificación del artista , si la necesitara, fue-

que han visto. ¿Qué se puede hacer? Hace falta una desmitificación del arte, y que los artistas se bajen del pedestal. Pensar que esto no viene del cielo viene de aquí, y las personas que lo hacen son individuos cualesquiera y quizá usted, si tuviera el tiempo o las condiciones necesarias, también lo haría en su medida. Es una obligación del poder y de los autores que esto sea equitativo.

ra el que el público entienda o no. Personalmente hago el arte para mí, por necesidades mías, el que lo entienda o no el público no es mi problema, salvo cuando quiero efectivamente hacer pasar un mensaje social, político, feminista u otro, entonces sí, me preocupo y trato de decir lo que quiero transmitir de la forma más clara y evidente posible. La prioridad, en este caso, es informar, ser como una correa de transmisión, como he dicho antes. Quizás es una pregunta que habría que hacer a los críticos y educadores sobre todo.

Wilfredo Prieto Para nada, creo que siempre que la calidad artística es efectiva y la sensibilidad de un espectador se deja fluir, toda cuaja. Solo existe un problema comunicativo cuando la calidad artística no es completamente correcta en términos operacionales, estructurales de la obra. O el receptor no lleva una actitud crítica o cognoscitiva del asunto.

Isidoro Valcárcel Medina Creo que el público no se entera de este problema de entendimiento porque desgraciadamente está conducido; Fig. 1 Francesc el público Torres se relaciona con el arte en la medida La furia de los santos (1996) que la difusión, sea oficial, sea comercial, le mete en él. Por eso no hay que encandilarse porque vaya mucha gente a los museos, ya que no van voluntariamente. Sí que existe una falta de compenetración evidente entre arte y público. El arte sigue siendo “vendido” como algo especial, elitista, sublime y se acercan a verlo así, no para ver una manifestación que esté a su alcance. Esto crea una distancia indiscutible a pesar de las masas de gente en el museo. Esa gente sale de los museos pero nunca más vuelven a hablar de lo

Durante mucho tiempo mi trabajo fue una forma de explorar y asimilar Eulàlia Valldosera Hay muchos supuestos en el mundo del arte quecognitivos no los mecanismos se comunican al público o usuario de manera honesta. quemodo nos hacen Así se pretende preservar de algún el aura de autenticidad y mantener la barrera de “seguridad”, la sociales, es lo mismo frontera entre loseres que podríamos considerarque sagrado –el Arte- y lo profano –todo que que cae fuera del hacen queaquello decir nos territorio artístico tal y cómo se maneja hoy en día por seres humanos parte de sus mediadores (instituciones, comisarios, críticos, coleccionistas…)-. Me refiero por ejemplo a la diferencia entre un programa artístico y otro publicitario. ¡Ambos nos esconden información! ¿Para qué? Para manipularnos y asegurarse su permanencia ante el cambio. Pensar en los puntos en común y sus diferencias puede traer mucha luz al territorio artístico. Cuando hablo del ámbito publicitario me refiero a muchas áreas sociales que sostienen su actividad gracias al trabajo con el público, es decir, que imitan estrategias parecidas a las artísticas sobretodo por su enorme inversión en imagen y comunicación, como por ejemplo la esfera de la política, o la docencia, o de cualquier ámbito empresarial que entre todos ellos diseñan los dictados sociales que nos marcan las pautas de cómo vivir. Cambiar el propio sistema artístico es la gran tarea del Arte. No sólo se trata de crear el mensaje sino también elaborar nuevos contextos, pensar en y para la diversidad de públicos en vez de sostener la errónea idea de que existe un solo público.


Durante mucho tiempo mi trabajo fue una forma de explorar y asimilar los mecanismos cognitivos que nos hacen seres sociales, que es lo mismo que decir que nos hacen seres humanos

Fig. 1 Francesc Torres La furia de los santos (1996)


La furia de los santos combina tres patrones de comportamiento claros, a saber: el misticismo religioso, la lucha revolucionaria y el amor carnal. En todos ellos es necesaria la supresi贸n m谩s o menos temporal de la racionalidad para sostener el ideal perseguido Fig. 2 Francesc Torres La furia de los santos (1996)


Fig. 3 Francesc Torres Perder la cabeza (2000)


Objetos nómadas Francesc Torres Francesc Torres es artista visual, comisario y ensayista. Su obra está representada en numerosas colecciones del estado español y del extranjero. Ha sido premiado también dentro y fuera de España en múltiples ocasiones.

Un ensayo sobre el tiburón de Damien Hirst

Nike Fakiner

Fig. 1 Damien Hirst The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (1991)

Es t e e n s ayo n o versa sobre Damien Hirst, ni toma en consideración

aquellas voces críticas que quieren entender su obra como una muestra de la «obscenidad cultural del nuevo mercado de arte», o sobre aquellas otras, que lo consideran un ejemplo de los Young British Artists y por tanto un referente a nivel internacional del nuevo arte británico. El protagonista del presente estudio es un tiburón cuyas aventuras intentaré relatar.


Al pasar de mano en mano, el tiburón, capaz de producir diferentes experiencias en los seres humanos que se relacionan con él, en ocasiones comparte protagonismo con instrumentos de anatomía y de medición; otras veces se desdobla por similitud con otros objetos, como patos y conejos, como veremos más adelante. A través del análisis de la obra The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo) (fig. 1) (1991) del artista Damien Hirst (1965), argumentaré que su tiburón tigre evoca una

como estaría si lo encontrásemos nadando en su entorno natural. La obra fue financiada por Charles Saatchi en 1991. El tiburón tigre fue capturado por un pescador australiano, contratado específicamente para la labor, que cumplía con el deseo de Hirst de cazar algo «que fuese lo suficientemente grande para comerte». El tiburón voraz constituye una imagen recurrente desde antaño. En muchas ilustraciones de los atlas de historia natural del mundo moderno, desde Nicolas Steno a Ulisse Aldrovandi, sus representaciones, siempre

Fig. 2 Damien Hirst This Little Piggy Went to Market, This Little Piggy Stayed at Home (1996)

Fig. 3 Damien Hirst Nothing ( 2008)

metáfora que invita a reflexionar acerca de los objetos, su potencial social y la versatilidad de las experiencias. Damien Hirst destaca por su interés por la cultura visual científica. La obra This Little Piggy Went to Market, This Little Piggy Stayed at Home (Este pequeño cerdito fue al mercado, este pequeño cerdito se quedó en casa) (fig. 2) del año 1996, o su instalación Nothing (Nada) (fig. 3) del año 2008 constituyen algunos ejemplos de ello. Muchas de sus obras emplean técnicas que provienen de la práctica científica, que Hirst introduce en sus instalaciones de arte, mayoritariamente la preparación y la disección, así como materiales de trabajo y cadáveres de animales. La obra La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo presenta un tiburón tigre suspendido en formol dentro de una vitrina de cristal y de acero. El tiburón se encuentra en el medio del acuario, tal y

con la boca abierta, enseñando sus dientes y en postura de ataque, remiten a la violencia. También, en el marco de la cultura popular, tiburones preparados fueron escenificados como asesinos sangrientos y crueles. En los panópticos y exhibiciones sobre historia natural así como en circos y recintos feriales del siglo XIX , este animal acuático era exhibido acompañado de una serie de objetos como fragmentos corporales de seres humanos o utensilios de supuestas víctimas. Estas asociaciones también se repetirán en las múltiples películas que Hollywood le ha dedicado. Hirst se mostró preocupado, a la hora de confeccionar la obra, por escenificar al tiburón con toda su aura cultural de fuerza bruta. Sin embargo, la violencia y el horror pierden intensidad al contrastar con el hecho de que nos encontramos ante un espécimen muerto y puesto en formol para su conservación. De hecho, si no fuese por el título y por el cubo


blanco, en el que se expone la obra, el visitante podría pensar que se ha equivocado de edificio, y que, en lugar de encontrarse en una galería de arte, ha entrado en un museo de historia natural. Tras la primera sorpresa y tras leer más detenidamente la cartela, el espectador se percata de que se encuentra delante de una obra de arte consistente en un objeto, un preparado, aparentemente fuera de lugar. Prácticas científicas, laboratorios e instrumentos constituyen algunas asociaciones que se imponen al espectador, recordando que el

Young British Artist El término Young British Artist fue acuñado en 1996 por la revista de arte Art Monthly, y posteriormente se convirtió en una categoría histórica. Promocionado por Charles Saatchi, este colectivo heterogéneo de artistas comenzó a tener repercusión internacional a partir de las exposiciones Brilliant! y Sensation. Damien Hirst forma parte del colectivo de artistas británicos, denominado Young British Artists, que al igual que artistas como Tracy Emin o Rachel Whiteread comenzaron a participar en exposiciones conjuntas desde el año 1988 en Londres.

preparado ocupa un lugar central en la práctica científica y que goza de un estatus específico en este marco. Como ha apuntado el historiador de la ciencia Hans-Jörg Rheinberger, los preparados son cosas que están ubicadas en la frontera entre objeto e instrumento científico. Como tal, el preparado remite a su función de servir para la experimentación y expone su participación en un proceso de producción de conocimiento. Durante su trayectoria, desde su existencia en la naturaleza a su llegada a un laboratorio para ser protagonista de experimentos, el tiburón muerto no se mantiene inalterable. Al formar parte de una constelación práctica-teórica concreta, realiza una transformación de su nexo de significación. En el laboratorio, el cadáver del animal se relaciona con los instrumentos de observación y medición. Conjuntamente con ellos, los objetos a observar se ven envueltos en un proceso de alteración que tiene como finalidad

hacerlos accesibles para el conocimiento. Mediante esta reorganización el objeto va a provocar la aparición de nuevas cualidades y propiedades de su materialidad. Y será también mediante esta reorganización como articula su estatus de objeto epistémico. Gaston Bachelard, filósofo de la ciencia, describió la ciencia moderna como una técnica de fenómenos, una técnica de manifestación. En el caso de un preparado, se podría decir que la trayectoria que realiza el objeto hasta llegar a su estatus de objeto epistémico, es un proceso de poner de manifiesto o de emerger.

El tiburón voraz constituye una imagen recurrente desde antaño. En muchas ilustraciones de los atlas de historia natural del mundo moderno sus representaciones, con la boca abierta, enseñando sus dientes y en postura de ataque, remiten a la violencia

Este proceso de emergencia de un preparado involucra un tratamiento con su materialidad y producción. Las prácticas de producción dotan al preparado de una manera de decir o de hablar, de una retórica para convencer a sus interlocutores de su naturaleza científica, y que son diferentes a una sartén, una bici o una galleta. Roland Barthes reflexionó en su libro Mitologías sobre una cualidad comunicativa de los objetos que no ha dudado en describir como mitológica. Objetos mitológicos, apuntaba, son aquellos que poseen la particularidad de persuadir a sus interlocutores de la naturalidad de su afirmación. Nuestros preparados comparten este rasgo constitutivo con los objetos mitológicos barthesianos. Su proceso de producción, orientado a ocultar la artificialidad de su constitución, esta imbricado con una retórica de la persuasión que presenta a estos objetos como autoevidencias.


Volviendo a la obra de Hirst, el tiburón tigre conservado en formol se detiene en un escenario estético que el artista ha fabricado en torno a él. A través de la técnica de conservación, Damien Hirst relaciona el trabajo del artista con las labores de un preparador. Esta coincidencia proviene de la semejanza de los rasgos constitutivos de su medio de trabajo, el cuerpo de un animal, y también de los medios técnicos, la conservación, que los anatomistas y preparadores de los laboratorios, las universidades y los museos de ciencias naturales utilizan para conferir al material orgánico un estatus de objeto epistémico. Hirst se apropia de estos materiales y estas técnicas

esta lógica operativa —basada en una reorganización del parecido— al presentarla al espectador como un montaje metafórico. Este juego metafórico posee propiedades materiales peculiares. El tiburón es una imagen construida sobre otras; una imagen que nos habla de otras, que se detienen en el mismo medio material, y ambas son constitutivas de la misma metáfora sólida 1 . El tiburón remite a dos marcos de actuación diferentes: el laboratorio y el taller de artista, el museo de historia natural y la galería de arte. Como tal, induce a una coexistencia simultánea de lecturas, de maneras de ver y de experi-

Roland Barthes reflexionó en su libro Mitologías sobre una cualidad comunicativa de los objetos que no ha dudado en describir como mitológica. Objetos mitológicos, apuntaba, son aquellos que poseen la particularidad de persuadir a sus interlocutores de la naturalidad de su afirmación Fig. 4 Marcel Duchamp Fountain (1917)

para fabricar imágenes artísticas a partir de ellos. Nuestro migrante articula nuevas formas de socializar con interlocutores, espectadores en busca de experiencias estéticas, y con objetos, otras obras de arte. La táctica artística de desplazar una imagen y re-contextualizarla en otro sitio recuerda a los ready-mades duchampianos (fig. 4), y a los objets trouvés de los surrealistas. El valor metafórico de esta táctica artística consiste en repetir visualmente un objeto fuera de su lugar, sin que por ello este acto se reduzca a una mera copia o reflejo. Al contrario, este gesto, además de repetición, también implica transformación. En primer lugar, separa a nuestro viajero de los vínculos familiares de su comunidad de prácticas previa. En segundo lugar, el objeto móvil adquiere nuevas propiedades materiales al entrar en un nuevo orden de significación, e invita a una ampliación de la experiencia en torno a él. Finalmente, el gesto de desplazar y situar no se desvanece en el resultado final de la obra. Al contrario, realza con ímpetu

mentar. La coexistencia de lecturas diferentes, su posicionamiento en un lugar intermedio entre dos cadenas de significación distintas, aparentemente paradójicas, está vinculada a una función comunicativa de imágenes que ha recibido el nombre de multi-estabilidad. En el marco de estudios antropológicos, la denominación de imágenes multi-estables describe prácticas socioculturales con objetos rituales, como por ejemplo el uso de máscaras, ornamentos arquitectónicos, etc. que exponen paradojas visuales haciendo confluir formas humanas y animales, perspectivas frontales y laterales en una misma imagen. Sus configuraciones visibles apuntan a un juego visual de ver e intentar 1

Sobre el concepto de metáfora sólida Chris Tilley propone estudiar las metáforas desde su materialidad. Entiende por su solidez, la corporalidad de nuestro lenguaje y la «carne material de las cosas», que constituyen un lugar de encuentro entre lenguajes y discursos de la representación, de sentimientos, de emociones y múltiples maneras de experimentar el mundo.


identificar, sin que su apariencia se deje sujetar a una única forma o lectura. Se califica el tiburón de Hirst como imagen multi-estable porque es agente de una experiencia fronteriza que se inscribe en la opacidad de su propia materialidad. Su estatus fronterizo entre dos cadenas de significación diferentes condiciona el encuentro entre espectador e imagen, y produce una experiencia liminal y ambigua. Como apunta Yayo Aznar en su artículo en este volumen sobre el Double Bind, se trata de objetos e imágenes que emiten simultáneamente dos órdenes de mensajes. El ejemplo más famoso de una imagen dotada de esta

Se califica el tiburón de Hirst como imagen multi-estable porque es agente de una experiencia fronteriza que se inscribe en la opacidad de su propia materialidad. Su estatus fronterizo entre dos cadenas de significación diferentes condiciona el encuentro entre espectador e imagen, y produce una experiencia liminal y ambigua función comunicativa es el pato-conejo de Wittgenstein (fig. 5). Esta imagen describe la reversibilidad de signos y Wittgenstein la usó como imagen teórica para ilustrar sus ideas sobre la imagen mental y la imagen material que forma parte de la experiencia colectiva. La ventaja del pato-conejo, apunta, es doble. Primero, se trata de una representación frágil o periférica. No sirve como modelo de la mente, sino como un anzuelo para atraer a la mente y hacerla salir de su escondite hacia la visibilidad del espacio colectivo. Segundo, su efecto más intrigante no tiene nada que ver con la estabilización de la imagen, de lo que una sola mirada puede aprehender y detener fácilmente en su memoria. El patoconejo resulta tan interesante para Wittgenstein porque en realidad no explica nada o porque continuamente requiere una nueva explicación; y si posee un mensaje, entonces consiste en su funcionamiento como emblema de la resistencia contra interpretaciones estables, y de la resistencia contra ser aprehendida en una sola mirada. El sentido ante este tipo de signos fluctúa de tal modo que aparenta ser una cosa, un pato, y en el siguiente momento todo su contrario, un conejo. De forma

similar a la imagen pato-conejo de Wittgenstein, ante nuestro tiburón, el espectador entra en un juego interminable de ambigüedades, de identidades que se reinventan de nuevo en cada mirada, de un estar y no estar. La ambigüedad de su multi-estabilidad produce un tipo de efecto secundario con el espectador: lo impulsa a volver con fascinación a este objeto misterioso cuya identidad parece ser tan versátil y cambiante, al tiempo de ser tan singular y definida por sólida. De algún modo posee la cualidad de hacer interrogar al observador acerca de sí mismo y de su ansiedad de fijar los discursos sobre las imágenes. En este sentido

Fig. 5 Ludwig Wittgenstein Pato-conejo

el tiburón y los patos-conejos se resisten a ser domesticados, a ser anclados a una única forma de lectura, y explicados desde un único discurso o contexto institucional. El efecto multi-estabilizador no solo describe la forma de encuentro entre observador e imagen, sino también describe el estatus de este tipo de imágenes en su contexto sociocultural e histórico. William J. Thomas Mitchell, teórico e historiador de la imagen, apunta que se trata de un aparato cultural móvil, que podría servir como hypericon 2 que encapsula una episteme, una teoría de conocimiento. Como tal, no solo constituye un modelo epistemológico, sino que además funciona como assemblage ético, político y estético que permite observar observadores y sistemas de conocimiento. La imagen multi-estable es notoriamente migratoria. Su posicionamiento respecto a los discursos y las disciplinas es ambiguo, ya que transita libremente a través de la ciencia y las prácticas artísticas. 2 El término hyperikon, hiper-icono, designa una imagen que establece una relación de parecido con la acción de hacer imágenes. Mitchell utiliza este término para referirse a la función de algunas imágenes para explicar lo que una imagen es y cómo funciona.


El tiburón de Hirst es portador de una experiencia liminal también en este sentido. En su expresión material, la convivencia en un único medio material de la certeza y la ambigüedad, de la comunidad científica y las prácticas artísticas, de la historia de la ciencia y del arte, cuestiona las nociones de la diferencia de las dos culturas que han teñido la historia desde la Ilustración.

Nike Fakiner Nike Fakiner es actualmente becaria predoctoral en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Su investigación explora el uso de imágenes entre arte y ciencia.

Bibliografía BACHELARD, GASTON , Angewandter Rationalismus, en Rheinberger, H. J., Präparate- Bilder ihrer selbst.

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Del control a la crisis y vuelta a empezar 350


Imágenes 146 Jorge Molder Comportamiento animal (2002) 147 Tony Oursler We Have No Free Will (1995) 148 Gillian Wearing Trauma (2000) 148 Andy Warhol Silla eléctrica (1964) 149 Ken Jacobs “Jack Frees The Slaves” from "Star Spangled To Deat". Jack Smith plays “The Spirit Not Of Life But Of Living” (2006) 149 Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto La máscara china (2012) 150 Richard Billingham Sin título (1996) 150 Gregor Schneider Die Familie Schneider. House 14 y House 16 (2004) 151 Jenny Holzer I See You (San Diego, 2007)


Sobre políticas y poéticas

Pablo Martínez Tania Bruguera Jaime Vindel María Ruido


¿De qué otra cosa podríamos hablar… hoy? Pablo Martínez

Fig. 1 Teresa Margolles Para quien no se las cree hijos de puta (2010)


Pero si nos despojamos de esa tradición y pensamos la estética a partir de su significado etimológico, entenderíamos que se trata de una ciencia del placer y del sufrimiento poseedora de una fuerte capacidad para romper con la subjetividad dominante a través del sensorio Fig. 2 Teresa Margolles Limpieza (2009)


Esfera pública Aunque lA DIScuSIón sobre la esfera pública generalmente se articula en torno a la definición que hiciera de ella en 1989 Habermas en Historia y crítica de la opinión pública, su desarrollo como tal estuvo asociado a la cultura burguesa y al proyecto ilustrado que surgió al calor de esta en el siglo XVIII . Siguiendo la definición que hiciera Habermas, la esfera pública es un espacio de acción discursiva con vocación crítica; es el lugar donde confluyen lo público y lo privado, esto es, el espacio donde las personas dejan a un lado sus intereses privados para implicarse en asuntos de interés público. en la esfera pública definida por Habermas, los conflictos son resueltos de forma racional y conducen a consensos. Pero esta definición ha sido muy respondida a lo largo de las últimas décadas y fruto de numerosas críticas, por parte de autores como Rosalynd Deutsche o Alexander Kluge. Para ellos la esfera pública no sería tanto un espacio de resolución racional de conflictos de intereses, como una arena de confrontación: la fábrica de lo político. Siguiendo a Rosalyn Deutsche la esfera pública sería una arena de actividad política repleta de negociaciones, debates y contradicciones, un espacio basado en el disenso. Otras autoras como chantal Mouffe defienden una esfera pública pluralista que movilice, más que argumentos racionales, auténticas pasiones. Siguiendo a Mouffe, las prácticas artísticas pasan a desempeñar un papel esencial, ya que su propuesta devuelve la pasión a la política. en este sentido, las prácticas artísticas que suceden en la esfera pública y que son capaces de generar experiencias que movilizan a quienes entran en contacto con ellas y por tanto generan nuevas formas de subjetividad política son esenciales para el surgimiento de nuevas formas de democracia.


Fig. 3 Jamie Reid God Save The Queen (1977)


Fig. 4 Walker evans Alabama Tenant Farmer Wife (1936) Fig. 5 Sherrie levine After Walker Evans (1981)


Fig. 4 Walker evans Alabama Tenant Farmer Wife (1936) Fig. 5 Sherrie levine After Walker Evans (1981)


Arte actual Lecturas para un espectador inquieto 173

Sobre políticas y poéticas Pablo Martínez ¿De qué otra cosa podríamos hablar... hoy? 174

lo cierto es que a partir de la década de los sesenta parece claro que muchos artistas sintieron la responsabilidad del trabajo que desempeñaban y orientaron su producción hacia la crítica de lo establecido

Fig. 6 Martha Rosler Tron (Amputee) (1967-72) de la serie House Beautiful, Bringing the War Home


en realidad, esta necesidad de generar esfera pública que detectamos en el quehacer de muchos artistas coincide con la esencia misma de la política, o mejor dicho con la democracia tal y como la definiera Rancière en El desacuerdo Fig. 7 Incendio del World Trade Center (11 septiembre 2001)


Figs. 8-10 Regina José Galindo ¿Quién puede borrar las huellas? (Guatemala, 2003)


Fig. 11 Francis Al每s When Faith Moves Mountains (2002)

Fig. 12 Pawel Althamer Br贸dno 2000 (2000)


Fig. 13 Andrea Fraser Museum Highlights: A Gallery Talk (Philadelphia Museum of Art, 1989)

Fig. 14 Dora García Según San Mateo. Teatro Forum sobre el acoso y derribo de un centro público de enseñanza en el centro de Madrid (2008)


Gentrificación e l T é R MIn O G e n T RIF Ic AcIó n proviene del inglés gentrification, cuya traducción literal podría ser «aburguesamiento» o «elitización» y es utilizado para describir los procesos de transformación urbana, generalmente vinculados a operaciones de especulación inmobiliaria, en los que una población originaria de un barrio, bien envejecida, bien empobrecida, es expulsada mediante distintas operaciones inmobiliarias y sustituida por personas de mayor poder adquisitivo. estos procesos poco tienen que ver con los proyectos de renovación urbana propuestos en la era industrial de las ciudades y se corresponden mejor con la etapa de capitalismo neoliberal o posfordismo, en el que es el capital privado el que lidera la reforma. numerosos artistas han desarrollado proyectos vinculados a estos procesos de especulación sobre la vivienda. entre ellos destaca Martha Rosler, por ejemplo, quien en su proyecto If You Lived Here (1989) además evidenciaba el modo en que las galerías de arte se han asentado en estos barrios pauperizados debido a los buenos precios de los locales y con su presencia han impulsado estos procesos de gentrificación; o algunos de los trabajos de intervención en edificios de Gordon Matta clark que pueden ser leídos desde esta crítica a la especulación inmobiliaria urbana.


la estrategia del artista no era tanto certificar una precariedad de la existencia como generar un sutil espacio de autonomía a partir de la ironía; abrir un agujero en la realidad impuesta, esa forma unívoca de construir mundo que posee todo sistema autoritario

Fig. 15 Antoni Muntadas Anuncios por palabras. Diario La Vanguardia Española (1973)


Fig. 16 Wilfredo Prieto Cuba Libre (2010)

Fig. 17 Imagen grรกfica de Yomango.org


Si el milagro no puede suceder y tanto el artista como los espectadores somos incapaces de cambiar nada de lo que vemos, quizĂĄs lo Ăşnico que podemos modificar es nuestra forma de acercarnos al mundo Fig. 18 Artur Zmijewski Singing Lesson (2001)


Estética relacional e S T e T é R M I n O H A c e referencia a ciertas prácticas artísticas que durante la década de los noventa centraron su atención en las relaciones entre y con los sujetos a quienes se dirigían, por encima de la creación de objetos artísticos. Buena parte de estas prácticas fueron recogidas por el crítico y comisario nicolas Bourriaud en su ensayo Estética relacional (1998) y realizadas en el Palais de Tokio de París donde él mismo ejerció como codirector entre 1999 y 2006. en dicha publicación Bourriaud reunía una serie de textos en torno a la problemática de la legibilidad de las expresiones artísticas de aquella década, centrándose fundamentalmente en un análisis de las relaciones humanas y el modo en que las prácticas artísticas pueden incidir en ellas. este arte relacional estaría caracterizado como intersticio social, estado de encuentro e iría en una dirección opuesta a cualquier pretensión de autonomía del arte. lo podríamos ver en obras de artistas como Rirkrit Tiravanija, Philippe Parreno, Douglas Gordon o Félix González-Torres, entre otros. Pero esta definición del arte relacional en la que «ya no se busca hoy progresar a través de opuestos y conflictos, sino inventar nuevos conjuntos, relaciones posibles entre unidades diferenciadas, construcciones de alianzas entre diferentes actores» ha sido muy contestada por historiadores artistas y críticos como Hal Foster o claire Bishop ya que entiende el conflicto no como una posibilidad, sino de forma negativa, lo que nos conduce a una relacionalidad acrítica. Aunque si bien es cierto que el ensayo de Bourriaud ha sido muy criticado, no lo han sido tanto las prácticas de los artistas que él pretendió reducir bajo ese concepto de «estética relacional», ya que como siempre, los discursos de los artistas y sus propuestas escapan y evaden reducciones.


estos movimientos han preferido rechazar cualquier construcción sígnica representativa para encarnar ellos mismos las imágenes en un tiempo detenido en el que el cuerpo se convierte al mismo tiempo en signo y vehículo de la protesta Fig. 19 ne Pas Plier, Manifestación con la APEIS (París, 1994) Foto: Marc Pataut


Internacional Situacionista Au n q u e e l T é R MIn O situacionismo no está admitido por

el grupo de situacionistas, es usado comúnmente para designar al movimiento que se aglutinó en torno a la Internacional Situacionista (1957-72). el grupo estuvo formado por intelectuales y artistas y surgió a partir de diferentes grupos como la Internacional letrista, el Movimiento Internacional por una Bauhaus Imaginista o el Grupo coBrA entre otros. una de sus figuras más representativas fue Guy Debord, quien con su ensayo La sociedad del espectáculo, en el que criticaba la imagen como epicentro de toda actividad económica y social, influyó de forma notoria al grupo. Para los situacionistas buena parte del trabajo creativo pasaba por generar situaciones que desmantelasen la sociedad capitalista así como para denunciar la devastadora alienación que produce la sociedad de consumo. el pensamiento situacionista tuvo un importante papel en el desarrollo de Mayo del 68 francés. entre algunas de sus contribuciones fundamentales a la historia de las producciones artísticas destacamos el détournement, como una estrategia de desviación de una imagen o texto preexistente, como una posibilidad artística y política de utilizar algún objeto creado por el capitalismo distorsionar su significado y uso original para producir un efecto crítico, o la deriva como reflexión a las formas de ver y experimentar la vida urbana dentro de la propuesta más amplia de la psicogeografía que pretendía romper con la relación rutinaria con la ciudad.

en ambos el movimiento se desarrolló de forma tan rápida y extensa porque no hubo partido unificado ni una línea ideológica clara, lo que en cierta medida propició, entonces como hoy, que la micropolítica revolucionaria se desarrollase espontáneamente, reapropiándose del espacio público y generando una insurrección que atacaba al poder de forma deslocalizada


Fig. 20 Puerta del Sol en Madrid durante la acampada del 15M (2011)


Pablo Martínez Pablo Martínez es responsable de educación y actividades públicas del CA2M y profesor asociado de Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid.


Reflexiones sobre el Arte Útil Tania Bruguera

el IM P u l S O n AT u R A l de un artista es tratar de comprender las cosas que lo rodean y compartir con los demás las preguntas que se hace y las respuestas que encuentra. el sentido del Arte Útil es imaginar, crear, desarrollar e implementar algo que, creado desde la práctica artística, brinde a la gente un resultado claramente beneficioso. esto es arte porque es la elaboración de una propuesta que no existe todavía en el mundo real y porque es hecho con la esperanza y la creencia en que algo puede hacerse de un modo mejor, incluso cuando las condiciones no estén aún allí para que así ocurra. el arte es el espacio a partir del cual uno se comporta como si existieran las condiciones para que ocurran las cosas que uno quiere que ocurran y como si todos estuvieran de acuerdo sobre lo que proponemos, aunque eso todavía no sea así, es vivir el futuro en el presente. el arte es también hacer creer, aunque sepamos que no tenemos mucho más que la creencia misma. el arte es ir practicando el futuro. Arte Útil tiene que ver con la comprensión de que el arte, solamente como proposición, ya no es suficiente. el Arte Útil pasa del estado de proposición al de aplicación en lo real. Tiene que ver con comprender que las propuestas que proceden del arte tienen que dar su siguiente paso y ser aplicadas, que tienen que dejar la esfera de lo inalcanzable, de la imposibilidad deseada, para ser parte de lo existente, de la esfera de lo real y funcional; ser una utopía realizable. Mientras el Arte Útil puede ser como un programa piloto o beta donde los participantes pueden experimentar cómo se siente vivir en ese mundo propuesto, tiene sin embargo que presentarse como algo real. Debe mostrarse/compartirse con quie-


nes puedan hacer que funcione en un formato a largo plazo, es decir, las personas que se benefician de la propuesta y que la pueden llevar a un estado, a una existencia más permanente. el arte hecho como Arte Útil no tiene una obsolescencia planificada; por el contrario, es una propuesta que otros pueden tomar y continuar sin intervención ulterior del artista. el artista propone su duración posible: algunos proyectos se imaginan breves y concretos; otros, se desea que tengan una repercusión más larga en la vida de la gente, que la sociedad en su conjunto se los apropie. el

Fig. 1 Tania Bruguera Logotipo del Movimiento Inmigrante Internacional (2010-15)

Arte Útil no tiene que ver con el consumo, sino con hacer que algo ocurra. el Arte Útil es transformar el afecto en eficacia. Para el Arte Útil el fracaso no es una posibilidad. Si el proyecto fracasa, no es Arte Útil. el artista tiene el desafío de encontrar formas en las que su propuesta pueda funcionar realmente, no es algo imposible de lograr. De modo que los medios por los cuales se hace el arte no dependen de un ideal caprichoso del artista, sino de los límites que imponen lo que realmente puede alcanzarse y hasta dónde puede empujarse la realidad a lo que se ha soñado. Por tanto, los límites de un proyecto de Arte Útil se determinan a partir de la relación con la gente para la cual se hace y las transformaciones de las condiciones dentro de las cuales se hace la obra. el momento perfecto aparece cuando el proyecto ya está en movimiento, cuando la gente para la que se hizo lo comprende, cuando lo expropian del artista y lo hacen suyo. el Arte Útil interviene en la vida de la gente y es de esperar que se convierta en parte de ella. el Arte Útil no guarda relación con una visión que ve falsamente el bien en todo, sino que confía en la posibilidad de crecimiento de las personas. el artista que hace arte social no es un chamán, un mago, un sanador, un santo o una madrecita; está más cerca del maestro, del

negociador, del constructor de comportamiento y estructuras sociales. el Arte Útil funciona directamente en/con la realidad. el Arte Útil piensa en una sociedad distinta. Arte Útil es una forma de practicar el arte social. es un material (artístico) socialmente coherente que funciona como punto de entrada para el público. con demasiada frecuencia se oye hablar sobre la barrera existente entre la obra de arte y el público no informado al que le es imposible acceder a la obra. la utilidad de la obra para el público es, desde

Fig. 2 Tania Bruguera Arte Útil (2010)

mi punto de vista, la clave de cómo solucionar esta barrera de comunicación e interés por parte del público no-informado /no iniciado en el arte contemporáneo. es un desplazamiento del uso de los recursos como la metáfora, las alegorías, etc., como entrada para comprender la idea de la obra por el uso de la utilidad como sistema de interpretación de la obra. Si uno trabaja el Arte Útil, ¿qué hay más gratificante que ver su idea incorporada a la vida cotidiana de la gente? ¿O en un programa social de una ciudad? ¿O en matices del léxico de las personas? eso me parece el lugar natural de las obras de Arte Útil que alcanzan su nivel mayor de popularidad y efectividad. Del mismo modo que las imágenes basadas en el arte visual llegan a vivir como parte de una cortina de baño, tazas de té o camisetas, para el arte socialmente comprometido su distribución popular debe ser la propia sociedad, las instituciones cívicas, el comportamiento cívico, la vida cotidiana de la gente. el Arte Útil debe ser parte de la cotidianeidad, ser un ejercicio de creatividad cotidiana.


Tania Bruguera Tania Bruguera es una artista que trabaja con el arte de conducta, la performance, la instalación y el vídeo. Ha participado en numerosas bienales y exposiciones internacionales entre las que destacan Documenta 11 así como bienales como la de Venecia, Johanesburgo, São Paulo o la Habana.

En los márgenes del olvido Apuntes en torno a la generación de una esfera pública de oposición en las prácticas poético-políticas argentinas de la posdictadura

Jaime Vindel

«Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso». Walter Benjamin, Tesis de filosofía de la historia (1940) eS PROBABl e que en pocas ocasiones haya sido tan adecuado como en el caso que nos ocupa traer a colación la antecedente y sumamente manida cita de Walter Benjamin. Tras la dictadura del Proceso de Reorganización nacional, Argentina se vio abocada a un largo proceso transicional en el que las sucesivas leyes de Amnistía, Obediencia Debida y Punto Final persiguieron exculpar al cuerpo militar de los crímenes cometidos en el período comprendido entre 1976 y 1983, extendiendo a nivel social un pacto de reconciliación nacional en el que el olvido debía convertirse en garante de la prosperidad por


venir. el progreso benjaminiano había cambiado de nombre. Ahora se llamaba democracia. Diversos artistas, sin embargo, no podían dejar de mirar, con los ojos alucinados del ángel benjaminiano de la Historia, el pasado inmediato: una montaña de sueños demolidos, una ruina de modernidad velada por una cifra terrible y un término ignominioso, 30.000 desaparecidos. este texto se centra en algunas de las experiencias artístico-políticas argentinas que durante los años ochenta apostaron por la ocupación de espacios marginales con la intención de recomponer los lazos afectivos de un tejido social herido de muerte por los años del Proceso, de generar una comunidad que, lejos de

absoluta se opusiera a la culpabilidad de los victimarios. Según han señalado autores como Pilar calveiro, si bien la sociedad argentina no podía tolerar la tortura y la desaparición de un inocente, se mostraba por el contrario mucho más proclive a entender que aquellos militantes sociales —pertenecientes o no a las organizaciones guerrilleras— que el régimen tachaba de subversivos padecieran tales atrocidades sin ninguna cobertura legal ni jurídica. esta forma de olvido, que implicó una suerte de segunda desaparición, encontraría en el transcurso de los ochenta su anclaje discursivo en la teoría de los dos demonios, según la cual la sociedad argentina era la verdadera víctima de un

Agenciamiento en T en D eM O S Aq uí el concepto de agenciamiento como el proceso por el cual un sujeto histórico (en este caso, los manifestantes convocados con ocasión de la Tercera Marcha de la Resistencia) se apropió de un recurso gráfico, como las siluetas, para crear un territorio social compuesto de relaciones, afectos e imágenes que rompieron con el control sobre la vida pública que la dictadura del Proceso de Reorganización nacional había impuesto.

Fig. 1 uno de los manifestantes desplegando la silueta evocadora de los desaparecidos durante el Siluetazo, septiembre de 1983

identificarse con la simple resurrección de las utopías políticas de los años sesenta y setenta, intuyera en esa relacionalidad una posibilidad de repensarse a sí misma en los márgenes de las formaciones institucionalizadas del arte y la política. Resulta crucial aclarar que, en un momento inicial, la memoria de los desaparecidos se construyó en torno a la figura de la víctima inocente y no del militante heroico. la sociedad argentina asumía como buenas las razones del aparato represivo militar, que había justificado su accionar denunciando que las guerrillas habían usurpado desde finales de los sesenta y principios de los setenta el legítimo monopolio estatal de la violencia. el desaparecido únicamente era merecedor de memoria en la medida en que su condición de víctima

período que la había sometido a dos violencias —la estatal y la guerrillera— equilibradas en los platillos de la balanza del juicio histórico.

El Siluetazo este planteamiento implicaba una clausura de la memoria que permitía a esa misma sociedad eludir su responsabilidad en relación con ambas formas de violencia, hacer tabula rasa como pacto previo para iniciar la transición hacia un futuro supuestamente provisorio. ello explica que el movimiento de derechos humanos, en su intento por adquirir voz y legitimidad públicas, apostara por una estrategia jurídico-política que


eludía el reconocimiento de que muchas de las víctimas del terrorismo de estado habían participado en las militancias revolucionarias que con tanta fuerza habían emergido en Argentina desde finales de los años sesenta. Precisamente en torno a ese movimiento se desarrollaron diversas prácticas artístico-políticas involucradas, desde finales de la dictadura, en una recomposición de la esfera pública que se articulara con el reclamo por conocer el destino de los desaparecidos. la más relevante de todas ellas fue el denominado Siluetazo. Ocurrido el 21 de septiembre de 1983 —vigente aún la última dictadura argentina y en medio de una movilización convocada por las Madres de Plaza de

como comunidad de sentimientos— que sugería que cualquiera de los presentes podría haber corrido esa suerte, a la vez que otorgaba un soplo de vida a aquellos arrebatados por la violencia del genocidio. los artistas impulsores de la idea, al proponérsela a las Madres de Plaza de Mayo, ya eludían la definición de esa práctica como arte y preferían referirse a ella como «un hecho gráfico» que permitiera cuantificar e instalar en la calle y en los medios masivos la denuncia de los desaparecidos. el Siluetazo se constituyó así como un emprendimiento colectivo cuyo devenir diluyó (incluso olvidó) ese origen artístico en la medida en que el recurso que el grupo de artistas puso a disposición de la multitud fue

Fig. 2 Siluetas desplegadas en los muros de Buenos Aires tras el Siluetazo, septiembre de 1983

Fig. 3 león Ferrari, recortes de periódicos para Nosotros no sabíamos (1976-84)

Mayo—, en el Siluetazo coincidieron una iniciativa artística y la demanda de un movimiento social, que tomó cuerpo por el impulso de una multitud dispuesta a involucrarse para disputar el espacio público a las fuerzas represivas y propagar la denuncia de la existencia negada de 30.000 desaparecidos a manos del terrorismo de estado. el Siluetazo implicó la participación, en un improvisado e inmenso taller al aire libre que duró hasta pasada la medianoche en Plaza de Mayo, de cientos de manifestantes que pintaron y pusieron su cuerpo para bosquejar las siluetas que fueron posteriormente pegadas por los alrededores a pesar del amenazante operativo policial (fig. 1). en la reposición de la presencia de una ausencia, la de los cuerpos de los desaparecidos, los manifestantes establecían con ellos una relación simpática —entendida

apropiado, modificado y resignificado por ella, convirtiéndose en política visual de un movimiento social. Así se disolvían radicalmente —y no como una simple participación en una iniciativa ajena— los estereotipos sociales del artista, el activista y el espectador, involucrados en un proyecto común, convertidos todos ellos en hacedores de un imaginario público. lo que el Siluetazo consiguió, como probablemente ninguna otra experiencia del siglo pasado, fue socializar una herramienta visual que abrió una nueva y disensual territorialidad, demostrando que los agenciamientos colectivos pueden potenciar —al tiempo que redimensionar— el deseo de los cuerpos singulares sin caer en el esteticismo de la política; que arte y activismo pueden confluir en la producción de un imaginario común y de esfera pública sin diluirse mutuamente en la impostura del consenso social.


A propósito de la relación entre dictadura y sociedad, es importante señalar el efecto producido por las mencionadas siluetas sobre los viandantes en las horas posteriores a la realización del Siluetazo. la prensa de la época recogió testimonios que daban cuenta de la incomodidad experimentada por diversas personas al sentirse miradas por las siluetas, aspecto que revelaba la negación psíquica de la responsabilidad parcial de la sociedad en lo que había sucedido (fig. 2). la indirecta y sutil complicidad que el Proceso supo extender en el conjunto de la sociedad argentina a propósito de las desapariciones fue posteriormente puesta de manifiesto por león Ferrari (1920) en su serie Nosotros no sabíamos (1976-84), cuyo irónico título interpelaba corrosivamente al conjunto de los individuos que la componían. Ferrari demostraba cómo esa sociedad eludió más o menos voluntariamente lo que estaba sucediendo al recopilar extractos de diarios de la época del Proceso en los que se daba cuenta de la aparición de numerosos cadáveres sin identificar (fig. 3).

Gastar-Capataco l A I n I c I AT I VA D e las Madres no había respondido a un trabajo del

duelo. De hecho, la consigna que mantenían por entonces era la de «Aparición con vida», sustentada en el rumor de que el régimen mantenía a los desaparecidos en campos clandestinos de localización imprecisa. A mediados de los ochenta, cuando ya eran de dominio público los testimonios de algunos supervivientes, que revelaban la crueldad de la lógica concentracionaria, esta esperanza devino obcecación. un sector de las Madres, comandado por Hebe de Bonafini, se opuso al proceso de exhumación e identificación que el equipo de Antropología Forense comenzó a realizar en las fosas comunes recientemente descubiertas, así como a que los familiares de las víctimas recibieran una compensación económica por parte del estado. Temían que la memoria de sus hijos fuera osificada tras el hallazgo de sus restos mortales. Sin embargo, del protagonismo de las Madres no hemos de inferir la existencia de un consenso en torno a cómo afrontar la memoria del genocidio de estado. la proclama defendida por ellas chocaba con la línea ideológica del MAS (Movimiento al Socialismo), de tendencia trotskista, que clamaba por esclarecer «Toda la verdad» sobre lo sucedido durante el Proceso. Diversos integrantes del colectivo artístico Gastar-capataco (1982-92) eran miembros de ese partido político. la denominación inicial del grupo, cuyas siglas encerraban las palabras «Grupo Artistas Socialistas-Taller de Arte Revolucionario», fue sustituida por cAPaTaco, «colectivo de Arte Participativo-Tarifa común», que aludía indirectamente a otro de los sentidos que tiene el término

colectivo en Argentina: autobuses públicos. en estos, la Tarifa común se oponía a los elevados precios de la Tarifa Diferencial. la vida del colectivo se extendió hasta 1992. Algunos de sus miembros, como Fernando «coco» Bedoya o la argentina Mercedes Idoyaga «emei», procedían de Perú, donde integraron otras agrupaciones como Paréntesis, de cuyo núcleo surgiría posteriormente la más conocida de ellas: el e.P.S. (estética de Proyección Social) Huayco. Allí habían conocido las experiencias de la vanguardia argentina de los años sesenta gracias a los textos de néstor García canclini —que en Argentina solo circularon de forma clandestina—, en los que el intelectual argentino abogaba por

la indirecta y sutil complicidad que el Proceso supo extender en el conjunto de la sociedad argentina a propósito de las desapariciones fue posteriormente puesta de manifiesto por león Ferrari en su serie Nosotros no sabíamos, cuyo irónico título interpelaba corrosivamente al conjunto de los individuos que la componían

una fusión entre el arte de vanguardia y los movimientos populares. en un artículo titulado significativamente La conexión peruana, Ana longoni ha dado cuenta con más detenimiento de las intermitencias y discontinuidades que caracterizaron este proceso de recuperación de la memoria de la vanguardia sesentista, que vendría a cuestionar el lugar común por el cual una buena parte de la crítica y de las operaciones curatoriales recientes han constituido aquella en un mito de origen de todas las articulaciones posteriores entre el arte y la política tanto en Argentina en particular como en América latina en general. esa interpretación salta por encima de los condicionantes que impedían una reactivación directa de las experiencias de los sesenta en un contexto dictatorial donde la censura y la opresión impedían un mejor


Tucumán Arde eXPeRIencIA culMInAnTe De la vanguardia argentina de los años sesenta, aglutinó a un conjunto de artistas mayoritariamente procedentes de las escenas artísticas de Buenos Aires y Rosario con el objetivo de crear una red de contrainformación que revelara la crisis de subsistencia que por entonces sufría la homónima provincia argentina, agravada por el cierre de sus ingenios azucareros y silenciada por los medios de comunicación controlados por la dictadura de Juan carlos Onganía. en una primera etapa, los artistas —que contaron con el apoyo de especialistas procedentes de otras disciplinas, entre los que destacaron los sociólogos del cIcSO (centro de Investigaciones en ciencias Sociales)— realizaron un trabajo de campo con el objetivo de recabar información de primera mano sobre la situación de la provincia tucumana. la enorme y variada cantidad de material recopilado fue presentada, tras una campaña de difusión pública, en sendas muestras, que tuvieron lugar en los locales de Rosario y Buenos Aires del sindicato no oficialista de la cGT (confederación General de los Trabajadores) de los Argentinos y cuyo propósito declarado era hallar un nuevo público que potencialmente pudiera devenir el sujeto del cambio revolucionario.

conocimiento y actualización de esa vanguardia anterior. Para García canclini, que durante la década de los setenta publicó textos tan relevantes como el fascículo Vanguardias artísticas y cultura popular (1973) y los libros Arte popular y sociedad en América Latina (1977) y La producción simbólica (1979) la experiencia que hasta el momento materializaba de manera más avanzada el modelo sociológico de arte revolucionario propugnado en esos escritos era Tucumán Arde (1968), mito culminante de los relatos de la vanguardia argentina de los años sesenta. los integrantes de Gastar-capataco rastrearon sin demasiado

Fig. 4 capataco Murales con fotocopias realizados a partir de fotografías de desaparecidos durante el 8 de marzo de 1984, Día Internacional de la Mujer, en el que se rindió un homenaje a las Madres de Plaza de Mayo


éxito durante los años ochenta el destino de los protagonistas de esa experiencia. Sin embargo, los conceptos que articulaban las reflexiones de teóricos como García canclini se traslucían en los objetivos principales del colectivo, que quedaron reflejados en los siguientes puntos: 1. 2. 3. 4. 5.

la socialización de los medios de producción artístico-culturales —entre los cuales la serigrafía ocupó un lugar privilegiado—. la producción grupal de obras y eventos de arte. lograr la participación creativo-productiva del público. Ampliar demográficamente el consumo [del arte] a los sectores populares. ligarse a las luchas de los trabajadores y el pueblo.

con ocasión del Siluetazo, los integrantes de Gastar-capataco trazaron sobre el asfalto un recorrido de siluetas realizadas en stencil de poliestireno en cuyo interior aparecía el nombre de Dalmiro Flores. las Madres habían insistido en que no se estamparan las siluetas contra el suelo, pues ello implicaría una asociación visual inconsciente con los procedimientos policiales del señalamiento de cadáveres. contra su esperanza en la próxima aparición con vida de sus seres queridos, la toma de conciencia que defendían estas nuevas siluetas respondía a una visión diferente. Al escribir el nombre y la fecha de fallecimiento de Dalmiro Flores, obrero asesinado en ese mismo lugar hacía apenas un año por fuerzas paramilitares, los miembros de Gastar-capataco asumían implícitamente que los desaparecidos estaban igualmente muertos. Acciones posteriores del grupo tendrían como objeto de crítica la autoamnistía de la ley de Pacificación nacional, promulgada por la dictadura apenas veinticuatro horas después de la realización del primer Siluetazo; las políticas del Fondo Monetario Internacional, que demandaba el pago de una deuda externa incrementada exponencialmente durante el período del Proceso; las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que concedían la impunidad a buena parte del cuerpo militar, y el indulto menemista, que liberó a la cúpula militar condenada durante el alfonsinismo por el Juicio a las Juntas. en todas ellas, los componentes de Gastar-capataco sintetizaron la cita y la reactualización política del muralismo, seña de identidad del arte político latinoamericano (fig. 4), con una creciente teatralidad que se conecta tanto con la actividad de los pocos grupos de arte resistente que existieron durante la dictadura —entre los que habría que mencionar al TIT (Taller de Investigación Teatral) y al colectivo rosarino cucaño, también vinculados al MAS, aunque sus poéticas y ámbitos de incidencia respondan a claves diferentes— como con las prácticas que emergerán durante el segundo lustro de la década de los noventa.

LoS novEnTa Sí Son LoS oChEnTa D u R A n T e eS e S eG u n D O lustro de los noventa, momento en que el menemismo comenzó a mostrar sus primeros síntomas de debilidad, afloraron diversos colectivos artísticos que se aliaron con nuevos movimientos sociales, como la organización H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), surgida en 1995. el ideario de esta organización plasma una variación generacional en la reconstrucción política de la memoria del genocidio de estado. en su planteamiento inicial, la figura de la víctima inocente

Para algunos autores, se trataba de una nueva idealización moral que volvía a dificultar el acceso crítico a la historia de la militancia setentista, al tiempo que, en algunos casos, tendía a invalidar el testimonio de los sobrevivientes, reducidos a la figura de traidores por el hecho de no haber perecido heroicamente

dejaba paso, en el otro extremo de una dualidad que evidencia su economía simbólica, a la del militante heroico. Para algunos autores, se trataba de una nueva idealización moral que volvía a dificultar el acceso crítico a la historia de la militancia setentista, al tiempo que, en algunos casos, tendía a invalidar el testimonio de los sobrevivientes, reducidos a la figura de traidores por el hecho de no haber perecido heroicamente. curiosamente, el rescate de los ideales de sus progenitores se solapará temporalmente con formas de activismo social y artístico que, alcanzando su punto culminante tras la crisis de 2001, responden a una lógica política completamente diferente, no signada por el carácter impositivo de la fijación estadocéntrica que adquirió durante la década de los setenta.


la presencia pública de H.I.J.O.S. se relaciona, en buena medida, con la realización de escraches o señalamientos de las casas de los genocidas de la última dictadura militar, así como de sus cómplices políticos, ideólogos intelectuales y beneficiarios económicos. en esta empresa cuentan con el apoyo de colectivos artísticos como etcétera o el GAc (Grupo de Arte callejero). con anterioridad a la aparición de etcétera, a principios de 1998, los escraches de H.I.J.O.S. marcaban la localización de las viviendas de los represores mediante diversos procedimientos y formatos más o menos tradicionales, que iban de la pegada de carteles y el reparto de octavillas a la realización de grafitis. Ante la creciente

en las acciones de etcétera lo cómico y lo esperpéntico se funden con la mordacidad crítica. Sus estrategias de acción colectiva y distracción policial asumen que su eficacia no solo se dirime en el carácter de acontecimiento del acto performativo, sino que remite a una segunda instancia: la de su registro informativo

Fig. 5 colectivo etcétera El Mierdazo (2001)

presencia de un cordón policial que trataba de evitar los escraches, la participación de etcétera en ellos apostó, a partir de ese momento, por generar «nuevas formas de acción colectiva» en las que la teatralidad poseía un lugar central, aportando un valor experiencial añadido que concitó una creciente concentración de público en torno a estos eventos y multiplicó la repercusión mediática de los mismos (fig. 5). en las acciones de etcétera, confesamente herederas del espíritu del activismo artístico y la movida cultural de los ochenta, lo cómico y lo esperpéntico se funden con la mordacidad crítica. Sus estrategias de acción colectiva y distracción policial asumen que su eficacia no solo se dirime en el carácter de acontecimiento del acto performativo, sino que remite a una segunda instancia: la de su registro informativo . un ejemplo es la noticia


Figs. 6-9 Im谩genes correspondientes a acciones del colectivo GAc (Grupo de Arte callejero) con los objetivos de visibilizar en el espacio urbano los hogares de los genocidas y de demandar la necesidad hist贸rica de enjuiciar y castigar sus actos


Figs. 6-9 Im谩genes correspondientes a acciones del colectivo GAc (Grupo Grupo de Arte callejero) con los objetivos de visibilizar en el espacio urbano los hogares de los genocidas y de demandar la necesidad hist贸rica de enjuiciar y castigar sus actos


Figs. 6-9 Im谩genes correspondientes a acciones del colectivo GAc (Grupo Grupo de Arte callejero) con los objetivos de visibilizar en el espacio urbano los hogares de los genocidas y de demandar la necesidad hist贸rica de enjuiciar y castigar sus actos


del diario Página 12, el cual, en su edición del 23 de mayo de 1998, sin nombrar en ningún momento a etcétera, daba cuenta en los siguientes términos del escrache a Raúl Sánchez Ruiz, capitán de Fragata acusado del robo de los hijos de las embarazadas detenidas en la eSMA (escuela Mecánica de la Armada): «(…) la estrategia de los chicos para burlar la custodia policial del edificio dio resultado (…) los HIJOS optaron por una representación teatral, un chico con uniforme militar y otro con delantal blanco representaron a un militar que se apropia de un hijo —como Sánchez Ruiz (…) “lo que no se imaginaban era que sus hijos iban a volver a buscarlos”, dijo el que hacía de militar. en ese momento otro de los actores gritó: “¡¡¡Preparen, apunten, fuego!!!” Y [se] lanzaron bolsas con pintura [que] impactaron en las paredes. los policías se apartaron para no mancharse y los HIJOS aprovecharon para escribir en la fachada. la palabra asesino quedó varias veces impresa en las paredes». en cuanto a la actividad del GAc, sus acciones se han centrado en la alteración de las señales urbanas y en la diagramación de una cartografía del terror dictatorial y de su disimulada pervivencia en las sociedades de control contemporáneas (figs. 6-9). esa cartografía se completa con los mapas elaborados como planificación de los escraches, con los que registran las diversas acciones y conflictos sociales y, finalmente, con aquellos que dan cuenta de relaciones y contextos. Sus intervenciones son conocidas por introducir el extrañamiento en el orden simbólico del espacio urbano, visibilizando de ese modo los hogares de la impunidad. Pero las acciones del GAc no se quedan ahí: esta experiencia de interrupción sígnica se arraiga políticamente en el cuerpo social como una formalización parcial de un proyecto más amplio, que va de las movilizaciones colectivas y eventuales del escrache al trabajo más prolongado, sobre todo a partir del corralito de 2001, con y, sobre todo, desde las especificidades del barrio en que la denominada Mesa de escrache Popular se emplaza temporalmente . estas mesas funcionan en la práctica como plataformas horizontales de construcción de la vida social que rescatan las particularidades del espacio en que se instalan, permitiendo conectar y fortalecer entre sí saberes e iniciativas sociales de distinto signo, como organizaciones sociales, centros culturales, murgas, centros de estudiantes o asambleas, muchas de las cuales surgieron en Buenos Aires prologando o sucediendo el ciclo de protestas ciudadanas cuyo punto álgido se situó en los días finales del año 2001.

Jaime Vindel Jaime Vindel es historiador y crítico, durante los últimos años ha vivido entre Buenos Aires, Valparaíso y Madrid, lo que le ha permitido investigar los cruces entre el arte, el activismo y la política en los contextos argentino y chileno de las últimas décadas. Doctor europeo en Historia del Arte y Magister en Filosofia y ciencias Sociales, durante los próximos meses serán publicados dos libros de su autoría: Arte conceptual y La vida por asalto.

BIBlIOGRAFíA BunTInX, GuSTAVO, «estudio introductorio», en E.P.S. Huayco. Documentos, lima, centro cultural de

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colihue, 2006. cAPATAcO, «Miserere para el equeco», en La Bizca, Buenos Aires, 2, 1986. GAc, Pensamientos, prácticas, acciones, Buenos Aires, Tinta limón, 2009. KluGe, AleXAnDeR Y neGT, óScAR , «esfera pública y experiencia. Hacia un análisis de las esferas

públicas burguesa y proletaria», en Modos de hacer. Arte crítico, esfera pública y acción directa, Salamanca, ediciones universidad de Salamanca, 2001. lOnGOnI, AnA , Traiciones. La figura del traidor en los relatos acerca de los sobrevivientes de la represión, Buenos Aires, norma, 2007. lOnGOnI, AnA , «la conexión peruana», en ramona. revista de artes visuales, nº 87, Buenos Aires, 2008. lOnGOnI, AnA Y BRuZZOne, GuSTAVO (eds.), El Siluetazo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2008.


El ataque del presente al resto del tiempo Relatos fuera de campo (del trabajo)

María Ruido

Fig. 1 María Ruido ElectroClass (2011)

«Turistas del trabajo», piensa. Le hacía gracia la manera en que discutían aquellos tipos en televisión. (…) Es puro teatro, repitió uno. No están trabajando, sino haciendo que trabajan. Otro tertuliano, en cambio, decía que sí había producción, porque lo que producían era su propio trabajo. (…) Pero ya no aguantó más cuando intervino un sindicalista, que protestaba y decía que aquello era inaceptable. Explotación, dignidad, decía. En este punto decidió irse a la cama. Isaac Rosa, La mano invisible (2011)


H A c e u n A S S e M A n A S YAYO Y PA B l O me pidieron que escribiera un texto sobre las formas del trabajo contemporáneo en mis películas y sobre algunas prácticas o acciones que, según mi punto de vista, ensayaran contrapuntos resistentes o críticos en nuestra actual situación de sujetos precarios. Inevitablemente, recordé un texto que escribí para un libro editado por Precarias a la Deriva en 2004, Mamá, quiero ser artista!, donde hacía referencia a las relaciones entre el poder de la representación y las frágiles condiciones laborales que dominaban en el sector de la producción de las imágenes. También hice memoria propia de una

flexionar sobre el trabajo y sus representaciones, la precariedad y sus discursos, y me había hecho con una buena cantidad de bibliografía. Después de Mamá, quiero ser artista! en años sucesivos publiqué los textos: Los cuerpos ensamblados, Just do it! o In the mood for work; edité proyectos audiovisuales como: La memoria interior (2002), Tiempo real (2003), Ficciones anfibias (2005) y Zona Franca (2009) así como el recién terminado experimento para televisión titulado ElectroClass (2011). Me puse a pensar entonces en cómo podía re-editar y reubicar mi propio trabajo en la actualidad, y cómo enlazarlo con los otros textos de

Deslocalización P R O c eS O D e P R O D u c cIó n a una escala que excede el marco estatal facilitado por la globalización de la economía, la revolución y el abaratamiento de los transportes y la revolución tecnológica digital. la deslocalización implica la separación física del diseño, produccióny manejo de un producto o servicio;estas fases pueden realizarse en lugares físicos distintos, con el fin de encontrarlas condiciones más favorables para la empresa productora. Generalmente esta condiciones suelen implicar una merma o degradación de las condiciones laborales de los trabajadores, sometidos a una competencia a escala global.

Fig. 2 María Ruido Ficciones anfibias (2005) Fig. 3 María Ruido La memoria interior (2005)

batería de proyectos fílmicos y textos pensados y producidos individual y colectivamente sobre las nuevas formas del trabajo y la construcción de nuestras subjetividades. los releí, los repensé durante unos días y decidí escoger algunas de mis películas para reflexionar, en el fondo, sobre los acontecimientos vividos estos últimos años y sobre la relación entre las acampadas en las plazas, la degradación de nuestras condiciones de trabajo y la responsabilidad y la capacidad de alcance político de la representación. Al releer estos textos escritos y fílmicos, no pude menos que concluir que en los últimos años había dedicado mucho tiempo a re-

esta publicación; pensé sobre cómo la precariedad deviene sustantivo durante los años noventa, y sobre cómo este sustantivo define, no ya nuestro tiempo de trabajo, sino nuestra vida, nuestras relaciones: «vidas Ikea»; vidas frágiles, vidas donde las decisiones personales son tantas veces desplazadas por las decisiones laborales… «la vida es corta, el capitalismo es largo…», recuerdo casi todos los días. en medio de esta revisión de trabajos propios y ajenos, volví a ver una película de 1985 que me marcó profundamente (como gran parte del trabajo de Alexander Kluge): El ataque del presente al resto del tiempo. Me pareció clarividente: efectivamente, el presente parece estar mordiendo


con fuerza el tiempo y amenaza con desmoronar nuestros relatos, la capacidad de agenciamiento de nuestras narraciones. nunca con tanta fuerza, en el mundo contemporáneo, el sistema económico social se nos presenta tan compacto; nunca, en nuestra corta memoria generacional, las alternativas parecen tan cerradas. «There is no alternative» (o, más brevemente, TInA), espetaba cínicamente una de las sentencias favoritas de la conservadora Primera Ministra británica Margaret Thatcher. no hay alternativa al imperio de los mercados, a las recetas de la escuela de chicago, al capitalismo global.

Capitalismo cognitivo S e e n T I e n D e P O R capitalismo cognitivo aquella fase del sistema económico y político capitalista que sucede al llamado capitalismo industrial. Si el capitalismo industrial o fordista está protagonizado por la producción de bienes y la acumulación de los beneficios que estos generan por su venta, en la denominada fase cognitiva o posfordista la mercancía básica es la información y su circulación, la producción inmaterial, y está caracterizada por la globalización económica y el imperio de las finanzas sobre los bienes de consumo.

el presente ataca al pasado, al relato de nuestro pasado, dejándonos desasidos, frágiles. Pier Paolo Pasolini hablaba en Escritos corsarios de la violencia del capitalismo como un genocidio, como la imposición de una afasia, como la imposibilidad de un lenguaje propio: este es el ataque del presente a todos los tiempos, la violencia estructural, el secuestro del relato, la privatización de la vida. Y en esa violencia, la representación y sus formas juegan un papel fundamental. «el trabajo de duelo no es un trabajo como otro cualquiera. es el trabajo mismo, el trabajo en general, rasgo por el que habría de reconsiderarse, quizás, el concepto mismo de producción», escribe Jacques Derrida en Espectros de Marx. Trabajo y memoria: ¿cómo no pensar en las carencias de representación de la clase trabajadora en el cine, en el arte, en la televisión? ¿cómo no asquearse ante el paternalismo, el victimismo y la estereotipación al ver algunos

filmes o series de televisión, incluso los más o menos bien intencionados, de las últimas décadas? ¿cómo repensar las relaciones entre las condiciones de trabajo y las condiciones de vida en el capitalismo global? ¿cómo construir un nuevo imaginario de clase tras la desarticulación de la clase? estas y otras cuestiones aparecen ya en mi primer ensayo documental, La memoria interior (2002) donde, a través de mi propia experiencia como hija de emigrantes, trataba de reflexionar sobre mi nueva condición de trabajadora, tan diferente a la de mis padres, y sobre la carencia de un lenguaje común con ellos. Y estas preguntas reaparecen insistentemente en proyectos posteriores como Tiempo real (2003), donde construí una película y un archivo de materiales sobre las imágenes del trabajo, sobre sus carencias y sus limitaciones, sobre la insistencia, todavía hoy, en confundir trabajo y empleo. Tiempo real trataba de las posibilidades de generar una representación políticamente activa de las nuevas formas del no-trabajo, en definitiva, de reocupar la representación desde la fragilidad precaria. en 2005, estas reflexiones se materializan en el filme Ficciones anfibias, donde el foco se desvía hacia la deslocalización y a las consecuencias que esta tiene en nuestras vidas, y en las vidas de aquellas y aquellos trabajadores explotados por la presión de las multinacionales dentro y fuera de nuestras fronteras. Precisamente la experiencia de mi editor y amigo Pablo en una multinacional de la logística y la gestión ubicada en la Zona Franca de Barcelona nos dio la clave para construir en 2009, Zona Franca. en medio de un decadente impasse, comprobamos que la Zona Franca de Barcelona es un extraño lugar de transición donde conviven algunas industrias pesadas residuales y las zonas de habitabilidad a las que dieron lugar («las casas de la Seat», por ejemplo, construidas durante los años cincuenta) con las nuevas industrias limpias del capitalismo transnacional, que obtienen buenas ventajas financieras por revitalizar este territorio, así como por contribuir a su regeneración y a su reutilización. Mientras los estibadores descargan fardos en el muelle, ahora de forma mecánica, y los nuevos obreros salen de la nueva fábrica inmaterial (imitando especularmente a la primera imagen fílmica de los lumière de 1898), los grandes contenedores —en gran parte procedentes de china— se apilan en los diques y los nuevos proletarios transnacionales «entran en el call center». Tras un período dedicada a la reflexión en torno a la memoria de la Transición y sus representaciones, en los dos últimos años he vuelto a involucrarme en el proceso de elaboración de un nuevo proyecto. esta vez trabajo directamente con material de televisión y para la televisión. en él, vuelvo a insistir sobre las representaciones del trabajo y sus conexiones con las condiciones de las nuevas clases trabajadoras, además de intentar hacer un balance de lo que han supuesto para nosotras y nosotros estas últimas décadas de capitalismo cognitivo y de cómo la nueva división global del trabajo ha cambiado nuestras vidas.


este nuevo proyecto en curso se titula ElectroClass en un guiño musical al originario tiempo de esta transformation in progress: los años ochenta. el proyecto trata de reflexionar sobre las condiciones concretas del capitalismo global en el estado español, tomando como caso de estudio concreto la ciudad de Bilbao y su transformación a raíz del llamado efecto Guggenheim. las condiciones de trabajo se han degradado paulatinamente desde los años ochenta, las relaciones entre tiempo de vida y tiempo de trabajo se transforman y se solapan, y los niveles salariales han decrecido enormemente desde entonces, a pesar de la falaz sensación de enriquecimiento que hemos vivido en los últimos años. Si hasta hace apenas unas

modelo de militancia exigente; desde mi punto de vista, tal vez deberíamos re-pensar una relación diferente entre la producción y la reproducción que, sin olvidar la memoria de las luchas anteriores y las críticas de las praxis feministas y poscoloniales, transforme nuestras relaciones con el tiempo de consumo-producción-reproducción de la vida. Hace unos días, el 7 y 8 de diciembre de 2011, y dentro del marco de un fórum titulado Culture and Politics organizado por el Goethe Institut de el cairo, trataba de reflexionar con otros compañeros y compañeras sobre la capacidad política de las imágenes en medio de la resaca de la denominada primavera árabe y sus influjos. en este agitado contexto,

Fig. 4 María Ruido Zona Franca (2009)

Fig. 5 María Ruido ElectroClass (2011)

décadas seguíamos pensando el término trabajo como producción frente a reproducción, ahora no solo hablamos de just in time o de excepcionalidad estable, sino que las divergencias tradicionales se diluyen, y las oposiciones espaciales y conceptuales entre tiempos/ lugares de ocio y de trabajo no resultan ya operativas. el bio-trabajo ha pasado a definir nuestras relaciones, la precariedad nos erosiona y re-articula nuestras decisiones personales, así como la elaboración de nuestras subjetividades. en este nuevo escenario, ¿cómo podemos dar cuerpo a la inmaterialidad de nuestros trabajos? ¿cómo combatir el desfasado imaginario del trabajo (masculino, extradoméstico, de producción material…) que sigue protagonizando el cine y la televisión tradicional? ¿es necesaria una nueva representación de nuestras condiciones de vida? ¿es políticamente operativa en un mundo saturado de imágenes? ¿cómo hacer visible nuestro malestar? ¿cómo representar a la nueva clase trabajadora, una clase ya sin conciencia de clase, que necesita pensarse con variables más complejas, no solo económicas, sino también emocionales, corporales…? Habitantes del trabajo total, desde los años setenta y frente al sindicalismo tradicional y el

intentaba explicar genealógicamente nuestro contexto a un auditorio complejo y heterogéneo. Trataba de hacerles comprender cómo la cultura española de las últimas décadas, profundamente despolitizadora, ha intentado subrayar la distancia entre cultura y política como ámbitos distintos, volviendo a utilizar la supuesta autonomía del arte como bandera y, sobre todo, controlando la visibilidad y fiscalizando la producción cultural —especialmente la producción artística y audiovisual— a través del reparto de los fondos públicos. en un estado como el español donde, por razones históricas, la producción de la cultura ha estado profundamente ligada a sus diferentes instituciones, el control del dinero público se convierte en una estrategia fundamental de censura, y lo que es peor, de autocensura. en españa, estaba asentada —y parece que sigue estándolo—la idea de que si aceptas dinero público para hacer tu trabajo no puedes hacer crítica institucional, olvidando que el dinero público nos pertenece a todas y todos, y que en esa pluralidad hay (y debe haber) desacuerdos. Precisamente en esa pluralidad, en esas aportaciones críticas a la esfera pública y al debate social está nuestra riqueza; es donde debe


situarse nuestra producción de conocimiento social. Partiendo de estas premisas, promover, apoyar y procurar la circulación de esta energía y saber colectivos deberían ser sostenidos y alentados por un estado democrático sano. Sin embargo, parece claro que este entendimiento de la cultura como una herramienta de debate no está siendo privilegiada (con honrosas excepciones) por las instituciones actualmente. una de las consecuencias de los muchos olvidos del Pacto de la Transición en españa fue, precisamente, el olvido consciente del pensamiento

¿cómo combatir el desfasado imaginario del trabajo (masculino, extradoméstico, de producción material…) que sigue protagonizando el cine y la televisión tradicional? Precisamente en esa pluralidad, en esas aportaciones críticas a la esfera pública y al debate social está nuestra riqueza

crítico contemporáneo sobre las relaciones entre la sociedad y sus imaginarios, que había comenzado en españa durante el tardofranquismo bajo el influjo de las corrientes internacionales. cuando yo empecé a trabajar como artista durante los años noventa, siempre me pareció triste y sospechosa nuestra falta de genealogía: todos los modelos de trabajo crítico venían del período republicano de los años treinta o procedían de fuera —especialmente si eras mujer—. el excelente cine documental y experimental de los años cincuenta, sesenta y setenta, el arte conceptual, el mejor arte político del estado español o las posiciones más radicales eran obviadas por la universidad y los medios de comunicación, mientras se fomentaban un cine y una producción artística amnésica y formalista, que nos impedían articular una historia alternativa propia, más allá de la hegemonía del mainstream. Sin embargo, durante las últimas décadas también han existido formas diferentes de resistencia que han intentado la reconstrucción de

ese bagaje crítico propio. una sociedad civil posmoderna, harta de banalidades, empieza un trabajo hacia la recuperación de nuestras memorias discrepantes, pero también hacia la redefinición y la superación de las formas del arte militante de los años sesenta y setenta. Porque, si bien es importante reactualizar nuestra herencia, sabemos que nuestro ejercicio en el campo de la crítica representacional debe atender actualmente a otros parámetros, ya que nuestras imágenes están construidas bajo otras premisas y bajo otras condiciones de producción y distribución. creo que

Imaginario SIS T e M A D e IM áG e n eS o representaciones referido a un

grupo, situación o circunstancia concretas. cuando hablamos en este texto, por ejemplo, de imaginarios del trabajo nos referimos a las formas concretas en que el trabajo se ha representado y es accesible a la sociedad en cada momento, y por lo tanto, estamos hablando de como influye en su conceptualización y en la asignación de valores que se le atribuyen en cada momento histórico.

es fundamental tener en cuenta esta cuestión: las imágenes traducen el sistema de representación que las produce, las distribuye y las consume. Si no somos conscientes de esta relación, nuestros trabajos podrían acabar por reproducir las representaciones mediáticas o por ceñirse a límites de la institución artística hegemónica o, simplemente, podemos acabar por ser absorbidos por estas enormes maquinarias. Tomando en cuenta estas premisas, ¿cómo representar hoy nuestras luchas? quiero subrayar aquí la importancia del trabajo de registro y distribución por la red, de esa acción constante de las cámaras en las manifestaciones y las asambleas, en las okupaciones y las acampadas. ese trabajo es fundamental y se enlaza con la intensa labor de autogeneración de imaginario que parte de la televisión guerrilla de los setenta. Desmitificar la tecnología de la mirada y desmontar la comunicación unívoca y pasiva de la televisión es primordial. Pero dicho esto, también me parece importante


hacer autocrítica y apuntar que una parte importante del vídeo y el cine «activista» actual, como explica Hito Steyerl en su texto La articulación de la protesta (2002), repite algunas de las formas y las estructuras narrativas más manidas de la representación mediática: el maniqueísmo, la heroización de la militancia, la estereotipación de las formas de la lucha… sin entender que la lucha cotidiana y sostenida de muchas y muchos ciudadanos es la verdadera batalla. Porque como dice Jacques Rancière en El espectador emancipado: «la inteligencia colectiva de la emancipación no es ya la comprensión de un proceso global de sujeción. (…) es la puesta en marcha de la capacidad de cualquiera, de los hombres y mujeres sin atributos»,o lo que es lo mismo, nuestra labor crítica sobre la representación mediática no pasa, en la actualidad, por la mera confrontación ni por la ingenua evidencia de la fetichización que esta produce, sino por intentar una sutil y delicada desmembración de la lógica de producción de lo real que los imaginarios documentales y mediáticos tradicionales naturalizan, evidenciando sus marcos de construcción material y, en definitiva, su calidad ficcional: la realidad, hace tiempo que lo sabemos, no es; la realidad se construye. Personalmente, considero que mi trabajo como artista no consiste solamente en registrar o recoger los acontecimientos, sino que fundamentalmente debe ser una herramienta para generar reflexión. Yo trabajo habitualmente con archivos fílmicos y con archivos de televisión. Mis películas están construidas sobre el desmontaje de estas imágenes prestadas o robadas. como antes creo que lo fueron Tiempo real, Ficciones anfibias o Zona Franca, espero que ElectroClass sea en estos momentos una buena herramienta para pensar la precarización, la privatización de la vida y los cuidados, la descompensación de los salarios y, en definitiva, el nuevo escenario socio-laboral que se ha abierto hace ya algunas décadas en europa y que se degrada día a día con la crisis económica. Pero también espero que sea un buen recurso para poner sobre la mesa de una manera compleja y polisémica las relaciones de nuestro trabajo con los medios de comunicación, y la necesidad de ser extremadamente cuidadosos y responsables con nuestra producción audiovisual en relación con los media. como ya hemos comprobado en muchos casos, la visibilidad conlleva a veces convertirse en industria del entretenimiento, y el entertainment siempre se vacía de contenido político en su resignificación mediática. la falta de representación de nuestras formas de vida y de nuestras auténticas condiciones de trabajo no son más que los síntomas de un recurrente eslogan esgrimido muchas veces en este último año: ni los parlamentos ni los imaginarios hegemónicos, ¡no nos representan! Y no nos representan porque, ya sea por sexo, clase, etnia, condición sexual o cualquier otra mezcla de alteridades superpuestas y transversales, excedemos los estrechos límites del pacto representacional y de la democracia representativa: somos obscenos, debemos permanecer, por tanto, ob-scenae: fuera de escena. Pero esta falta de representación no debe ser

entendida como una carencia, como un fallo, sino como una promesa de multiplicidad, como la ilegibilidad estratégica que toda sombra conlleva. Porque no ser visibles en el sistema de representación hegemónico no es algo necesariamente negativo, ni por supuesto nos resta potencia política: al contrario, nuestra espectralidad nos confiere, a los ojos del sistema de representación normativo, una gran capacidad de agencia política porque la acción de los fantasmas, aquello que sucede fuera de campo, es, muchas veces, más importante y activo que lo que enfocan sus cámaras.

María Ruido María Ruido es artista, investigadora y productora cultural. Desde 1996 desarrolla proyectos interdisciplinares sobre la elaboración social del cuerpo y su ubicación en los imaginarios del trabajo, así como sobre los mecanismos de construcción de la memoria y su relación con las formas narrativas de la historia. es además profesora en el Departamento de Diseño e Imagen de la universidad de Barcelona, donde forma parte de varios grupos de estudio sobre la representación y sus relaciones contextuales. Para consultar los textos audiovisuales y escritos mencionados, véase el archivo web www.workandwords.net. Para más información sobre el proyecto ElectroClass y sus diferentes dispositivos, véase http:// www.workandwords.net/es/projects/view/584 y http://www.consonni.org/intrahistorias/.

BIBlIOGRAFíA DeRRIDA, JAcqueS, Espectros de Marx, Madrid, Trotta, 1995. KluGe, AleXAnDeR, 120 historias del cine, Buenos Aires, caja negra, 2010. PASOlInI, PIeR PAOlO, «el genocidio», en Escritos corsarios, Madrid, ediciones del Oriente y del Me-

diterráneo, 2009. RAncIèRe, JAcqueS, «las desventuras del pensamiento crítico» en El espectador emancipado, Pon-

tevedra, ellago ediciones, 2010. RuIDO, MARíA , «Mamá, quiero ser artista!», en Precarias a la Deriva (eds.), A la deriva por los circuitos

de la precariedad femenina, Madrid, Traficantes de Sueños, 2004. Disponible también en http://www.workandwords.net/es/texts/view/497. RuIDO, MARíA , «Just do it! cuerpos e imágenes de mujeres en la nueva división del trabajo», en Sánchez leyva, Mª José y Reigada Olaizola, Alicia (coords.), Crítica feminista y comunicación, Sevilla, universidad de Sevilla, 2007. RuIDO, MARíA y ROWAn, JAROn, «In the mood for work: ¿Puede la representación alterar los procesos de valorización del trabajo cultural?», en YProductions (eds.), Producta 50, Barcelona, cASM/ Generalitat de catalunya, 2007. STeYeRl, HITO, La articulación de la protesta, 2002, disponible en http://eipcp.net/transversal/0303/ steyerl/es.




Sobre políticas y poéticas María Ruido el ataque del presente al resto del tiempo 244




En torno al gĂŠnero y el sexo Juan Vicente Aliaga Fernanda Carvajal MarĂ­a Cunillera


El largo (y tortuoso) camino de la diversidad Disidencia sexual en el arte y la cultura del siglo XX

Juan Vicente Aliaga


Quienes tuvieran un cuerpo (por ejemplo las personas intersexuadas denominadas entonces hermafroditas) o una conducta abominable e inmoral eran ďŹ chados, estigmatizados y perseguidos


Fig. 1 Claude Cahun Self Portrait (With Shaved Head) (1920) Fig. 2 Claude Cahun Self Portrait as Elle in Barbe Blue (1929)


Cuerpo libidinal E l cu e r p o l ibidin a l es un término que agenció el psicoanálisis para alejarse del cuerpo orgánico que entiende la ciencia o la medicina, únicamente anatómico. Este cuerpo libidinal a diferencia del otro tiene pulsiones, esto es, ama, odia, imagina y goza. Es un cuerpo sexual, entendida la sexualidad como algo no solo genital sino que está ligado también al lenguaje, al placer y a los deseos.


Otros artistas armarizados optaron por usar la abstracción para ocultarse; asimismo el interés mostrado hacia la cultura zen y su defensa del silencio como una vía que permitía conectar con formas profundas del ser pudo convenir a creadores como John Cage


podían saber que se estaba refiriendo a un pasaje de la obra de Dante en que se habla de que los sodomitas fueron condenados a correr descalzos sobre arena caliente. Al dibujar el contorno de su pie en la parte superior de la obra el artista se inscribía en la misma, identificándose así con los excluidos. Contrasta el uso de esos enmascaramientos con la actitud de Jess (1923-2004), artista californiano afincado en San Francisco que compuso The Mouse´s Tale (1951-54), un collage vertical hecho con recortes de las revistas de posing strap (hombres posando con un tanga) del momento. En el mismo cohabitan dos elementos principales: por un lado, el cuerpo de un

Otros artistas armarizados optaron por usar la abstracción para ocultarse; asimismo el interés mostrado hacia la cultura zen y su defensa del silencio como una vía que permitía conectar con formas profundas del ser pudo convenir a creadores como John Cage

ser monstruoso conformado por un conjunto de fotografías de hombres en paños menores procedentes de las revistas mencionadas; por otro, la ristra de cabezas de payasos alineados a modo de columna (en forma de cuerda) que parecen burlarse de los desviados sexuales, amenazándoles con un castigo. En tiempos de homofobia internalizada por el extendido sentimiento de culpa y vergüenza se publicaron dos ensayos que hicieron temblar a la ortodoxia moralista y escandalizaron a los más puritanos. Fruto de la investigación del sexólogo Alfred Kinsey y su equipo vieron la luz: La conducta sexual en el hombre (1948) y La conducta sexual en la mujer (1953). Kinsey situaba a cada individuo en una escala entre la heterosexualidad y la homosexualidad dando a entender que muchos sujetos estaban en un continuo de deseos y libidos en el que no se definían ni como totalmente homos ni totalmente heteros. Hubo artistas armarizados que optaron por usar la abstracción para ocultarse; asimismo el interés mostrado hacia la cultura zen y su defensa

del silencio como una vía que permitía conectar con formas profundas del ser pudo convenir a creadores como John Cage. Agnes Martin destruyó gran parte de sus primeras obras pero se han conservado algunos retratos de desnudos femeninos, probablemente de su compañera de ese momento, antes de convertirse en la pintora de las grids (cuadrículas). En el ámbito europeo las naciones que emergieron de la guerra mantuvieron una legislación que criminalizaba las relaciones entre personas del mismo sexo. Gran Bretaña la tuvo vigente hasta 1967, Alemania hizo lo propio hasta 1969. En Francia la situación era distinta: lo que dicidió François Mitterrand en 1981 fue amnistiar los casos de escándalo público con el agravante por homosexualidad, suprimir los ficheros de homosexuales en las comisarías y equiparar la edad de consentimiento sexual, en este caso para mayores de quince años pues hasta ese momento favorecía a los/as heterosexuales. En España, en 1970, en los estertores del franquismo, se introdujo la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social que provocó redadas de homosexuales y transexuales y dejó secuelas hasta principios de los ochenta bajo la figura del escándalo público y la corrupción de menores.

Lo personal es político: años sesenta y setenta D u r a n t e l a l a r ga travesía de los años cincuenta las vidas de mu-

chos individuos, cuyos cuerpos y deseos no se adaptaban a las rígidas normas, fueron objeto de mofa, escarnio o violencia. Sin embargo, las costuras del edificio heterosexista empezaron lentamente a abrirse y la contestación social fue ocupando paulatinamente las calles. Los cambios se iniciaron con las revueltas por los derechos civiles de la población negra y las manifestaciones de los colectivos feministas hasta llegar a las revueltas de Stonewall en Nueva York, de las que surgieron los distintos sectores del Gay Liberation Front. Si se presta atención a unos conocidos carteles de 1970, el salto es radical. En el primero, una fotografía de Peter Hujar (1934-87), se anuncia: «Come out. Join the Sisters and Brothers of the Gay Liberation Front». En el segundo, el mismo grupo de mujeres y hombres corren y saltan, gritando de júbilo, mientras algunos alzan los puños. Al fondo un gran círculo a modo de enorme astro solar luce en su parte central el término repetido let go (deja hacer, libérate, déjalo). Gays y lesbianas habían salido por fin de las catacumbas (aunque no todos/as). Estas briznas de libertad se habían logrado a pesar de que las leyes (y los estamentos médicos) seguían patologizando la homosexualidad que también era considerada un delito. A estos cambios contribuyeron, en distinta medida, los productores de imágenes que son los/as artistas, entre ellos un Andy Warhol (véase Truman Capote´s Shoe) (1955) todavía


Camp C a m p es u n a es t é t i c a que valora lo extravagante, lo

exagerado y lo kitsch que surgió en los años sesenta en el entorno del activismo de género, con una intención política de visibilización de lo gay. Viene del argot francés, concretamente del verbo se camper que significa posar de una manera afectada o afeminada. La pensadora Susan Sontag, realizó un ensayo sobre el tema titulado Notas sobre el camp en 1964.

Fig. 3 Jack Smith Flaming Creatures (1963)


Fig. 4 Barbara Hammer Women I Love (1976)


Fig. 5 Herbert Tobias The Great Parade. A Great Pride Day (1980)

Fig. 6 Video Nou Actuaci贸n de Oca帽a y Camilo (1977)


Fig. 7 Pepe Espaliú Sin título (1993)

Fig. 8 Nicole Eisenman Betty Gets It (1992)


Fig. 9 Del LaGrace Volcano Hermaphrodite Torso (1999)


Fig. 12 Renate Lorenz & Pauline Boudry N.O. Body (2008)

Fig. 10 Giuseppe Campuzano Museo Travesti (2009) Fig. 11 Fierce Pussy Dyke (1991-1995)


Figs. 13-17 Ahlam Shibli Eastern LGBT (2006)


Juan Vicente Aliaga Juan Vicente Aliaga es profesor de la Universidad Politécnica de Valencia.

Entre las exposiciones que recientemente ha comisariado destacan Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 (León, Musac, 2012) y Claude Cahun (París, Jeu de Paume, 2011).

BIBLIOGRAFÍA Aliaga, Juan Vicente, Orden fálico. Androcentrismo y violencia de género en las prácticas artísticas

del siglo XX, Madrid, Akal, 2007. Blake, Nayland, Rinder, Lawrence, Scholder, Amy, In a Different Light. Visual Culture, Sexual Identity,

Queer Practice, San Francisco, City Lights, 1995. Butler, Judith, El género en disputa. El feminismo y subversión de la identidad, México, Paidós, 1999. Preciado, Beatriz, Testo Yonqui, Madrid, Espasa, 2008. VV.AA. , Héroes caídos. Masculinidad y representación, Castellón, EACC, 2002. VV.AA. , Global Feminisms, Nueva York, Brooklyn Museum, 2007. VV.AA. , Das Achte Feld/The Eighth Square. Gender, Life and Desire in the Arts since 1969, Colonia,

Ludwig Museum, 2006. VV.AA. , En todas partes. Políticas de la diversidad sexual en el arte, Santiago, CGAC, 2009.

Fig. 18 Akram Zaatari Red Chewing Gum (2000)


Las Yeguas del Apocalipsis Cruces entre arte, sexualidad y polĂ­tica en el pasaje entre dictadura y posdictadura en Chile

Fernanda Carvajal


Fig. 1 Francisco Casas y Pedro Lemebel Refundación de la Universidad de Chile (1988)

1 En Chile, el nombre yegua corresponde a una figura de sometimiento sexual, la yegua sería la montada en el sentido sexual y militar del término. De modo que yegua designa de forma despectiva, tanto a la mujer exuberante o provocativa como al homosexual.


Fig. 2 Francisco Casas y Pedro Lemebel Las dos Fridas (1990) Foto: Pedro Marinello


5 ARTISTAS

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Somatopolítica noción de raigambre foucaltiana que pone su foco de aten-

ción en el cuerpo, considerándolo una ficción política creada en relación con unas técnicas de poder que lo controlan/gestionan y con unos sistemas de representación que producen su verdad (aparece aquí esa unión indisociable entre cuerpopoder-verdad). El cuerpo se plantea entonces como un lugar de intenso conflicto, en el que confluyen modelos que corresponden a diferentes épocas que, más que superarse en el tiempo, se solapan. Si la somatopolítica entiende el cuerpo como lugar de inscripción de las técnicas del poder, también lo hace como lugar de subjetivación, capaz de aprovechar sus potencias para crear escisiones, revoluciones y revertir así los usos dominantes. Es un término que tiene especial fortuna crítica en el ámbito de los estudios del feminismo, transgénero, teoría queer o de la lucha contra el sida.

Se considera a veces que el arte El antiguo miedo a la sangre como vehíactual tiene como culo y tráfico de razas que infringieron objetivo último provocar y contaminaron las castas sociales, se o llamar reeditalaenatención. la transmisión de la pandeque amenaza con su propagación ¿Quémia, podrías comentar en el conducto cortado que derrama sobresangre esta suposición? y mancha la falda. La mancha que altera el blanco inmaculado del 5 PREGUNTAS vestido prefigura el sida como nueva mancha (o estigma) social Patricia Esquivias a) Que es totalmente falso. b) Que a veces es cierto. c) Que no tiene importancia. Lo que importa es el efecto de la obra en cada uno. ¿Te lleva la obra en cuestión más allá, intelectual o sensorialmente?

Esther Ferrer No estoy de acuerdo en absoluto, no veo por qué el arte debe provocar, ni llamar la atención, es más, me parece un punto de partida estúpido. Los que piensen así es mejor que hagan arte para la televisión donde queda bien al parecer (yo no tengo TV) provocar o llamar la atención.


5 dos ARTISTAS conocida de las Yeguas del Apocalipsis: Las Fridas (1990) (fig. 2). La pieza ha sido abordada por el feminismo crítico, por autoras como Nelly Richard o Jean Franco, que han resaltado sus operaciones de desmontaje sobre la categoría mujer como identidad esencial y sobre los usos de Frida como fetiche exótico en el mercado del arte latinoamericano. También, en una lectura un tanto forzada, un texto reciente de Justo Pastor Mellado plantea la recuperación de Frida como reivindicación trotskista Wilfredo en la que Prieto se escondería En muchos casos puede haber una provocación, particularmente considero que cualquier forma de arte incluso la que va en contra de las normas éticas o estéticas de un tiempo, siempre que sea con una cualidad comunicativa honesta, es efectiva, necesaria y gratificante, porque explora zonas del conocimiento que por prejuicios no siempre son áreas exploradas en la reflexión. Sin embargo, si la provocación unde interés noción de raigambre foucaltiana que pone tiene su foco aten-solamente para llamar la atención los medios decreada comunicación o como ción en el cuerpo, considerándolo una de ficción política estrategia para logros netamente de mercado o fama, lo en relación con unas técnicas de poder que lo controlan/gesconsidero vacuo y para mí su discurso tionan y con unos sistemas de representación que producense vuelve nulo.

Somatopolítica

su verdad (aparece aquí esa unión indisociable entre cuerpopoder-verdad). El cuerpo se plantea entonces como un lugar de intenso conflicto, en el que confluyen modelos que corresponden Isidoro Medina a diferentes épocas que, más que superarseValcárcel en el tiempo, se solapan. Si la somatopolítica Me parece entiende muyelpobre cuerpo este como propósito lugar de tomado al pie de inscripción de las técnicas la letra, del poder, no me también satisface lo hace en como absoluto. lugar El espectador de subjetivación, capaz pone de aprovechar el 50% de sus esapotencias llamada de para atención, crear no compete escisiones, revoluciones al autor y revertir másasí que losen usos unadominantes. pequeña medida. Es Llamar la un término que tiene especial atención fortuna es muy crítica sencillo, en el ámbito y sólo de se los admitiría si tiene estudios del feminismo, que transgénero, jugar un papel teoríaelqueer espectador. o de la lucha Una palabra puesta contra el sida. que sea una aparente simpleza debería ser un estímulo para que el público se pregunte ¿por qué está esto puesto aquí, esta bobada? y que eso fuera la llamada de atención, lo estúpido de la propuesta. Hay que hacer trabajar al espectador, no encandilarle con algo sorprenderte. una posible crítica de las Yeguas a la izquierda leninista chilena. Por último, se ha reparado en la alusión al sida contenida en la intervención, en la que quisiéramos detenernos. La escenificación de Lemebel y Casas mantiene la alusión a la estratificación racial y de clases del cuadro original al posar uno con la falda victoriana y otro con la tehuana. Ambos están con el torso descubierto, con un corazón dibujado adherido al pecho que remite a la gráfica fisiológica de las láminas escolares. Podríamos leer la imagen como la escenificación de un cuerpo biopolítico: como si formaran un solo cuerpo, Lemebel y Casas posan con el torso desnudo con corazones artificiales

5 PREGUNTAS cuyas arterias aparecen intervenidas y enchufadas por conductos en una transfusión sanguínea. El antiguo miedo a la sangre como vehículo y tráfico de razas que infringieron y contaminaron las castas sociales, se reedita en la transmisión de la pandemia, que amenaza con su propagación en el conducto cortado que derrama sangre y mancha la falda. La mancha que altera el blanco inmaculado del vestido prefigura el sida como Eulàlia nueva mancha Valldosera (o estigma) social. No podemos pedirle a los espectadores que entren en contacto con una obra de arte, actual o no, sin sus prejuicios. Es más, liberarle de ellos, señalárselos, es la función de toda obra artística. Los prejuicios se basan en la falsa idea de que todo lo pasado y conocido nos da seguridad, y por lo tanto son limitadores de la experiencia ya que tienden a estancar el intercambio de conocimiento. Por otro lado, si no hemos integrado bien las lecciones del pasado careceremos de juicio, y absorberemos cualquier novedad –la moda- sin distinción de calidad.

El antiguo miedo a la sangre como vehículo y tráfico de razas que infringieron y contaminaron las castas sociales, se reedita en la transmisión de la pandemia, que amenaza con su propagación en el conducto cortado que derrama sangre y mancha la falda. La mancha que altera el blanco inmaculado del vestido prefigura el sida como nueva mancha (o estigma) social

Cambiando de registro, las Yeguas del Apocalipsis ejecutan, en diversos espacios, procesos de citación performativa que recodifica el travestismo prostibular. Es necesario distinguir entre el sujeto travesti prostibular lumpenizado y confinado al espacio de la economía sexual, y el travestismo como práctica artístico-cultural ejecutado por las Yeguas, aunque Lemebel y Casas busquen justamente producir contaminaciones entre el espacio disciplinario del prostíbulo y el territorio del arte. Así sucede en Casa particular (1989), el vídeo de registro documental realizado por Gloria Camiruaga y Yeguas del Apocalipsis en San Camilo —emblemático reducto prostibular del Santiago de los años ochenta—, que muestra la cara diurna y la nocturna del burdel travesti. El vídeo esboza, a partir de la voz y el cuerpo de las travestis, cuestiones como la precariedad económica, la competencia con prostitutas mujeres y el asesinato travestofóbico. También exhibe las tecnologías del artificio travesti, cuando muestra las sesiones comunitarias de maquillaje y el truco del «candado chino» —que simula una vagina removiendo el pene hacia atrás— enseñado por una de


conocida de las Yeguas del Apocalipsis: Las dos Fridas (1990) (fig. 2). La pieza ha sido abordada por el feminismo crítico, por autoras como Nelly Richard o Jean Franco, que han resaltado sus operaciones de desmontaje sobre la categoría mujer como identidad esencial y sobre los usos de Frida como fetiche exótico en el mercado del arte latinoamericano. También, en una lectura un tanto forzada, un texto reciente de Justo Pastor Mellado plantea la recuperación de Frida como reivindicación trotskista en la que se escondería

Somatopolítica noción de raigambre foucaltiana que pone su foco de aten-

ción en el cuerpo, considerándolo una ficción política creada en relación con unas técnicas de poder que lo controlan/gestionan y con unos sistemas de representación que producen su verdad (aparece aquí esa unión indisociable entre cuerpopoder-verdad). El cuerpo se plantea entonces como un lugar de intenso conflicto, en el que confluyen modelos que corresponden a diferentes épocas que, más que superarse en el tiempo, se solapan. Si la somatopolítica entiende el cuerpo como lugar de inscripción de las técnicas del poder, también lo hace como lugar de subjetivación, capaz de aprovechar sus potencias para crear escisiones, revoluciones y revertir así los usos dominantes. Es un término que tiene especial fortuna crítica en el ámbito de los estudios del feminismo, transgénero, teoría queer o de la lucha contra el sida.

una posible crítica de las Yeguas a la izquierda leninista chilena. Por último, se ha reparado en la alusión al sida contenida en la intervención, en la que quisiéramos detenernos. La escenificación de Lemebel y Casas mantiene la alusión a la estratificación racial y de clases del cuadro original al posar uno con la falda victoriana y otro con la tehuana. Ambos están con el torso descubierto, con un corazón dibujado adherido al pecho que remite a la gráfica fisiológica de las láminas escolares. Podríamos leer la imagen como la escenificación de un cuerpo biopolítico: como si formaran un solo cuerpo, Lemebel y Casas posan con el torso desnudo con corazones artificiales

cuyas arterias aparecen intervenidas y enchufadas por conductos en una transfusión sanguínea. El antiguo miedo a la sangre como vehículo y tráfico de razas que infringieron y contaminaron las castas sociales, se reedita en la transmisión de la pandemia, que amenaza con su propagación en el conducto cortado que derrama sangre y mancha la falda. La mancha que altera el blanco inmaculado del vestido prefigura el sida como nueva mancha (o estigma) social.

El antiguo miedo a la sangre como vehículo y tráfico de razas que infringieron y contaminaron las castas sociales, se reedita en la transmisión de la pandemia, que amenaza con su propagación en el conducto cortado que derrama sangre y mancha la falda. La mancha que altera el blanco inmaculado del vestido prefigura el sida como nueva mancha (o estigma) social Cambiando de registro, las Yeguas del Apocalipsis ejecutan, en diversos espacios, procesos de citación performativa que recodifica el travestismo prostibular. Es necesario distinguir entre el sujeto travesti prostibular lumpenizado y confinado al espacio de la economía sexual, y el travestismo como práctica artístico-cultural ejecutado por las Yeguas, aunque Lemebel y Casas busquen justamente producir contaminaciones entre el espacio disciplinario del prostíbulo y el territorio del arte. Así sucede en Casa particular (1989), el vídeo de registro documental realizado por Gloria Camiruaga y Yeguas del Apocalipsis en San Camilo —emblemático reducto prostibular del Santiago de los años ochenta—, que muestra la cara diurna y la nocturna del burdel travesti. El vídeo esboza, a partir de la voz y el cuerpo de las travestis, cuestiones como la precariedad económica, la competencia con prostitutas mujeres y el asesinato travestofóbico. También exhibe las tecnologías del artificio travesti, cuando muestra las sesiones comunitarias de maquillaje y el truco del «candado chino» —que simula una vagina removiendo el pene hacia atrás— enseñado por una de


Biopolítica el origen del término hay que buscarlo en Foucault y se

refiere al conjunto de técnicas de gestión y control de la vida, que responde a una nueva dinámica de fuerzas que aparece en la modernidad, coincidiendo con la expansión del capitalismo industrial y la consideración de los vivientes como fuerza de producción. Los biopoderes se afianzan en los procesos de vida no unilateralmente, sino mediante una multiplicidad de relaciones de mando y obediencia, entre sujetos y con las instituciones clave de este período (la cárcel, la escuela, el hospital, la fábrica…), poniendo a trabajar las disciplinas que colocan a la población al servicio de la producción. La biopolítica supone la coordinación estratégica de estas relaciones de poder, pero también engloba las nuevas formas de lucha y resistencia, es decir, la creación de nuevas formas de vida.

Fig. 3 Francisco Casas y Pedro Lemebel Tu dolor dice: minado (1993) Foto: Paz Errázuriz


Fernanda Carvajal Fernanda Carvajal es socióloga y actualmente realiza un doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires. Es coautora del libro Nomadismos y ensamblajes, compañías teatrales en Chile (Cuarto Propio, 2009). Desde el año 2009 es miembro de la Red Conceptualismos del Sur.

Bibliografía Franco, Jean, Marcar diferencias cruzar fronteras, Santiago, Editorial Cuarto Propio, 1996. Emmanuel Lévinas, Dios, la muerte y el tiempo, Madrid, Cátedra, 1994. Mellado, Justo Pastor,«El verbo hecho carne. De la vanguardia genital a la homofobia blanda en la

plástica chilena» en Aliaga, Juan Vicente (ed.), En todas partes. Politicas de la diversidad sexual en el arte, Santiago de Compostela, Centro Galego de Arte Contemporánea, 2009, pp. 73-91. Richard, Nelly, Residuos y metáforas. Ensayos de crítica cultural sobre el Chile de la transición, Santiago, Editorial Cuarto Propio, 1998.


Cuentos de Louise Bourgeois La destrucción del padre

María Cunillera

Fig. 1 Louise Bourgeois The Destruction of the father (1974)

¿A qué nos recuerda The Destruction of the Father (La destrucción

del padre) (1974) (fig. 1), considerada la primera instalación de la artista francesa Louise Bourgeois (1911-2010)? Algunos dicen que a una boca, otros, que a una cueva o a una reunión en torno a una mesa. También, a una especie de escenario, con su iluminación teatral y su atmósfera tensa de rojos y terciopelos negros. Un escenario al que la artista no


nos deja subirnos, solo mirar, pues no somos los actores de este drama. Entonces, ¿quiénes son? ¿Y cuál es el drama que aquí se representa? Las palabras de Bourgeois, tan propensa a hablar y escribir sobre su vida y obra, entretejiéndolas, nos ayudan a enmarcar nuestra pieza: «La mesa del comedor está puesta y se pueden ver todas las cosas que están sucediendo. El padre se jacta ante los presentes de lo importante que es, de todas las cosas maravillosas que ha hecho, de la chusma a la que ha humillado hoy. Pero esta misma escena se repite día tras día, y entre los hijos crece una suerte de resentimiento. Llega el día en el que estos se enfadan. La tragedia se respira en el ambiente. Ya son

Fig. 2 Louise Bourgeois Cumul I (1969)

demasiadas las veces que el padre ha repetido el mismo discurso. Los niños lo agarran y lo colocan encima de la mesa. El padre se convierte en la comida; lo trocean y desmiembran y devoran. Y al final nada queda de él. Si observa con detenimiento, este es un drama oral. La irritación provino de sus continuas ofensas verbales y por ello fue liquidado de la misma forma que él había liquidado antes a sus hijos». Parece que son las huellas del macabro ritual las que permanecen: en un extremo de la mesa, una forma similar a una cabeza; extendidos como un mantel, otros restos, vaciados en látex de piezas animales que la artista había comprado en el mercado. Bourgeois pone en relación un episodio autobiográfico con esta obra, aunque más que ceñirla a su historia personal, nos permite abrirla a nuestras propias vivencias. Cierto es

que no nos deja subirnos al escenario, pero podemos volcar en él intensas experiencias que atravesamos cuando éramos niños y que a todos nos han marcado como adultos. Miradas silenciosas hacia la cabecera de la mesa, miedo, impotencia. La angustia de sentirse cada vez más pequeña mientras los mayores no paran de hablar. Tú come y calla. Hasta que no te lo comas todo, no te levantas de ahí. Y lo que no te comas ahora, para la cena. Así precisamente subtitula Bourgeois su instalación, La cena, dándole la razón a Elias Canetti cuando habla de una «velada amenaza» presente en cada comida: «no somos tan inofensivos. Comemos con tenedor y cuchillo, dos instrumentos que podrían servir fácilmente para la agresión». Porque un día, como ya sabemos, la historia se da la vuelta. Hartos de tanto alarde, todos se rebelan, aplicando a esta suerte de Saturno su misma medicina, la agresión oral, aunque con una diferencia significativa: la autoridad del lenguaje será sustituida por la del mordisco. Ya que el deseo de hablar de la niña Louise y de los demás se ve frustrado por la verborrea hinchada del padre, deciden sublevarse desde un ámbito no verbal, el del mordisco, que es también el del grito, el gruñido o la risa, a los que podemos imaginar acompañando este ataque. Si la instalación nos coloca ante una boca, con filas de protuberancias que recuerdan a dientes y una luz rojiza y oscura que recrea el interior de la cavidad bucal, no se trata de la boca del discurso, sino de una boca caníbal: en vez de nombrar, devorar. ¿Y si toda la historia de Bourgeois no fuese nada más (y nada menos) que un cuento? Un cuento arquetípico, como todos quizás, en el que el padre de Bourgeois se convierte en símbolo de todos sus padres (su marido, los colegas de profesión, las autoridades intelectuales...) y de los nuestros. Un cuento al revés, sin duda, pues esta vez no serán niños indefensos los devorados por ogros, brujas o monstruos. Estos episodios, tan comunes en los cuentos, suscitan la pavorosa visión del cuerpo en pedazos (corps morcellé) que, según Jacques Lacan, el niño va sustituyendo por la imagen de un cuerpo ideal, delimitado y unitario, en el que asentará su entidad individual. Pero en nuestro cuento los niños devoran y a quien afecta la horrible fantasía de volver a estar deshecho es al padre. Su integridad se descompone para regresar a un estado de indeterminación más propio del seno materno, entorno que también podría sugerir la instalación de Bourgeois. De una manera amenazante, eso sí, como si una regresión a ese estado se tradujera necesariamente en muerte. La destrucción del padre también da la vuelta a cuentos de caníbales bien conocidos, como el que nos relata Sigmund Freud en Tótem y tabú (1913), algo ya señalado por Patricia Mayayo. Aquí el psicoanalista imaginó una fantasía originaria para la civilización, en la que una horda fraterna (y masculina) se rebela contra el padre por acaparar todas las mujeres. Lo asesinan y lo devoran. Después, llevados por el arrepentimiento, deciden transformarlo en tótem e imponer su norma: ley del


padre. Trasladados por Freud al umbral de la historia de la humanidad, podríamos subrayar el aspecto cavernoso de la instalación. Pero en esta cueva, la devoración del padre va a significar la derrota absoluta del tirano y la eliminación de su ley. Además, son eminentemente mujeres las que llevan a cabo la revuelta, la niña Louise, su hermana y su madre (que no aparecía en la cita anterior, pero sí en otras), a diferencia de la fantasía de Freud, en la que la mujer es solo objeto de intercambio sexual. Bourgeois se va a seguir riendo de otras historias freudianas y así es como la vemos en la conocida fotografía tomada por Robert Mapplethorpe, sonriendo, con su obra Fillette (1968) bajo el brazo, escenificando de ma-

tructura de poder», parafraseando a la propia Bourgeois. Además, Fillette (fig. 3) pervierte en esta imagen la diferencia sexual, difuminando la rígida oposición entre lo masculino y lo femenino, como las protuberancias de La destrucción del padre y de otras muchas obras de Bourgeois, que van saltando por múltiples significantes: senos, testículos, glúteos, glande… Pero si Bourgeois se ríe del cuento de la castración, también podría jugar a apropiarse de la imagen de la mujer castradora para utilizarla como estrategia antipatriarcal. En este sentido, La destrucción del padre evocaría una gran vagina dentata, que castra al padre para hacerse con el control (con el falo significante). Qué duda cabe que convocar el fantasma de la

«En mi arte, soy el asesino [...]. Como artista soy una persona poderosa. En la vida real, me siento como un ratón detrás de un radiador»

Fig. 3 Louise Bourgeois Fillette (1968)

nera burlona la ansiada apropiación del pene por parte de una envidiosa mujer: el cuento de la mujer castrada. Pero la artista no muestra reverencia por el preciado trofeo, sino que lo agarra con familiaridad, como si fuera un bolso o una muñeca, con la ternura que corresponde a su nombre (fillette: chiquilla). Otra manera de «desinflar la psique masculina como es-

vagina dentata, como el de la caníbal, que asimilan la mujer a lo monstruoso, entraña sus riesgos. Pero esta vez no será una voz masculina la que nos cuente el cuento de la devorahombres. Desde la posición que ejerce como artista (como emisora), Bourgeois reivindica la imagen de la mujer caníbal, identificándola con el principio de la acción, subvirtiendo las construcciones machistas del psicoanálisis y sublevándose contra todos los padres. Es ella la que tiene el control sobre las imágenes que proyecta, la que deliberadamente las escoge para moverse entre las fisuras que abren en el statu quo. Porque frente a la amenaza pasiva que representa la mujer castrada, la castradora y la caníbal se perfilan como figuras triunfantes, que toman la iniciativa y doblegan al macho mediante la acción. El mordisco solo puede ser activo e importa quién habla desde la obra. Y esto es lo que va a hacer Bourgeois después: hablar. Una vez devorado el padre, la artista deja de lado el mordisco y decide romper su silencio. Las palabras, lo simbólico, pueden haber sido dominio mascu-


lino, pero eso no quiere decir que la mujer deba renunciar a hacer oír su voz. Llama poderosamente la atención que, solo un año después de La destrucción del padre, Hélène Cixous animara a las mujeres a hablar y a escribir desde y para ellas mismas en su texto La risa de la medusa, que desafía el control androcéntrico del discurso inscribiendo el lenguaje en el propio cuerpo: «hacerlo suyo, contenerlo, meterlo en su propia boca, morder esa lengua con sus propios dientes para inventar un lenguaje para sí misma». Después de la destrucción, un proyecto. En cualquier caso, la violencia no está desproblematizada en la obra de Bourgeois y la culpa y el miedo sobrevienen a su despliegue de

madre. Con La destrucción del padre, decide transitar por estos espacios emocionales, regresar «a la escena de su primer crimen», como señala Beatriz Colomina, para revivir el conflicto, enfrentarlo y dejar los miedos definitivamente atrás. Todo este drama oral de afectos cruzados y deseos no aceptables nos trae otro asunto que vuelve a matizar la agresividad del arrebato caníbal: la melancolía. Ya en la Antigüedad, se había colocado a los melancólicos bajo el signo de Saturno, ese dios que devoraba a sus hijos. Mucho después, en el siglo XIX , la psiquiatría legal clasificará los crímenes caníbales como formas de melancolía, llegándose a hablar, según

Fig. 4 Louise Bourgeois Red Room (Parents) (1994)

Fig. 5 Louise Bourgeois Untitled (1943)

rabia. De nuevo son sus palabras las que nos aportan otros matices: «En mi arte, soy el asesino [...]. Como artista soy una persona poderosa. En la vida real, me siento como un ratón detrás de un radiador». Bourgeois canaliza un resentimiento acumulado durante mucho tiempo, fiel a su concepción del arte como una forma de curación, y consuma una rebelión con la que solo pudo fantasear cuando todavía era una niña. Pero, probablemente, también es la primera en sorprenderse de los impulsos que hacen de ella una parricida caníbal: «aquella fue una pieza homicida, que realicé bajo el impulso que uno experimenta cuando soporta demasiado estrés y se vuelve en contra de aquellos a los que más quiere». En otros lugares nos habla de los sentimientos contradictorios con los que ha tenido que lidiar no solo como hija, sino como esposa y

Giorgio Agamben, de «ogros melancólicos», que parecen haber dado el salto de los cuentos y la mitología a la realidad. Pensemos de nuevo en la niña Louise. Antes hablamos de su ira, miedo y frustración, pero también amaba y admiraba a su padre, quería impresionarlo para ganarse su favor, máxime por no ser el varón que él esperaba, y seguramente sentía que no le prestaba suficiente atención, la que sí parecía dedicarle a la institutriz de la familia, Sadie, a la sazón amante del padre. Entonces, urde un plan: en vez de renunciar a su padre y aceptar perderlo, mejor destruirlo, comérselo, para poder llevarlo siempre consigo. Si la renuncia impone siempre una distancia, la ingesta apura cualquiera de ellas. La literatura psicoanalítica nos ha descrito al melancólico como un sujeto incapaz de superar la pérdida del ser amado, que trata de hacerlo


revivir en su interior incorporándolo. Podríamos recordar ahora que otro de los padres de Bourgeois, su marido, había muerto poco antes de realizar La destrucción del padre. Devorar para no tener que separarse nunca más... aunque al devorar ya nada retengamos del otro. En esto consiste la paradoja de la acción caníbal del melancólico, el mismo gesto con el que demuestra su total devoción por el objeto amoroso, lo condena a desaparecer. Siguiendo con la interpretación psicoanalítica, esta fantasía de apropiación absoluta por devoración estaría revelando en realidad un deseo muy arcaico: evitar la soledad esencial que nos marca como seres individuales, es decir, evitar la separación del seno materno. El melancólico, que no se resigna a tal separación, la revive una y otra vez con la pérdida del ser amado, de ahí su regresión a la fase oral o caníbal (la del niño de teta) y la angustia con la que experimenta la separación, en el doble sentido que indica Pierre Fédida: «separar-se de y ser separado». Claro que lo que un día fue una unión ideal ya solo puede retornar como algo siniestro. La misma Bourgeois nos ofrece imágenes en este sentido, como Sin título (1943) (fig. 5), donde un pequeño ser es devorado por una madre monstruosa que materializa tal unión, la mala madre que Bourgeois temía ser. Aquí también nos encontraríamos con sus características Arañas, defendidas por la artista como una figura positiva, la de su propia madre tejedora. No obstante, las relaciones entre ambas no siempre fueron fáciles y quizás por ello las arañas resulten extremadamente ambivalentes como imagen maternal, siendo posible ver en ellas un avatar de la madre devoradora o incluso de la mantis. Como telón de fondo de esta compleja red de afectos, aparecen la ambigüedad de las relaciones familiares y la doble naturaleza del espacio doméstico, asuntos recurrentes en la obra de Bourgeois, desde sus tempranas Mujeres-casa hasta sus Celdas, pasando por las Guaridas. El amparo que proporciona un hogar puede transformarse en soledad y opresión; o en algo siniestro, como diría Freud. La destrucción del padre, que no deja de ser una variante en torno a estos temas, nos mete el canibalismo en casa y revela ese componente de horror extremo que se oculta bajo la normalidad de las apariencias. Incluso podríamos entender sus Mujeres-casa como espacios que se han tragado el cuerpo femenino, ingesta que Bourgeois ya expresaba con crudeza en otra de sus primeras obras, que nos servirá para despedirnos con uno más de sus cuentos: «Érase una vez un hombre que se enfadó— con su mujer, la cortó— en pedacitos e hizo un guiso con ella./ Después llamó a sus amigos y les invitó a un cocktail con estofado./ Vinieron todos y se lo pasaron muy bien» (de la obra Él desapareció en un silencio total (1947). Coda: poniendo a funcionar así La destrucción del padre parezco seguir la tendencia a considerar el conjunto de la obra de Bourgeois como un glosario, aunque no es un afán totalizador el que me ha guiado, sino el intento de abrir y desgranar una trayectoria siempre inconclusa.

María Cunillera María Cunillera es doctora en Historia del Arte, profesora de Historia y Teoría del Arte y del Diseño en el IED-Istituto Europeo di Design de Madrid y educadora en el CA2M.

BIBLIOGRAFÍA Bal, Mieke, Una casa para el sueño de la razón, Murcia, Cendeac, 2006. Bourgeois, Louise, Destrucción del padre, reconstrucción del padre: escritos y entrevistas, 1923-1997,

Madrid, Síntesis, 2002. Canetti, Elias, Masa y poder, Barcelona, Muchnik, D.L. 1994. Cixous, Hélène, La risa de la medusa, Barcelona, Anthropos, 1995. Colomina, Beatriz, Doble exposición: arquitectura a través del arte, Madrid, Akal, 2006. Fernández Polanco, Aurora , «Devorar», en Cuadernos Hispanoamericanos, nº 637-638, julio-

agosto 2003. Mayayo, Patricia , Louise Bourgeois, Hondarribia, Nerea, 2002. Morris, Frances (ed.), Louise Bourgeois, Londres, Tate Publishing, 2007. Nixon, Mignon, Fantastic Reality: Louise Bourgeois and a Story of Modern Art, Cambridge/Londres,

MIT Press, 2005. Storr, Robert; Herkenhoff, Paulo; Schwartzman, Allan (eds.), Louise Bourgeois, Londres, Phaidon

Press, 2004.


En torno al género y el sexo María Cunillera Cuentos de Louise Bourgeois 304






Un mundo sin periferias María Íñigo Clavo Pedro Lasch Rogelio López Cuenca


Usted está aquí ¿Dónde, cuándo y para qué lo poscolonial?

María Íñigo Clavo


La única forma de velar por el presente es mostrando las representaciones del pasado, así lo explicaba Foucault cuando hablaba de la genealogía como el «acoplamiento de los conocimientos eruditos y de las memorias locales que permite la constitución de un saber histórico de la lucha y la utilización de ese saber en las tácticas actuales» Fig. 1 Oswaldo Rocha Historia de los uniformes en los grupos irregulares en Colombia, Municionero 1900, Combatiente Indígena 1900, Guerrillero con casaca del ejército realista 1821 (1980)


Transmodernidad e s u n t é r m i n o del filósofo argentino Enrique Dussel que ha sido muy utilizado desde los años noventa. Viene a defender la idea de una modernidad realizada conjuntamente desde los dos lados del Atlántico, en contraposición con la idea de una modernidad unidireccional desde Europa del Norte hacia las colonias. La colonización no debe ser entendida como una parte de la modernidad sino como su parte necesaria.


Subalterno E L G ru p o d e Estudios Subalternos Sudasiático abre una nueva lectura de construcción nacional india a través de la figura del subalterno, no basada en el proletario de la lectura marxista, sino en otros agentes como los campesinos que han estado excluidos de la historia, habitualmente comprendidos como pasivos. Es un sujeto que emerge de las grietas de los relatos de las grandes disciplinas académicas, como parte de una necesidad de reconceptualización de la relación ciudadano, estado, nación.


Fig. 2 Frente 3 de Fevereiro Onde estão os negros? Campeonato Brasileiro Campinas, estádio Moisés Lucarelli Corinthians x Ponte Preta (2005)

Fig. 3 Frente 3 de Fevereiro Brasil negro salve Final da Libertadores da América São Paulo, estádio Morumbi São Paulo x Atlético-PR (2005)

Fig. 4 Frente 3 de Fevereiro Zumbi Somos Nós Campeonato Brasileiro São Paulo, estádio Pacaembú, Corinthians x Internacional (2005)


Fig. 2 Frente 3 de Fevereiro Onde estão os negros? Campeonato Brasileiro Campinas, estádio Moisés Lucarelli Corinthians x Ponte Preta (2005)

Fig. 3 Frente 3 de Fevereiro Brasil negro salve Final da Libertadores da América São Paulo, estádio Morumbi São Paulo x Atlético-PR (2005)

Fig. 4 Frente 3 de Fevereiro Zumbi Somos Nós Campeonato Brasileiro São Paulo, estádio Pacaembú, Corinthians x Internacional (2005)


Fig. 5 Carlos Motta La buena vida (2005-2008) (Instituto de Arte Contemporáneo de Filadelfia, 2010)

1 Tras ellos se incorporaron en reuniones consecutivas: Walter D. Mignolo, Maria Milagros López, Michael Clark y en un tercer momento: Alberto Moreiras, Gareth Williams, John Kraniauskas, Josefina Saldaña, Abdul Mustafa, Sara Castro-Klaren y Fernando Coronil. Muchos otros han participado de este debate, no solo escribiendo sobre ello sino organizado publicaciones y encuentros en distintos momentos de la década de los noventa.

2

Ramón Grosfóguel, Nelson Maldonado, José David Saldívar, Arturo Escobar, Edgardo Lander en Venezuela; Catherine Walsh en Quito; Aníbal Quijano en Perú; Zulma Palermo en Argentina o Freya Schiwy, Fernando Coronil (y otros).


Differánce es un t érmino que Jacques Derrida usa para contestar al

término différence (diferencia) en 1968. Por una parte reconoce la importancia del contexto donde se dan las palabras para determinar su significado, pues este siempre formará parte de una cadena de signos y significados, (por eso es pospuesto y diferido). A su vez remarca el carácter performático de la diferencia más allá de ser algo estático, cerrado en su propia definición ­— que la idea de diffèrence contiene en sí misma— sino que por el contrario habla de un proceso en constante negociación.

Fig. 6 Iconoclasistas La trenza insurrecta (2010)


Fig. 7 Jean François Boclé Consommons Racial! (2005) (XXI Bienal de Pontevedra, 2010)


Fig. 8 Leandro Nerefuh Archivo Banana, tupinambas devorando banana (2010-11)


Fig. 9 Elio Rodr铆guez Gone with the Macho (1995)

Figs. 10-13 Rogelio L贸pez Cuenca y Elo Vega Gitanos de papel (2009)


Fig. 14 RaĂşl Valerio Ilegal (2000) (de la obra Salto del Negro)


Désert comprendió bien que lo popular –y su representación– es una efectiva máquina de asimilar al Otro, incorporarlo, inocularlo en el interior de los discursos nacionales

Figs. 15-16 Jean-Ulrick Désert Negerhosen2000 / Travel albums (2000)


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La Red Conceptualismos del Sur lanzó una convocatoria para difundir el artículo en 2010 que tuvo gran repercusión. Para ello se basó en el texto de Eduardo Gruner, La oscuridad y las luces.

María Íñigo Clavo María Íñigo Clavo es doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Investigadora y artista. Sus trabajos se sitúan en la encruzijada entre el arte, la colonialidad, la historia.


Breve argumento visual por una estética descolonial *

Pedro Lasch

* El contexto breve de esta publicación hace que sus puntos textuales funcionen ante todo como un esbozo. Igualmente, el espacio limitado no permite explicaciones extensas de las obras de arte presentadas, pero todas ellas cuentan con extensos textos y publicaciones anteriores que son accesibles en forma bilingüe en el sitio http://www.pedrolasch.com


Fig. 2 Pedro Lasch Indianizaci贸n Global (2009-presente)

Fig. 1 Pedro Lasch Serie Latino/A America (2003-presente)


Fig. 4 Pedro Lasch McSickle (2003)

Fig. 3 Pedro Lasch Coatlicue y Las Meninas (2008) no. 13 de la serie Espejo Negro (2007-presente)


Figs. 8-9 Pedro Lasch Twin Towers GoGlobal (2001-11)

Figs. 5-7 Simulaciones de reconstrucciones de las Torres Gemelas en la zona desmilitarizada de Panmunjum entre Corea del Norte y Corea del Sur, BahĂ­a de GuantĂĄnamo en Cuba y Atenas.


NOV 27 - 30, 2008 ZAGREB / NEW YORK / EVERYWHERE

WE CAN RUN

Fig. 11 Pedro Lasch, Esther Gabara y colaboradores locales Reflejo ausente, de la serie Naturalizaciones (2002-presente)

THE ECONOMY Fig. 10 16 Beaver y Brian Holmes We Can Run... the Economy (2008)

Fig. 12 Pedro Lasch, Miguel Rojas Sotelo y colaboradores Independencia, Revoluci贸n... Narcochingadazo (2009-presente)


Pedro Lasch Pedro Lasch es profesor de práctica y teoría del arte en el Departamento de Arte, Historia del Arte y Estudios Visuales de la Universidad de Duke y trabaja en Nueva York con grupos inmigrantes y colectivos de arte, principalmente 16 Beaver Group. Como artista ha expuesto en numerosas instituciones como Queens Museum en Nueva York o la plataforma AND AND AND en Documenta 13. Fig. 14 Logotipo oficial con anuncio en persa para el Día Internacional Sin Inglés (18 de diciembre del 2011)


Descolonizando nuestros propios otros Rogelio L贸pez Cuenca


Fig. 1 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)

1 2

Castro, Américo, citado por Juan Goytisolo, Crónicas sarracinas, 1981. Caro Baroja, Julio, Los moriscos del reino de Granada, 1957.


Fig. 1 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)

1 2

Castro, Américo, citado por Juan Goytisolo, Crónicas sarracinas, 1981. Caro Baroja, Julio, Los moriscos del reino de Granada, 1957.


Fig. 1 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)

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Castro, Américo, citado por Juan Goytisolo, Crónicas sarracinas, 1981. Caro Baroja, Julio, Los moriscos del reino de Granada, 1957.


Fig. 2 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)

Fig. 3 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)


El sentimiento de identificación y solidaridad de la sociedad española con el independentismo saharaui goza de tal grado de hegemonía —prácticamente de unanimidad— que abarca los más antagonistas extremos del espectro ideológico

Fig. 4 Rogelio López Cuenca El Paraíso es de los extraños (1999-actualidad)


Rogelio López Cuenca Rogelio López Cuenca es un artista cuyo trabajo aborda la denuncia desde estrategias basadas en el juego lingüístico y la ironía. Ha expuesto en numerosas instituciones nacionales como MUSAC o MACBA o en bienales como la de São Paulo, Estambul o Manifesta. Figs. 5-8 Rogelio López Cuenca en colaboración con Elo Vega Saharawhy (2012)





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MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

DIRECCIÓN GENERAL DE BELLAS ARTES Y BIENES CULTURALES Y DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS


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