D a g n º5 baja

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Alto Guadalhorce desde el



Vecinos y contaminación

Los que estamos en la cincuentena y en la sesentena recordamos estas expresiones de nuestras abuelas y de nuestras madres: «voy a dar bajeras»; es decir, voy a quitar cualquier resto de color, no blanco, que la temporada de lluvias hubiera dejado en las fachadas impolutamente blancas de sus viviendas; la tarea solía ejecutarse antes de Semana Santa; el «blanqueo» general, hasta los caballetes del tejado resultaban perfilados con cal, quedaba para el buen tiempo: finales de primavera o principios de verano; y las recordamos, en silencio o hablando con la vecina, escoba en mano barriendo, cada una, su respectiva puerta. No nos queda, de entonces, ningún recuerdo de suciedad de nuestras calles débilmente iluminadas, muchas de ellas ni cementadas ni asfaltadas en aquellos tiempos de infancia, aunque sí recordemos los olores de los excrementos, las «cajonás», de las bestias domésticas, colegas imprescindibles en las tareas agrícolas o de transporte del campo, o de las «cagarrutas» de las cabras que, casa a casa, recogía el cabrero, en busca de pasto, cuando apuntaba el sol y que volvían al corral, a la despedida del ocaso, prestas para ser fuente de biberón de infantes, o materia para obtener queso y requesón. Más de uno de los redactores de esta revista compartimos relación familiar con uno de aquellos cabreros: el chacho Vitoriano, en cuyos corrales vimos asombrados parir, por primera vez, a una cabra. En el agua cristalina de nuestros ríos y arroyos se pescaba con lombriz y cenacho cangrejos, cuyo color pardo–verduzco se tornaba, apetitosamente, rojo intenso en el arroz del domingo, como si fueran cigalas no soñadas, porque desconocíamos su existencia. En nuestro río se pescaban peces, a caldero lleno si había riada, y sus remansos eran como calas marinas para el baño resguardadas por el frondoso ramaje de mimbres, álamos y sauces. El río Guadalhorce se «jodió» con la llegada a nuestro pueblo de un murciano «tomatero» y mortalmente contaminante, de marca Garre, desaprensivo, que pagaba una miseria por la materia prima que producían nuestras huertas y pagaba con igual miseria a las trabajadoras: peladoras, cocedoras y embasadoras, que no les daba ni para prepararse el ajuar (ello propició que la palabra huelga entrara a formar parte del acervo idiomático local). Algún ingenuo pensó que aquello era principio de prometedora industrialización; como volvió a ocurrir años más tarde, y sigue ocurriendo, con la peligrosa e infausta cantera que sangra nuestra Sierra Gorda, ante nuestro silencio. Y desde entonces hasta hoy. Nuestro río baja encauzado, convertido en feliz arteria de nuestro pueblo, esplendorosamente iluminado y enjaezado de fronda y rosas, y cuando su propio caudal, acrecentado por la lluvia, no hace de limpiador ocasional, escupe impotente papeles, latas, plásticos, (y mierda, con perdón), que hasta la Virgen del Puente muestra impotente su desagrado a quien sabe escucharla. Más abajo de su ermita había una depuradora, que funcionó unos años y que lleva, partida de risa, muerta hace décadas, y todos los detritus que producimos, toda la fecalidad que abonamos se sigue vomitando a nuestro Guadalhorce sediento que, silencioso y pestilente, grita dejadme con mi sed, prefiero morir de deshidratación que envenenado por vuestros vómitos y micciones. Y para más INRI, nuestros vecinos de Villanueva del Rosario por fin estrenaron depuradora, hace unos años, que no sirve «pa ná», porque en la junta de los ríos, el Guadalhorce contaminado infecta letalmente a su afluente, el río Cerezo recién depurado, y así avanza desde la parte superior de su cuenca en busca de su vega antequerana. Y para más INRI aun, hoy, cada municipio tiene pagado un servicio público de limpieza extraordinario, pero seguimos tirando colillas y gargajos al suelo, latas, papeles y plásticos a la calle, a las cunetas y a los ríos; y cada diez metros tenemos una papelera y un recordatorio en cada clase de todos los centros docentes y, en casi en cada esquina, que nos dice: «Sed educados, cuidad el medio–ambiente». En tiempos de nuestras abuelas y nuestras madres el espontáneo comportamiento cívico y la conciencia medioambiental eran evidentes. ¿Hemos retrocedido o hemos progresado?


Portada El río Guadalhorce tras su paso por el desfiladero de Los Gaitanes Foto: Antonio J. Cano Contra Alegoría de Omar Ben Hafsun, rebelde invicto de Bobastro. (collectio argentarum.blogspot)

Alto Guadalhorce desde el

Edita:

Asociación Desde el Alto Guadalhorce Dirección: c/ Agua, 61 Villanueva del Trabuco 29313 Málaga e-mail y web:

desdeelaltoguadalhorce@hotmail.com desdeelaltoguadalhorce.jimdo.com/ Coordinación Redacción: Francisco Campos Reina Gerásimo Arjona Bautista José M. Martos Aguilera Redactores:

Francisco Arjona Bautista Fulgencio Martos Aguilera Gracia García Ortigosa Luis Utrilla Navarro Francisco López Godoy Carmen Fernández Miguel Ángel Navas Colaboradores:

Antonio Mateo Miguel Arjona Diseño y maqueta:

Ana G. Kirmse J. Javier Olveira Imprime: CEDMA ISSN: 2174–6680 Depósito Legal: MA-1582-2011 Agradecimientos:

Ayuntamiento Villanueva del Trabuco Olivarera del Trabuco Unicaja - La Caixa


sumario

4—Literatura

Gerásimo Arjona Bautista El Guadalhorce (2.ª parte) Salvador Pendón Muñoz Álvaro Cordón Flores José Luis Gómez Roda

44—Tradición oral

[5] [15] [24] [31] [34]

Luis Utrilla Navarro Luis Morales Calvo

¿Qué visitar?

Ardales

Carmen Fernández [158] Sierra de Alcaparaín José Mora Domínguez [164] El Caminito del Rey Pedro Cantalejo Duarte [168]

54—Artes plásticas

Dámaso Ruano (In Memoriam) Antonio Javier López Salvador Moreno Peralta Gerásimo Arjona Alfonso Albacete Gerásimo Arjona

[66]

[76] [90] [98]

Antonio J. Cano

110—Historia del flamenco-V

Francisco López Godoy

[110]

De animales a dioses Gerásimo Arjona

174—Senderismo

Fulgencio Martos Aguilera José Manuel Martos Aguilera

102—Detrás del objetivo

¿Qué leer?

[54] [58] [61]

75—Historia y patrimonio Francisco Campos Reina Francisco Ortiz Lozano Jorge Luque Jiménez

[132] [148]

158— Sugerencias

[44] [46]

Gracia García Ortigosa Fulgencio Martos Aguilera José Manuel Martos Aguilera

131—Ciencia y naturaleza

[172]

[174]

184—Bebieron de nuestras fuentes

Francisco J. Álvarez Curiel Miguel Ángel Navas [184]

[102]

191—Poemas de cierre Joan Maragall Salvador Espriu

[191] [191]


Fra. Bartolomeo, 1498. Retrato de Girolamo Savonarola (1452 -1498), escritor y predicador dominico; confesor de Lorenzo de Médici. Organizador de las célebres hogueras de vanidad (o «quema de vanidades»). Predicó contra el lujo, el lucro, la depravación de los poderosos y la corrupción. Contra la pederastia y sodomía en la Iglesia Católica, y en toda la sociedad de Florencia. Él no pudo contra todo el entramado de poder establecido y, por lo tanto, tampoco cambiar las cosas. Fue condenado a la hoguera por un Tribunal de la Inquisición.


Coordinación y textos de presentación:

Gerásimo Arjona Bautista

Es ésta la quinta ocasión en que celebramos un en-

Gerásimo Arjona Bautista Salvador Pendón Muñoz Álvaro Cordón Flores José Luis Gómez Roda

cuentro literario en el salón de El Alto Guadalhorce, pero esta vez tiene un matiz particular: os invitamos a realizar un recorrido, a través del tiempo, por las riberas de nuestro río, en búsqueda de los diferentes meandros de su toponimia; para ello, os ofrecemos, a modo de guía, un artículo titulado Incursión por las fuentes de un hidrónimo: Guadalhorce. El viaje es un poco largo, pero nada hay más rápido que la imaginación, ni siquiera la luz; tardaremos casi dieciocho siglos. Concluido el recorrido, y tras repasar la segunda parte restante de la revista El Guadalhorce, de 1839, nos detendremos en tierras de Ardales, ribereñas de nuestro río que, junto a Álora, alberga la espectacular obra, escultura, geomorfológica del desfiladero de Los Gaitanes. Aquí nos espera Salvador Pendón para ofrecernos un recital poético, cuyos ecos perdurarán tras el cierre de la última página de este quinto número de nuestra revista. Siguiendo curso arriba aguarda Álvaro Cordón, melillense que durante diez años estuvo bebiendo de nuestras fuentes, y fruto de ello son los poemas que nos ofrece. Concluimos con tres relatos en prosa de un joven saucedeño, José Luis Gómez Roda, admirador y cultivador del llamado género negro, que con su pluma trepidante nos llevará del Medio Oriente hasta las sierras de Villanueva del Rosario.

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Incursión por las fuentes de un hidrónimo:

Guadalhorce Gerásimo Arjona Bautista

A Virgilio Martínez Enamorado

esde la antigüedad el río Guadalhorce fue referido y cantado por célebres escritores y poetas, de los que hemos ido dando referencia desde el primer número de nuestra revista, especialmente desde el siglo XV a la actualidad. En esta ocasión hemos seguido remontando el curso de la Historia en búsqueda de las más remotas fuentes, griegas, latinas, árabes y castellanas de nuestro río para descubrir que no siempre se denominó con su actual topónimo, e incluso que su nombre ha sido motivo de diferentes interpretaciones. Esperamos que disfruten con este recorrido «hídrico–toponímico» que se inicia hace 2000 años. No se conocen referencias concretas de época griega, salvo que algunos cartógrafos griegos (Claudio Ptolomeo) lo denominaron río Saduca (Saduka potamós); los latinos mantuvieron el mismo nombre (Saduca fluvius), pero conocidos escritores romanos lo nominaron río Malaca; tal es el caso de Plinio y Avieno. El estoico Plinio el Viejo anduvo por Hispania como procurador imperial en el año 73, vivió entre los años 23 y 79 de nuestra era, fue escritor, científico, naturalista y militar; a él se le atribuye el famoso dicho «in vino veritas, in aqua sanitas» («en el vino está la verdad, en el agua la salud»). Plinio escribió una monumental obra de 37 libros, Naturalis Historia, seguro que ayudado por ambos elementos, en cuyo libro III nos habla de Málaga y de nuestro río: Plinio El Viejo


«…dein litore interno oppida Barbesula cum fluvio, item Salduba, oppidum Suel, Malaca cum fluvio foederatorum, dein Maenuba cum fluvio, Sexi cognomine Firmum Iulium, Sel, Abdara, Murgi, Baeticae finis…».

1. Barbésula: estaba situada junto al río Guadiaro, próxima a Sotogrande. 2. Salduba: término actual de Marbella. 3. Suel: término de Fuengirola. 4. Maenuba: en Vélez Málaga, próxima al río Vélez. 5. Sexi: Almuñécar. 6. Sel: antes de la actual Adra almeriense. 7. Abdera: Adra. 8. Murgi: en la costa almeriense, posterior a Adra.

«Después en el litoral interior está la ciudad de 1Barbésula con su río y también 2Salduba; la ciudad de 3Suel; Málaca con el río de los federados. Luego 4Maenuba con su río, 5 Sexi cognominado Firmum Iulium; 6 Sel, 7Abdara, 8Murgi, que es la frontera de la Bética…»

Plinio il Vecchio presenta la sua opera a Vespasiano – particolare da miniatura della Naturalis Historia dall’Abbazia di Saint Vincent a Le Mans, XII secolo.


Málaga (fenicia)

Antequera (romana)

Rufo Festo Avieno

Parémonos, antes de seguir remontando su cauce, en este meandro del río, «cum fluvio foederatorum» (río de los federados), que ha dado lugar a diferentes interpretaciones; el historiador cartameño Francisco Baquero Luque opta por la de su colega Antonio García y Bellido, para el que ´río de los federados´ concuerda con el actual Guadalhorce, en cuyos márgenes los romanos trazaron sendas vías en las que erigieron mansiones, villas y pueblos que eran federados de Roma en la época que cita Plinio: Antikaria (Antequera), Singilia Barba (próxima a Antequera), Ulisi (término de Villanueva del Rosario: cortijo del Peñón) Nescania (Valle de Abdalajís), Iluro (Álora), Cartima (Cártama), y Malaca (Málaga), entre otras. El siguiente meandro toponímico lo encontramos en el poeta latino Avieno, siglo IV d. C. que cita a nuestro río, en su poema Ora Marítima, (Costas Marinas) también con el nombre de río Malaka, en cuya desembocadura, entonces delta navegable, con puerto fluvial en el municipio de Cártama, que llegaba a la altura de la actual Campanillas, y de ahí las lagunas de Los Prados, sitúa la famosa isla de Malaka, hoy cerro del Villar, emporio y factoría fenicia de casi 1000 años a. C. Avieno comienza describiendo el océano de una manera incierta, pero cruzado el estrecho de Gibraltar, en tiempos remotos denominado Calpe (tal cual es hoy su homónimo valenciano), las descripciones se van haciendo más sólidas. Dice el latino, refiriéndose a las Columnas de Hércules, que «… frente a la Columna Libístide, tal y como había dicho, se alza otra en territorio de Europa…». Y continúa su descripción de la que cito algunas estrofas, traducidas por Alfonso Canales para la revista malagueña de poesía Caracola, núm. 26, diciembre de 1954: Cerro del Villar


(« …Malacaeque flumen urbe cum cognomine Menace priore quae vocata est saeculo. Tartessiorum iuris illic insula antistat urbem, Noctilucae ab incolis sacrata pridem. in insula stagnum quoque tutusque portus. oppidum Menace super. qua sese ab undis regio dicta subtrahit, Silurus alto mons tumet cacumine...»). «Por aquí el 1Criso entra en el profundo abismo; cuatro pueblos albergan una y otra ribera, pues tal lugar habitan los fieros libifénices, ocupan los macienos, los cilbicenos reinos, de productivas tierras, y los ricos tartesios que se dilatan hasta el Caláctico golfo. Junto a ellos, siguiendo, está el cabo 2 Barbesio y está el río de Málaga con la ciudad homónima, primeramente Ménaca llamada en otro siglo. Bajo la ley tartesia, existe allí una isla que la ciudad rebasa y que los moradores ha tiempo consagraron a la 3Luna. Un estanque hay en ella; asimismo hay un puerto abrigado. Más arriba, la plaza de 4Ménaca. Por donde dicha región se aparta del mar, levanta el monte Sirulo su alta cumbre. Surge luego un extenso peñasco que en las aguas profundas entra. El pino, antes allí frecuente, hizo que de él tomara su nombre en lengua griega. Hasta el templo de Venus, hasta el 5cabo de Venus, la costa se recuesta. Antes se levantaron aquí muchas ciudades, poseyó estos lugares fenicia muchedumbre. Inhabitable arena tiene la sola tierra y, exentos de cultivo, languidecen los campos». 1. Criso: río Guadiaro, en Sotogrande, Cádiz. 2. Cabo Barbesio: cabo de Calaburras, Mijas. 3. Luna: Avieno la describre como «diosa que ilumina la noche», que fue llamada por los romanos Venus Marina o Noctiluca. Es la misma diosa Malak de los fenicios. Su santuario parece que estuvo en la victoriana La Cala del Moral, y hay quien afirma que en Cártama, ¿o eran dos distintos? 4. Ménace o Ménaca: nombre griego de una ciudad en la costa malacitana, de ubicación no definitiva. 5. Cabo de Venus: situado a la altura de la almeriense Níjar.

Estatua representativa de la diosa fenicia Noctiluca, en el paseo marítimo de Rincón de la Victoria Fotografía: Paco Campos

Alzado de una trirreme romana


Es obvio que la denominación de Málaga fue durante siglos compartida por ciudad y río hasta que fueron apareciendo los topónimos de origen árabe referidos exclusivamente al cauce fluvial. El primero de ellos fue el de ´Guadalquivir de Málaga´, ´el río grande de Málaga´ —para así diferenciarlo del Guadalquivir bético— que los repobladores cristianos sustituyeron por Guadalquivirejo, que convivió con el de Guadalhorçe, hasta que en el siglo XVII se fue olvidando tal denominación en beneficio de la actual, como pretendemos mostrar en este artículo; pero sigamos recorriendo sus meandros para comprobar que su significado etimológico ha sido, históricamente, muy controvertido. Para ello hemos seguido investigando hasta encontrarnos, felizmente, con la profesora de la Universidad de Alicante, especialista en literatura hispanoárabe, María Jesús Rubiera Mata y con nuestro vecino, el profesor e historiador casabermejeño Virgilio Martínez Enamorado y su «Un intento de solución para una vieja controversia etimológica y geográfica: a propósito del hidrónimo Guadalhorce» publicado en 2006, en la revista Mainake XXVIII y, en parte, como réplica a lo afirmado por la profesora alicantina en su trabajo titulado Ibn Zamrak en Málaga, editado en 2005, en la misma revista Mainake XXVII. Se remonta Rubiera en su trabajo al gran periodo de la Granada musulmana, el de los reyes Yusuf I y Mohamed V, que ocuparon casi la totalidad del siglo XIV; ésta es también la época en que vivió el gran poeta conocido con el sobrenombre de Ibn (o Ben) Zamrak (1333–1395), «el poeta de la Alhambra», por ser el autor de los poemas inscritos en muros y paredes de este monumento. En el año 1389, el emir nazarí organiza un solemne viaje a Málaga y acampa junto al Guadalhorce, en el que es acompañado por el poeta cortesano Ibn Zamrak, que compone un poema para dar los buenos días a Muhammad V, y que dice así: 1. Saluda a la aurora que se ilumina con tu frente, brilla con tu llegada y recibe las albricias. 2.Tú eres para nosotros un sol que está en su cénit y en la noche oscura eres para nosotros la luna. 3. Mañana y noche estamos protegidos por ti, bajo la sombra de la benignidad y la bondad. 4. Nos maravilla el Guadalhorce que fluye suavemente y no sabemos si es río o el mar. 5. Llegamos a él por la generosidad de la mano de un califa que tira de las colas de las nubes sin jactancia. 6. ¡Qué distancia hay entre tus manos y las nubes Pues su mano es para nosotros como diez mares. 7. Se reúne en él lo que está esparcido en la humanidad y en su presencia es el mundo y sus días el tiempo. 8. Es heredero de los Ansar, sin colateralidad, y quien es su heredero tiene en verdad la victoria.

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Muhammad V

Poema de Ibn Zamrak dedicado a Muhammad V por la toma de Algeciras. Alhambra

Ibn Zamrak


Este texto sirve a la profesora Rubiera Mata para afirmar que queda documentado por primera vez el nombre árabe del río Guadalhorce (Wadi–l–jurs), cuyo significado sería ´río de la guardia´, haciéndose eco de Covarrubias, al que nos referiremos más adelante; pero Martínez Enamorado no está de acuerdo con esta resolución etimológica y alega que «guardia» en árabe es «haris» y que «Jurs», (no Hurs), designa a una guardia de vigilantes mercenarios silenciosos, y ese valor, metafóricamente, habría pasado al río, un río de «aguas silenciosas» tras superar el Tajo de los Gaitanes; a ello se referiría el poeta granadino cuando afirmaba que «nos maravilla el Guadalhorce que fluye suavemente y no sabemos si es río o el mar». El topónimo vuelve a aparecer más adelante en la obra de Ibn Zamrak, ahora, en tiempos de Mohamed VII (1370–1408), en un poema como repuesta del poeta a un regalo alimenticio que le ofrece el sultán, también en una visita, cerca de Málaga:

«Descendiste por el Guadalhorce,… casa de la misericordia»

Vista del desfiladero de Los Gaitanes, por donde transcurre el río Guadalhorce y el Caminito del Rey en primer plano, antes de su restauración. (Juayanavi)

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mente, perfilada la ubicación geológica del conjunto fluvial de la cuenca que constituía, y constituye, la orografía del río Guadalhorce. Sigamos navegando por sus tramos en la compañía que nos ofrece el profesor Virgilio y volvamos a remontar el «curso fluvial» hasta detenernos en otro meandro junto a un notario mallorquín, que se encontraba en Málaga en el siglo XV durante la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos: Pere Llistrá, cuya descripción hace coincidir el curso del Guadalquivirejo con el actual Guadalhorce:

Del curso diacrónico de la documentación referente a nuestro hidrónimo en textos literarios, dimos cuenta en anteriores números de esta revista, en los espacios dedicados a los poetas del Cancionero Antequerano: Pedro Espinosa, Rodrigo de Carvajal y Robles, Luis Martín de la Plaza y en el extenso estudio titulado Acerca de la leyenda de la Peña de los Enamorados. Toca ahora, pues, departir en este «paseo fluvial» con lexicógrafos y geógrafos que, desde el siglo XVI al XVIII, se refirieron a él con distintas acepciones que parecieran indicar no tener, mental-

«Més avant aquesta ciutat anant de grech fins a mig ponent o quasi tot ponent passant de tremuntana [está] tota circuïda de muntanyes.Veritat es que per ponent li fan la vall de Cártama e de Álora e altres valls cómodas e per aquesta vall de Cártama e de Álora devalla hun riu apellat Alquebirego qui ans d`aquestas valls passa devant de Antiquera e entre en mar a sus de media leguo de Málaga e aquí té los seus molins». Para el militar e historiador granadino Luis de Mármol Carvajal (1520–1600), que vivió la última etapa de su vida en Vélez–Málaga, el río Guadalquivirejo se correspondería con el actual afluente

del Guadalhorce denominado Río Grande (Kebir), que nace en la Sierra de las Nieves, entre Yunquera y Tolox, y que atravesando Cártama iría a parar al Mediterráneo. Dice Carvajal así:

«Encima de la villa de Tolox, que es de la Hoya de Málaga, cuatro leguas de la mar, está la sierra Blanquilla, más alta que otra fuera del reino de Granada fuera de Sierra Nevada; en la cual están las fuentes de tres ríos. El uno es río Verde que, como dijimos en la descripción de Marbella, corre hacia aquella parte. El otro llaman río Grande, sale entre Tolox y Junquera, y por bajo de Alozaina pasa a Casapalma; y juntándose con el río que baja de Álora va a entrarse en la mar, una legua a poniente de Málaga, junto a Churriana». dalhorçe entre los 1.318 a los que da entrada en su Diccionario y explica la composición lexemática del mismo:

Un poco más adelante de este devenir diacrónico, nos hallamos con el franciscano Diego de Guadix (1550?–1615?), que recoge el hidrónimo Gua-

«Guadalhorçe o Guadalherça. Es en España el nombre de un río que corre por el obispado de Málaga, .i., cerca de la ciudad de Antequera, y…Este nombre consta de guad, que en arábigo, significa río, el de al, que significa de la, y de herza, que significa guarda; assí que, todo junto, guadalherça [sic] significa el río de la guarda o cuerpo de la guardia, .i., donde ay guardia o cuerpo de guardia…». El mismo autor, tras dejar claro que el Guadalhorce es el río de Antequera, en otra entrada distin-

ta de su Diccionario, vincula el topónimo Guadalquivirejo con Cártama y Málaga, y dice así:

«Guadalquivilejo. Es en España el nombre de un río que corre por el obispado de Málaga y, pasando por cerca de la villa de Cártama, vazía en el mar en la playa de Málaga.

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Este nombre es un diminutivo formado a la castellana y deducido d´este nombre Guadalquivir que, como queda dicho en el nombre pasado, significa el río grande; assí que Guadalquivirejo significará el río grandecillo o grandezuelo; y, corrompido, dicen Guadalquivilejo. Dize Abraham Ortelio que su nombre antiguo fue Saldubia o Saldaba».

SEBASTIÁN DE COVARRUBIAS Y OROZCO (Toledo 1539 – Cuenca, 1613) Retrato pintado por Dionisio de Palomares y perteneciente a la Galería de toledanos ilustres de la Biblioteca de Castilla–La Mancha. Óleo sobre lienzo. S. XVIII

Coetáneo del de Guadix el lexicógrafo toledano ya aludido, Sebastián de Covarrubias (1539–1613), en su Tesoro de la lengua castellana o española, se hace eco del accitano, o guadijeño, y le atribuye el significado de ´río de la guardia´; ¿por las torres de vigilancia que había en su recorrido? Ya hemos referido lo que, al respecto, dicen Rubiera Mata y Martínez Enamorado. Otra referencia, un poco más adelante, es la de un poeta malagueño, el barroco Juan de Ovando Santarén (1624– 1706) para quien el hidrónimo Guadalhorce significaría ´río de las revueltas´: «arábigo río de las bueltas, por las muchas que hace su curso». Es el geógrafo Madoz (1805–1870), el último al que nos referimos, quien, en su célebre Diccionario geográfico–estadístico–histórico de España y sus posesiones de Ultramar, propone para Guadalhorce el significado de ´río del trigo´: «un río de trigo, quizá por la abundancia de esta preciosa semilla en sus riberas»

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Portada de la obra Autógrafos, que contiene manuscritos de Juan de Ovando y Santarén. Militar, dramaturgo y poeta español. Estos proceden de la biblioteca de José Antonio Muñoz Rojas, descendiente del poeta.

Pascual Madoz Ibáñez (Pamplona, 17 de mayo de 1806 – Génova, 13 de diciembre de 1870) fue un político español del siglo XIX. Abogado. Presidente de la Junta Provisional Revolucionaria 30 de septiembre de 1868- Autor de la Ley de Desamortización. Y también del famoso Diccionario…


Los tres embalses principales del río Guadalhorce

Tendríamos pues, no sólo una controversia etimológica por el significado del topónimo sino también geográfica por su ubicación, como dice el historiador Martínez Enamorado, y dos denominaciones del río Guadalhorce como si durante la Edad Media y después de la Reconquista cristiana se tratara de dos entidades geográficas distintas, hasta que una ellas, la de Guadalquivirejo (derivada del Wadil– Kabir malacitano), se perdiera definitivamente a partir del siglo XVII para dejar triunfante la de Río Guadalhorce, que si bien su cuenca, inicialmente, se adentra hasta el Puerto de los Alazores, en la provincia de Granada, recibe su primer gran aporte de río: corriente continua de agua, de la denominada Fuente de los Cien Caños, en Villanueva del Trabuco, en cuya Plaza del Prado nació esta publicación Desde el Alto Guadalhorce. Incluso, hoy en día no

es extraño encontrar gente y titulares de prensa que asocian exclusivamente el nombre de Guadalhorce con la comarca que lo acapara, como si ésta no tuviera nada que ver con sus cauces medio y alto, que conforman la cuenca fluvial más importante de Málaga y de la cuenca sur mediterránea. Por todo lo expuesto en esta larga, y un poco mareante, incursión hacia los orígenes del «Gran río de Málaga», se puede deducir que los distintos tramos del Guadalhorce han sido, históricamente, difíciles de identificar, quizá por el raro transcurso geológico y geográfico de su curso fluvial tal como han manifestado algunos geólogos: «no se puede imaginar trazado más aberrante». Trazado extraño al que aludía el texto del gran poeta antequerano José Antonio Muñoz Rojas, recogido en el primer número de nuestra revista:

«De nada tiene la culpa este río nuestro que es como es, y va siguiendo su curso según le indican los accidentes del camino, de sierra en vega, de vega en peña y tajo, de tajo en llano, de llano en descanso y mar. Tentaciones muchas como cualquier discurrir en la vida, decisiones a tomar continuas, algunas de vida o muerte. A un paso, cuando se endereza al norte nacido, queda el Genil que le ofrece llevarlo a las magnificencias cordobesas y sevillanas, por esas campiñas que no se acaban y a las que renuncia fiel a su destino del sur provinciano; tanto así que Guadalquivirejo le llamaron un día».

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Revista literaria e ilustrada del movimiento romántico en Málaga, subtitulada «periódico semanal de ciencias, literatura y bellas artes». Publicó dos series. En la primera publicó 44 números, desde el 10 de marzo al 31 de diciembre de 1839, y en la segunda, desde el 5 de abril al 27 de diciembre de 1840, 39 números, generalmente de ocho páginas cada uno y acompañados de láminas, además de los dibujos que adornan los textos.

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Tal vez alguien pudiera echar en falta, a tenor de la destacada personalidad política que ha tenido en el ámbito malagueño durante muchos años, que obviemos este aspecto biográfico en la presentación de nuestro invitado; pero ni procede ni viene al caso, pues es la poesía la que lo ha convocado a nuestro ágape literario. Salvador Pendón nació en recia y dulce tierra de verdiales y de exquisitas pasas, El Borge, en 1954, y desde 1984 ha ocupado plaza de maestro en su pueblo de adopción, Ardales, del que fue alcalde desde 1987 a 2007, y presidente de la Diputación Provincial de Málaga durante dos legislaturas, de 2003 a 2011, año en el que dice adiós a las responsabilidades políticas para reincorporarse feliz a la actividad docente, de la que está, y piensa seguir, disfrutando a pesar de tener en mano la posibilidad legal de jubilación. «La inventiva que me queda la dedico a mis alumnos y a la poesía» nos comentaba Salvador, el pasado mes de noviembre, al despedirnos, tras la visita que realizamos a Ardales cuando estábamos preparando este último número de nuestra revista. Decía el periodista Antonio Montilla Romero, en la presentación del último libro de Pendón, una biografía sobre Paco de Maroto, maestro verdialero donde los haya o haya habido, que la fiesta de verdiales, el flamenco y la política «forman el tridente de pasiones» de Salvador Pendón; nos atreveríamos a cambiar el tridente aludido por «un cuatridente», añadiéndole la pasión poética, pues si no resultaría difícil explicar la calidad poética de su obra, que muestra una extraordinaria soltura y dominio técnico de las formas junto a un profundo manejo de temática poética que conectan con cauces subterráneos por los que fluyeran ecos de Garcilaso (Pensaba que mi cuerpo no era mío), de Quevedo (Llegaste a mi presente adormecido), de Bécquer (¿Qué beso de tu madre has recordado…) y Antonio Machado, Ángel González…). Los textos flamencos, que forman parte de esta pequeña antología que les ofrecemos, no son los de un aficionado al cante flamenco; son de alguien que entiende, lo vive y lo siente, y, además, posee la facultad de recrear sus formas y, lo más difícil, recrear los diferentes mundos flamencos y el tono expresivo que cada palo flamenco requiere. Así que nos retiramos de este escenario de presentación y os invitamos a prestar atención al Pregón por milongas, a la declaración de principios de la vidalita, para seguir por fandangos que nos retratan personajes y situaciones de cada día, a sentir y reflexionar con el silencio hondo de la seguiriya y conmocionarnos con la pasión de las soleares. Acaba el poeta de El Borge y de Ardales, (mejor es tener dos patrias que una), recitándonos una Poesía última y entregándonos para pensarlas unas «frasecillas», a modo de sentencias o máximas, de las que les adelantamos una: «Cuanto menos necesito para vivir, más exijo para seguir viviendo».

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Salvador Pendón Muñoz


PREGÓN POR MILONGAS El libro de aquella escuela hería como una espuela en el alma y la memoria, con sangre su letra entraba y al niño lo adoctrinaba con el infierno y la gloria. Cuentos de historias sagradas y de batallas ganadas por reyes y generales, marcaban con las hazañas de una de las dos Españas el camino a los chavales. Con los himnos militares y las vidas ejemplares ya estaban sus hojas llenas; un terrible ojo divino vigila nuestro destino y al malo anuncia las penas. Quien de la senda se aparta del cielo el premio descarta y a las llamas va derecho, un rosario de oraciones nos concederá los dones, ¡y venga golpes al pecho! Quien no acierta en la respuesta bien sabe lo que le cuesta si no tiene quien lo avale: copia la frase cien veces que por torpe lo mereces y al recreo no se sale. foto superior: Paco de Lucía, Fosforito y Salvador Pendón. inferior: Fosforito, Salvador Pendón, Félix Grande, Mariluz Reguero y Eugenio Chicano

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VIDALITA

SEGUIRIYA

Si alguna vez la revoco

Que atrás se vuelva el tiempo y borrar sus huellas, tú estás queriendo que se rompa el cielo y se hunda la tierra.

es que la razón me obliga, que a mi palabra no toco por más que la gente diga. Y cuando ante la evidencia cambia el rumbo mi conciencia es que le dan un motivo.

Un cristal que se quiebra es la fe perdía, cuando está rota por más que se quiera ya nunca es la misma.

Me llevo de la experiencia que yo no sé de otra ciencia, por eso nunca la esquivo.

FANDANGOS

Hasta el río cambia, que aunque vaya por el sitio de siempre es distinta el agua.

Miro a la cara y de frente

Lo que no es verdad lo inventa,

y nunca me inclino al suelo, yo soy sencillo y decente porque a nadie rindo el vuelo ni le temo al más valiente.

su pensamiento está enfermo, de mala sangre revienta y es su entraña un campo yermo que con odio se alimenta.

Nada es nuevo bajo el cielo y el mundo sigue su paso, cuando alguien levanta el vuelo hay quien busca su fracaso y quieren tirarlo al suelo.

Qué vienes a señalarme el delito y la sentencia por más que quieras juzgarme, tengo limpia la conciencia ¡deja ya de molestarme!

en Comares: Gallego Romero y Salvador Pendón

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SOLEARES Antes que olvidarte, muerto,

A la calle echas la lengua

que me cubran de cal viva y echen la sangre a los perros.

y lo que quieres quitarme de tu persona lo menguas.

Eres candela y no quemas, tú eres de los temporales que dejan la mar serena.

Aunque ladren en mi puerta, de tranquilo que es mi sueño los perros no me despiertan.

Me estás haciendo más falta de la que al árbol le hace el sol, la tierra y el agua.

De qué sirve una bandera si los que tienen que izarla se están tapando con ella.

Por ti mis esquemas rotos, no hago caso a los pronombres, cambié tú y yo por nosotros.

La viña sólo está limpia si es quien le quita la yerba el mismo que la vendimia.

Soy harina en un lebrillo, si me amasas con tus manos me vuelvo espiga de trigo.

No es el perro que más ladra el que pone más empeño y mejor guarda la casa.

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No sé bien por qué voy solo, si van mis pasos delante o es que no alcanzo a los otros.

Al encontrarnos fingimos, me ignora y vuelve la cara, doy la vuelta y no la miro.

No vive en llano conforme la cabra que desde chica se fue acostumbrando al monte.

Como si estuviera muerto, tira el colchón y la ropa que a tu casa ya no vuelvo.

Otro le impondrá el criterio al cobarde que dimite de su orgullo y de su genio.

De la pared lo descuelgas, ¿qué te importa mi retrato si ya de mí no te acuerdas?

Todo en la vida se paga, a quien con la suya ofende otra lengua lo señala.

No me des lo que te sobra, tú me das lo que fue mío y te guardas la limosna.

Ya conocía este barro porque la tierra es la misma que fue polvo en el verano.

Te ofende lo que imagino, lo que callo te molesta y a mal tomas lo que digo.

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----- ooo -----

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SONETOS SONETO PRIMERO

Pensaba que mi tiempo no era mío, que la luz de mi cielo se ocultaba en un silencio de sombras. Rodaba tranquila el agua y no era el mismo río. Ya la hierba pajiza del estío cubría la pradera que soñaba de sal, de azufre y olvido. Notaba el pulso de mi sangre viejo y frío. Mudo mi aliento en la quietud sombría, cerré ventanas y apuré la fuente de mis sentidos. Era oscura umbría mi pecho. Rota la voz, sentí ausente el tacto que al amor ayer le abría la puerta. Tú, de pronto en mi presente…

(De «Sueños rescatados»)

SONETO NOVENO

Llegaste a mi presente adormecido cuando el tiempo los sueños cancelaba y el coraje la sangre desterraba al exilio del frío y del olvido. Aliento halló en tu seno mi sentido y en la tuya mi piel se acrecentaba. De clara que te vi no imaginaba que al amor pretendieras sometido. Por ti escribía el verso transparente y el mundo clausuré tras de la venda, que de tu religión fui penitente. Porque te amé, sin que me duela prenda, para evitar la voz indiferente he borrado tu móvil de mi agenda.

(De «Puerto donde arribo»)

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SONETO SÉPTIMO

TRAFICANTE

¿Qué beso de tu madre has recordado

Proyecta tu maldad sombría estela

en el postrer latido de tu pena? ¿Qué amanecer soñado en tierra ajena quedó en el horizonte dibujado?

por surcos donde esparces el delirio de la felicidad. Lento martirio augura enseña de tu carabela.

¿Qué tribunal de hielo te ha juzgado y señala de muerte la condena? ¿Qué mortaja extendió sobre su arena la playa en que tu aliento se ha varado?

Presagia tu ficción temida esquela y en triste crisantemo torna el lirio de talle juvenil. Terrible cirio de duelo en tu navío en vez de vela.

Nadie cerró tus ojos sorprendidos de imposible futuro. Nadie llega a templar con su piel la tuya inerte.

Canes rabiosos crucen por tu suerte, traspase tu conciencia impío acero y envenene tu sangre la cicuta.

No quebrará el silencio con gemidos de amor acuchillado. ¿Quién navega en la infantil pradera para verte?

Siniestro transportista de la muerte. De ilusión abortada, carcelero. Mercurio del dolor. Hijo de puta.

(De «De Frente La Mirada»)

SONETO INÉDITO

No asaltaron mis tropas tus almenas francas. Sueños de luces reflejaban el desarme que al pronto saludaban rendidas las banderas. Sin escenas de llanto y desconsuelo. Lunas llenas de rotos arcabuces anunciaban respuestas a las manos que alentaban el pulso arrebatado en otras venas. Entré a combate mudo, sordo y ciego. Mis sentidos se fueron a la huella de los tuyos. Sin armas convencimos. No arrasamos la tierra. Cumplió el fuego en la yerta piel su oficio. La estrella cambió de rumbo cuando amanecimos.

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(De «De Frente La Mirada»)


POESÍA ÚLTIMA

ME PUSE A PENSAR...

Notas y acotaciones al margen de una página que de tanto no existe ni tan siquiera das por seguro que buscaste cuando el tiempo de los sueños sumaba ilusiones a cuenta abierta sin deuda todavía en reclamo por apremio de tachaduras en palabras que no llegaste a escribir y aparecen a la vuelta de la memoria exigiendo noticia del espacio donde refugiaste la intención que hasta el presente llega y se hace más silencio...

— Cuanto menos necesito para vivir, más exijo para

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seguir viviendo. — Un camino sin salida conduce siempre a una palabra sin respuesta.

— Quien dice tonto a otro busca una excusa para no darle pan.

— A unos les sobra el pan porque otros sudan por encima de sus necesidades. — ¿Por qué, si tan importantes son, nadie deposita la salud y el amor en Suiza?

Te asomas al paso de los días

— ¿Cuándo los directivos empresariales de Nigeria

menos promesa que amenaza si de vida y de vivir es el deseo cuando el tiempo al reloj burla y escapa por entre los sueños y el espejo donde se oxidan las voces en llamadas sordas de tanto no escucharlas y estallan en tu vientre los ecos de la espera que allí rompen la mordaza cuidando la frontera entre la helada piel dormida y un mundo del que así no esperas nada…

quieren defraudar al fisco con el sueldo de sus empleados, les pagan «en blanco»?

— Pobre que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón (y casi los mismos de cárcel). Si un rico sale ladrón, consejo de administración (y dietas, para vivir cien años).

— Si es a donde va la gente, casi con toda probabilidad que Vicente va a la oficina del INEM.

José Manuel Caballero Bonald y Salvador Pendón

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Álvaro Cordón Flores

Nació Álvaro Cordón Flores en Melilla, donde cursó la carrera de Magisterio, y en las universidades de Granada y Málaga se licenció, respectivamente, en Filología hispánica e Historia. Maestro joven llegó a Villanueva del Trabuco en 1972, donde permaneció hasta 1982, ejerciendo docencia y dirección del colegio López Mayor. No sólo la enseñanza, la gestión y el estudio ocupaban su tiempo: la pintura lo tentaba y la literatura lo ha ocupado desde entonces hasta hoy, especialmente, la poesía. En ese género literario ha publicado, hasta la fecha, siete poemarios: Tiempo abierto, Tiempo oblicuo, Poemas singulares, Viento albo, Vivires, Azules y bronce y Umbral de lunas, además de formar parte de varias antologías colectivas. En el campo de la investigación ha dado a luz una interesante y singular obra: Rimadario, libro de consulta con más de 70.000 vocablos agrupados por su terminación a partir de su última vocal acentuada. Ya estuvo Álvaro en el primer número de nuestra revista, en éste vuelve con un pequeño muestrario de su producción poética.

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BLANCOS CORTIJOS

TIRABUZONES DE AGUA

A los pies de Sierra Gorda, y de San Jorge y Gibalto, se expanden los olivares, como un rizado mar que anegara todo el campo. La poda de los ramones se apila, esparcida por la amplitud del suelo. Al final de una caída vereda, fluye la siempre «Fuente de las Monjas», guardiana del lugar del Cortijuelo. Blancos cortijos entretejidos, dispersos, con pardas cubiertas de tejado oscuro y anchas paredes de contornos claros, perviven, en el transcurrir del tiempo, ausentes del pasado y del futuro. La tierra se abre en surcos de abriles, entre verdes brillantes y amarillos, y el verde matizado de los grises. Los trinos de variopintos pájaros, cantan al mediodía radiante; los trigos, en oleajes inclinados, se acuestan sobre la brisa tenue. Allá, desde lo alto, desde el nacimiento del Higueral, desde el punto donde caen los manantiales, resbalando en aguas cristalinas... hasta confluir en su cauce, para transformarse en arroyo, sublimado en Guadalhorce. Una hendidura serpenteante... se desliza, atravesando caminos, sembrando las riberas de juncos, de aromas a hierbas y flores, de matas, matojos y arbustos. El lejano rumor del trajín del pueblo, bajo un cielo raso de azul intenso, se apaga en la quietud de los sentidos, en un espacio de infinito inmenso.

La lluvia cae insistente, dibujando tirabuzones de agua... sobre el tejado de los soportales y la tensa tela de los paraguas. Murmullos de cantos acuarinos, empapados de humedad tibia, dejan mojado el asfalto y las calles, asaltando los aires de la tarde fría. Cayendo en racimos de cascabeles, salpican de gotas los ventanales... con un recital de tambores grises, al trémulo compás de unos timbales. Las canales, envidiando su armonía, regurgitan inacabables chorros... que caen en vertical por las paredes, trazando ecos de borbotones rotos. En hilos de cristal, transparentes, se desliza en pendientes y perfiles, confluyendo en un trazado de cruces, como amantes de besos invisibles. En la penumbra incierta de la noche, dormita en el silencio el aguacero... hasta perderse en la claridad del día, calmado en luces de suspiros secos. Poemario: Balcones del Paraíso

Poemario: Balcones del Paraíso

foto: Cortijada. GOSE. Internet

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¡TRISTEZA DEL ALMA! SI LA AMARA... ¡Tristeza del alma!, déjame gozar de la alegría, déjame olvidar los malos ratos; deja que la incrédula música, inunde los páramos abiertos. Que los violines sonrían, silenciando los contrastes... chirriantes, descontentos, en las horas de los días. Aunque sólo sea una vez, deja que las desgracias se oculten, descuidadas, entre los rizos de seda de las suaves caricias. Hoy, no traigas penas al portal de mi memoria; déjame gozar del aire, sin la tormenta del viento; como si fuera una brisa, que escapa del pensamiento. Hoy, tráeme, sólo el frescor de la lluvia fina, sin la frialdad del hielo, menuda, transparente, tibia, gota a gota sobre el suelo. Déjame soñar con lo imposible, tumbado sobre la hierba; déjame contar estrellas, con sus puntas de marfiles y sus párpados de arena. ¡Tristeza del alma!, mañana será otro día, mañana, volverá la vista a ti. Pero hoy, ¡por favor!, déjame que sonría.

El que mata a una mujer, la mata... porque la quiere, simplemente... la quiere. La quiere, con ese querer irascible, del avariento insaciable; la quiere... como posesión cerrada, sin miramiento, sin matices, sin estimación de nada. La quiere... como se quiere a una moneda; la quiere... para gastarla; para arrojarla al vacío, cuando la compra se acaba. ¿Y si la amara? Si la amara... pediría un tiempo eterno para vivir a su vera; la abrazaría con ternura, con una pasión de seda... en besos de primavera. Si la amara... buscaría una tarde infinita, de luces entre penumbras de sombras; la rodearía de caricias, pintaría el día de cascabeles... y la noche de lunas tibias. Si la amara... ¡ah, si la amara...! ... soñaría caminos abiertos... de paseos en su mirada; se perdería en sus ojos... en horas de madrugada. Si la amara... ¡ah, si la amara...! ... llenaría el cielo de versos... y la tierra de palabras; y habitaría paraísos... junto al amor de su amada.

Poemario: Vivires

Poemario: Umbral de lunas

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José Luis Gómez Roda

Nació

nuestro joven escritor, el 28 de junio de 1995, en Villanueva del Rosario, donde sigue viviendo, de padre sevillano con orígenes archidoneses de las Huertas del Río y madre saucedeña. Cursó la educación primaria en el colegio Velasco y Merino de su pueblo, y la secundaria en los institutos Pintor José Hernández de Villanueva del Rosario y Luis Barahona de Soto de Archidona, donde estudió el bachillerato tecnológico con expediente sobrante para iniciar cualquier carrera, que dada su capacidad para las matemáticas y la física, a las que nunca sintió como obligada asignatura, no fue otra que el Doble Grado en Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Málaga, estando en la actualidad en 2º curso. Las nuevas tecnologías, los coches y la mecánica, desde pequeño, fueron sus aficiones, entre las que queda un hueco para el cine, la historia, sobre todo la relacionada con la Segunda Guerra Mundial, y la literatura, especialmente la de los géneros policíaco, de misterio, de terror y la novela negra. Arthur Conan Doyle es su autor preferido. Lo dicho anteriormente nos orienta sobre los tres relatos que les ofrecemos; los dos primeros fueron escritos, respectivamente, con 15 y 16 años y primeros premios en los correspondientes concursos literarios, cuando este futuro ingeniero cursaba 3º y 4º de ESO en su instituto local.

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E l señor Brown y el reportero John —¡Chico, deja eso y agárrate! —dijo el sargento. —¡Sí, sí! —dije mientras me agarraba como podía al asidero del Humvee. —Mi sargento, deberíamos de haberlo dejado. Va a ser una carga — replicó el marine que conducía. —No, Mike, tiene que venir. Ese es su trabajo, como el nuestro es protegerlo. Así comenzó mi primer día como reportero de guerra. En teoría no teníamos previsto ir a ninguna zona activa, nos acercaríamos hasta un puesto avanzado y grabaría cómo bombardeaban un campamento yihadista cercano a Raqqah. Para la hora de cenar estaría en un C–130 de camino a Tel–Aviv. O eso creía… —¡Nos atacan! —¡Fuego de cobertura! ¡Sacad al civil de aquí! —¿Chico? ¿Chico?… ¿Estás bien? — gritaba el sargento, aunque apenas lo podía entender. Tan solo escuchaba un pitido, y disparos, pero como si estuvieran muy, muy lejos. Era una escena espeluznante. El Humvee había volcado al explotar una mina. Mike tenía el rostro ensangrentado, pero no se inmutaba, seguía disparando como un poseso. Yo estaba tan asustado que no podía quitarme el cinturón para salir del todoterreno. Entonces el sargento me sacó a rastras y me levanté como

pude mientras corríamos hasta un montículo para cubrirnos. Allí ya estaban los otros cuatro marines que iban en el segundo vehículo. Tras un largo tiroteo, o por lo menos eso me pareció a mí, los yihadistas dejaron de disparar. —Sargento… ¿ya está? ¿Ya habéis acabado con ellos? —pregunté. —No, chico, ellos han acabado con nosotros. —¿Pero…? —Dejan de dispararnos para ahorrar munición... y dejarnos pasar un buen rato. Saben que dentro de unas horas estaremos muertos. Nuestras cantimploras tienen fondo. Entonces lo comprendí: los yihadistas dejan que sus víctimas se deshidraten y mueran, evitando así el contacto cuerpo a cuerpo y bajas en los suyos, y de paso nos hacen sufrir para su disfrute. Pasaron las horas, y a pesar de que el sol bajaba en el cielo aún hacía demasiada calor. Las cantimploras ya estaban vacías y además empezábamos a tener hambre. Nadie sabía dónde estábamos, ni podíamos avisar, pues la ra-

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dio estaba rota. Todos nosotros intuíamos lo que iba a suceder. Fue entonces cuando un soldado, sin fuerzas, se levantó como un maldito loco lanzándose a correr hacia nosotros mientras disparaba. Se escuchó un solo disparo, y se desplomó sobre un charco de sangre. Nuestros atacantes sabían que estábamos desesperados. Un grupo de ellos, con sus rostros cubiertos, se acercó a nosotros. —Tirad vuestras armas y dejad que os tomemos como prisioneros. Es la única esperanza de seguir con vida —dijo quien parecía ser el jefe, con un perfecto acento británico. —Váyase al cuerno, hijo puta — dijo Mike. —Respuesta incorrecta, soldado —y disparó a Mike en la cabeza —¿Alguien más? —¿Y qué garantías tenemos de sobrevivir? —me aventuré a preguntar. —Yo no vendo tostadoras, Señor Brown —afirmó contundentemente. ¿Señor Brown? Ese no era mi nombre, pero no le di mayor importancia. Estaba a punto de morir. Además, un reportero novato como yo no es conocido por nadie. Con capuchas negras en nuestras cabezas entramos en un camión que nos condujo hasta nuestra prisión. Ni que decir tiene que aceptamos, de todas formas ya estábamos muertos, qué más daba probar suerte.


Aquel lugar, nuestra celda, era oscura, pequeña, sucia; y muy, muy calurosa. Allí nos hacinábamos cinco personas, el sargento, tres soldados y yo. Un guarda nos traía comida, si así puede llamarse, una vez al día. Pasaron días, semanas... ¿meses? Perdimos la noción del tiempo. Intentábamos urdir un plan para escapar, pero era imposible. Las paredes de la celda eran de piedra, y tan solo había una puerta y una ventana, que aunque pudiéramos romper la reja no cabría ni uno de nosotros, y eso que habíamos adelgazado. Con el paso del tiempo un soldado murió, ante nosotros, sin que pudiéramos hacer nada por él, sin que hicieran nada por él. Pero por alguna extraña razón nos mantenían con vida. Era evidente que cada día se hacía más imperioso salir de ese agujero, como sea, a cualquier precio. —Hora de comer, perros —dijo un guardia mofándose de nosotros. Fue en ese preciso instante cuando, sin miedo alguno a morir, me abalancé sobre él quitándole su fusil, un AK–47. Mis compañeros, ya amigos, sin pensárselo dos veces le partieron el cuello en un hábil movimiento. Comenzaba nuestra fuga. Salimos hasta el final del corredor, donde nos esperan otros dos más. Solo teníamos un arma, la que le robé al guarda; así que fue el cabo Howard, adiestrado en la unidad de francotiradores, quien

los eliminó con dos disparos certeros. Registramos rápidamente sus cuerpos en busca de algo que nos fuera de utilidad, encontramos un par de armas y una radio, además de un juego de llaves. Tras un complicado camino, logramos llegar a las afueras de un pequeño poblado tomado por la Yihad como base. Teníamos al enemigo pisándonos los talones: no había salida ninguna. Entonces Allen, un soldado de primera clase que nos acompaña en el segundo Humvee, tuvo una genial idea: A unos 200 metros se podía ver un viejo Landcruiser, si los despistáramos un instante podríamos llegar hasta él y huir a alguna parte. Pero claro, si los despistáramos. —¡Allen, fuego de cobertura! —¡Entendido, sargento! —gritó mientras vaciaba el último cargador. —¡Sargento, sargento! ¡Me han dado! —¡Joder, joder!—maldecía el sargento. —¡Ahí viene! —gritó Howard con cierta alegría. Me acercaba hacia ellos a toda velocidad con el Toyota en medio de una tormenta de disparos. Nunca en mi vida había hecho un puente tan rápido, aunque tampo-

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co me disparaban en esas ocasiones. Tiré rápidamente del freno de mano interponiéndome entre la línea de disparos para que los soldados se pudieran subir. En ese momento miré hacia atrás y vi como la barriga de Howard estaba totalmente cubierta de sangre. Estaba muy grave. Íbamos todo lo rápido que el 4x4 podía rumbo a nuestro campamento, pero no lo suficiente. Howard murió a apenas diez kilómetros antes de llegar. —Sargento, ¿quién es el Señor Brown? —pregunté inquisitivamente. Sabía que había gato encerrado. —No es nadie. Venga, sigamos y terminemos con esto. —Sargento, le debemos una explicación —interrumpió Allen — después de todo fue gracias a él por lo que salimos de ese agujero. —Andrew W. Brown. Es el jefe del departamento de investigación bioquímica — explicó el sargento. —Entiendo. Vino a hacer unas pruebas y la Yihad me confundió con él. Por eso nos mantuvieron con vida. —Correcto. Eso es todo. —Pero, sargento, nuestra ruta no estaba en ningún informe oficial. ¿Cómo nos interceptaron? — añadió Allen un tanto desconcertado —Es imposible que alguien la filtrara; y menos aún nosotros.


Aeropuerto de Málaga — Costa del Sol (España). 6 meses después. —Cariño, ¿tienes la dirección del hotel? —me preguntó mi novia Chloe mientras caminábamos con las maletas hacia la puerta para coger un taxi.

—Sí, aquí la tengo apuntada. Espero que encontremos un taxista que hable un poco de inglés, porque mi español está algo oxidado —respondí a la vez que comprobada en mi iPhone dicha dirección. La verdad es que necesitaba estas vacaciones, después de todo lo ocurrido en el desierto y de las múltiples entrevistas con la CIA «a ver si recordaba algo importante». Había dejado mi trabajo como corresponsal de guerra, ahora trabaja en la redacción: se cobra menos pero, por lo menos, sabes que podrás gastar el dinero. Cuando salimos del aeropuerto.... —¿Qué sucede? ¿Por qué te has parado? ¿Quieres que alquilemos mejor un coche? —preguntó Chloe al ver mi cara de mosqueo. Entre los taxis se encontraba un Cadillac con matrícula diplomática estadounidense, y apoyado sobre su capó estaba Allen. —No pasa nada Chloe, sube al taxi y vámonos al hotel. Vamos tarde. En ese momento se abrió la puerta trasera del Cadillac y bajó el sargento; bueno, ex–sargento, ahora por sus galones ya era capitán. —¿A dónde vas con tanta prisa, John? ¿Ya no saludas a los viejos amigos? —Estoy de vacaciones; y que viviésemos aquello juntos no quiere decir que seamos amigos. ¿Qué quieres? —Acompáñanos a dar un paseo

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mientras tu novia visita vuestro hotel. No está mal ponerse al día. Subí al coche y salimos a toda prisa. Entonces el capitán me explico qué quería de mí. —La Yihad ha secuestrado y asesinado al señor Brown. Ya sabes quién es. Mañana tenía una conferencia en Berlín sobre seguridad antiterrorista. Necesitamos que te hagas pasar por él. —¿Por qué yo? ¿No puede ir alguien de la CIA o del FBI? —Tú, físicamente, eres muy parecido a él. Cualquiera que no conozca personalmente al señor Brown no sabría distinguiros. No necesitaba escuchar ninguna palabra más. Ya sabía perfectamente lo que había ocurrido hace seis meses. Me llevaron allí, en plena guerra, para que la Yihad me asesinase creyendo que yo era el señor Brown, y así el verdadero Brown no correría peligro. La verdad es que no me sorprendí de esto en absoluto, mi país es todo un maestro en estas artes oscuras. —¿Qué gano yo con todo esto? ¿Y si no quiero? —Que no te matemos nosotros, ni la Yihad, además de un milloncito que te da el tío Sam por las molestias. En serio, John, acepta la oferta. —Hemos llegado, mi capitán— dijo Allen deteniéndose en la puerta de mi hotel. —Esta tarde le recogerá un coche a las 18:00 horas. Sea puntual, John. Su bienestar y el de Chloe dependen de ello. Subí las escaleras a toda prisa hasta mi habitación. No pensaba


seguirles el juego. Si una vez ya me utilizaron con la intención de que me mataran los Yihadistas, ahora no sería diferente. Alquilaríamos un coche y huiríamos hasta Madrid o Barcelona. Allí nos reuniríamos con un colega para que nos ayudara. —Chloe, tenemos que irnos de aquí. No hay tiempo. Vamos. —¿Pero qué? ¿Cómo? ¿Qué ha pasado? Nuestra conversación se vio interrumpida por el sonido de dos disparos. No sabía de quién eran, pero seguro que venían a por mí. Salimos con lo puesto al pasillo y cruzamos, lo más rápido posible, hasta la salida de emergencia. Justo cuando doblaba la esquina pude ver a dos hombres de aspecto islámico. Tuvimos mucha suerte, pues estos no me vieron la cara y seguramente nos habrían confundido con dos turistas aterrados. En seguida llegamos al hall del hotel, donde tomamos prestado un coche para poder escapar. A pesar de estar en pleno centro de Torremolinos la huida no fue tan lenta como esperaba. Unos minutos más tarde ya estábamos en la autovía dirección Barcelona. En un principio no hubo

el menor contratiempo en el trayecto, pero nos cruzamos con un coche de la Guardia Civil, y claro, el nuestro era robado. Así pues tomamos la primera salida que se presentó para despistarlos y descansar un poco mientas se tranquilizaba la situación. Esa salida nos llevó hasta un pequeño pueblo llamado Villanueva del Rosario, tres kilómetros carretera arriba; llegamos al pueblecito, aparcamos y salimos a dar un paseo. —¿Qué te parece? Creo que es idóneo para pasar la noche y continuar mañana con nuestro camino. —Sí, se ve muy tranquilo. Encontramos un pequeño hostal que había a la entrada. Parecía acogedor y discreto. —De acuerdo, qué menos que una noche de relax. Pasamos la noche en el hostal «El Cerezo». No era un cinco estrellas, aunque a decir verdad había dormido en sitios peores. Pero no todo salió acorde con lo planeado. Cuando bajamos a cenar nos encontramos con nuestros perseguidores de la Yihad: vaya usted a saber por qué y cómo habían tenido la misma idea. Uno de ellos desenfundó su arma disparando dos ve-

ces. Chloe y yo corrimos hasta el coche y salimos quemando rueda en una persecución de película. Dejamos el pueblo atrás, pero no rumbo a Barcelona ni hacia cualquier otra ciudad, sino hacia la montaña. —¡Agárrate! —grité justo antes de perder el control del coche. Fue un accidente fortuito, nos despeñamos varios metros por un barranco, pasados unos pinares. Cuando abrí los ojos vi a Chloe ensangrentada, pero estaba bien a pesar de las heridas. En cambio, yo no podía mover la pierna, estaba atrapado entre los amasijos de hierro. Pensé que estaba todo perdido, escuchaba cómo los yihadistas bajaban por el terraplén gritando. No sabía lo que decían, tampoco me importaba mucho en ese momento. De repente escuché una ráfaga de disparos que provenían del camino. No era la Yihad, la cual estaba siendo atacada, pues unos segundos más tarde se acercó un hombre bien vestido, a juzgar por sus caros zapatos, que era lo único que podía ver por la ventana del vehículo. —¿Necesita ayuda?, dijo el Capitán mientras se agachaba. Tranquilo, se pondrá bien, los sanitarios están de camino. —No nos vendría mal su ayuda, aunque últimamente detesto verlo. —Ya se irá usted acostumbrando, John. José Luis Gómez Roda, 2014.

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ASESINATO EN EL AL–ÁNDALUS EXPRESS

Me despierta el teléfono a las tres de la madrugada del sábado 9 de junio. Palpo los objetos de la mesita de noche hasta dar con el teléfono, miro quién llama, el número no me resulta familiar pero aun así lo descolgué. —¿Estoy hablando con Fernando Rojas? Soy Juan León, inspector de policía de la Estación de Tren de Santa Justa, Sevilla, ¿la conoce? ¿Trenes? ¿Sevilla? ¿Qué querrá a estas horas? —pensé, casi dormido. Sí, soy yo. ¿Qué sucede? Creemos que ha ocurrido un homicidio. Hemos encontrado un varón, de raza blanca y unos 30 años, ahorcado en el vagón privado del Al–Ándalus Express, con unas extrañas marcas en su torso, y un rosario en su mano izquierda — dijo el inspector León. ¿El Al–Ándalus Express, ese tren no se encontraba en el museo de ferrocarriles? —dije un tanto desconcertado. Efectivamente, Sr. Rojas. Pero con motivo de su bicentenario recorre el trayecto que realizaba antaño, desde Huelva, donde salió a las once de la noche, hasta Almería, pasando por todas las capitales de provincia de Andalucía, en un itinerario nocturno, para dirigirse finalmente a la base militar del Cabo de Gata. — Explicó Juan León —Bueno, vayamos al grano, ¿acepta la propuesta de investigar el caso?

Por supuesto que la acepto — afirmé. Dese prisa, por favor, el coche le está esperando. ¡Ah!, coja su equipaje, lo necesitará. —dijo León justo antes de que colgara. Me vestí apresuradamente, seleccioné tres o cuatro trajes al azar, ya que deduje que emprendería un viaje en el Al–Ándalus, y cogí mi ordenador portátil. Llegué a la calle lo más rápido que pude, allí, frente a mi casa, vi esperándome un Clase S, pero no uno cualquiera, era el 63 AMG. El chófer se bajó del asiento del conductor, y tomó mi equipaje amablemente para guardarlo en el maletero. Me acomodé en las plazas traseras, y en apenas cinco minutos ya estaba bajando del Mercedes y caminando hacia la puerta principal de la estación sevillana. Allí vi tres personas, dos policías uniformados y otro con traje. Supuse que este último sería el inspector Juan León. Me acerqué hasta ellos, el hombre trajeado se adelantó y me estrechó la mano.

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Inspector jefe de la policía ferroviaria, Juan León. Supongo que usted debe de ser… —se presentó el inspector. Fernando Rojas, investigador retirado del CECIF —seguí. Como ya le he comentado, hemos encontrado un varón de raza blanca, de unos treinta años ahorcado en el vagón vip del tren, con unos extraños signos en su torso y un rosario en su mano izquierda. Hemos acabado de identificarlo, es un párroco de una iglesia de Nervión, aficionado a los trenes, que compró uno de los cien pasajes que salieron a subasta para el viaje del bicentenario. Nos ha llamado la atención en la escena del crimen que debajo de la horca no hay nada donde ha podido subir primero el padre para ahorcarse, como una silla tirada, una mesa, etc. Además, ese no era su vagón, era el reservado al presidente, que en ese momento se encontraba en la locomotora. No se sabe cómo el párroco, ni su asesino pudieron acceder a él, pero el asesino debe de ser uno de las ciento cincuenta personas que viajan en el tren. Se me olvidaba, para nuestra llegada a la base, donde será la recepción del presidente Zapatero con el jefe de dicho complejo militar, el crimen deberá estar resulto, además, nadie, absolutamente nadie, puede saber lo ocurrido. Tenemos hasta


las ocho de la mañana para investigar el vagón, hora en la que el viaje se reemprenderá, ya que «se ha parado por problemas mecánicos». El cuerpo lo descubrió un escolta del presidente. —explicó Juan León de camino al tren. El tren estaba rodeado de policías, algunos del CECIF. Entramos al último vagón, la escena del crimen. Dentro había un par de policías. Eché un vistazo rápido al interior del compartimento, todo parecía en orden, sin señales de lucha, ni pisadas, nada, todo como lo dejó el presidente. Me acerqué al cuerpo, y miré su rostro, un rostro blanco, con ojos negros y ensangrentados. Después miré los extraños símbolos, que tenían forma de triángulos. En las uñas no había restos de piel, por lo que descarté la posibilidad de lucha con su agresor, y al no tener signos de ningún golpe o impacto de bala o arma blanca pude deducir que le obligó de alguna manera para que se suicidara. El forense certificó la hora de la muerte a las doce aproximadamente, un tanto extraño, ya que,

según el planing del presidente a esa hora él todavía se encontraba en su vagón. El cadáver se lo llevaron al instituto de anatomía forense de Sevilla. Investigué el vagón cuidadosamente y no pude encontrar nada, absolutamente nada, solo una pequeñísima mancha de agua, según un test inicial, de unos tres o cuatro centímetros cuadrados debajo de donde se encontró el cadáver. Lo único que tenía hasta ahora era un rosario de oro, un extraño símbolo con forma de triángulo y la anterior mancha de agua que a estas horas, las siete y media, ya estaría seca. El inspector me acompañó hasta el vagón que tenía habilitado para descansar y seguir investigando. Allí vi mi maleta, maleta que le entregué horas antes a un joven policía. Después me enseñó rápidamente el resto del tren, ya que en unos cinco minutos los pasajeros volverían a embarcar. Saliendo ya de la estación de Málaga, y pasar por Cádiz, cerca de las dos de la tarde irrumpió un policía en el vagón donde está-

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bamos trabajando todos los policías. Paró un instante a recuperar el aliento y dijo que habían robado información clasificada que se transportaba a la base de manera secreta, todos nos alarmamos, además, el congelador de la nevera del presidente estaba vacío, eso no me pareció relevante, pues el robo de los documentos fue lo que me alarmó. Minutos más tarde sonó el teléfono: —Fernando, soy Esther, la forense. — ¿Ya ha realizado la autopsia? ¿Sabe cuál es la causa de la muerte? —Sí, asfixia. También he encontrado restos de una sustancia que no he podido reconocer su origen. Bueno, cuando tenga más novedades te llamaré de nuevo. —Entendido. Adiós. Tardé media hora más en averiguar por qué el congelador estaba vacío. El cura utilizó un bloque de hielo para subir y poder ahorcarse, pero, ¿por qué? Estaba confuso, ya no sabía si era un homicidio o un suicidio totalmente


voluntario. Pero ¿y los documentos? ¿Y los símbolos? Cuando llegamos a Córdoba, al entrar en una zona wifi envié unos e-mails a viejos amigos e investigué el extraño símbolo con forma de triángulo. Era la pirámide del ojo que todo lo ve, signo francmasón que aparece en el reverso del billete de un dólar. Inmediatamente fui a buscar al inspector Juan León. —¡Inspector, inspector! —¿Qué desea, Fernando? —Quiero hablar con usted en privado, sobre los documentos. —Pues hablemos. Nos dirigimos a mi vagón y por el camino hasta él, intentando atravesar la muchedumbre que había en la estación, vimos una camilla que se alejaba del Al–Ándalus Express a toda prisa, y con un hombre de León. —¿Qué contienen exactamente los documentos, León? Dígamelo. —Me temo que no puedo decírselo Fernando, como ya dije, es información clasificada, a la que ni siquiera yo tengo acceso, solo algunos peces gordos.

—¿Y usted quiere que resuelva el caso? Si no colabora, no podré encontrar al asesino, ni al ladrón de los documentos. ¿Lo entiende? —Eh…sí. Pero no puedo revelarle la información, aunque quisiese, no puedo. ¿Usted comprende eso? —No lo comprendo. Por favor, déjeme pensar. Entonces recibí un e-mail de un amigo que me debía un favor, en él me detalló todo lo posible el contenido de los documentos, se trataba del proceso a seguir para obtener un sucedáneo del petróleo, químicamente igual a éste, con la misma efectividad y a un precio un cincuenta por ciento inferior. Entonces comprendí la situación y que cualquiera mataría por esos documentos; sobre todo, si se tienen los conocimientos adecuados para elaborar el sucedáneo. Ya lo tenía claro, era un homicidio en toda regla, ahora debía resolverlo. Pero en él había dos «partes» unidas, la iglesia y la ciencia,

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un sacerdote asesinado y una forma de fabricar un sustituto del petróleo, pero algo que les unía, el dinero. Al menos eso me pareció a simple vista, pero después recordé un libro que leí hace mucho tiempo, el libro trataba de los iluminati, una «secta» de científicos que, perseguidos por la iglesia y condenados por ella a muerte, se reunía a escondidas, para tramar contra ella asesinatos, robos… en propiedades de ella, tenía sus altares en templos religiosos, altares dedicados a los cuatro elementos, tierra, agua, fuego, aire, además, algunos eclesiásticos eran iluminatus, otro nexo que puede ser más coherente. Un iluminatus que asesine a un sacerdote, roba la fórmula del sucedáneo, huye y se hace rico. Todo encajaba, excepto la muerte del sacerdote, ¿para qué? Entré al vagón donde se encontraba León y sus hombres, y dije que quería una lista de todos los cien-

tíficos y cerebros que viajaban en el Al–Ándalus. Tras una media hora la tenía en mis manos, y encontré un posible sospechoso, la persona que se dirigía a la ambulancia a toda prisa desde el Al–Ándalus, era un científico que desapareció un año en Malí, sin que nadie supiera nada de él, y ahora desembarca del tren. Llamé al hospital Reina Sofía de Córdoba, al que debería haber llegado hace un cuarto de hora, y después a todos los de los alrededores, pero nada, no había ni rastro de la ambulancia ni del científico. Ring, ring, era el móvil de León, habló un minuto, y a medida que transcurrió ese minuto su cara empezó a palidecerse, entonces colgó. —Señores, la ambulancia que trasladó a nuestro científico ha sufrido un accidente. Se han encontrado tres cuerpos, falta uno, y no creo que sea el de ningún sanitario.

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Fue ahí cuando todo el rompecabezas encajó: el científico obligó al sacerdote a suicidarse tras haberle suministrado la extraña sustancia, le tatuó el ojo que todo lo ve como firma y lo asesinó sin tocarle como venganza ante la iglesia y para despistarnos (función que también desempeñó el hielo) a todos y tuviera tiempo de huir a Malí, donde tendrá un laboratorio con todo lo necesario para fabricar el sucedáneo y enriquecerse. Finalmente el Al–Ándalus llegó a Almería, y yo regresé a mi piso en Sevilla, aun sin saber el paradero del científico, y si el culpable es él, porque aún recuerdo la incoherencia de la conversación que mantuve con León, pues primero dijo no tener conocimiento de la información de los documentos, y después, que aún queriéndome decir su contenido, no podía hacerlo. ¿Será él el asesino? ¿Y el que robó la información?


El misterio del cementerio de Venecia «Pi–Pi». Miro mi reloj de muñeca, son las doce de la noche, ya llevo una hora más aquí detrás de esta lápida de la dichosa isla de San Michele, y aún sin rastro de la marioneta de Giovanni, el capo de la mafia veneciana. Pero, estoy de suerte, se acerca una motora a toda velocidad, deben de ser ellos. Me dirigí al embarcadero, uno se quedó en la embarcación, y los otros tres fueron hacia la parte más vieja del cementerio. El más bajo del grupo cogió un iPad y les señaló una sepultura, los otros dos empezaron a cavar, y abrieron el ataúd… «bimp–bimp», mierda, se me ha olvidado poner el móvil en silencio. El de la tablet se giró sobre sí mismo, mirando mi ubicación, y empuñó una Beretta con puntero láser que casualmente (con ironía) me señalaba. —¡Levántate! —dijo Yo, que no me la quería jugar, así lo hice, y un grandullón de los que estaba cavando vino por mi retaguardia y me atizó con la pala. A la mañana siguiente, creo, me desperté en un sótano y atado de pies y manos a una silla de madera. En ese momento entró un sacerdote y dijo: —Hijo, lo siento pero estás hasta el cuello de esta mierda, y mucho me temo que el destino de tu próximo viaje será el lugar desde donde te ha traído Tony, San Michele. —Y el tuyo la cárcel. —Jajajajaja, ya lo veremos, ya lo veremos… ¿Quién sabe que esa noche estabas allí? —Nadie, solo yo. Eran horas extras.

—Mientes —encendió una televisión que había sobre una pequeña mesita— ¿y por qué en los titulares solo se habla de la desaparición de un agente de los carabinieri? Un tipo listo —pensé. Pues padre, pregúnteselo su dios, a Giovanni. El cura salió de la habitación y dio un portazo. Al rato, cuando creí que no había nadie en el edificio rompí la silla y me liberé; acto seguido abrí la pequeña ventana que estaba junto al techo de la habitación y salí a la calle. Tras andar unos trescientos metros llegué a la Plaza de San Marcos. Entré a una cafetería, cuyo dueño era conocido mío y le pedí su móvil. Llamé a mi jefe, que envió un coche a buscarme para llevarme a casa. A las doce horas del sábado de esa semana de mayo llevamos a cabo una redada en el edificio en el que me retuvieron, pero no encontramos nada que nos sirviera. Solo sabíamos que en el cementerio de San Michele, donde ya no cabía un solo hueso más, se están vendiendo las tumbas de la zona más antigua como caramelos a la salida de una guardería y que da la coincidencia que el vendedor es la mafia controlada por Don Giovanni. Esa tarde fui a la Basílica de Santa Maria della Salute, pues la tenía libre y, ¿a quién vi? Sí, al curita. Empecé a seguirlo pero, como ya demostró, es muy inteligente y salió corriendo hasta el embarcadero que hay fuera, saltó y puso en marcha el motor de una pequeña lancha. Cogí una Yamaha de 600 cc y salí tras él por las pequeñas aceras que hay junto a los edificios; sí, la moto la robé.

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Iba a toda velocidad por en Gran Canal, esquivando a una muchedumbre de transeúntes cuando encontré la oportunidad de saltar a la lancha, cosa que hice sin dudar, aunque la moto no creo que la vuelva a utilizar ese pobre chico, y desenfundé mi 9 mm e intenté interrogarlo pero un tirador apostado en el Puente de Rialto le asestó un disparo en la sien, quedándome sin testigo, pero él no fue muy lejos, mi puntería seguía siendo excelente. Consultamos la documentación de la embarcación, y esa misma noche conduje hasta la dirección que en ella figuraba. Llamé a la puerta, nadie abrió, por lo que la derribé y entré a saco. Salió de una habitación el que me golpeó con la pala, pero esta vez empuñaba un subfusil israelita, un UZI, no me lo pensé dos veces, le disparé el cargador enterito en el pecho. Entonces, mientras recargaba entró Don Giovanni en persona, levantó el brazo, apuntó con su Magnum del calibre 44 y caí al suelo. Desde ese día estoy pudriéndome en este húmedo sótano, cerrado a cal y canto, en Dios sabe dónde, escribiendo mi historia para en el día en el que me ejecuten la pisoteen como si de un insignificante papel tirado en la calle se tratase, aunque, a decir verdad, eso es lo que deseo, que una bala del 44 me perfore el cráneo y acabar con esta miserable vida que me espera.


Tradición oral Gracia García Ortigosa

Gracia García Ortigosa y su padre, Rafael García

El cuento que les ofrecemos en esta ocasión es una variante, un poco escatológica, del cuento del Medio–pollito. Se trata de un pollito luchador, tenaz e imbatible, con un «alto grado de minusvalía» ocasionada por la falta de generosidad y de respeto de los seres humanos, pero que no le será obstáculo para conseguir sus propósitos. En la cuentística tradicional, anónima, como en otros subgéneros literarios de esta índole, sean narrativos o líricos, se producen frecuen-

tes variaciones sobre un mismo tema, en las que pueden cambiar acciones, personajes y lugares; en este caso se trata de la variante que me llegó de boca de mi padre, el cauce a través del cual me llegaron todos estos relatos tan entrañables como, frecuentemente, crueles y violentos; pero aquí no hay gato por liebre, como en tantos medios de comunicación actuales, aquí, desde el principio sabe el lector, o el oyente, que se trata de eso, de un cuento, no de una mentira.

El Medio–pollito Dos comadres dispusieron echar una gallina clueca a medias. Sólo salió un pollito y a la hora de repartir, decidieron partir el pollo por la mitad. Una parte quedó sin cabeza, y su dueña se la comió. El otro medio pollito creció comiendo granos y otros bichitos. Un día escarbando encontró un tesoro. — Kikirikí, kikirikií, he encontrado un tesoriií. En ese momento pasaba por allí el rey con su séquito. En seguida pensó en apoderarse del tesoro. — Medio–pollito, ¿me prestarías tu tesorito durante un tiempo? Cuando vuelva a pasar por aquí te lo devolveré. El Medio–pollito aceptó confiado.

Pasó el tiempo y el rey no le devolvía el tesoro. Así que decidió ir él mismo a buscarlo. En el camino hacia el palacio del rey se encontró un río que le dijo: — ¿A dónde vas, Medio–pollito? — Al palacio del rey a buscar mi tesorito, contestó. — ¿Quieres que te acompañe? — Claro que sí, pero el palacio está lejos y te cansarás. — No importa, te acompañaré. Cuando habían caminado medio día, dijo el río: — ¿Falta mucho para llegar? — Todavía falta bastante. — Llevabas razón. Estoy muy cansado y estoy pensando volverme.

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— Es una pena ahora que llevas conmigo tanto tiempo. Métete en mi culito y te atrancaré con un palito. Así lo hicieron y el Medio–pollito siguió caminando. Al poco tiempo se encontró con un enjambre.

— ¿A dónde vas, Medio–pollito?, preguntaron las abejas. — Al palacio del rey a buscar mi tesorito.


— ¿Podemos acompañarte? — Por mí, encantado, pero el palacio está lejos y os cansaréis de volar. — No importa, queremos acompañarte, repitieron las abejas. Caminaron juntos un buen trecho. Entonces las abejas cansadas dijeron: — Llevabas razón, vamos a volvernos, Medio–pollito. — Es una pena ahora que lleváis tanto tiempo volando. Meteos en mi culito y os atrancaré con un palito. Así lo hicieron, y el medio pollito siguió caminando. Más adelante se encontró con una enorme piedra. — ¿A dónde vas, Medio–pollito? — Al palacio del rey a buscar mi tesorito. — Pues te acompaño, dijo la piedra. Juntos caminaron unas leguas, hasta que la piedra, cansada, pensó en volverse. — No puedo consentirlo, ahora que llevas tanto camino andado. Métete en mi culito y te atrancaré con un palito. Y el Medio–pollito siguió caminando. Se encontró entonces con unos arrieros, que también quisieron acompañarlo. Caminaron juntos un buen rato, hasta que, agotados, quisieron volverse.

— Es una pena que os volváis ahora que falta poco para llegar a palacio. Meteos en mi culito y os atrancaré con un palito.

Después de pasar la noche durmiendo en un árbol, Medio–pollito llego al palacio. En la puerta cantó: — Kikirikiiií, devuélveme mi tesoriiií.

El rey, sorprendido, se asomó a la ventana. Al ver al Medio–pollito empezó a tramar la forma de engañarlo para quedarse con el tesoro. Y poniendo buena cara dijo: — Hace días que pensaba llevártelo. Pasa y cuando descanses puedes volverte con tu tesoro. Por la noche dijo a sus sirvientes: — Preparad un buen fuego. A ese medio pollo me lo voy a comer asado ésta misma noche. Cuando llevaban a medio pollito al fuego, éste dijo: — Desatráncate, río. Y en poco tiempo el agua del río apagó el fuego. Al amanecer, el Medio–pollito cantó: — Kikirikiií, ¿dónde está mi tesoríiii? El rey, viendo que su plan había fracasado, buscó otra forma para deshacerse de su huésped. — Metedlo en el almacén del trigo. A ver si se harta de comer y revienta, dijo a sus sirvientes. Al ver tal cantidad de grano, el medio pollito se acordó de sus amigos los arrieros. — Desatrancaos, arrieros. Salieron los arrieros y cargaron todo el trigo en sus burros. Después

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se fueron agradecidos. Y el medio pollito volvió a cantar: — Kikirikí, ¿dónde está mi tesoriiiií? El rey no daba crédito a sus ojos. ¡El Medio–pollito se había comido todo el trigo! Empezó a preocuparse pensando que este animal era terrible. — Esta noche, cuando duerma, lo meteré en una tinaja de aceite caliente. A ver cómo se las arregla para salir de ésta. Y cuando lo dejaron caer en la tinaja, el Medio–pollito dijo: — Desatráncate, piedra. Y con un tremendo estruendo, la piedra rompió la tinaja y todo en aceite se derramó. De nuevo, Medio –pollito cantó en lo alto del tejado: — Kikirikí, ¿dónde está mi tesoríiii? El rey, al borde de la desesperación dijo: — Traedme a ese pollo aquí ahora mismo! Me voy a cagar encima de él, dijo el muy puerco. Y mientras el rey se bajaba los pantalones con una mano, y sujetaba al Medio–pollito con la otra, éste dijo: — Desatráncate, enjambre. En ese momento, cientos de abejas salieron irritadas y le picaron al rey todo el culo. Desesperado y dolorido, el rey dijo: — ¡Devolvedle el tesoro a este pollo, que va a acabar conmigo!!!!! Y así fue como Medio–pollito recuperó su tesoro y volvió contento a su casa donde vivió feliz muchos años. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, y el que no levante el culo se le quedará pegado.


T RADICIÓRAN

O

L

Fulgencio Martos Aguilera y José Manuel Martos Aguilera

Recibimos una foto por WhatsApp en la que se ven seis mujeres sentadas a la puerta de una casa y conversando. En la foto aparecía un letrero impreso: «Los grupos de WhatsApp de antes». En aquellos entonces no había WhatsApp, ni Internet, ni móviles y los teléfonos escaseaban. Muy pocas personas disponían de este aparato que, por supuesto, no era automático, sino que para establecer la comunicación con el otro interlocutor había que hacerlo a través de una centralita. Tampoco había televisión, y no en todas las casas teníamos radio. ¿Prensa? ¿Qué era eso? Solo unos cuantos afortunados, cultural y económicamente, se podían permitir leer a diario un periódico que se había editado un día antes. El periódico —«pediórico» decían la mayoría de los vecinos— que se recibía en el pueblo era El Ideal de Granada. El lunes no se edita-

ba porque las rotativas descansaban los domingos. Para comunicarnos con otras personas que estuvieran lejanas en el espacio utilizábamos el correo, aunque hay que decir que no toda la población sabía leer ni escribir. Entre los iletrados predominaban las mujeres porque como ellas no tendrían que abandonar el pueblo para hacer el servicio militar o por otras causas laborales o de otra índole, no necesitaban el adiestramiento de la escribanía. Así pues, la comunicación por excelencia de la mayoría era la oral, directa, sin máquina ni medio que sirviera de intermediario. Se aprovechaba cualquier ocasión para hablar, para charlar, para conversar, para chismorrear, para criticar, para fantasear... En las noches veraniegas, los vecinos sacaban sillas de sus casas para sentarse junto a otros convecinos en la puerta de alguno de ellos. Algunos se

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que favorecían el intercambio de pareceres sobre la actualidad local. Uno de ellos era el «desmote» de la lana: «esmotar lana». Ni Flex, ni Picolín, ni Lo Mónaco, ni ninguna otra marca de colchón eran conocidas en el pueblo. Los colchones eran confeccionados por los propios usuarios. Los materiales usados eran la borra, las panochas o la lana. Los de lana eran los mejores, los más confortables y los más caros. Cuando una novia se iba a casar debía llevar como una pieza imprescindible de la dote el colchón. Y si la materia que rellenaría el forro de lona que daría coherencia al soporte sobre el que descansarían los futuros esposos era la lana, esta había que lavarla y «esmotarla». Los vellones de la lana ya lavada y secada al sol, tenían incrustados trocitos de cualquier material con el que la oveja esquilada se hubiera rozado y quedaran atrapados en la red lanar. Había que quitar esas motas. En eso consistía el desmote, aunque a la vez se estiraban los trozos de lana apelmazada para que se convirtieran en esponjosos y mullidos. Esta ímproba labor preparatoria del ajuar de la novia se realizaba en casa de esta, que era acompañada por los miembros femeninos de su familia y por sus amigas y la ocasión era pintiparada para la práctica de la expresión oral.

sentaban en la acera, si la había, o en el escalón —el trancón, en el argot de entonces— y pasaban el tiempo, que era más lento que el actual, hablando. No tenían prisa ni temor a verse molestados por algún vehículo motorizado. Las conversaciones eran espontáneas, ininterrumpidas por algún anuncio o spot publicitario. En invierno, la tertulia se realizaba en torno a la chimenea. Después de la cena, algunos vecinos se iban a casa de otros y, mientras los hombres hacían soga de esparto para jáquimas, martaguillas, hondas, cinchas... o pleita, las mujeres hacían punto o croché. Mientras tanto, las «singüeso» no paraban en su actividad: chistes —chascarrillos se decía entonces—, sucesos fantásticos —la imaginación para inventar hechos imposibles, pero con la intención del que el interlocutor los creyera, era magnífica—, noticias sobre personas ausentes aumentadas y distorsionadas desde la malintencionada intención subjetiva del hablante. Cualquier momento y cualquier lugar eran idóneos para la comunicación oral: la compra en la tienda o en la plaza, así se decía para hacer referencia al mercado municipal, los cuatro puestos que estaban ubicados en la «plaza de D. Jorge» —el que fuera el regidor municipal durante muchos años—, los lavados de ropa en el río, la salida de los actos religiosos, los duelos... Había momentos especiales

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Otros sitios propicios para el diálogo eran los talleres. Las herrerías, carpinterías, talleres de confección y de bordado, etc. y, principalmente, las zapaterías. Había una zapatería, la de Joseíto, especialista en coloquios sobre fútbol y sobre caza. Era el jefe de taller, Joseíto, aficionado a la caza y allí se daban cita los aficionados a este deporte en sus ratos de ocio. Eran los cazadores propensos a magnificar sus experiencias cinegéticas de manera que narraban sus acciones de caza como si fueran verdaderas hazañas. Ellos no mentían porque estoy convencido de que se creían literalmente lo que describían. Y como D. Quijote, muchas veces veían gigantes donde había molinos. Recuerdo que uno de ellos en una ocasión comentó: «Mi pájaro se emocionó tanto que se le saltaron las lágrimas». Los bares eran puntos de encuentro para la población masculina. Las mujeres no solían visitar estos lugares. Solo algunas de las jóvenes en algún que otro fin de semana. Y mientras se tomaban el «chato» de blanco» —el tinto aún no había hecho su aparición por el pueblo— se intercambiaban todo tipo de noticias o se inventaban paraísos exóticos como «Haba Negra». En las fiestas, los sentimientos se expresaban a través de canciones y letrillas de las que a continuación se exponen unas cuantas. Eran especialmente El Carnaval y La Candelaria donde se entonaban las canciones alrededor del cántaro roto o de la hoguera.

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1.– No te extiendas verdulaga y arrecógete un poquito que la huerta no es tan grande ni el hortelano es tan rico.

9.– Se me ha perdido la aguja, las tijeras y el dedal. ¿Con qué le coseré yo el camisón a mi Juan?

2.– Los grillos cantan de noche. Vaya una gente atrevida. Que es una rareza escuchar un grillo cuando es de día.

10.– Las mujeres de la sierra, para dormir al chiquillo, en vez de cantarle el coco le pegan con un ladrillo y lo dejan medio loco.

3.– Mala puñalá le den a una olla sin tocino, a una mocita sin novio y a una botella sin vino. 4.– El viernes, como amanece anochece. Y al mediodía hace lo que le parece. 5.– La mujer que canta en fiesta, bebe vino y mea en pie, yo no digo que sea mala pero muy buena no es. 6.– Una recién casada puso una olla, por echarle tocino, le echó [cebolla. Una recién casada fue a preguntar que si a los huevos fritos les echaban sal.

11.– Vino que del cielo vino, y del cielo bajó la cepa. Siendo el vino tan divino, bebamos mientras nos quepa. 12.– Un eructo bien tirado, según la opinión de Arturo, es un peo que, cansado, no pudo salir por culo. 13.– Más vale saber que haber, dijo un sabio en su agonía. Que el haber suele acabarse y el saber nunca se olvida. 14.– María, si fueras mía, te regalaría un pañuelo con los picos de sandía y mi corazón en medio.

7.– Compadre la burra es mía y en la burra mando yo. Cuando quiero digo ¡arre! Y cuando me da la gana ¡so!

15.– Mi corazón tú lo tienes, véndelo si no te sirve. Con lo que te den por él, compra papel y me escribes, que yo te contestaré.

8.– Válgame don Isidoro, patrón de Villamartín. Todas las penas se acaban y la mía no tiene fin.

16.– A la Villa del Trabuco le quieren cambiar el nombre. Pretenden que se le diga la Villa del Guadalhorce.

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17.– En el Trabuco, de hambre cuco. En el Sauceo, de hambre no veo y en Alfarnate, de hambre late. Tocan a misa con alpargate. 18.– Una zorra en un barranco cantaba la letanía y el fandango punteao del hambre que tenía. 19.– Eres más fea que un búho, más negra que una tormenta y el que se case contigo a mediodía revienta. 20.– Eres como la carcoma que no paras de roer. Aunque la tierra me coma yo no dejo tu querer, hermosa blanca paloma. Yo no dejo tu querer, aunque la tierra me coma. 21.– Un ciego mirando vio que una casa se quemaba. Un sordo llamaba a gente y un cojo traía el agua que estaba lejos de la fuente. 22.–Según dice la Fermina, le salió un novio panzón cuando estaba de aceitunas en el cortijo El Tardón. Tiene la follá de un bombero, más largo que un día sin pan, Ni pudo hablar con la novia ni le dieron de cenar. Pero a media noche fue y se levantó, todo lo sobrado fue y se lo comió.


Las Candelas

Lo pilló Topete haciendo café, y una calabaza se comió después.

23.– Señores, Antequera es una hermosa ciudad. Con la pescadería nueva frente al cine Torcal. Es el cine más hermoso que en Antequera se ha hecho, con los colores visibles y el alumbrado en el techo. Tiene iluminación por todo alrededor y una radio en la puerta que vale cerca un millón. 24.– Por san Pedro las manzanas. Por san Marcos los huevos y por la Semana Santa los rosquillos están buenos. 25.– Cuando un hombre va pa viejo pesa menos que una pava. Y se le arruga el pellejo,

se le cae la baba y come como un conejo.

26.– A mal venir echa tabaco y escupir.

31.– En un portalito oscuro lleno de telarañas, tuvo la Virgen María al hijo de sus entrañas.

28.– No tengo tabaco ni tengo papel. No tengo dinero ni quien me lo dé.

32.– Somos dos recién casados. No sabemos lo que hacer, nos hemos venío aquí a pasar la luna de miel. Nos hemos venido aquí contentos, de buena gana, le dice usted a su mujer, que nos prepare la cama.

29.– Mi marido es un Juan Juan y hago lo que quiero de él. Le echo las aguaderas y voy por agua con él.

33.– ¿Qué haces, mozo viejo, que no te casas? Que te estás arrugando como las pasas.

30.– Supuesto que usted es mi [suegra, venga usted y la peinaré, que le voy a abrir la raya con la mano del almirez.

34.– Si los hombres se calaran como se cala un pepino, no serían tan sinvergüenzas, ni beberían tanto vino.

27.– Entre padres, hijos y hermanos, que nadie meta la mano.

35.– Todos los Juanes son tontos. Lo digo porque lo sé.

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Elaboración de migas

Si alguno me está escuchando, también lo digo por él.

36.– Todos los Juanes son tontos. Lo digo y no me arrepiento. Si alguno me está escuchando, que me diga si yo miento. 37.– Cuando un Antonio va a misa la iglesia se resplandece. La hierbabuena que pisa, si está seca, reverdece. 38.– Antonio, divino Antonio, no se lo digas al cura: que en el hoyo de tu barba, tengo yo mi sepultura. 39.– Antonio, divino Antonio, alfiler de mi pechera, cinta de mi escapulario, cadena que al cielo llega. 40.– Cristobalillo te llamas. ¡Qué nombre tan rebonito! Que para decir Cristóbal, primero se nombra a Cristo.

41.– Me gusta el nombre de Pepe porque se pega a los labios y el de Antonio no me gusta porque no se pega tanto. 42.– Es tu madre la que dice que ella no se mete en na y es tu madre la que muerde con la boquita cerrá. 43.– Es tu madre la que dice que las gallinas no ponen y ella se come los huevos y tira los cascarones. 44.– Desde que vino la moda de echar las suegras al mar la mía, como es tan tuna, se está enseñando a nadar. 45.– A mi suegra la metí de cabeza en un retrete y cuando salió de allí, salió con la permanente. 46.– Cuando se muera mi suegra la enterraré en la cocina

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pa, mientras que esté guisando, ponerme a bailar encima.

47.– Cuando se muera mi suegra la enterraré bocabajo por si se piensa salir, que se meta más abajo. 48.– A mi suegra la maté y la lié en un cobertor y le dije a los muchachos: llevad el bulto a la estación. 49.– Mi suegra me quiere mucho porque le hago la cama y no sabe la muy tonta que el colchón no tiene lana. 50.– Mi suegra me quiere mucho porque le barro el tejado y no sabe la muy tonta las tejas que le he quebrado. 51.– Mi suegra me quiere mucho y su hijo mucho más porque dice que yo soy una muchacha apañá.


52.– Anteayer me querías, y hoy ya no me quieres. Tienes el amor puesto con alfileres. 53.– Soltera y curiosa cualquiera lo es. Casadita y con hijos te quisiera yo ver. 54.– Desde que vino la moda de las gorrillas al lado han perdido la vergüenza los mocitos y los casados. 55.– Cuando salgo a la calle me pongo el gorro. Las faltas que me pongan, por las que pongo. 56.– Una gotera continua ablanda un duro peñón. Y yo no puedo, serrana, ablandar tu corazón. 57.– Ya se va poniendo el sol por lo alto los morrones. Vete a lavarte la cara y a hacerte los caracoles. 58.– El tío Chiribitras mató a su mujer. La hizo trocitos y la echó a la sartén. La gente que pasaba olía a carne frita y era la mujer del tío Chiribitas. 59.– Cantaor que tanto cantas y te las das de poeta. Ahora me vas a decir si las pavas tienen tetas.

Las pavas no tienen tetas porque Dios no se las ha dado, pero las tiene tu hermana que yo se las he tocado por la reja la ventana.

60.– Un gitano fue a la iglesia, que se le murió su madre a decirle al padre cura un entierro cuánto vale. El cura le contestó: Deme usted cuatro pesetas. Y entonces dijo el gitano, es mejor dejarla quieta. Porque mire, padre cura, usted no la conocía, mi madre cuando mozuela dos pesetas no valía. 61.– Señores, en el Cortijuelo tenemos un gran casino donde todos los días bebemos un agua con poco vino. Se dicen unos a otros: la barriga se me moja, tiene un cincuenta por ciento de la fuente de las Monjas. 62.– La mujer del panadero está pidiendo el divorcio. Dice que el marido no sirve para el negocio. 63.– Estoy echadita en agua hasta la propia cintura. Mi novio con otra novia y yo con esta frescura.

que nos contemos las penas que las alegrías son pocas.

66.– Una vieja muy revieja más vieja que san Antón, se echaba las tetas al hombro y le arrastraba el pezón. 67.– Anoche me salió un novio con las patas tiritando. No sé si quererlo ahora o dejarlo pal verano. 68.– Hay mujeres que se asustan de un miserable ratón y no se asustan de un hombre siendo el animal mayor. 69.– La mujer chiquita es un regalo. Más vale poquito y bueno que mucho y malo. 70.– La pimienta es chiquitita y sazona los guisados y tú eres chiquitita y a mí me has sazonado. 71.– La Pepa con su lenguaje a su suegro le decía: suego, me voy a tu cama que la mía está mu fía. 72.– Mi madre me lo decía y yo me lo considero, que el que no tiene cabeza para qué quiere un sombrero.

64.– Trabuquillo, Trabuquillo, te han puesto como Antequera. En medio del Molinillo han hecho una orujera.

73.– Las mocitas de hoy en día cuando tienen un ralillo lo cambian por perras chicas pa que les suene el bolsillo.

65.– Ven acá y siéntate aquí, tú en una piedra y yo en otra,

74.– El primer novio que tuve lo puse en la chimenea

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y mi hermana la más chica con un palo lo menea.

75.– Se casó con el viejo por la moneda. La moneda se acaba y el viejo queda. 76.– Eres alta y buena moza y te falta lo mejor: los colores de la cara. Esos te los pongo yo. 77.– Me avisaron la otra tarde que mi suegra se moría y no tenía que comer solo patatas cocías. 78.– Mariquilla, la tonta rollúa se mea en la cama y dice que súa. 79.– ¿De qué te sirve tener abrigos con tantas pieles? Yo con un abrigo roto me río de las mujeres. 80.– No me tires pellizquitos, que me haces cardenales y luego por la mañana me los conoce mi madre. 81.– Me casé con una tonta por culpa de mi pariente. Mi pariente está en su casa y yo con la tonta siempre. Otras letrillas muy famosas eran las que se cantaban a la salida de los familiares de la iglesia cuando se bautizaba a un niño, o a una niña. La madrina traía al neófito en brazos y el padrino, sabiendo lo

que le esperaba a la salida del templo, llevaba calderilla en los bolsillos: monedas de cinco y de diez céntimos –las perrillas y las gordas, en el lenguaje coloquial– aunque en ocasiones podía haber algún real e incluso alguna peseta. La chiquillería local, sobre todo la masculina, conocía perfectamente el calendario y horario de los bautizos y congregada en la plaza de la iglesia, esperaba impaciente la salida del nuevo cristiano y su cortejo. Especialmente la del padrino que era el encargado del dispendio.

ensuciaba la paupérrima indumentaria de la mayoría de los buscadores. Y así, continuaban tras la comitiva, hasta que comprobaban que los bolsillos del padrino se habían vaciado por completo.

El coro de muchachos entonaba: Padrino lagarto, eche usted los cuartos. No los gaste en vino que eres un cochino. Y chillaban «¡A raíooooo!». Una lluvia de monedas salía de las manos del padrino en distintas direcciones y los muchachos corrían en busca del tesoro esparcido por la plaza. Empujones, pisotones, llantos, algún que otro tortazo o puñetazo en la disputa de una moneda, no solían faltar. Otro cántico era: La madrina, una sardina; el padrino, un boquerón. Como no eche los cuartos el niño se quea pelón. ¡A raíooooo! Y otra lluvia de monedas caía sobre las, a veces, embarradas calles, lo que dificultaba la búsqueda y

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Agradecimientos:

María Dolores Aguilera García y Rafaela Martos Aguilera.


El paisajista del horizonte Antonio Javier López

En una de las puertas acristaladas que separaban su estudio de la terraza había colocada una hoja en blanco con un rectángulo recortado en su interior. Por allí sólo asomaba una parte del horizonte, una línea recta como una frontera transpirable donde se unían la tierra y el mar. Era lo único que parecía interesarle en aquel momento, mientras quemaba los días sobre el tablero en posición horizontal, rodeado de cigarrillos olvidados, consumiéndose como horas felices. Porque «su felicidad era pintar». Lo decía hace sólo unas semanas Pilar Cervera, «sus ojos y sus manos», su compañera durante 45 años y la madre de sus cinco hijos. Pilar y él se habían instalado en aquel piso nada más llegar a Málaga desde el otro lado del mar. Y quiso la casualidad o el destino que Dámaso Ruano cambiase las azoteas de Tetuán por esa morada también alta en un pasaje de El Palo con nombre de conquistador. Y desde aquella atalaya conquistó Dámaso Ruano algunas de las cotas más altas de la modernidad plástica del último medio siglo en Málaga.

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Dámaso R uano In Memoriam Hasta allí trepó también la enfermedad como una hiedra silenciosa para llevarlo de a poco al mundo de los sueños del que ya no despertará. Dámaso Ruano (Tetuán, 1938) fallecía apenas un mes y medio después de que la ciudad donde vivió y pintó durante más de medio siglo le concediera el título de Hijo Adoptivo. Un reconocimiento que llegaba demasiado tarde para contar con la presencia del artista. En su lugar recogió la distinción Pilar Cervera, de nuevo sus ojos, sus manos. Unas manos, las de Dámaso Ruano, «privilegiadas para la creación», como sostiene Jorge Lindell, artista, amigo y compañero de Ruano en aquella aventura que fue el Colectivo Palmo, el grupo que ambos promovieron junto a creadores como Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Stefan von Reiswitz, Pepa Caballero, José Díaz Oliva, Jesús Martínez Labrador o José Faría. Una iniciativa crucial para entender la renovación plástica vivida en Málaga a principios de la década de los 70 del siglo pasado, no sólo en el lenguaje cultivado por ese grupo de autores, sino también en la oferta cultural que pusieron en marcha esos creadores. «Entre Dámaso y yo hicimos Palmo, que fue una ruptura con la pintura que se hacía entonces en Málaga», recordaba ayer Lindell, uno de los compañeros de pinceles y generación más cercanos a Ruano. «Dámaso tenía una gran capacidad para la organización, para aglutinar gente y esfuerzos, quizá por su vertiente de profesor», ofrecía ayer Jorge Lindell, que realizó junto a Ruano dos murales para Unicaja, así como diversas exposiciones en la sede de Palmo, cuyo taller de grabado sirvió para formar a una generación de artistas y público en los lenguajes de la modernidad plástica.

En busca del equilibrio A la hora de asomarse a la obra de Ruano, Jorge Lindell destaca «la corrección y el equilibrio». Y añade: «Lo conseguía con cualquier material, rompiendo un papel, ya hacía arte. En ese sentido también hay que reconocerle como un iniciador no sólo de la pintura, sino también del collage». Ruano canalizó esa vocación innovadora en una pintura siempre fiel a la abstracción, a un geometrismo

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Grabado Sahel


combinado por el delicado uso del color en escenas donde reinaba el paisaje. «Era un pintor silencioso, que a la vez lograba una extraordinaria elocuencia dentro del espacio del cuadro», repasaba ayer el artista Eugenio Chicano. «Como amigo era una persona intachable, leal, con un convencimiento absoluto de su estilo, de su constructivismo lírico», reivindicó el pintor malagueño, también compañero de generación y fatigas de Ruano. Porque aquella Generación del 50 encontró otro bautismo menos cronológico, más valorativo y quizá acertado, en el nombre de la Generación Transformadora. Unos aires de cambio que no siempre encontraron el viento a favor en el entorno cercano. Una deuda que quiso salvar el galerista Alfredo Viñas en una de las primeras exposiciones que ofreció en su sala. «Siempre me interesó la obra de Ruano, porque fue uno de los renovadores de los lenguajes artísticos, sobre todo en los años difíciles de los 60. Defen-

Cronología 1938. Origen: Dámaso Ruano nace en Tetuán. Sus primeros años transcurren en el campo marroquí, cuyos colores y espacios protagonizan su obra temprana. 1945-1958. Formación: A los siete años ingresa en el Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil en Madrid. En esa cuidad entra en contacto con los maestros de la pintura en sus innumerables visitas a los museos madrileños. Se decanta por los estudios de Magisterio. Regresa a Marruecos para ejercer como profesor de Dibujo. 1969. Matrimonio y traslado a Málaga: Se casa con Pilar Cervera y ambos se trasladan a Málaga. Un año después firma su primera exposición individual en la ciudad en la sala de la Caja de Ahorros de Antequera. En 1971 y 1975 expone en la Diputación Provincial y en el 72 presenta su obra en la Galería Juana de Aizpuru en Sevilla. 1978. Nace el Colectivo Palmo: El diciembre se pone en marcha la iniciativa promovida por Dámaso Ruano, Jorge Lindell, Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Stefan von Reiswitz, Pepa Caballero y otros compañeros de generación artística. El grupo se convierte en un motor fundamental en la modernización cultural en la ciudad. 2000. Exposiciones: Tras presentar su trabajo en el Colegio de Arquitectos de Málaga en 1995, protagoniza exhibiciones en el Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella (2000), la Fundación Picasso (2001), así como una gran retrospectiva que le dedica el Museo del Patrimonio Municipal en 2008. 2012-2014. Reconocimientos: La Junta de Andalucía premia su trayectoria por el Día de Andalucía en 2012 y antes de su fallecimiento recibe el nombramiento como Hijo Adoptivo de Málaga y la medalla de la ciudad.

dió con mucha coherencia un lenguaje abstracto con un tratamiento del color exquisito y siempre estuvo muy comprometido con la pintura contemporánea», apostilla Viñas, cuya sala atraviesa un ‘impasse’ en busca —también ella— de nuevos horizontes. El paisajismo geométrico de Ruano encontró uno de sus públicos más interesados y fieles entre los profesionales de la Arquitectura y el Diseño. El propio autor se felicitaba de esa acogida, refrendada por la exposición que el Colegio de Arquitectos le dedicó en 1995. Fue uno de los primeros montajes de cierta enjundia organizados en Málaga en torno a la obra de Dámaso Ruano, que recalaba cinco años después en el Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella, cuyo conservador jefe era por entonces José María Luna, ahora director de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal. «Era un artista contenido y sentido con el que era muy fácil trabajar», rememora Luna. (Diario SUR)


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Una tristeza blanca

(en la muerte de Dámaso Ruano) Salvador Moreno Peralta (¿Por qué tenemos la sensación de que sólo se mueren los buenos?)

Acabas, querido Dámaso, de terminar tu último cuadro: un lienzo

que plasma ese mundo de sueños blancos, custodiados por Pilar, en el que estabas enfrascado desde hace algún tiempo. En blanco se funden los colores del Estrecho, los colores que van desde El Palo a Tetuán. Y en blanco nos hemos quedado tu legión de amigos. Te has ido hacia el blanco lentamente, con la levedad de la espuma que Alfonsina Storni levantaba al adentrarse en el océano. Si volvieras la cabeza hacia la orilla verías la afligida cara de pasmarotes huérfanos que se nos ha quedado. Pero peor aún será cuando esta noche vuelva a mi casa y vea en las paredes esos cuadros tuyos por los que penetra el aire que respiro, ventanas hacia un mundo manifiestamente mejorable; pensaré entonces que te has escapado por alguno de ellos, harto de comprobar que este mundo no hay quien lo mejore, y seguiré tu rastro por los paisajes de esas regiones tuyas que nos acercaban al infinito, aunque siempre tuviéramos la sensación de haber estado ya allí.

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Dámaso Ruano In Memoriam

Pilar Cervera, esposa de Dámaso Ruano recoge, de manos del alcalde De la Torre, la Medalla de la Ciudad de Málaga y el nombramiento de Hijo Adoptivo de la misma

A lo mejor ahora recuerdas que hace poco te hicieron Hijo Adoptivo de Málaga de una manera oficial, porque extraoficialmente ya habías decidido serlo tú, desde el día en que, junto con otros combatientes del arte, hiciste que esta ciudad fuera una de las más vigorosas escuelas pictóricas de nuestro país. Quizás este escaqueo tuyo —siempre fuiste un poco burlón— sirva para caer ahora en la cuenta de que tu generación, la extraordinaria generación de Brinkmann, Peinado, Barbadillo, Alberca, Chicano, Lindell, Stefan von Reiswitz, los de «Gravura», los de «Palmo»… no va a estar presente en el nuevo Museo de la guardarropía decimonónica, porque aquí, que adoramos más a las peanas que a sus santos, a nadie se le ocurrió hacer una adquisición masiva de vuestra obra. Pero tú sabes, Dámaso, que a Málaga se la quiere como es, aunque no sea como la quisiéramos. No te preocupes por nada, Dámaso. La casa está guardada por Pilar y tus maravillosos hijos Los amigos, por nuestra parte, nos pelearemos por ver quién te quiere más, pero de esa trifulca la culpa es tuya, porque nunca te has contentado con ser un pintor mágico: tenías que ser, además, un hombre machadianamente bueno. Si sólo hubieses sido lo primero estaríamos glosando tu obra, teorizando sobre ella y ayudando a Pilar en su difusión. Te juro que lo haremos. Pero como te empeñaste en lo segundo, tu marcha, por mucho que la anunciaras cuesta mucho aceptarla, y nos ha fundido a todos en una tristeza blanca, de un blanco desolado, infinito y ausente, como un inmenso lienzo vacío. (Inicialmente publicado en el Diario Sur)

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Playa de invierno

Viñeta de Idígoras y Pachi. Diario Sur, 16 de septiembre de 2013


Puerta I

Esencial. 2001

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Dámaso Ruano In Memoriam

Dámaso… está con Juan Ramón… Dámaso línea Crisol de poiesis Dámaso color Sábana cielo paz Tangente dámaso y por fin dormir Dámaso bisectriz Tangente dámaso Secante dámaso roza la vida Dámaso tono Bisectriz dámaso Dámaso matiz ánimos ensarta Angular dámaso Secante dámaso Dámaso gris corta haz de luz Dámaso tierra Fin y principio Añil dámaso Principio y fin Dámaso violeta Dámaso tierra Dámaso bermellón Cielo dámaso Ocre bermejo Dámaso aire Turquesa de mar Arquitectura dámaso. Mar dámaso Dámaso bisectriz Dámaso tangente Fuego en el hogar Secante dámaso y paseaba las aceras Transnubes dámaso arropado por la brisa Transcielos de ocasos Horizonte dámaso y acariciado por la luz Ocaso sin fin blanco por fuera Dámaso cénit como de algodón Dámaso día. como si no tuviera huesos No: Nunca noche dámaso. Gestación de iris Gerásimo Arjona Éter místico Dámaso eterno Dámaso sin fin

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Pórtico

Jábega


Trigal

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Dámaso Ruano In Memoriam

Sr. D. Damián Caneda Morales Teniente de Alcalde Delegado del Área de Cultura Ayuntamiento de Málaga

Estimado Sr:

Ruego tenga a bien recibir estas líneas para expresar mi adhesión personal, y la de mi familia, al acto de concesión de tan merecidos honores al pintor Dámaso Ruano. Primero porque es mi amigo, al que conocí, años ha, una tarde de tormentoso verano bajo la protectora sombra de una gran morera, desde la que se divisaba uno de los más espectaculares paisajes de montaña: el del Arco Calizo Central Malagueño en Villanueva del Rosario, sobre cuyo cielo dibujaban las nubes los profundos y sólidos volúmenes de las arquitecturas de Dámaso, enmarcados con inefables tonos de color en los espacios infinitos que su paleta, como nadie, ha sabido crear.

Carta de adhesión enviada por Gerásim Arjona, al acto de homenaje y concesión a Dámaso Ruano de la Medalla de la Ciudad de Málaga, y que fue leída en dicho acto.

Visitas, paseos, tertulias, mesas compartidas y charlas donde salía refulgente su bondad, trenzaron nuestra amistad y afecto. Y segunda razón, porque es mi amigo-pintor-poeta. Recuerdo, con nitidez damasiana, una tarde de sobremesa en que Dámaso me decía: - amigo: yo soy pintor porque no sé hacer otra cosa, pero a mí lo que me hubiera gustado era haber sido poeta. Y lo es, su obra pictórica así lo avala. Una y otra vez, hablábamos de poesía y de sus poetas, de Juan Ramón Jiménez, de Antonio Machado… del diálogo con el lienzo en blanco que va pidiendo lo que el artista contiene... Entre tanto, Pilar y Pepa cortaban flores de lavanda en el jardín mientras reposaba a la espera un té con yerbabuena. Le ruego, Sr. Caneda, transmita a Dámaso, de mi parte, un abrazo de luz para él y para su madre adoptiva. Un cordial saludo, Fdo: Gerásimo Arjona Villanueva del Rosario, a 4 de diciembre de 2013.

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1963— Exposición individual en la galería Aux Belles Images de Rabat. 1965— Exposición individual en la galería Venice Carde de Casablanca. 1967— Exposición individual en la galería Extreme Asie de Rabat.

1968— Es nombrado Director de la Misión Cultural Española en Kenitra. 1970— Primera exposición individual en Málaga, en la Sala de la Caja de Ahorros de Antequera. En aquella muestra presentó obra traída de Marruecos.

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1971— Exposición individual en la Sala de la Diputación Pro­vincial de Málaga. 1973— Exposición en la sevillana galería Damas. Juan Manuel Bonet lo elige, representando a Andalu­cía, para participar en la 11a Muestra de Artes Plásti­cas de Baracaldo.


Dámaso Ruano In Memoriam

África

1975— Exposición individual en la Sala de la Diputación Pro­vincial de Málaga. Exposición individual en la galería Atalaya de Gijón, donde convive con Joaquín Rubio Camín y con el escultor José María Navascués. 1977— Exposiciones individuales en Córdoba y Bilbao, Gale­rías Manuela y Dach. 1978— Exposición individual en la galería Malacke de Málaga. 1979— Se crea el Colectivo Pal­mo en Málaga. Junto a Dámaso Ruano, sus fundadores fueron Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Pepa Caballero, José Díaz Oliva, José Faria, Juan Fernández Béjar, Ramón Gil, Antonio Jiménez, Jorge Lindel I, Je­sús Martínez Labrador, Pedro Maruna, José Miralles y Stefan von Reiswitz. . 1980— Distintas exposiciones colectivas por todo el territorio 1988 español, gran parte de ellas junto a los miembros de Palmo. 1991— Realiza dos exposiciones individuales en Málaga, la re­trospectiva en la Sala José María Fernández de la Caja de Ahorros de Antequera y la de la Diputación Provin­cial. 1992— Participa en las siguientes muestras colectivas: Ho­menaje al pintor marroquí Abdel-La Fajar, en Tetuán; Pintores Malagueños, en el Gobierno Civil de Málaga; Homenaje a Mariano Bertuchi, en Tetuán, y la de Pin­tores Españoles y Marroquíes en el Pabellón de Ma­rruecos de la Expo’92 de Sevilla. 1993— Tres exposiciones individuales jalonan este año: la del Colegio Oficial de Aparejadores de Málaga, la de la Casa-Fuerte de Bezmiliana en el Rincón de la Victoria y la del Ayuntamiento de Nerja. 1995— Expone en el Colegio de Arquitectos de Málaga y en la galería Tudores de Marbella. 1996— Manolo Ales lo incluye en su importante programación de la galería del Museo Cruz Herrera de La Línea de la Concepción. 1997— Expone en la Sala de Arte de la Universidad de Mála­ga y en la galería Benot de Cádiz. 1998— Exposición en la galería Marín Galy de Málaga. 1999— El Palacio de la Madraza de Granada acoge una im­portante exposición de Dámaso Ruano.

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Kisane 2000— Importante exposición en el Museo del Grabado Espa­ñol Contemporáneo de Marbella. 2001— La Fundación Pablo Ruiz Picasso, organiza la muestra antológica de Dámaso Ruano en el Museo Municipal de Málaga. — Galería Arte Contemporáneo. Madrid. Galería Art Gea. Torremolinos. Málaga. — Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria. Málaga. 2004— Galería Benot. Sala Paréntesis. Salas del Baluarte de la Candelaria. Cádiz. Galería Art Gea. Torremolinos. Málaga. Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria. Málaga. 2010— Museo de Ceuta. Serenidades. Exposición 2015— Galería Benedito. Málaga. Fotografía de Álvaro Cabrera


Alfonso Albacete

Madrid, el Bellas Artes de Bilbao, el de Arte Abstracto de Cuenca, la Caixa de Pensiones de Barcelona, el de Bellas Artes de Murcia… la White House Collection de Washintong, el Chase Manhattan Bank de Nueva York… la colección Dobe de Zurich, o la de Arte Contemporáneo de Aena, etc. En 1988 el Museo Español de Arte Contemporáneo le dedica su primera exposición retrospectiva, lo que supone su reconocimiento indiscutible en la denominada Nueva Figuración Española. La obra del antequerano, afincado ya en Madrid, se deja abrir, en su primera etapa, al pop–art, al expresionismo abstracto norteamericano, especialmente, el representado por Rauschenberg y De Kooning, apenas conocidos en España en aquella época; más tarde es Diebenkorn, otro norteamericano, el que centró la atención de antequerano con su reduccionismo geométrico basado en paisajes naturales. La obra de Alfonso Albacete se convertirse, desde entonces, en un perfecto gozne donde se integran figuración y abstracción. Al carácter de pintor–arquitecto, anteriormente aludido, se ha referido nuestro artista invitado destacando la importancia de la elaboración del proyecto pictórico heredada de la arquitectura en

Nació en 1950, en Antequera, y muy joven se instaló con su familia en La Alberca de las Torres, Murcia, donde su padre trabajaba como ingeniero de la seda en una estación sericícola. Allí tenía su estudio el pintor Juan Bonafé, uno de los precursores del hiperrealismo español, de los años 20, gran paisajista y retratista, amigo y colaborador de Juan Ramón Jiménez, del que hizo su más famoso retrato. Su madre, que también pintaba, lo puso en contacto con el pintor murciano, con quien inició, a los nueve años, su aprendizaje pictórico. Continuó sus estudios en el Círculo de Bellas Artes de Valencia y cursó la carrera de arquitectura en Madrid. En alguna ocasión Alfonso Albacete se definió cono el «pintor que se hizo arquitecto», rasgo éste último apreciable en gran parte de su obra, que comenzó a conocerse públicamente en 1972 con una exposición individual en la galería Chys de Murcia y que continuó en 1979 en la galería Egam de Madrid. Desde entonces, Alfonso Albacete se convirtió en uno de los impulsores fundamentales de la renovación del panorama pictórico español y su obra comenzó a ocupar espacio en colecciones y en museos reconocidos mundialmente: el Reina Sofía de

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contraposición a la pintura: «En arquitectura partes de una idea simbólica para al final terminar en una casa habitable y funcional. Y en artes plásticas, muchas veces, partes de una cosa real para darle un componente simbólico y convertirlo en una idea» con intención de «crear arte más allá del anecdotario». Otro referente fundamental de su obra es la naturaleza desde su visión interior, a la que da un tratamiento complementario del dado por Cezanne, otro de sus pintores de referencia, para quien «en arte todo parte de la naturaleza, el arte es teoría desarrollada y aplicada en contacto con la naturaleza», pero Alfonso Albacete corrige al francés en lo que significa la construcción humana en el proceso de configuración plástica de la obra artística sobre el mundo natural, en los crecimientos internos de las plantas y de los animales, bien estén en su «medio natural», bien estén en un contexto urbano. No podemos acabar esta breve reseña biográfica y artística sin aludir al cromatismo vital de su obra y su conexión con el tratamiento de la luz en la creación del espacio, al respecto dice Albacete: «En los últimos años he abundado en esa vena platónica del reflejo de lo que se ve pero que no se ve, de lo que aparece y no aparece. En los cuadros de Los bosquejos, tras los primeros árboles que se ven hay otros, todo un bosque. Volvemos a Cezanne. Él inventó una forma de pintar en que el espacio no es lo que está dentro de una caja sino lo que hay entre una manzana y otra. Para mí el espacio es todo lo que generan todas esas formas entre ellas».

En el estudio. 1979

Bosquejo 1209. Prueba. 2006

Gerásimo Arjona

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Ventana de levante. 1980

Sin tĂ­tulo. 1981

Primer Ulises. BodegĂłn con limones. 1980

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Jacob. 2000

Serie Narciso III. 1990

Isadora I. 2006

Posiciones críticas. 1ª posición. 2007 La trampa. 2009

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2ª ubicación. 2010


Pintura del agua 1. 2009

Pintura del agua 2. 2009

Medea. 2010

Pintura del agua 3. 2009

Terminus, 3 piezas. 2010

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Tres pinturas de playa 1, BaĂąo. 2011

Tres pinturas de playa 3, La pelea. 2011

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CAAC, Sevilla. Febrero 2014 El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo organiza la exposición ASUNTOS INTERNOS, que incluye más de 200 obras sobre papel, elegidas de entre las guardadas en carpetas, cajones y cuadernos de su estudio. En la colección puede observarse el proceso creativo de Alfonso Albacete a lo largo de tres décadas. Las más de doscientas obras expuestas han sido donadas por el artista antequerano.

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11 de septiembre 2014. La Galería Marlborough (Madrid) presenta ‘Natura’,

OBRA EN MUSEOS Y COLECCIONES

Natura 9. Pintura en el estudio.

Natura 9. Pintando en el huerto.

2013

2013

Natura 26. Público rojo.

Natura 27. Conferencia inglesa.

2013

2013

Natura 5. Pintura–comida. 2014

Natura 12. Plein air. 2014

Museo de Arte Abstracto, Cuenca. Instituto de Crédito Oficial, Madrid. Museu d´Art Contemporani, Elche. Museo de Bellas Artes, Murcia. The Chase Manhattan Bank, New York, EEUU: Museo Municipal, Madrid. Colección Universidad Complutense de Madrid, Madrid. CajaMurcia, Murcia. Colección Banca Lambert, Bruselas, Bélgica. Comunidad Autónoma de la Región Murciana, Murcia. White House Collection, Washington, EEUU. Fundación «La Caixa», Barcelona. Museo de Arte Contemporáneo «Casa de los Caballos», Cáceres. Collection Dobe, Zurich, Suiza. Compañía Telefónica Nacional de España, Madrid. Banco Exterior de España, Madrid. Museo Provincial de Álava, Vitoria. Museo de Bellas Artes de Bilbao, Bilbao. Palau Sollerich, Palma de Mallorca. Banco Bilbao Vizcaya, Madrid. Comunidad de Madrid, Madrid. Mie Prefectural Art Museum, Mie, Japón. Senado Español, Madrid. Banco Hipotecario de España, Madrid. Colección Fundación Ramón Areces, Madrid Colección Moncloa, Madrid. AT&T Microelectrónica España, Madrid. Colección Arte Contemporáneo, Madrid. Colección Sáez de Gorbea, Bilbao. CAAM, Centro Atlántico de Arte Moderno, Las Palmas Banco de España, Madrid. Colección Argentaria, Madrid. Museo de la Solidaridad Salvador Allende,Santiago de Chile. Colección de Arte Fundesco, Madrid. Colección «El Aire», Iberia, Madrid. Colección Ayuntamiento de Palma, Palma de Mallorca. Colección Helga de Alvear, Madrid. Museo Wurth, Kunzelsau, Alemania MNCA Reina Sofía, Madrid. Colección Caja Madrid Museo Patio Herreriano, Valladolid. Colección «De Pictura», Zaragoza. Colección Fundación AENA


y

HisT iA PatriMoniO OR

Son tres los apartados que, en esta ocasión, nos ofrece la sección de historia. Paco Campos nos acerca a periodos ilusionantes y frustrados como la II República, o trágicos como la Guerra Civil y nos aproxima a los pormenores políticos y a las repercusiones que ambas tuvieron en la vida cotidiana de nuestro pueblo, Villanueva del Trabuco. Del pueblo invitado en este número, Ardales, a través de Francisco Ortiz Lozano, nos llegan ecos de los avatares de su historia lejana cuando era enclave decisivo de la frontera cristiana y de la frontera nazarí; ejemplo de ello son las tres conquistas, o reconquistas, que allá por los siglos XIV y XV sufrió la plaza ardaleña. Complementa la sección un joven saucedeño, Jorge Luque Jiménez, que inaugura el nuevo apartado de patrimonio con un artículo sobre los baños termales de La Tosquilla, paraje natural de Villanueva del Rosario, que según numerosos indicios se remonta en sus prestaciones a tiempos en los que en Hispania se hablaba latín.

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y

HisT iA PatriMoni OR

O

VILLANUEVA del TRABUCO: La II REPÚBLICA y la GUERRA CIVIL

(1931–1939)

Francisco Campos Reina

1.– PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA

Fragmento del Libro de Sesiones del Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco. 1931

La II República surgió en un momento histórico difícil, en medio de una crisis económica mundial producida por el Crack del 29 en la bolsa neoyorkina de Wall Street, y una crisis política por la ascensión de los regímenes fascistas en Alemania e Italia y la consolidación de otro régimen totalitario, el comunista, en la Unión Soviética; aun así, la II República pretendió construir un sistema democrático más justo comparado con el sistema político inaugurado por la Restauración monárquica con Alfonso XII y su prolongación con Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera, quienes tantas veces habían hecho oídos sordos a la inestabilidad del país. Se trató de un intento de democratización europeísta buscando un cambio político radical en lo social, en lo político y en lo económico. En el libro de actas de sesiones del Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco correspondiente al año 1931, aparece un escrito encabezado por el epígrafe Proclamación de la República Española. La llegada de la República a este pueblo es contada así: «Proclamada en España la República con fecha catorce de abril de mil novecientos treinta y uno aquella misma noche se hizo la proclamación del nuevo régimen en este pueblo con un entusiasmo delirante, demostrando la multitud el afecto de simpatía que siente por ella, no sólo en la noche citada sino también los días 15 y 16, congregándose el pueblo en las calles y plazas públicas para demostrar la alegría que siente por tan fausto acontecimiento.

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A las seis de la mañana del día diez y ocho, el Comité Republicano, acompañado de la Banda Municipal y asistido de la multitud izó la bandera republicana en un balcón de la Casa Consistorial. Hubo repique de campanas y un entusiasmo inenarrable, dándose ‘vivas’ a España, a la República y a la Bandera Republicana, especialmente al oír el pueblo la voz del Presidente de dicho Comité Republicano D. Arturo Frías Osuna, que ya anteriormente había sido proclamado por el pueblo Alcalde Presidente de este pueblo y gobierno naciente…». El 18 de abril de 1936 se produce, sin ningún incidente, el traspaso de poderes de la última corporación monárquica, presidida por D. Francisco Luque González (Mayor) al Comité Republicano, que había tomado posición como primer edil sólo dos meses antes por dimisión del anterior alcalde Antonio Arjona Aguilera. Este Comité funcionará como corporación interina hasta la celebración de las elecciones municipales el día 31 de mayo, de las que saldrá el primer Ayuntamiento republicano, propiamente dicho, el cual tomará posesión el día 5 de junio. Pasados los primeros momentos de euforia, el nuevo régimen republicano ha de enfrentarse con los mismos problemas de siempre: paro obrero y crisis, obras públicas con la doble finalidad de procurar el bienestar general y la lucha contra el paro, mejora de la enseñanza, defensa de las tierras comunales y crisis políticas internas.

a) El paro y la crisis

A lo largo de esta nueva etapa vuelven a aparecer con frecuencia, en las actas municipales, estos mismos problemas. Sin embargo, la actitud del gobierno central en solucionarlos abre nuevas vías en la forma de combatirlos:

> Decreto de 28 de mayo de 1931, por el cual se pueden conceder préstamos con destino a los pequeños agricultores y colonos para que estos puedan atender a las necesidades de recolección de cereales. En este sentido, el Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco, según las actas de 19 y 26 de junio y 3 de agosto, se acoge a estas medidas solicitando de la Caja de Seguros Sociales y de Ahorros de Granada un préstamo de 36.000 pesetas a fin de satisfacer las peticiones que hacen 33 labradores propietarios, ninguno de los cuales, paga más de 500 pesetas de contribución; ofreciendo en garantía de esta operación una lámina que posee este Ayuntamiento del 80% de propios número 6822,

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fecha 11 de mayo de 1917 por un capital de 27.462’31 pesetas.

> Decreto del Ministerio de Trabajo y Previsión de 18 de julio de 1931, sobre bolsas locales de trabajo y ejecución de obras públicas con carácter municipal para el paro forzoso de obreros y que las contribuciones territorial rústica, urbana e industrial se graven, desde 1º de octubre próximo, con el recargo del 10% para constituir un fondo destinado a combatir el paro obrero. Se crea la Comisión Gestora de la Décima, compuesta por el Sr. Alcalde que actúa como presidente, dos vocales (concejales) designados por la Corporación; dos vocales designados por la patronal y dos vocales obreros designados por los obreros. Las competencias de esta Comisión serán: 1º Controlar la administración de los fondos procedentes de los recargos en la contribución, cedidos por el Estado a los Ayuntamientos para mitigar la crisis obrera. 2º Decidir las obras públicas que se deben realizar. 3º Distribución de obreros en los trabajos planteados. Opisso. 14 de abril


Pinares en Sierra Gorda. Villanueva del Trabuco

> Repoblación forestal de las Sierras Gorda y San Jorge, con lo que se persiguen dos objetivos: aumentar la riqueza forestal y aliviar el problema del paro obrero de este término en los meses de escasez de trabajo al terminar las tareas de recolección de cereales. No obstante, estos medios no son suficientes para acabar con la crisis y la lucha de clases se abre camino, teniendo que venir al pueblo dos delegados del Gobierno Civil para solucionar un conflicto entre patronos y obreros. Si afirmamos que se trata de un pueblo, tradicionalmente republicano y socialista, no creemos estar diciendo algo que no tenga una base cierta. Ya aludimos en números anteriores de esta revista a la participación en los movimientos sociales que se dieron en el siglo XIX, y a los que se están produciendo en este nuevo contexto; y en este clima de libertad política que significaba la República, no es de extrañar el crecimiento de la organización obrera. Ejemplo de ello es la creación, en tiempos del Frente Popular, de la Sociedad Obrera Agrícola y Similares El Porvenir, encuadrada dentro de la U.G.T. Su constitución tendrá lugar en marzo de 1936. En el acta de la misma, se especifica que en esos momentos cuenta con 212 afiliados, entre trabajadores de la tierra y otras profesiones. Se trata de un número considerable, teniendo en cuenta que en 1930 el número de habitantes del pueblo ascendía a 3.436.

La Junta Directiva de la Asociación estaba compuesta por los siguientes obreros:

Sociedad Obrera Agrícola y Similares «EL PORVENIR» Presidente: D. Antonio Navarrete Martín Vicepresidente: D. Alfonso Valencia Sánchez Secretario: D. Antonio Godoy Ruiz Tesorero: D. Emilio Cebrián Pérez Contador: D. Antonio Aguilera Conejo Vocales: D. José Carneros Carneros y D. Francisco Conejo Macho.

b) Obras Públicas Tanto las obras ordinarias como las de mayor envergadura se acometen con una doble finalidad: la del bien general y la lucha contra el paro. Habría que destacar, aparte de las obras de reparaciones ordinarias, las siguientes:

> Continúan las gestiones para activar la construcción del camino vecinal que va desde Villanueva del Trabuco a la Venta de los Alazores, para enlazar con la carretera nacional Málaga – Bailén:

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Mayo de 1931. Es aprobado por la Diputación y la Jefatura de Obras Públicas el proyecto de construcción de la carretera. Agosto de 1931. Gestiones en Madrid con el fin de agilizar la pronta ejecución de las obras. Marzo de 1934. Pliego de condiciones económicas, por el cual el Ayuntamiento tendría que hacer frente a la contribución de 49.739’93 pesetas, de las 149.219’78 de que consta la totalidad de dicho proyecto. Diciembre de 1934. Solicitud a la Jefatura de Obras Públicas para que se le adjudique al Ayuntamiento la realización de las obras. Mayo de 1935. Cesión gratuita de terrenos por los que ha de pasar la carretera por parte de Dª Antonia Checa Domene, propietaria del molino harinero El Prevenido.

rey Fernando VII, (el rey Felón), al grito de «¡Vivan las cadenas!» Es la manera de rescatar a la gente de la servidumbre de caciques, señoritos y terratenientes que no quieren que el pueblo se culturice sino que viva bajo su dependencia. Se quiere «...llevar a las gentes, con preferencia a las que habitan en localidades rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos del avance universal, de modo que todos los pueblos de España, aun los más apartados, participen en las ventajas y goces nobles reservados hoy a los centros urbanos».

> Diciembre 1935. La Eléctrica de Vélez–Málaga solicitará permiso para realizar el tendido de cables desde Alfarnate pasando por la confluencia entre Sierra Gorda y San Jorge. Se accederá renunciando a la indemnización que por la ocupación de terrenos pudiera corresponderle al Ayuntamiento. > Febrero de 1935. Inauguración de la 1ª centralita telefónica, en servicio hasta el año 1985. > Mayo de 1936. Proyecto de conducción de aguas para el abastecimiento de la población y depósito regulador o de reserva. > Marzo de 1938. Construcción de un lavadero público de nueva planta en el Prado, con un costo final de 6.627’60 pesetas. > Octubre de 1938. Construcción de un puente sobre el río Guadalhorce, en el vado del camino que desde este pueblo conduce a Alfarnate, cuyo coste fue de 2.749’85 pesetas.

c)

Cultura y Enseñanza

En la España del primer tercio del siglo XX, con más del 70% de la población en el medio rural y con un 40% de analfabetos totales, la creación de las Misiones Pedagógicas (Decreto de 29 de mayo de 1931) y la creación de Bibliotecas Públicas Municipales (Decreto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de 13 de junio de 1932) son las primeras iniciativas que toma el gobierno de la II República. Porque su voluntad es clara y se la impone como un deber propio: «el deber en que se halla el nuevo régimen de levantar el nivel cultural y ciudadano, de suerte que las gentes puedan convertirse en colaboradores del progreso nacional y ayudar a la obra de incorporación de España al conjunto de los pueblos más adelantados». Es la manera de sacudirse de encima la ignorancia de un pueblo que un siglo antes celebraba la vuelta del

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La Corporación Municipal, acogiéndose a los Decretos antes mencionados, en la sesión de 10 de enero de 1934 acuerda: 1º.– Solicitar la creación de una Biblioteca Municipal. 2º.– Ofrecer y habilitar para la instalación de la expresada Biblioteca la planta baja de la Casa Ayuntamiento. 3º.– Habilitar el oportuno crédito en los presupuestos para el normal sostenimiento de la misma. 4º.– La proyectada Biblioteca funcionará de acuerdo con lo que dispone en los artículos 2º y 3º del referido Decreto de 13 de Junio de 1932, bajo la dirección de un organismo especial que se denominará Junta de la Biblioteca Municipal de Villanueva del Trabuco , constituida del modo siguiente:


> Presidente: El que sea presidente de la Comisión Municipal de Instrucción Pública, quien ostentaría la representación de este Ayuntamiento. > Vocales: — En representación del Sindicato Agrícola y Obreros de la tierra: sus presidentes respectivos como personas destacadas por su competencia. — D. Cándido Checa Salcedo, médico titular. — D. Indalecio Conejo Verdugo, empleado. — D. Manuel Écija Narváez, empleado. — D. Enrique Gémar Caro, empleado en representación del Magisterio Nacional. — D. Diego Bermúdez Ordóñez, maestro nacional — Doña Ana Ruiz Galán, maestra nacional > Secretario: D. Celedonio Luque Fernández. Encontramos también un vivo interés por mejorar la instrucción en el pueblo. En la sesión del 12 de abril de 1933 se da cuenta de una comunicación del Consejo Local de Primera Enseñanza por la que se suplica al Ayuntamiento que «realice las gestiones precisas para la creación de cinco escuelas nacionales; dos mixtas servidas por Maestro para la población rural y dos unitarias, una de niños otra de niñas, mas otra de párvulos, desglosada de la mixta de párvulos que existe para el casco de la población…» La Corporación deliberó sobre esta petición considerándola «muy justa y loable, en primer lugar por lo necesario que es la creación de algunas escuelas más en este término pues las existentes no son bastantes para la enseñanza del número de niños y niñas que lo necesitan, y en segundo lugar por los beneficios que ello representa para la población escolar». Acuerdan estudiar la propuesta a fin de solicitar la creación y construcción de un grupo escolar. En la sesión del día 28 de julio de 1935, entre otros puntos, está el referido a la Instrucción Pública, el cual dice: «La presidencia explica a los reunidos la imperiosa necesidad en que se encuentra este municipio de acogerse a los beneficios concedidos por el Decreto de 15 de junio de 1934, sobre construcciones escolares, toda vez de que se carece en absoluto de locales propios y adecuados, ofreciendo un aspecto lóbrego y de tristeza los que existen, que influye en la falta de asistencia y cariño por la enseñanza, pues el problema actual no solo se reduce a la creación de escuelas, sino a que

estos respondan a las exigencias modernas reuniendo condiciones pedagógicas e higiénicas para hacer mas agradable la estancia de los pequeños y mas asequible la instrucción primaria. Todos los señores concejales aplaudieron los propósitos de la presidencia, estimando de reconocida urgencia la propuesta, y después de un detenido estudio del asunto, por unanimidad, se adoptaron los siguientes acuerdos:

1º.— Que se solicite al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, la construcción directa por el Estado de un edificio con destino a las Escuelas Nacionales de esta población, con seis secciones, tres para niños y tres para niñas, mas una de párvulos, con cantina escolar, alcanzando un censo total de niños y niñas comprendidos en la edad escolar de 6 a 14 años de 537. 2º.— Que el edificio en cuestión será destinado a Escuelas Graduadas. 3º.— Que con tal objeto, este Ayuntamiento, adquiere el compromiso de facilitar el solar adecuado, según el plano o croquis que se adjunta, o el que elija el arquitecto escolar del Ministerio como más conveniente a las escuelas. 4º.— Que en atención a la carencia absoluta de recursos por tratarse de un municipio pobre, se exceptúe al Ayuntamiento de esta villa de la aportación que regula el artículo 12º del Decreto de 15 de junio de 1934, de conformidad con el art. 13º del mencionado Decreto. 5º.— Que este Ayuntamiento se compromete a presupuestar anualmente para la conservación del edificio la cantidad necesaria en los términos que prescriba la legislación vigente. 6º.— Que se autorice al Sr. Alcalde Presidente para tramitar el oportuno expediente y elevarlo a la superioridad». Lo acordado en esta sesión nos parece sumamente importante y muestra una visión moderna y progresista de la educación. Sin embargo la realización de este proyecto aún tardará. Más tarde, en tiempos del Frente Popular, en la sesión del 31 de marzo de 1936, se acordará enviar una comisión a Madrid para gestionar, entre otros asuntos, la pronta construcción del grupo escolar.

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d) Gestión Económica

El control económico del Ayuntamiento brilla por su ausencia, después de unos primeros intentos por subsanar las cuentas, se cae en los mismos errores del pasado. Veamos cuatro ejemplos:

Las continuas crisis políticas llevan consigo la inestabilidad permanente en la estructura económica local. Cada cambio de gobierno arrastra a su vez cambios en los cargos de recaudador municipal, depositario y recaudador de arbitrios —unas veces, por dimisiones de los mismos; otras, por destituciones de la Corporación—. A ello hay que añadir los intereses personales de algunos concejales en ejercer el cargo de recaudador y depositario municipal, lo que traerá consigo las continuas protestas y rechazos del grupo que en ese momento está en la oposición.

— 7 de julio de 1931. Después de varios requerimientos, en los que se insta al recaudador municipal, D. Lucas González Carneros, a rendir cuentas desde el 27 de agosto de 1929 hasta la fecha, teniendo que ingresar una diferencia a favor del Ayuntamiento de 8.205’51 pesetas, se le cesa de inmediato y se le concede un plazo de 8 días para

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saldar la deuda. Al no hacerlo, se le instruye expediente de apremio, embargándole las propiedades urbanas y rústicas, según contrato de arriendo establecido por ambas partes. — 25 de octubre de 1931. Los concejales Francisco Montero, Andrés Ropero, Salvador Luque, Alejandro Aguilera Moreno y Rafael García presentan un escrito que dice así: «Los concejales que suscriben desean conste en acta la explicación de un voto en contra de las cuentas presentadas por el Sr. Alcalde, y que es como sigue: Que el dinero, en vez de ingresarlo en la caja municipal, se quedó con él el Sr. Alcalde; que las obras no fueron acordadas por el Ayuntamiento, ni intervenidos, ni administrados los fondos por la comisión nombrada para este asunto; que el Ayuntamiento y la comisión especial no ha tenido noticias oficial de tal crédito, hasta la sesión anterior, en que el Sr. Alcalde, presenta las relaciones de gastos, y en dichos gastos no aparece cantidad alguna que justifique haber abonado a los obreros las cuotas de retiro obrero por los días que presentaron trabajo. Villanueva del Trabuco a 25 de octubre de 1931». — 31 de julio de 1932. Apertura de expediente de responsabilidad contra el ex alcalde D. Arturo Frías y el concejal —ex recaudador municipal— D. Antonio Muñoz como consecuencia de la forma arbitraria e ilegal con que se han ordenado los pagos y han dispuesto de fondos municipales, del que resulta declarada la responsabilidad personal de los mismos con la consiguiente obligación del oportuno reintegro de las 4.073’65 pesetas de que resultan ambos solidariamente responsables. Y en virtud del artº 43 de la ley municipal, que determina que no pueden en ningún modo ser concejales los deudores como segundos contribuyentes a los fondos municipales, cesarán en sus cargos los concejales si dejaren de tener las condiciones que marca la ley. — 27 de septiembre de 1934. En la sesión de este día se da cuenta del escrito que presenta el letrado que suscribe y que dice así: «Al Ayun-

Moneda de una peseta de La República

tamiento de Villanueva del Trabuco. El letrado que suscribe, emitido el dictamen interesado por esa Corporación, respecto a la conveniencia de personarse en el sumario que se instruye por el Juzgado de Instrucción de Archidona, a los concejales suspensos por providencia Gubernativa, entiende, después del atento examen de los documentos sometidos a estudio, que apareciendo motivos racionales para creer han cometido durante su gestión el delito de malversación de caudales públicos es conveniente y útil a los intereses municipales el depurar las responsabilidades contraídas ejerciendo al efecto por la Corporación, las oportunas acciones penales. Málaga, 26 de septiembre de 1934. Lic. Mariano García Bravo».

e) Vida política municipal

La sucesión de los diferentes equipos de gobierno municipales no se regulariza a lo largo de este período, el enfrentamiento entre los dos grupos de concejales que componen la Corporación se va radicalizando cada vez más, de manera que las dimisiones, ceses y nombramientos gubernativos de alcaldes son la tónica predominante. Solamente podemos considerar normalizada la primera elección que se produce el 31 de mayo de 1931, de la que surge la Corporación que sustituye al Comité Republicano, formado a raíz de la proclamación de la República.

Alcalde: D. Arturo Frías Osuna Concejales: D. Andrés Ropero González (primer Teniente Alcalde) D. Antonio García Frías (segundo Teniente Alcalde) D. Antonio Márquez Martín (Síndico) D. Felipe Rojas Siles (Síndico suplente) D. Alejandro Aguilera Moreno, D. Pedro Lara Palomo, D. Salvador Luque González, D. Rafael García Sánchez, D. Francisco Montero Reina y D. Antonio Muñoz Liceras

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Sin embargo esta Corporación durará poco, ya que el día 7 de abril de 1932 presentará su dimisión el alcalde alegando problemas de de salud. a)

En base a este hecho, el Alcalde nombra a dos guardias municipales de manera provisional (que más parecieran guardaespaldas personales), a tenor de lo cual tres concejales hacen constar en el acta del día 11 de octubre su disconformidad con la continuidad de dichos guardias; objetando el Sr. Presidente que «… dicho nombramiento obedeció a una necesidad sentida de verdadera urgencia, puesto que dadas las circunstancias porque se atravesaba y por confidencias secretas que tenía, su seguridad personal no ofrecía garantía ninguna». Además de la crisis por la que atraviesa el pueblo, la existencia de fuertes discrepancias entre los miembros de la Corporación se agudiza cada vez más.

Caso secretario Tres días después de que el Comité Republicano se hiciera cargo del poder local (21 de abril de 1931), acuerda la destitución del secretario del Ayuntamiento D. Miguel Gémar Rojas a quien se le instruirá el oportuno expediente. En la sesión del 29 de abril se rectifica el acuerdo anterior por el de «…suspenderlo de empleo y sueldo por un mes». Y en la sesión del 2 de mayo «se repone en su cargo» al secretario depuesto. — En la sesión del 16 de abril de 1932, se elige nuevo alcalNo parece que éste sea un caso aislado, sino de bajo la presidencia de un delegado gubernativo, no sin polémica una práctica general en el país, ya que el Mi- y manifestaciones que hacen cinco de los concejales presentes: Frías nisterio de la Gobernación se ve obligado a Osuna, Rojas Siles, Muñoz Liceras, Márquez Martín y García Frías. elaborar un Decreto (28 de abril) que en su ar Alcalde: D. Pedro Lara Palomo tículo 1º ordena la reposición de los funcionarios que hayan sido separados de sus cargos Concejales: D. Andrés Ropero González por los Ayuntamientos o Comisiones Gestoras. (1erTeniente Alcalde) Sin embargo, en la sesión del día 16 de mar D. Arturo Frías Osuna zo de 1932 nuevamente encontramos la expo(2º Teniente Alcalde) sición que hace el Alcalde «… vistas las anoma D. Antonio Márquez Martín (Síndico) D. Francisco Montero Reina, lías y la nula administración del Ayuntamiento D. Rafael García Sánchez, cuyas deficiencias atribuye al secretario, le sus D. Alejandro Aguilera Moreno, pende de empleo…» Días después, el 2 de abril, D. Salvador Luque González, dicho secretario solicita que se le instruya expe D. Felipe Rojas Siles, diente de jubilación por el estado de incapaci D. Antonio García Frías y dad en que se encuentra. La Corporación, por unanimidad, acuerda «concederle la expresada D. Antonio Muñoz Liceras. jubilación con los derechos correspondientes la mentando al propio tiempo verse privada de la cooperación valiosa del mismo». — El 20 de abril no se celebra la sesión ordinaria por incomparecencia del recién elegido alcalde, D. Pedro Lara Palomo y los cinco concejales adeptos. Solo asisten los concejales citados b) Seguridad Este Alcalde tuvo problemas con la Guardia en el párrafo anterior. Civil, no sabemos el porqué, lo cierto es que en la sesión del 13 de septiembre de 1931 se — El 27 de abril de 1932, el recién elegido alcalde suspende da cuenta de que el Alcalde «…ha sido ofen- la sesión manifestando que tenía noticias de que pudiera levantardido gravemente por el cabo comandante del se el orden público y que ordenaba avisar a la Guardia Civil para Puesto de la Guardia Civil de esta villa… acor- desalojar el salón de sesiones. Protestas de la oposición en el sendándose comprobar la ofensa y dar comunica- tido « … de que el público tiene derecho a escuchar la sesión y ción del hecho a la superioridad». que esto constituye un atropello a los derechos del pueblo».

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A partir de esta fecha los concejales de la oposición, rara vez asistirán a las sesiones del Ayuntamiento. — El 18 de agosto de 1934, por disposición gubernativa cesan a todos los concejales y se forma una nueva corporación, cuyos concejales han sido nombrados interinamente por el Gobernador Civil. Alcalde: D. Antonio García Palomo Concejales: D. Eugenio Palomo Burgueño (1º Teniente Alcalde) D. Pedro García Molina (2º Teniente Alcalde) D. Facundo Palomo Burgueño (Síndico) D. José Peláez Conejo, D. José García Palomo, D. Rafael Luque Jaime, D. Miguel Montoro Corpas, D. Miguel I. Luque Rodríguez, D. Miguel Luque García y D. Juan García Aguilera

— El 8 de Enero de 1936, por orden gubernativa cesan todos los concejales, designando para sustituirles una Comisión Gestora formada por tres personas. Alcalde: D. Juan Casado Podadera Concejales: D. Antonio Arjona Aguilera y D. Enrique Caro Páez

— El 27 de febrero de 1936, se constituye el nuevo gobierno del Frente Popular: Alcalde: D. Felipe Rojas Siles Concejales: D. Domingo Verdugo Ruiz (primer Teniente Alcalde) D. Antonio Navarrete Martín (segundo Teniente Alcalde) D. José Rando Sánchez (Síndico) D. Juan Lara Espejo, D. Esteban Márquez Martín, D. Juan Luis Montoro Corpas, D. José Galeote Moreno, D. Rafael Cebrián Pérez, D. Celedonio Luque Rodríguez D. Antonio Cebrián Luque El triunfo del Frente Popular por sí solo no cambia las perspectivas y los problemas del pueblo, sigue subsistiendo el paro por lo que se hará una suscripción a fin de socorrer a los obreros parados. Hay que tener en cuenta que de los doce meses que gobernó, siete lo hizo condicionado por la Guerra Civil. Así, a las circunstancias cotidianas del pueblo hay que añadir a partir del 18 de julio de 1936 las penurias de la contienda militar. El cambio político se manifiesta en lo que ya es tradicional y cotidiano en la mayor parte de los municipios, es decir, el cambio de nombres de la calles.

Nombre original

Nuevo nombre

Antequera Capitán Galán Archidona República Agua 14 de Abril Llana Democracia Iglesia Libertad Porretes Sargento Lara Antonio Arjona Aguilera

Felipe Rojas Siles

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2.— LA GUERRA CIVIL

a) Aspectos militares

El inesperado levantamiento militar de 18 de julio de 1936, coge por sorpresa a los españoles. Es imprevisible definir los frentes y las primeras acciones entre ambos bandos son meras escaramuzas, cuerpo a cuerpo, con «armamento» anticuado. Los efectivos militares malagueños carecen de oficiales, la mayoría de ellos se mostraron favorables a la sublevación. Esta situación propicia la rápida caída de Antequera y Archidona, 12 y 15 de agosto de 1936 respectivamente, además de Fuente Piedra, Humilladero, Alameda, Villanueva de Algaidas, Villanueva de Tapias, Loja…, controlando las comunicaciones (línea ferroviaria y carreteras) del norte de la provincia malagueña. El gobierno republicano de Málaga se ve obligado a establecer una línea defensiva que frene el avance de los sublevados desde esta zona hacia la capital. De este modo, a partir de septiembre – octubre, comienzan a formarse batallones de milicianos en la zona sur de Antequera. Al otro lado de las sierras que conducen a Málaga, aparecen apostadas las fuerzas republicanas en tres zonas: Valle de Abdalajís, Torcal–Villanueva de la Concepción y Villanueva de Cauche. De estas tres zonas, será la de Villanueva de Cauche la que constituya el centro neurálgico de las fuerzas republicanas en la zona norte de Málaga y la que presenta más actividad de sus tropas, así como una mayor cobertura, comprendiendo desde el enlace con la zona del Torcal, hasta la carretera de Colmenar a Villanueva del Rosario y Villanueva del Trabuco hacia Archidona. Cañones italianos en Boca del Asno. Vva. de Cauche

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La concentración militar, compuesta en su mayoría por milicianos del Batallón de Milicias nº 5 (Batallón de Antequera) creado y dirigido por Antonio García Prieto, tendrá su centro de operaciones en el Palacio de las Marquesas de Cauche, y se distribuirá a lo largo de todo el perímetro Boca del Asno, Sierra de las Cabras, Puerto de las Pedrizas y los Boques. Por otra parte, en la zona de Alfarnate se crea una avanzadilla constituida por la compañía nº 10, llamada columna «Aida Lafuente» creando una línea de frente que controla el Puerto de los Alazores. Esta situación de frente perdurará hasta principios de 1937 en el que los sublevados, contando ya con los refuerzos italianos y alemanes, inician la ofensiva sobre Málaga en los primeros días de febrero. Tras la caída de Alfarnate, 6 de febrero, el «Batallón García Prieto» se repliega hacia la capital dejando la línea norte desatendida de efectivos militares.

b) La vida local en la contienda

Las tensiones, tanto a nivel de Corporación como de pueblo, debieron ser muy fuertes. Hay que tener en cuenta que Villanueva del Trabuco fue frente de guerra durante siete meses, lo que condicionó la vida local. En el libro de actas municipales correspondiente a este año de 1936, tras el de 14 de julio, hay una página en blanco y la primera acta que vuelve a aparecer corresponde al 11 de septiembre. Algo llamativo, reflejo de la excepcional situación creada en el país por la sublevación militar del 18 de julio. En agosto, el secretario, D. Miguel Mérida Cebrián, y el oficial 1º de secretaría, D. Indalecio Conejo Verdugo,


abandonan sus cargos sin dar cuenta a nadie, ausentándose del término municipal en cuanto se tuvo conocimiento de que las fuerzas fascistas habían ocupado Archidona, a donde se supone que han marchado uniéndose a aquellos elementos y llevándose consigo la llave de la caja municipal lo que hace que se quede en suspenso toda clase de pagos, si bien finalmente se acuerda requerir a un cerrajero. En septiembre, en la sesión del día 12, se acuerda movilizar la gestión administrativa, paralizada por las circunstancias. La excepcional situación que se vive, justifica el que en las sesiones del Ayuntamiento participen los vocales del Comité Político del Frente Popular: D. José Pérez Fernández, [PSOE]; D. Manuel Mateos Sánchez, [PSOE]; D. Antonio Fernández Palomo, [UGT]; D. Antonio Pérez Fernández [UGT]; D. Eugenio Palomo Burgueño, [Izq. Rep.] y D. Juan Vegas Martín, [Izq. Rep.].

El 28 de septiembre de 1936 y de acuerdo con el Decreto del Ministerio de Agricultura de fecha 15 de actual, se elegirá el Comité Agrícola Local, que lo formarán dos obreros, uno de ellos afiliado a la U.G.T. y el otro sin afiliación, un labrador y un propietario de Izquierda Republicana. La finalidad la podemos ver en el siguiente comunicado:

«1º. Procurar la relación de las labores preparatorias de la siembra en las tierras que estuvieron barbechadas y destinadas para el cultivo de cereales y leguminosas de invierno. 2º. Señalar las fincas que por su fertilidad natural sean susceptibles de rastrojeo. 3º. Procurar que los cultivadores del secano adicionen los fertilizantes usuales, en especial el superfosfato de cal. 4º. Procurar que no falte semilla adecuada para la próxima sementera y a ser posible, semillas seleccionadas, y 5º. Obligar, en el grado que se pueda alcanzar en cada caso, a que el cohecho se haga con vertedera. Se participa por medio de la presente circular, a todos los terratenientes, labradores, vecinos de este término, ya sean propietarios, colonos, arrendatarios o aparceros, la obligación que tienen de cumplir lo que queda expuesto, cultivando toda la tierra que sea susceptible económicamente de ser cultivada, advirtiéndoles que el desacato a estas disposiciones será sancionado con el levantamiento del cultivador de la tierra cultivada, que será entregada a organizaciones de obreros agrícolas o campesinos, según los casos, para que no sufran interrupción las faenas y trabajos a realizar sobre las fincas en explotación. La reincidencia en la falta se castigará: 1º. Si es propietario de la tierra, con la anulación del derecho de propiedad y transmisión del mismo al Municipio, y 2º. Si es colono, arrendatario o aparcero, con la privación absoluta por manifiesta incapacidad disciplinaria del derecho de cultivar en todo el territorio de la República. Villanueva del Trabuco, 28 de septiembre de 1936. Por el Comité agrícola. El alcalde–presidente Felipe Rojas».

Helguera. Salvar la cosecha

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Las pocas actas que se conservan del Comité Agrícola Local, dan cuenta de la existencia de órdenes por las que se mandan cultivar ciertos productos, la forma de hacerlo y fecha, igual que ponen de manifiesto la protesta de algún vecino por habérsele incautado tierras y otros por la falta de abono para poder realizar las siembras. Realmente el corto período que vivió este lugar en zona republicana durante la guerra, unido a lo excepcional de la situación, hace que el alcance de los hechos que acontecen en este pueblo sea muy difícil de medir. El 7 de febrero de 1937 entrarán en Villanueva del Trabuco las tropas rebeldes al mando del teniente de infantería Antonio Merino Cabezas «liberando al mismo de la opresión en que le tenían sumidos las hordas rojas». Este mismo día, tiene lugar la constitución de la Comisión Gestora Municipal, nombrada por dicha autoridad militar que a partir de ahora coge las riendas del poder local: En esta primera sesión, se acuerda, entre otras cosas, «…conceder un plazo de 24 horas para que los funcionarios de todo orden de este Ayuntamiento se reintegren a sus destinos respectivos pasado el cual sin haberlo verificado se les declarará cesantes definitivamente, ya que hasta la fecha solo están al frente de sus cargos el secretario, D. Miguel Mérida Cebrián, y el oficial 1º de secretaría, D. Indalecio Conejo Verdugo… se hicieron presentes en el momento de verificar su entrada en la población las fuerzas de nuestro invicto Ejército».

— En las actas de las sesiones municipales siguientes a la ocupación por las tropas, rebeldes, hasta 1939 inclusive, junto al tema siempre presente del paro, al que se intenta paliar con las consabidas obras públicas ordinarias, manteniéndose el sistema de la Décima sobre la contribución territorial e industrial, encontramos frecuentes menciones a los «crímenes de las hordas marxistas en el pueblo», exigencias de responsabilidad a la Corporación del Frente Popular, medidas de depuración política contra funcionarios del Ayuntamiento republicano, nombramiento y destituciones de Comisiones Gestoras, cambio de nombres de calles, etc. — Depuraciones políticas contra funcionarios (1938): A nivel local se sigue la tónica de persecución política contra los maestros, que era general en toda España; fueron víctimas de ello, y quedan reseñados sus expedientes, los siguientes maestros:

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Monedas del bando nacionalista

Babiano. Motorista

El campo. Ministerio de Agricultura


D. Diego Bermúdez Ordóñez. Maestro nacional. Exp.32/12746. Dª. Ana Ruiz Galán. Maestra nacional. Exp.32/12745. Dª Josefa Vizo Guerrero. Maestra nacional. Exp. 32/12747.

— Cambio de nombre de las calles:

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Original En la República En la Dictadura Antequera … Capitán Galán … Calvo Sotelo Archidona … República … Rgto. Infantería Castilla Agua … 14 de Abril … General Franco Llana … Democracia … General Queipo de Llano Iglesia … Libertad … José A. Primo de Rivera Porretes … Sargento Lara … 18 de Julio … Plaza Constitución … Plaza España

— Nombramientos y destituciones de las Comisiones Gestoras Municipales. Se suceden tres, en tres años. 1ª Recién entradas las tropas franquistas, se nombra una Comisión Gestora encabezada por el Alcalde – Presidente, D. Francisco González Gálvez, de febrero a julio de 37. 2ª Comisión Gestora presidida por el Alcalde – Presidente, D. Francisco Montero Reina, de Julio del 37 a abril del 38. 3ª Comisión Gestora, cuyo Alcalde – Presidente fue D. Antonio Arjona Aguilera, (Antoñico Rosa), desde abril de 1938 hasta septiembre de 1940, en que fue sustituido por el alcalde anterior, D. Francisco Montero, que será alcalde hasta 1952, como veremos en el próximo número de nuestra revista. — En cuanto a las víctimas mortales producidas por la Guerra Civil, o con motivo posterior de la misma, según la memoria de la Comisión Gestora en la sesión celebrada el 1 de diciembre de 1937, se reconoció el número de 42 víctimas en el bando, llamado, nacional, aunque en la inscripción que existente en nuestro cementerio figuran 44. En esta lista figura D. Juan García Aguilera, que no fue muerto en este pueblo, sino en el hospital de Peñarroya, el 13 de febrero de 1938, a causa de las heridas recibidas en el frente de guerra de esta ciudad. En cuanto al bando republicano, a raíz de la toma del pueblo por los rebeldes, el número de víctimas asciende a 69; asesinados en diferentes fechas que van desde febrero a junio de 1937. Sin embargo, en la lista figuran Antonio Fernández Luque y José Jiménez Mateo, de los cuales se encuentra un escrito, 8 de mayo de 1940, del Departamento de Asesoría y Justicia del Ministerio del Ejército,

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dirigidos al alcalde en solicitud de información sobre tales individuos «por consejo de guerra en la plaza de Málaga», por lo que no se pudo producir la muerte en las fechas indicadas en la mencionada inscripción. Por desconocida razón, en esta lista no aparece el alcalde del Frente Popular de nuestro pueblo, D. Felipe Rojas Siles, que permaneció en su puesto legítimo hasta la entrada de las tropas sublevadas, y que fue detenido y trasladado a la cárcel del Colmenar, siendo asesinado con especial saña, por fusilamiento, en el cementerio de Alfarnate el día 3 de marzo de 1937.

c) Conclusión

Según el profesor de historia, el malagueño, Francisco González López: «…Una guerra civil debe de considerarse como lo más complejo de los conflictos de la humanidad. En nuestro caso, no tratamos de defendernos de una invasión, tampoco fue un conflicto de conquista tipo imperialista. Todo lo contrario. Nuestra guerra civil supuso una brecha fulminante en la convivencia de los españoles por el increíble número de victimas… No hay una única violencia, sino


varios tipos de violencia que se dieron simultáneamente durante la contienda: la generada por la guerra en sí y las venganzas personales por motivos sociales, económicos, políticos… Los que con anterioridad eran considerados rivales políticos, ahora se convierten en enemigos a los que hay que aniquilar… Si a las cuestiones socio—políticas se añaden rencillas personales, ajustes de cuentas, conflictos por pago de deudas, lindes o malos tratos, el resultado fue una bomba de relojería… Los estatus de las víctimas son lo suficientemente ejemplarizantes. Si por el bando republicano se encontraban básicamente obreros, sindicalistas o burgueses de ideología republicana con un nivel económicamente bajo, en el bando sublevado cayeron terratenientes, labradores, industriales, técnicos y jefes de personal de las fábricas, militares y eclesiásticos… En función de las denuncias sacaban a los sospechosos de sus casas… a las mujeres señaladas, sin embargo, las pelaban al cero para humillar-

las, puesto que en aquella sociedad, profundamente atrasada, los cabellos largos eran símbolo de feminidad, las obligaban a desfilar por las calles teniendo que soportar la mofa del vecindario…» Es indudable que nuestra fratricida Guerra Civil tuvo una honda repercusión en Villanueva del Trabuco. Fue un tiempo en el que las tensiones sociales, políticas y personales, acumuladas durante tiempo, se dispararon salvajemente, dando lugar a toda clase de desatinos, como en el resto de España. Fuera cual fuere el lugar, las fechas y circunstancias de las muertes ocasionadas en uno u otro bando contendiente, lo cierto es que nuestro pueblo vivió, o mejor dicho, padeció unas fechas trágicas dejando una profunda huella entre sus habitantes y sus descendientes: el recuerdo reconocido del pasado debe alumbrar, necesariamente, las sombras del futuro. Nunca más.

En las afueras de Antequera, verano de 1937. Anaya

Bibliografía — AACC Archivo Ayuntamiento de Vva. del Trabuco. — Archivo Histórico Nacional. — Archivo Histórico Provincial de Málaga — República y Guerra Civil en el municipio de Alfarnate. González López, Miguel, ed. e.d.a. libros. 2013. — http://www.foroporlamemoria. Federación Estatal de Foros por la Memoria — info@memoriahistoricamalaga.org — miguelangelmorenovargas.org

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HisT iA PatriMoni OR

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Las tres conquistas de Ardales Historia medieval de la tierra de Málaga. Musulmanes y cristianos en el valle de Ardales. Francisco Ortiz Lozano

En marzo de 1362 se produce la primera conquista, a manos del rey Pedro el Cruel de Castilla

A primeros de marzo «el rey don Pedro tornó otra vez a entrar en el regno de Granada. E ganó estos logares: El Burgo, e Hardales, e Cañete, e Turón, e las Cuevas [del Becerro], e otros castillos. E dende, tornóse para Sevilla». El cronista castellano es escueto, pero tajante. Al mismo tiempo, el cronista árabe Ibn al–Jatíb, en su libro «Nufádat al–ÿiráb», dice que en el año 763 de la Hégira, es decir, en este año 1362, también Muhammad V hizo campaña por Rayya, apoderándose de diez castillos: «Qann../ Cañete, ..r..n/ Turón, ..ba/ Teba, Fard..liš/ Ardales, Burguh/ El Burgo, Qa..r Bunayra/ Casarabonela, Dakw..n/ Coín, Qar..ama/ Cártama, Tuluš/ Tolox y M..aš/ Mijas». Castillo de Turón

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sultán no habría tenido necesidad de pedir ayuda al rey cristiano y esos castillos no se habrían perdido, o sea, que realmente los conquistó Pedro; y tercera, porque es un dato fehaciente que seis años después los musulmanes, ya con Muhammad V otra vez en el trono, recuperarán por la fuerza de las armas todos estos sitios, como dirán, coincidiendo, ambas crónicas (la castellana y la árabe). Si en 1362 no hubiera tomado el rey de Castilla esos castillos, ¿cómo luego iba a recuperarlos el sultán? Por lo tanto, los cinco lugares citados en la crónica castellana (Cañete, las Cuevas, Hardales, Turón y El Burgo) sí cayeron en poder castellano. Desde la caída de Teba en 1330, con una «tierra de nadie» deshabitada y no labrada de por medio, en los terrenos próximos a las murallas de Hardales y Turón siguió viviendo y trabajando un núcleo de población rural. Para mí no hay duda porque los molinos de agua, los hábitats y los campos cerealísticos conformaban una zona rica, que siguió explotada. Y repito una evidencia que veremos: después de estos sucesos, en otra campaña cristiana, consta que fueron quemados «los panes de Hardales», es decir, que sus campos estaban sembrados de trigo. Lo normal en caso de ataque de una mesnada era que los campesinos y ganaderos se refugiaran dentro de las murallas del castillo o bien se escondieran en la sierra. Pero, ojo, no tanto por salvar sus personas como por poner a salvo sus ganados para que no fuesen robados; porque a pesar de algunas muertes, la vida de los campesinos de uno y otro bando solían ser respetadas. Los castellanos no deseaban matar a la población campesina, sino seguir manteniéndola, como mano de obra, en la tierra conquistada. Los campesinos, vaqueros y cabreros musulmanes de Hardales, Turón y El Burgo quizá huyeran, escaparan o fueran expulsados más allá, a Casarabonela o a la Serranía de Ronda; y quizá otros permanecieran en los campos y en los molinos de la ribera del Turón, a las órdenes y a disposición de los nuevos amos castellanos. En cambio, los soldados moros de las guarniciones, si no murieron o no fueron cautivados, pudieron huir o fueron dejados marchar.

Al de Turón lo califica como un «tagr [castillo de frontera] inexpugnable». La conquista de Casarabonela, Coín, Cártama, Tolox y Mijas, que estaban en manos de su rival Muhammad VI el Bermejo, o su rendición o sumisión, sí son perfectamente rigurosas. Pero de Cañete, Turón, Hardales y El Burgo, mencionados por la crónica castellana como conquistas de Pedro I, no se apoderó el sultán. La mención de Teba no procede bajo ningún supuesto, porque jamás dejó de ser plena soberanía de Castilla desde 1330. Entonces, ¿por qué se mencionan Cañete, Turón, Hardales y El Burgo? ¿Los tomó Pedro I o no? La aparente contradicción entre las crónicas castellana y árabe no debe sembrar dudas: los conquistó en 1362 Pedro I. La explicación es fácil: Ibn al–Jatíb, consejero de Muhammad V, lo que quiere decir es que, por ser Pedro I su aliado, esos castillos, en cierta forma, habían sido «arrancados» de manos del intruso Muhammad VI el Bermejo y «recuperados» por su sultán y señor Muhammad V: por eso se cita también a Teba, que por ser del rey Pedro, teóricamente era también un lugar aliado del sultán legítimo. La demostración de que Ibn al–Jatíb piensa así se demuestra con tres razones: primera, la propia mención de Teba; segunda, porque el cronista castellano añade que, por culpa de estas conquistas de Pedro, los granadinos empezaron a quejarse contra Muhammad VI el Bermejo, diciendo que si Muhammad V hubiese sido

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Un sultán en el castillo de Hardales: el pacto de Hardales, 16 de septiembre de 1431

Figura ecuestre de Juan II de Castilla. Ciudad Real

Enterramiento de Diego Gómez de Ribera y su esposa. Santa María de las Cuevas. Sevilla

El día 16 de septiembre de 1431 se reunieron en el castillo de Hardales el infante Yúsuf ibn al–Mawl y el adelantado Diego Gómez de Ribera, éste en representación del rey Juan II. Otorgaron escrituras en arábigo y castellano, por las que Ibn al–Mawl, proclamándose sultán, se convertía en vasallo protegido de Juan II, quien le ayudaría a conseguir el sultanato, como también le había ayudado a ganar fortalezas de la frontera. A cambio, Granada volvería a pagar parias desde el momento en que Yúsuf entrase en la Alhambra. Las condiciones del pacto eran las siguientes: 1º, reconocimiento de vasallaje por parte del sultán, lo que implicaba que el rey de Castilla debía defenderlo de todos sus enemigos; 2º, entrega, en el plazo de un mes, de todos los cautivos cristianos que se hallaban en Granada y en todo el sultanato; 3º, que el sultán prohibiese que en sus dominios los cristianos pudiesen renegar de la fe católica y convertirse al Islam; 4º, lo más espinoso, el pago, cada año, de 20.000 doblas de oro como parias; 5º, facilitar, cuando el rey de Castilla lo requiriese, hasta un máximo de 1.500 hombres a caballo, con el sueldo pagado; 6º, asistencia del sultán o sus representantes a las sesiones de las cortes de Castilla; 7º, Castilla concedía abrir sus fronteras, para que moros y cristianos pudiesen comerciar; y 8º, el rey impediría que en Andalucía los nobles musulmanes enemigos del sultán pudiesen tramar conjuras contra él, alejándolos e impidiéndoles cruzar la frontera. Ibn al–Mawl «se obligaba a ratificarlo una vez que hubiese ocupado la Alhambra». Algunas de estas condiciones eran las acostumbradas en las treguas desde antiguo, pero otras suponían obligaciones muy caras y difíciles de cumplir, además de una auténtica humillación; por eso, no sólo no se cumplirían, sino que el gobierno de este sultán iba a tener poco porvenir. En las escrituras del Pacto de Hardales constan las fortalezas musulmanas que, gracias a la ayuda castellana, juraban fidelidad al nuevo sultán Yúsuf IV: «Cambil, e Alicún, e Montefrío, e Íllora, e Ronda, e Iznájar, e Archidona, e Casarabonela, e Setenil, e Turón, e Hardales, y el Castellar, e la cibdad de Loja, pero no la fortaleza della, la qual estaba por el rey Izquierdo». Yúsuf rogó al maestre que fuese a Loja a ayudar a los vecinos musulmanes partidarios suyos contra los del castillo, que eran «asaz gente de pelea». Pero Luis González de Guzmán no pudo acudir porque comenzó a llover de forma torrencial y estaban cor-

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tados los caminos de Jaén. Sin embargo, Diego Gómez de Ribera sí que partió de Hardales y «con gran trabajo e peligro, hizo algunos pasos e puentes, e pasó a Loxa». Juntándose con los moros del pueblo, «hubieron una cruda pelea, en que fueron vencidos e desbaratados los de la parte del rey Izquierdo e fueron de los suyos muchos muertos e presos; entre ellos el caballero Abenzarax, alguacil mayor de Granada». Para todas estas operaciones del otoño de 1431, el adelantado contó con 200 hombres de a caballo, al mando de Álvaro García de Castro, pagados por el concejo de Sevilla.

Segunda conquista cristiana de Ardales, diciembre de 1433 La crónica real sólo habla de dos cabalgadas en 1433: la del capitán de Jaén, que conquistó Benamaurel y Benzalema y derribó unas torres atalayas, «que hacian gran daño a los christianos»; y la del capitán de Murcia, que tomó Xiquena y Tirieza. Sin embargo, la actividad conquistadora fue extraordinaria, y ello a pesar de que también son muy escasos los papeles del concejo de Sevilla de este año: los suficientes para saber que hubo muchos abastecimientos.

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Castillo de Ardales


Flechas medievales halladas en el Castillo de Ardales. Exposición Casa de la Cultura

Otra vez el capitán Diego Gómez de Ribera iba a protagonizar las luchas contra los moros, pero ahora no sólo devastadoras, sino consiguiendo importantes conquistas. En primavera entró en la Vega de Málaga, siendo derrotado por los moros en Coín. Los musulmanes, prosiguiendo sus victorias, ganando de nuevo Vélez–Blanco y Vélez–Rubio por la parte almeriense. El adelantado entra otra vez en la Hoya malagueña y en la Vega granadina: son cabalgadas veraniegas. Pero los resultados son muy distintos, cuando Diego Gómez de Ribera, ya muy entrado el mes de diciembre de 1433, toma Iznájar (en el río Genil, al este de Belda), la Torre de Rute, Ayamonte, Pruna, y Turón y Hardales, castillo, este último, que demostró ser un hueso duro de roer. Copio de Seco de Lucena, quien a su vez se basa en la poco conocida crónica de Álvar García de Santa María: «A pesar de los rigores del invierno, Diego Gómez de Ribera, antes de que finalizase el año 1433, mediante una serie de operaciones afortunadas, se apoderó de Turón, del castillo de Hardales y de Iznájar. Tuvo aviso de que (Iznájar y Turón) estaban desguarnecidos; y, reclutando un fuerte ejército, se presentó improvisadamente ante ellos, sorprendiendo a sus moradores desprevenidos, asaltando sus alcazabas por sorpresa y conquistándolas con relativa facilidad. Ufano de su victoria, el adelantado marchó contra la fortaleza de Hardales, cercana a Turón, intimidando al alcaide del castillo para que se rindiera, pero aquél rehusó hacerlo. Y entonces Gómez de Ribera se dispuso para el ataque: y aún lo rechazaron con éxito. Pero, considerando que no podrían resistir un nuevo asalto, porque en el primero había sucumbido un buen número de los escasos hombres que lo guarnecían, pidieron parlamento. El adelantado, por ahorrar sangre, les dio seguro de sus vidas y accedió a dejarlos salir libremente. Los musulmanes abandonaron el castillo y Gómez de Ribera tomó posesión del mismo sin más esfuerzo». En esta campaña parece que luchó también el alcaide de Antequera Pedro de Narváez.

Conquista definitiva de Ardales, marzo de 1464

Escudo de Armas del Conde de Teba

En su testamento de enero de 1463, Juan Ramírez de Guzmán se declara señor de Teba, pero aún no señor de Hardales. Por otra parte, la primera escritura que corrobora la conquista de Hardales es de septiembre de 1464: en ella se especifica que Juan Ramírez de Guzmán conquistó dicha villa con sus propios medios, aunque sin especificar en qué fecha. Las crónicas guardan absoluto silencio sobre este hecho. Los memoriales de la Casa de Teba sí ofrecían un relato, que en Madrid resumirá Miguel Espinosa en 1848 con algunas erratas: la errata de escribir «Tera» en lugar de «Teva» (no sé si errata de Espinosa, al leer mal los manuscritos medievales, o del impresor, al no entender la letra de Espinosa), o la errata de fecha, dando la del 24 de marzo del disparatado año 1489, si bien coloca dicha conquista justo antes de narrar el siguiente hecho sobre Teba, que él mismo fecha en el año 1465. Por ello podríamos corregir la errata «1489» por el dato correcto «1464». Desde luego el mes de marzo de 1464 parece el más correcto para esta conquista, dadas las razones «matemáticas» que ofrezco luego, ese día 24 ó mejor

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algunos antes, pues ya hemos visto que el día 20 el rey firmó tregua con Granada: la noticia de la paz pudo llegar a la hueste de Juan Ramírez de Guzmán en plena pelea o cuando ya estaba todo hecho. Tenemos también la estimable declaración del testigo de Pruna en el pleito de la Casa de Arcos cerca del año 1500, al que me he referido anteriormente. Nos da dos datos: la corroboración de que el señor de Teba fue quien tomó Hardales, y una fecha aproximada. Ya vimos cómo aquel hombre de 73 años declaró que «los moros hurtaron la villa e fortaleza de Hardales» unos 55 años antes del momento en el que él está declarando: es decir, hacia 1446. Y añade: «E los moros tovieron la villa de Hardales en su poder xv años. E teniéndola los moros, Juan de Guzman, señor de Teba, se la hurtó e tomó. E la ha tenido despues acá, e agora la tiene e posehe por suya, syn quel adelantado, ni otra persona alguna, ge la pidiese»: «la tuvieron los moros unos 15 años», es decir, hasta 1461 ó 1462, aunque tratándose de cifras aproximadas, bien pudo ser 1464, que es cuando Enrique IV concede la merced de Hardales a su conquistador.

El relato de la conquista. La hueste parte de Teba Así que tenemos que acogernos a la única fuente que existe: el resumen que hizo Miguel Espinosa en 1848, basándose en documentos del archivo del conde de Teba. Espinosa, que escribe desde Madrid y que seguramente no estuvo nunca ni en Teba ni en Ardales, ofrece detalles y consideraciones que corroboran que el memorial tiene visos de ser fidedigno. Entrecomillo sus palabras y añado matizaciones y datos complementarios. «A dos leguas de Teva está el castillo de Turón, próximo a otro castillo y lugarejo, de donde recibía socorros por estar cerca el uno del otro»: o sea, Hardales, más cerca del puerto penibético y del interior musulmán, podía recibir hombres y suministros desde Málaga más fácilmente que Turón, por lo que servía de puente de abastecimiento. «Aquí (en Hardales) se acogieron muchos moros de los que salieron de Teva, y como eran prácticos en el terreno, entraban de noche, asolaban las viñas y caseríos, robaban cuanto encontraban y escapaban sin poder ser cojidos, a pesar de las tentativas que para ello se hacían, por ser muy astutos». Todo esto entra dentro de la más pura lógica: los habitantes de Teba, tras ser completamente desalojados en 1330, bajaron hacia el interior de Rayya, siendo Hardales el primer lugar al que con más probabilidad debieron acogerse buen número de los moros tebeños: consta que Hardales aún tenía cultivos en 1458, cuando sufrió el penúltimo empujón castellano. También es obvio que los musulmanes de Hardales y Turón realizaran incursiones de robo nocturnas contra los huertos, ahora

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Enrique IV de Castilla. Ayuntamiento de León


cristianos, de Teba, y con más motivo, por estar más cerca, que los moros de Ronda, como vimos antes; también se corrobora por el dato cierto de que Teba, desde su conquista en 1330, padeció tantos arañazos musulmanes que nadie quería ir a poblarla, que estuvo mucho tiempo prácticamente despoblada y que siempre tuviera que ser abastecida por órdenes de los reyes desde Osuna, Écija, Carmona y Sevilla. «Visto lo cual y conociendo el gran daño que hacían, don Juan Ramírez de Guzmán tuvo consejo con los principales del pueblo (de Teba) y acordaron ponerlo en noticia del rey y pedirle su licencia y permiso para que la tropa que tenía en Teva, los vecinos y demás auxiliares que pudiesen juntar, emprendiesen a costa y misión de todos la destrucción de los moros de Turón. Enterado que fue el rey de los perjuicios que sufrían los vecinos de Teva, contestó que don Juan Ramirez y Guzman, a su costa y reponsabilidad, Caballero nazarí. Alhambra. Granada fuese a dicha espedicion, pero que no llevase toda la tropa ni todos los vecinos, sino que quedase la mitad de unos y de otros guardando a Teva, y que los espedicionarios tuviesen salario doble: todo lo que aceptaron y cumplieron fielmente los vecinos de Teva. Juntaron cuanta gente pudieron, prometiéronles dones y, así, se hallaron por lista 3.240 hombres». Aquí encontramos consideraciones que son todas correctas: la petición de permiso a Enrique IV, rey partidario de la amistad con los granadinos y contrario a que se realizaran incursiones contra ellos; la advertencia de que el señor de Teba debía correr con los gastos; la orden de que Teba no quedase desamparada mientras tanto, pues las autoridades cristianas ya estaban escarmentadas al respecto por los sucesos del pasado; y juntar la hueste «por lista», perfectamente, como se venía haciendo en todas las incursiones cristianas desde quince o veinte años antes, llevando un control exhaustivo, con nombres y apellidos de todos los guerreros. En cuanto a la cifra, 3.240 hombres, que debieron ser reclutados en la tierra sevillana (Marchena, Arcos, Carmona, Osuna, Écija...), me parece en principio demasiado abultada. Pero, por otro lado, hemos visto que en 1458 hubo 1.925 hombres; así que el número pudo perfectamente ser aumentado por

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dos motivos: porque los 1.925 resultaron insuficientes y porque en esta ocasión se sumaron vecinos de Teba y la mitad de la guarnición tebeña. Es casi seguro que existiera, al menos hasta 1848, el listado de esos 3.240 hombres, que no sé si se hallará ahora en el archivo de la Casa de Alba. Aunque Espinosa no lo diga, porque no constara o porque él decidiera no hacerse eco, el grueso de este ejército debió facilitarlo, como en anteriores ocasiones, el conde Juan Ponce de León, suegro del señor de Teba. También debió hallarse presente, con mayor motivo, Juan de Torres, concuñado de Juan Ramírez de Guzmán, como alcaide nominal, pero no efectivo, de Turón. «Con esta gente, bien armada, marchó don Juan para Turón por el camino (que pasa) bajo del lugar desmoronado de Castillejos». Así es, se trata del yacimiento ibero de los Castillejos de Teba.

El puerto de Armar Caballeros y los bolaños del Castellón En el término municipal de Ardales, la realenga entre ambas villas, tramo de la vía romana Hispalis–Malaca, traspone el llamado errónea y comúnmente «puerto de Mal Caballero», deformación del verdadero nombre, que aparece en todas las escrituras de hace varios siglos: «puerto de Armar Caballeros», en la falda oriental del cerro del Conde, cerca de los Caños de Conde. Tal denominación se explica, según mi parecer, porque era el lugar más adecuado para que, durante las numerosas huestes que entraban en tierra musulmana a lo largo de siglo y medio, se parara la marcha unos momentos y los caballeros se armaran de hierro de pies a cabeza. O quizá porque allí el noble que capitaneara la hueste soliera armar caballero en


ceremonia solemne al joven de sangre hidalga que lo mereciera. Según Ladero, el caballero castellano del siglo XV «iba armado con lanza, celada con visera, peto doble, quijotes, grevas y zapatos de hierro; su caballo principal llevaba bardas de hierro o de ante doble sobre las ancas, pecho, cuello y testeras. (...) También solía llevar estoque, maza o hacha. El jinete, por el contrario, llevaba armadura mucho más ligera, lanza corta, adarga y puñal; el estribo de la silla era muy alto y cabalgaba con las piernas encogidas, lo que le daba más facilidad de movimientos».

Huyen los moros del castillo de Turón «Cerca ya, (los guerreros de la hueste del señor de Teba) fueron sentidos de los moros de Turón, que viendo los muchos cristianos que venían, no aguardaron, desampararon el castillo y se fueron a favorecer al de Hardales. Viendo la gente de Teva tan buen principio, determinaron derribar (en parte) el castillo (de Turón), por no poder dejar guarnición, que le haría falta, y se dirigieron hacia Hardales».

Batalla

de

Hardales:

los moros

escapan del castillo por

la noche, tras una brava y breve resistencia

«Los moros (de Hardales), que ya sabían su venida por los de Turón, se dispusieron a defenderse fuera del castillo, porque éste tenía una pared derribada y era muy fácil entrar en él. Así pues, principió la batalla denodadamente, arrojando (los moros) piedras y chuzos con tal furor que, de ser igual el número de moros que el de cristianos y estar tan bien armados como ellos, el éxito hubiera sido dudoso. Destrozados los moros, y

aterrados, principiaron a retirarse a las seis de la tarde hacia el lugarejo (Hardales). Los cristianos los persiguieron, matando a muchos. Y, venida la noche, se suspendió la batalla. Por la mañana habían desaparecido los moros, que fueron a ampararse a Casa–Aragonela, llevándose todo cuanto tenían». Resultan curiosos y muy elocuentes las alusiones al muro derribado, las piedras y chuzos, la bravura de los moros, el abandono nocturno del castillo (algo también muy corriente en otros episodios), descolgándose por la parte de atrás o por un pasadizo, y la cita de Casa–Aragonela/ CaMonedas de Enrique IV sarabonela, otra vez halladas en el Castillo de Turón una mala lectura del manuscrito medieval, propia de alguien que escribe en Madrid. El curso del relato resulta muy natural. Lo único que chirría es la expresión «las seis de la tarde», que en la Edad Media no existía. En el memorial debía constar «en la hora de vísperas» o «una hora antes de la puesta de sol», expresiones ambas, cuya equivalencia con el reloj actual es, efectivamente, las 6 de la tarde.

Toma de posesión de Hardales, «lugarejo de 92 casas miserables, la mitad chozas de palma» «Don Juan Ramírez y su gente entraron en Hardales, que era un lugarejo de 92 casas miserables, la mitad chozas de palma, situadas al pie del castillo. A los seis días se volvió a Teva, dejando allí alguna gente y desmantelando el castillo. Tomó Hardales el 24 de marzo de» 1464 (1489, sic). «Se dio parte al rey de tan feliz suceso. E informado éste de la acción, le hizo merced de Hardales y parte del territorio al don Juan y sus sucesores». Resulta inverosímil y falso que se desmantelara el castillo: al contrario, debió ser refortificado, ¡pues ahora se convertía en la avanzadilla más peligrosa, metida en terreno enemigo! Evidente lo de dar parte al rey; y documentado que éste le hiciera merced del lugar al señor de Teba. Y silencio sobre otro dato cierto, pero que trasluce de la expresión «y parte del territorio»: el castillo de Turón y su término no quedaron para Juan Ramírez de Guzmán, sino que Juan de Torres, su alcaide, por fin lo recuperó.

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PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Los Baños de La Tosquilla Jorge Luque Jiménez

Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada y máster en Agroecología por la Universidad Miguel Her-

La cortijada de La Tosquilla está, mejor estaba, situada en el paraje de El Brosque, en el término municipal de Villanueva del Rosario. Los restos de los antiguos Baños de La Tosquilla no están catalogados como bien inmueble en ningún registro. Si bien sus aguas sí aparecen descritas y catalogadas en el Tomo 4 de Evaluación del estado actual de las aguas minerales en la comunidad autónoma de Andalucía, estudio de detalle de la provincia de Málaga del Convenio Marco de Asistencia Técnica entre el Instituto Tecnológico Geominero de España y la Consejería de Economía y Hacienda de La Junta de Andalucía, de 1991. Al no estar catalogados, podemos decir que carece de denominación oficial, aunque en los registros del catastro la denominación del área donde se encuentra la cortijada aparece reflejada como La Tosquilla e, igualmente, en la publicación reseñada en el apartado anterior la denominación del manantial aparece como Baños de La Tosquilla. Los Baños de La Tosquilla, como hemos referido, se encuentran en el sector norte del municipio de Villanueva del Rosario, enclavados en el paraje conocido como El Brosque, y distantes del núcleo urbano unos 7 km. El lugar se encuentra rodeado por tierras de cultivo de olivar, almendro y monte bajo mediterráneo y se sitúa próximo al cauce del río Guadalhorce por su margen derecha. Su altitud sobre el nivel del mar es de 660 m y las coordenadas UTM del lugar son: X= 373700 Y= 4097800

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nández de Alicante

Lo que queda de la cortijada La Tosquilla


Desde el punto de vista geo e hidrogeológico, de importancia para las aguas de los baños, el lugar pertenece al dominio Subbético y más concretamente al Subbético Medio Meridional. Dentro de esta formación, el lugar pertenece al denominado Trías de Antequera, el cual está constituido principalmente por materiales evaporíticos entre los que destacan los yesos, anhidritas y sales, sobre los cuales se encuentran arcillas de distintos tipos. Esta conformación otorga a las aguas de los baños una naturaleza sulfatada cálcica.

Trías de Antequera. Fuente: ugr.es - Jiménez

La balsa, al igual que las ruinas de las casas y demás dependencias colindantes carecen de autor conocido. Muy posiblemente fueron erigidas por las gentes del lugar en función de sus necesidades y probablemente sin dirección técnica cualificada alguna. Este caserío llegó a albergar en su momento álgido, a mediados del siglo XIX, una cifra que rondaba los 700 vecinos y estaba dividido en dos partes, la Tosquilla Baja y la Tosquilla Alta, que distaban entre sí menos de doscientos metros. Los Baños se ubicaban en la Tosquilla Alta y constaban de una pequeña alberca o piscina cercada por tapia de piedra que se encontraba anexa a lo que era una fonda o casa de huéspedes, que albergaba a las gentes que acudían a recibir los baños y tratamientos de barro. El resto de la cortijada constaba de varias casas con sus distintas dependencias, imposibles de contar o estimar hoy día debido al estado ruinoso en que se encuentra todo el conjunto aunque, según las entrevistas realizadas, en los años cincuenta el número de éstas no superaba la decena. La Tosquilla Baja constaba en su día igualmente de varias casas y la escuela rural. La mayoría han desaparecido en su totalidad a excepción de una o varias que hoy conforman un cortijo reformado que se utiliza como casa de vacaciones. El material empleado en la construcción de la alberca de Los Baños de la Tosquilla es ladrillo macizo o ladrillo «moro» como se conoce localmente. Hoy en día solo se pueden apreciar en sus laterales, debido a las deposiciones de sedimentos y plantas que han invadido el fondo. El resto de las casas y dependencias que conforman ahora las ruinas del caserío, estaba levantado con el sistema de tapial. Este sistema consiste en la elevación de los muros a base

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piedra, barro y cal principalmente. El recubrimiento exterior de los muros está realizado con yeso y posteriormente encalado. Los tejados y suelos de segunda planta estaban sustentados en forjados realizados con vigas de madera y cañas o cañizo y recubierto igualmente de piedra, esta vez, de pequeño tamaño, barro y cal. La cubierta de los tejados estaba realizada con teja curva o árabe. La alberca o piscina que conformaba el área de baños tiene unas dimensiones muy reducidas. Se trata de un cuadrado de 2,5 m de lado y 80 cm de profundidad. El área sobre el que descansan el resto de las ruinas que hoy quedan visibles debe ocupar del orden de los 300– 400 m2 según las medidas que se han realizado sobre imágenes de satélite. En concordancia con D. Ricardo Conejo, en su Historia de Archidona y posteriormente con el profesor Francisco J. Álvarez Curiel en Villanueva del Rosario, Historia y Vida, muy posiblemente las aguas del manantial de La Tosquilla ya fueron usadas en tiempos del Imperio romano, como así cabe


pensar a raíz de la existencia de un importante emplazamiento romano en las proximidades de los baños, del que se han conservado y han llegado hasta la actualidad pruebas importantes de su existencia. A pocos metros del lugar, donde se encuentra la cortijada, aparecen cuantiosos restos de cerámica común o tégulas, que pueden ser vistas por cualquiera en un simple paseo. Como señala el profesor Álvarez Curiel en la publicación nombrada, la primera referencia escrita de estas aguas data de 1789 cuando Cecilio García de la Leña, habla de ellas en su publicación Conversaciones Históricas Malagueñas: «En Archidona, a dos leguas de la Villa, que es señorío del Excmo. Sr. Duque de Osuna, en el sitio que dicen del Bosque hay una fuente de aguas minerales, de las que los vecinos pobres usan para baños medicinales en sus accidente habituales y dolores continuos, siendo su virtud más conocida para curar las ulceras y llagas cutaneas envejecidas, como las que provienen de sarna, especie de lepra, y espumaciones del hígado y la sangre. La lástima es les sucede lo que à las mas de este Obispado, de no estar beneficiados estos baños mas que con una alberca, y cerca de tapias toscas, y por no haber alvergue acomodado no son freqüentados como debian, ni haberse hecho analisis correspondiente para saberse de otras muchas virtudes, ni del modo de usarse de ellas». Las bondades de estas aguas también son recogidas por el geógrafo Pascual Madoz (mediados del s. XIX) en su magno y famoso Diccionario, al hablar de Archidona y de la localidad de Villanueva del Rosario: «En el térm. de Villanueva del Rosario y sitio llamado del Bosque, que dista como 1 leg. de Archidona, existe un venero de aguas frias medicinales de la misma naturaleza que las de Carratraca: se conoce con el nombre de las aguas de la Tosquilla, que son eficacísimas en particular para las erupciones cutáneas, y en general para enfermedades crónicas inveteradas». «Al O. de la venta de Escobar se encuentra un nacimiento muy útil para las enfermedades cutáneas; sus aguas están recogidas en un pequeño estanque , donde se bañan los enfermos en los meses de julio y agosto , que es cuando se usan, y el dueño ha construido unas cuantas habitaciones mezquinas , en donde se albergan los concurrentes».

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y Por último cabe reseñar, que en el libro Villanueva del Rosario, confeccionado y editado por el Ayuntamiento de la localidad en 1955 ya se hace alusión al abandono de los baños y se realiza un llamamiento a empresas particulares u organismos estatales sobre la conveniencia de explotación de las aguas del manantial, apareciendo la posibilidad de generar con ello una fuente de riqueza y empleo para la villa. En el campo científico, los primeros análisis conocidos de estas aguas datan del año 1913, apareciendo en «Relación por provincias de las aguas minero–medicinales de España, del Instituto Geológico y Minero de España clasificando las aguas como sulfurosas. Igualmente aparecen en publicaciones sucesivas de este organismo en 1947, 1986 y 1991. La valoración económica del emplazamiento resulta bastante difícil. Si se elige como criterios aquellos relativos a una propiedad rústica en ruina sin apenas espacio de cultivo, siendo éste de mala calidad aunque con derecho a agua y riego el conjunto podría ser valorado según los precios que existen actualmente por la zona. Sin embargo, si se atiende al valor histórico del conjunto y a las propiedades de sus aguas, el precio resultará seguramente mucho más elevado, siendo totalmente subjetivo al juicio del vendedor. El estado de conservación de la cortijada es totalmente ruinoso. Sin embargo la alberca o piscina de los baños tiene un estado aceptable de conservación como se aprecia en la fotografías. Ésta necesitaría de un cuidadoso limpiado y sustitución de algunos de los ladrillos que la conforman. Es la única parte que se puede conservar de todo el conjunto. El resto de las edificaciones deben ser demolidas por completo y reconstruidas de nuevo. Algunos elementos como puertas, ventanas y vigas que aún existen entre las ruinas, pueden ser restauradas y servir como ornamentación para cumplir con la función de simular una construcción antigua. La propiedad del conjunto de La Tosquilla está repartida entre numerosos propietarios, la mayoría de los cuales han sido imposibles de localizar cuando ha habido intentos de compra de las parcelas, debido principalmente a la fuerte emigración que se produjo en la zona sobre los años 60 y abandono y olvido total de estos lugares. Algunos de los propietarios están presentes de forma ocasional en la zona y se muestran interesados en la venta o inclusión en la inversión en un proyecto de restauración y puesta en funcionamiento. Sería interesante estudiar la posibilidad de recuperación de las parcelas «perdidas en el tiempo» recurriendo a la expropiación o a algún método similar de enajenación de la tierra, y consolidar un convenio de colaboración entre entes privados y públicos que permitiera la reconstrucción y puesta en marcha de los nuevos Baños de la Tosquilla. Propuesta que aquí se lanza por si encontrara algún promotor interesado en al desarrollo turístico de Villanueva del Rosario.

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HisT iA PatriMoni OR

O

Ruinas del antiguo balneario Baños de La Tosquilla


DETRÁS DEL OBJETIVO Antonio J. Cano

Antonio J. Cano Jiménez nació en Jamilena, pueblo de la sierra sur de Jaén, en 1988. En la capital del Santo Reino cursó el bachillerato y comenzó, a los 18 años, a trabajar, casi por azar, como diseñador gráfico durante 4 años hasta que lo visita la «Crisis» y lo invita al paro laboral, aunque sigue en activo continuando sus estudios y adentrándose en un «nuevo capricho»: la fotografía, de la que recibe las primeras nociones en la Universidad Popular de Jaén. Como diseñador gráfico consiguió su primer reconocimiento al ser elegido el diseño de su logotipo para las Jornadas Estatales de Ingeniería Industrial celebradas en la universidad de Jaén. El nuevo mundo que se abría ante su objetivo lo captó definitivamente con las enseñanzas que recibió de un fotógrafo de renombre mundial, Juan Miguel Alba, primer fotógrafo malagueño, de Benagalbón, distinguido por la Federación Internacional del Arte Fotográfico. Fruto de ese aprendizaje fue el primer premio conseguido en el XVII Concurso de Fotografía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de Jaén, con la obra Cuéntanos qué necesitas. A este primer reconocimiento artístico se unen el tercer premio Ciudad de Jaén del Complejo Hospitalario «Ciudad de Jaén», y el que supone ser finalista en el concurso nacional de fotografía de la Fundación Caja Rural.

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Su última etapa de aprendizaje fotográfico la ha realizado con una estrella actual del retoque fotográfico de moda y publicidad, el madrileño Omar Josef. Recientemente ha acabado un máster en Diseño Gráfico para el Márketing Digital en la prestigiosa escuela malagueña de animación Animum, donde estuvo acompañado por grandes profesionales del sector como Mateo García de Narita (Estudio Narita). Y actualmente se encuentra cursando el curso de Experto en Márketing Online y Redes Sociales en la Cámara de Comercio de Málaga con ilustres profesores como Néstor Romero Ramos, profesor de la Universidad Lousiville de Panamá y colaborador de numerosas universidades españolas.

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Pescador en La Misericordia


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Muelle Uno Málaga [izda.]

Vías del tren en Álora [dcha.] 105


Ruinas Termas de Jabaluz en Jaén

Fotografías de Antonio J. Cano

Corpus Christi en Jaén

Lluvia en la Catedral de Jaén

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Partida de cartas

Cuéntanos qué necesitas

Hay gazpacho

Échame una mano

Mendigo en la calle Compañía de Málaga

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Velero frente a La Térmica

Jábega en La Misericordia

Silla sin dueño en la Misericordia

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Playa de La Misericordia


Espigón de Pedregalejo

Fotografías de Antonio J. Cano

Puesta de sol en La Caleta de Vélez

Marco en Los Baños del Carmen

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Vaya por delante un cordial saludo para mis flamencos lectores en este quinto número de nuestra revista. En los cuatro precedentes, hemos hablado del flamenco en general: de sus orígenes, de por qué se le llama flamenco, las voces, sus etapas... es decir, que hemos hablado de su historia, su pasado. En esta ocasión he pensado tratar de su presente y de su futuro, pero temo que me va a salir un artículo, o editorial, (llamadlo como queráis) bastante pesimista, porque el presente lo veo mal y el futuro, peor... si alguien no lo remedia.

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Francisco López Godoy

mi saber y entender, el mundo del flamenco (cante, toque y baile) está aquejado por las prisas. Prisas por hacerse rico y famoso en tres días, y eso es como decía el torero Guerrita: «Lo que no pué ser, no pué ser... y además es imposible». Hace cuarenta o cincuenta años, cuando un cantaor quería hacer del flamenco su profesión, lo primero que hacía era aprender. Y para ello, se iba a los centros cantaores, Triana, Jerez, Cádiz, Málaga, etc., y a las casas de los cantaores consagrados, pongo por ejemplo a Joaquín el de la Paula en Alcalá de Guadaíra, Juan Talega en Dos Hermanas, Pepe de la Matrona en Madrid... que le podían enseñar sus cantes y que, a su vez, ellos habían aprendido de los cantaores antepasados. Luego, sí. Cuando ya se hacía un hueco —después de pasar algunas fatiguitas— y su nombre empezaba a sonar entre los aficionados, se le llamaba para fiestas privadas, hacía sus galas o se iba a los «tablaos» de Madrid, que era donde se ganaba dinero.

Hoy, cuando un chico joven se quiere dedicar a esto, se va a la tienda, se compra un CD de Camarón y a ganar dinero rápidamente, y eso... (léase de nuevo el dicho de Guerrita). En el baile pasa igual. Los jóvenes bailaores actuales se dan a conocer, preferentemente, a través de la prensa del corazón; luego montan un gran espectáculo, arropados por mucha gente: palmeros, guitarras, cajón, bajo eléctrico... y ellos en plan divo. Naturalmente estoy generalizando con el peligro que eso conlleva. Estoy seguro de que hay jóvenes —conozco algunos de ellos— que sienten verdadera afición por el flamenco (cante, toque y baile) y se esfuerzan por aprender a pesar de que no cuentan con medios para ello. Pero mira, querido «lectoflamenco», lo que son las cosas y lo que eran. Hace unos días, disfruté de una jornada flamenca con el cantaor Cayetano Fernández conocido artísticamente como Nano de Jerez, acompañado del buen guitarrista Joselito de Pura, que, por cierto, traía una magnífica guitarra artesanal del afamando lutier Valeriano Bernal, que tiene su taller en Algodonales (Cádiz). El cantaor Nano de Jerez, 66 años muy bien llevados, buena voz y mucho arte acumulado durante los cuarenta y tantos años que lleva actuando por esos mundos de Dios, me contaba, entre muchas anécdotas, que él le había cantado, para bailar, al Farruco. Antonio Montoya Farruco (1935-1997), al que vemos en la foto junto a Fernanda de Utrera, ha sido uno de los grandes bailaores de los últimos tiempos.

Nano de Jerez con Joselito de Pura.

Farruco y Fernanda de Utrera

Rafael Guerra Bejarano, «Guerrita»

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Bueno pues según el Nano, el Farruco era un bailaor de cinco minutos. No tenía más. Ahora, el que lo veía, se acordaba y saboreaba esos cinco minutos durante media vida y si ese día le cogía inspirado, la vida entera. Ahora dicen que su nieto Farruquito ha heredado el arte de su abuelo. Y yo creo que no. El nieto es más mediático que el abuelo, sale más en televisión, baila y conduce más rápido, pero el arte se tiene o no se tiene, o sea, hay que nacer con él, y si no... (Guerrita otra vez). Opinaba también el Nano de Jerez, que hoy el flamenco tiene más fuerza que nunca pero se está adulterando porque no se respeta lo antiguo ni se tienen en cuenta las raíces. A eso me refería yo al principio aunque tal vez peor explicado. Pero no hay que perder la esperanza. En tiempos pasados el flamenco ha pasado por etapas iguales o peores que esta y ha salido adelante. Recordemos, por ejemplo, que en 1881 Leopoldo Alas Clarín (1852-1901), fiel a su estilo satírico y mordaz, se quejaba del auge del flamenco cuando reconoció que: «El cante es el único género artístico que prospera. Se escucha flamenco en el Teatro Real y en la Zarzuela. El cante ha derrotado a Echegaray». También en su obra cumbre La Regenta, utiliza el cante flamenco para describir despectivamente al personaje Álvaro de Mesía: «Empezaba entonces el llamado género flamenco (...) El mediquillo vestía pantalón muy ajustado y combinaba sabiamente los cuernos que se llevaban sobre la frente con los mechones que los toreros echan sobre las sienes (...) su propósito era casarse con una muchacha rica. Ella aportaría la dote y él su figura, el título de médico y sus habilidades flamencas». Otro caso de antiflamenquismo curioso fue el de Eugenio Noel, escritor de segunda fila de la llamada Generación del 98, el cual, a partir de 1911, emprende una campaña en contra del flamenco y de los toros que le acarreó no pocos disgustos. En 1916 publica su libro Señoritos chulos, fenómenos gitanos y flamencos. La sola lectura del título ya nos da una idea de por dónde van los tiros, pero por si quedaba alguna duda, léase este párrafo: «¡Vagos, afeminados, mentecatos que vais a la plaza, u os tomáis dos copas y le tocáis las palmas a Chacón. ¡Sois unos bestias!». En Sevilla estuvieron a punto de lincharlo cuando se le ocurrió predicar contra el torero Juan Belmonte en pleno barrio de Triana. Sin embargo, Noel quiso conocer Eugenio Noel

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tan bien el mundo del flamenco y de los toros — buscando la objetividad de sus críticas—, que terminó defendiendo aquello que pretendía atacar. Así, en su otro libro Diario íntimo, además de dejar constancia de las penurias por las que pasó con su campaña «anti», Eugenio Noel arremete contra los «fenómenos» por ir contra la esencia del arte. Por último, hablemos del famoso Concurso Nacional de Cante Jondo de Granada. Este concurso se organiza por iniciativa de importantes personalidades intelectuales y artísticas que opinaban que el cante flamenco estaba en trance de desaparecer. Los organizadores de tal evento fueron, entre otros, Manuel de Falla, Turina, Juan Ramón Jiménez, García Lorca, Pérez de Ayala, Fernando de los Ríos, Miguel Cerón... Pero lo curioso es que este concurso se celebra en junio de 1922, o sea, que hace 92 años ya se decía que el cante flamenco estaba en peligro, cosa que el tiempo se ha encargado de desmentir. Por otra parte, la fama del citado concurso — debido a unos errores de concepto, no se permitió la participación de cantaores profesionales— se debió más a la personalidad de los organizadores y del público asistente, que a su aportación en defensa del cante flamenco. De hecho, el premio a las «siguiriyas» quedó desierto y el de «soleares, serranas, polos y cañas» se dobló para premiar a un cantaor de 72 años llamado Diego Bermúdez Cala, El Tenazas de Morón, (1850-1933) y a un niño de 12 años llamado Manuel Ortega Juárez (1909-1973) que con el paso del tiempo, se convertiría en el maestro Manolo Caracol. Así que repito en que no hay que perder la esperanza y que esto dure otros noventa años más, como mínimo. Ahora, eso sí, hay que tener claro que no es lo mismo cante flamenco que cante jondo y no es lo mismo el flamenco fusión moderno que nos quieren vender los que quieren ganar dinero rápido y la fusión natural o influencia que sobre el cante flamenco han tenido otras músicas. Y de eso, de concursos y de fusión hablaremos en nuestra próxima revista. Saludos cordiales.


GRANDES FIGURAS DEL FLAMENCO De ayer MERCED

LA SERNETA

Como ocurre con casi todos los cantaores antiguos, los datos personales —especialmente fechas y lugar de nacimiento— varían según unos investigadores u otros. En el caso de María de las Mercedes Fernández Vargas, que así se llamaba esta cantaora, se ha escrito que nació en Jerez de la Frontera en 1840, — otros dicen que en 1837— y murió en Utrera el 18 de junio de 1912. Coinciden la mayoría cuando afirman que Mercedes Fernández era una gitana muy guapa cuya vida transcurrió entre Jerez su cuna, Sevilla, Madrid y Utrera sus últimos días. También se ha escrito que con 23 años (1863) actuaba en el Café del Burrero de Sevilla, en donde conoció a Joaquín Álvarez (padre de los hermanos Álvarez Quintero) con quien mantuvo una relación sentimental motivo por el cual se fue a vivir a Utrera donde él llegó a ser alcalde. En 1863 no pudo actuar en el Café del Burrero porque este tablao se inaugura en 1881 cuando el cantaor Silverio Franconetti se separa de su socio Manuel el burrero. Y de los amoríos con el alcalde de Utrera pues parece que tampoco porque las fechas no cuadran.

La Serneta joven

Monumento a Juan Breva en Vélez–Málaga

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Pero lo que a nosotros nos interesa es su trayectoria como gran cantaora de flamenco. Empecemos por su nombre artístico, La Serneta, que también tiene dos versiones. Hay quien afirma, y así está escrito, que su nombre era La Sarneta porque de niña tuvo la sarna, argumento bastante pobre. La segunda versión la da ella misma en una entrevista concedida a Roberto de Palacio en 1895 en la que cuenta que hay un pájaro muy ligero que se le conoce popularmente como serneta, y como ella era muy vivaracha de pequeña, su madre la decía: «¡Anda, que pareces una serneta!» y se quedó con el nombre de Serneta probablemente en recuerdo de su madre. Además de gran cantaora, Mercedes era una gran guitarrista y como tal, daba clases de guitarra a discípulos de familias de la alta aristocracia: los Medinaceli, Salamanca... Se cuenta que en su época de esplendor, le llegaron a pagar dos mil reales (500 pesetas, 3,01 euros), que era un dineral, por cantar dos noches en Jerez. Luego vino la decadencia y los últimos años los pasó mal. Gracias a la influencia del cantaor don Antonio Chacón, gran admirador suyo, la volvieron a contratar actuando en el Liceo Rius y en el Salón Variedades de Madrid y fíjese querido lector (y heroico si has leído hasta aquí) lo que cuenta su entrevistador Roberto de Palacio, en 1901, de esas actuaciones: «Los años no habían pasado en balde por las facciones de la hermosa jerezana, y júzguese de la sorpresa del público al oír a aquella vieja cantar por soleares como ya no se estila». O sea, en 1901 ya decían que el cante por soleá no era como el de antes. Los que conocieron a Merced La Serneta, en sus buenos tiempos, aseguraban que cantaba por martinetes, siguiriyas y otros cantes, pero es en el cante por soleá en donde fue grande y creó escuela. Según Ricardo Molina se conservan cinco o seis soleares —de los siete estilos que se le atribuyen— que han quedado grabadas por cantaores que la conocieron y aprendieron sus cantes. Tal es el caso de Juan Breva, don Antonio Chacón y los hermanos


Pastora Pavón La Niña de los Peines

Tomás y Pastora Pavón que de niña, pasó temporadas en casa de Merced cuando ya vivía en Utrera y con mas de sesenta años a su espalda. A ella le gustaba mucho el cante de La Niña de los Peines. A pesar de tener una voz varonil, muy al uso de la época, la dulzura de su cante unida al carácter intimista de sus letras y a su temperamento sensual, hacía estremecer al público que la escuchaba. Según Pierre Lefranc, profesor de lengua y literatura inglesa, «con La Serneta se abre un nuevo camino: la soleá con vocación intimista. Además, probablemente por primera vez en la historia del cante, una mujer hable de sí misma como mujer. No es cante para público numeroso, es para unos pocos». Y entendidos, añado yo. Ejemplos de sus letras más conocidas, es esta soleá corta:

Como queda dicho, Merced La Serneta pasó los últimos años de su vida en Utrera, en casa de su hermana, y en precaria situación económica. Meses antes de su muerte, Alejandro Pérez Luguín, periodista y autor de la famosa novela Currito de la Cruz, se acordaba de ella en el periódico El Liberal: «De los buenos tiempos del cante, aún vive en Sevilla una gran artista, La Serneta, que, con sus sesenta y tantos años, todavía canta entre amigos, con una vocecilla cascada y débil, pero con un estilo y un gusto de lo más puro y castizo. Yo la oí esta primavera y me emocioné». También el cantaor Fernando el de Triana le dedicó esta letra por soleá: Cuando murió La Serneta la escuela quedó serrá, porque se llevó la llave del cante por soleá. Pues dicho queda.

Siendo que soy tuya que caeníta me has echao que me tienes tan segura. O esta otra grabada por Tomás Pavón: Yo nunca a mi ley falté que te tengo tan presente como la primera vez. O la soleá grande: Quitarme de que te quiera es quitarme la salú, porque a la callá callando mi alma la tienes tú.

Merced La Serneta, de mayor

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GRANDES FIGURAS DEL FLAMENCO De hoy TERREMOTO DE JEREZ Aunque este cantaor murió en diciembre de 1981, a la temprana edad de 47 años, lo traigo a esta sección como cantaor de hoy por dos motivos: en primer lugar, porque a pesar de que se han cumplido 33 años de su fallecimiento, su personalísimo estilo de interpretar el cante y su recuerdo siguen estando muy presente en todos los aficionados al flamenco. Y en segundo lugar porque con Fernando Terremoto yo descubrí la diferencia entre cante gitano y cante payo. Yo que empezaba mi andadura por el mundo del cante flamenco escuchando al gran maestro Antonio Fernández Fosforito, me compro —sin saber por qué— la casete Genio y duende del cante gitano de Terremoto de Jerez acompañado a la guitarra de su compadre Manuel Morao. Nada más escucharla me di cuenta que ese era otro mundo. Frente a la maestría y la perfección de Fosforito se anteponía el duende y la genialidad de Terremoto. Sus quejíos, sus melos, incluso su forma poco ortodoxa de rematar los tercios dejando sin acabar los versos, lo hacía grande y diferente. Hay quien dice que oír un quejío de Terremoto era como ver hacer el paseíllo al torero Rafael de Paula: te predisponía a algo grande. Luego el resultado podía ser cualquier cosa. Fernando Fernández Monje nace en el flamenquísimo barrio de Santiago de Jerez de la Frontera un 13 de marzo de 1934. Era sobrino de Tía Juana la del Pipa, de Tío Parrilla y hermano de la cantaora María Soleá y de Curro Terremoto —de quien coge el nombre artístico— que triunfó en las Américas como bailaor. Los comienzos de Fernando también fueron como bailaor. Con seis años, acompañado del cante y las palmas de Romerito de Jerez, bailaba descalzo en el tabanco Canaleja de la calle Ancha regentado por Antonio el Sordo que dicen que ponía de tapa unas aceitunas aliñás que quitaban el sentío. Pasa Fernando a formar parte del espectáculo Retablos Juveniles con el que se presenta en Jerez y en otras localidades de la provincia de Cádiz. Baila en

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Terremoto de Jerez

María Soleá


el sevillano tablao El Guajiro hasta que en 1958 graba su primer disco que produce tal impacto en la afición flamenca que todos le aconsejan que deje el baile y se dedique al cante. Eso unido a que ya su cuerpo empezaba a crecerle más a lo ancho que a lo alto. No obstante, durante toda su vida como cantaor, Terremoto siguió dando sus «pataítas» por bulerías con la misma gracia y el mismo arte con que las cantaba. Como la mayoría de los artistas de aquella época, viajó a Barcelona y Madrid que era donde se ganaba dinero. En Madrid vivió durante varios años en el barrio de la Concepción y actuó en los tablaos Los Canasteros y El Duende. Pero Madrid no le gustaba. Madrid le venía grande porque dentro de esa imagen con su tupé levantado y sus patillas boca de hacha más propia de un bandolero, había un hombre bueno; vamos, lo que se dice un pedazo de pan. Así lo define Manuel Morao, su concuñao, su guitarrista habitual y el hombre que mejor le conocía: «Su mentalidad era la de un niño; era un hombre sano, muy extravertido, él se daba enseguida, como todos los chiquillos, no tenía maldad y su mentalidad nunca llegó a más, quizá porque no se preocupó de otra cosa más que de cantar». De las muchas anécdotas que se cuentan de él, transcribo una que demuestra su inocencia de niño pero también su genialidad como cantaor. Resulta que en su tierra natal, le concedieron la Copa Jerez de las Bulerías. Fernando exigió que se la entregaran en su casa, antes del acto oficial. Cuando vio la copa, un precioso catavino de plata, le pareció pequeña y dijo que quería una más grande, «como las que le dan al Real Madrid». Entonces le cambiaron el catavino de plata por

Actuación de Teremoto de Jerez, y discografía

Sordera, Menese y Terremoto. Jerez, 1975

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otra más grande de latón y con esa se quedó encantado. Por eso Madrid resultó agobiante para aquel niño grande, bueno, analfabeto, que le costaba trabajo contar los billetes que le daban por sus actuaciones y que su único entretenimiento era jugar a los chinos: «Tres con las que saques» y vivir y beber con la gente que él quería. Fernando y su mujer Isabel Pantoja Carpio se volvieron a Jerez cuando el hígado de él Estatua de Terremoto en Jerez se estaba hartando de tanto alcohol. Los médicos ya le habían dicho: —Si se toma usted una copa más, se muere. —Eso hay que probarlo. Y Terremoto se tomaba una copita primero y la botella después, y se iba para su casa más contento que unas pascuas diciendo: —Los médicos están tós locos. Como todos los que cantan a impulsos de la inspiración, Terremoto de Jerez era un cantaor muy irregular. Cuando cantaba bien hacía una nueva creación y evolucionaba el cante gitano. Cuando cantaba mal, cantaba peor que el más malo. Algunas veces, al finalizar una actuación, le decía a su guitarrista Manuel Morao: —He cantao mu mal, ¿no, compare? —Mal, no. Has cantao peor. —Bueno, otra vez cantaré mejor.

Terremoto y Curro Romero

Y así era, porque a Terremoto le acompañaba el misterio. Misterio de saber si ese día estaría bien o estaría menos bien. Misterio de saber si ese día te pegaría ese «pellizco» que los aficionados al flamenco buscamos para recordarlo de por vida. Por si acaso, sus compañeros de cartel se pegaban al escenario para no perderse el momento. El día 5 de septiembre de 1981, cantó por última vez en el festival de Ronda. A su regreso a Jerez se sintió mal y falleció el día 6 a consecuencia de un derrame cerebral. Su eco gitano tuvo dos herederos que, por desgracia, ya no están con nosotros: su hermana María Soleá que falleció en 2005 a los 73 años de edad y su hijo Fernando Fernández Pantoja Terremoto hijo fallecido en 2010, a los 40 años, a consecuencia de un tumor cerebral. María Soleá tenía, en su voz de mujer, el mismo rasgo gitano puro de su hermano Terremoto, y además, una gracia natural que le brotaba cuando se bailaba sus propios cantes. Terremoto hijo tenía el mismo metal de voz que el padre, tal vez le faltaba la genialidad porque su mundo era otro y su cultura también y como dice el cantaor Rancapino «el cante güeno tiene que ser con faltas de ortografía». Pero era un firme continuador de lo que ellos llamaban «la raza de los Terremoto», lo que pasa es que se nos fue demasiado pronto. Así es la vida.

Manuel Morao, Terremoto y Antonio Gallardo

Teremoto hijo

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Flamenco — entrevistas

Cara a cara con

TALETE DE ARDALES

Pregunta.Lo de Ardales está claro, pero ¿lo de Talete?

En el precioso pueblo de Ardales al cante flamenco se le tiene muy en cuenta. El Ayuntamiento y la peña flamenca El Castillo, organizan el Concurso Flamenco Villa de Ardales que este año cumple su XII edición. En agosto se celebra su Festival Flamenco de Ardales y el nombre del pueblo se pasea por medio mundo en la guitarra de Alberto Torres y en la voz de un cantaor, ahora jubilado, de nombre Diego Rodríguez Paz,

Talete de Ardaless.

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Respuesta.- Talete viene de mi abuelo por parte de mi madre. A mi abuelo le gustaban mucho los pájaros pequeños, los nidos... y a todos los pájaros pequeños le llaman «patalete», a las crías del jilguero, el verdón, la alondra, el gorrión... a todos le llaman «patalete», al menos por aquí, y de ahí le vino el apodo de Talete. Se llamaba José Paz Naranjo y tocaba la guitarra. Él cantiñeaba algo y, en aquella época, iba por las bodas cantando y acompañándose con la guitarra. Así que, por parte de mi madre, los Talete y por parte de mi padre, los Habichuela. Yo canté con Diego Clavel en Álora, en 1975, y gusté mucho. Y, claro, la gente empezó a preguntar quien era yo. Y unos decían: «es de Ardales y le dicen Diego de Talete». Y entonces los «perotes» rompieron a llamarme Talete de Ardales.


O sea, que el nombre te lo pusieron en Álora.

En Álora, los «perotes» me bautizaron a mí con el nombre de Talete de Ardales. El apodo de mi abuelo.

Y ya que has

Mucha. Mi tío Antonio que murió con 21 años, al terminar la guerra y era el que mejor cantaba de todos los Taletes. Luego mi tío Manolo ha cantado también, mi abuelo... todos. El que no tocaba la guitarra o el laúd, cantaba.

nombrado a tu

¿En tu familia hay afición al flamenco? abuelo

¿Tú empiezas a cantar pronto?

Yo empiezo a cantar, siendo un niño, en una obra que se hizo aquí llamada La estrella de Sierra Morena, una obra de bandoleros...

¿Basada en la

Exactamente. Yo tenía 14 o 15 años y cantaba por serranas. Y esa fue la primera vez que yo pisé un escenario. Aquí, en el Salón Villaverde, que era un cine precioso de doble planta que tenía Ardales. Luego un cantaor que venía por aquí llamado El Niño Linares me quiso llevar, pero mi madre no me dejó. Así que empecé a cantar en reuniones con los amigos, después la mili... Terminada la mili me fui a Cataluña, de allí a Francia, canté en el Centro Cultural Andaluz y me empezaron a buscar para la televisión francesa... pero yo siempre con mi trabajo y mis cosas, porque el flamenco no estaba como luego se puso.

famosa película de

Lola Flores?

Hablamos ya de los años...

Pues verás. Yo vine de Francia en 1971. En 1973 concursé en Serrato y me traje un premio, otro en Arroyo de la Miel, otro de Los Amigos del Arte de Torremolinos y ya no concursé más. Bueno en El Borge, el pueblo de Salvador, me dieron el segundo y ya empezaron a llamarme para festivalitos y peñas flamencas. De festivales estuve tres años en la Torre del Cante, dos años en Ojén, tres años seguidos en Marbella...

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Talete de Ardales

Ya estamos en Claro. Ahora que has dicho los ochenta, en Álora canté nueve veces en el Festival ochenta... de Cante Grande, en Villanueva del Trabuco, que yo recuerde, tres veces... bueno de festivales te puedo contar...

la década de los

En donde te Yo cantaba a gusto en tos laos. En las peñas me podía alargar más pero en los gusto, en los festivales, como en la Torre del Cante, festivales, en las con el público puesto de pie y pidiendo peñas… otra, otra... y siete u ocho artistas esperando... eso era una alegría. sientes más a

¿Una noche En Priego de Córdoba. Que me grabaron y todo. Tengo un amigo en Alcaucín, que des haber canta- le llaman el Americano, que me seguía do bien? a todos los sitios donde yo iba a cantar y me grababa. Luego sacaba dos copias, una para él y otra para mí y me he encontrado con muchas grabaciones inéditas, que algunas las he sacado en CD. que tú recuer-


Hablando de ¿Cuántos CD has sacado al mercado? eso

¿Con qué guita- Con Enrique de Melchor con el que canté dos veces. Otros guitarristas, Pedro do más a gusto? Bacán, Manolo Brenes, Tomatito, otro que llevaba Valderrama... como era... (Calderito), ese, Luis Calderito, que canté con él en Valdepeñas y en Baena. En fin, he cantado con los buenos guitarristas y con los malos también.

Tengo aquí una, A mi Virgen Villaverde, que te la voy a regalar, (Hombre, se agradece) que la hice en 1986, la letra es mía y es una soleá estilo Córdoba. Luego tienes fandangos, granaínas, garrotín, alegrías... con letras de Márquez Cabello, un pontanés que me escribía.

rrista has canta-

¿Cuál es tu Mi cante, la soleá. Hay algunos aficionacante? dos que le llaman «una soleá estropeá» a la bambera. La bambera entra por soleá. La Niña de los Peines la hacia apaciguadamente, nosotros la hacemos con un poquito de compás, y yo la he cantado mucho. En Málaga me decían el «niño de la bambera», me ha gustado mucho y la tengo grabada en otro disco que se llama Te llevo en el pecho mío. Y otro cante: la bulería. La bulería dicen que si payo, que si gitano...

No es lo mismo

Claro que no.

un guitarrista de concierto que uno de acompañamiento.

Un guitarrista ¡Hombre! Una vez me tocó en Casaberpara acompañar meja y otra en Riogordo, ¡Ah! y otra en que a mí, como Álora que venía acompañando a Naranaficionado, me jito de Triana. Un guitarrista extraordigustaba mucho nario y una excelente persona. era José Cala el Poeta.

Perdona que te No. Esa bulería es popular y la resucicorte. Recuerdo tó Camarón de la Isla, que en el setenta que te contra- y algo lo escuché por primera vez en la taron para un plaza de toros de Torreblanca. Ahí escufestival en Ar- ché la bulería «Carmela» y yo que tenía chidona, sobre buen oído, me quedaba con las cosas. el año 1986, Una vez canté en Torre Alháquime (Cáorganizado por diz) con la guitarra de Paco de Gastor y el buen aficio- me pidieron la bulería «Carmela». Estanado José Ge- ban, en primera fila, Fernanda y Bernarmas, director da de Utrera y dije: «Voy a tener el atregeneral de la vimiento de cantar por bulerías delante Caja de Aho- de sus majestades, Fernanda y Bernarrros de Ante- da, y se la voy a dedicar a ellas». Cuanquera, (Sí, sí) y do terminé, me abrazaron y me dijeron: en ese festival «Qué bonito has cantado por bulerías».

El Poeta

Fernanda y Bernarda de Utrera

te escuché una bulería que me impresionó...

(«Carmela»). «Carmela», eso es. ¿Esa bulería es la de Antonio Mairena?

120


Diego, ¿Tú cómo ves ahora el panorama del flamenco?

Diego, ¿tú te has ganado la vida sólo con el cante?

¿Qué repartías? Para terminar, porque te tienes que ir, que por

Lo veo regular. Hace un mes y pico estuve hablando con Fosforito, y me decía: «Diego, es que no han salido figuras. Cantaores que ilusionen...». Y estoy de acuerdo. Yo le menté a Arcángel y le menté a Poveda que está cantando mu bien pero ya es más comercial, que está entre el flamenco y la copla y ahí ya Fosforito no entró. Los festivales han mermado muchísimo, por varias razones... que si la crisis... que si antes el que iba a un festival se bebía sus copitas y ahora te quitan el carnet... No. Yo me fui a Cataluña, estuve cuatro años trabajando en una fábrica de hilo. De allí me fui a Francia, estuve siete años trabajando de chofer jardinero, allí me casé, canté en varios sitios... pero sin dejar mi trabajo. Yo del flamenco no me fiaba. Me vine a Málaga. Estuve de autónomo con mi camioncito de 3.500 kilos. Cantaba los fines de semana. Calixto Sánchez me decía: «¿Cuándo vas a dejar el camión?» y, en cambio, Pepe Córdoba, yo no sé si tú llegaste a escucharlo... (Sí, hombre. Pepe Córdoba y su mujer Mary de la Trinidad) Eso es. Pues Pepe me dijo: «No dejes nunca tu trabajo por el flamenco. Porque a mí me hicieron polvo y a Antonio Molina también». Así que yo cantaba los fines de semana, que no me estorbaba, pero luego mi camioncillo de reparto y mis clientes. Materiales de construcción. Mónica Rodríguez. Es la que está cantando. Es profesora de inglés, vive en Calahonda, y está cantando muy bien.

mi parte estaríamos hablando el día entero, de tus tres hijos

¿alguno ha seguido la senda del flamenco?

121

Tú estás

Si.

jubilado.

¿Y sigues cantando?

Oye Diego. ¿La bulería «Carmela» la tienes grabada? Hombre, me encantaría.

Sólo en las reuniones familiares o de amigos. La tengo en un CD inédito, grabado en directo pero lo tengo en mi casa, ¿Tú quieres que te lo traiga?

Vamos pa yá...

Y nos fuimos para su casa. Y me regaló CD de «Carmela». Y recordé aquel día en Archidona cuando fui tocado por el duende con el cante de Diego. Y volví a escuchar la bulería «Carmela» y me quitó treinta años de encima. Es lo que tienen los cantaores con solera como Talete de Ardales. el


Flamenco — entrevistas

Cara a cara con

ALBERTO TORRES

Alberto Torres Meléndez se llama este hombre envidiablemente joven, ya que nació en Ardales en 1985 y que antes de cumplir la treintena ya ha visto cumplido su vocación y su deseo de niño.

Foto Aitor Roger

Pregunta.- ¿Alberto,

por qué eres

guitarrista y no eres médico o arquitecto, pongo por caso?

Respuesta.- En mi caso la vocación y el deseo de realizarme como músi-

co ha sido una constante desde que era un niño. Conseguirlo ha sido una tarea enorme ya que no he vivido en una familia o un pueblo relacionado especialmente con el ambiente fla-

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menco o musical en una época donde no existía internet y se tardaban dos horas en ir a la capital, donde sí había maestros. Esto me producía una enorme frustración y me limitó a


aprender de manera autodidacta con las pocas partituras en cifra que llegaban a mis manos y con algún profesor diletante que, como es normal en estos casos, sabía sólo algo más que yo. A los 15 años preparé las pruebas de acceso al Conservatorio Profesional de Música de Málaga en la especialidad de guitarra clásica gracias al apoyo desinteresado de personas que entendían aquel deseo frustrado y a las que tanto les debo. Cuando comencé mis estudios de bachillerato en Málaga a los 17 años empecé los estudios reglados en guitarra clásica y pude estar en los ambientes flamencos de la capital, durante esos años trabajé duro para ponerme al día con aquellas lagunas teóricas (solfeo, armonía, canto, análisis, etc.) y las instrumentales, que eran muchas, para finalmente continuar exclusivamente con mi dedicación a la guitarra en el Conservatorio Superior de Córdoba donde realicé los estudios superiores de música en guitarra flamenca y guitarra clásica. No obstante, fue difícil para mí decidir no optar por una carrera universitaria tradicional en una sociedad que no reconoce todavía nuestro estatus de universitarios, ni siquiera el estado lo hace al 100%, y allá donde voy tengo que informar de que mi «Título Superior de Música» es equivalente a licenciado universitario según el artículo 42.3 de la LOGSE, un despropósito después de tanto esfuerzo. Todos los estudiantes de conservatorio hemos escuchado la frase ¿qué más estudias? La satisfacción de dedicarme a lo que más me gusta ha sido el motor de ese enorme esfuerzo del que me siento muy orgulloso y vivir dignamente gracias a esto es la mejor recompensa.

Vicente Amigo

Tomatito

Sabicas

Riqueni

123 Antonio Rey

P.- ¿Qué escuela o línea sigues: Niño Ricardo, Ramón Montoya, Sabicas...? R.- Mi generación ha crecido siguiendo a Paco de Lucía, aunque en mi caso también me han influenciado muchos otros guitarristas en distintos momentos de mi vida. Siendo adolescente me fascinaba Tomatito, Vicente Amigo o Gerardo Núñez y en mi etapa de estudiante en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba me maravillé redescubriendo a Montoya, Ricardo, Manolo Sanlúcar y, sobre todo, a Sabicas, que aunque los conocía, pude escucharlos con oídos nuevos y tocarlos con mayor madurez como guitarrista, lo que me dio una perspectiva mayor, admiración y respeto a su legado musical. Riqueni y Manolo Franco, al que pude tener como maestro, también me han marcado profundamente. De los jóvenes de hoy día me gusta cada vez más Antonio Rey. P.- Cuando hablamos de la guitarra flamenca ¿hay un antes y un después de Paco de Lucía? R.- Por supuesto, para nosotros ha sido como un guía musical y si me apuras, vital y espiritual. De hecho, los guitarristas flamencos nos referimos a Paco sin más apelativos y como el que habla de un conocido, es una constante en nuestras conversaciones y pensamientos. Por otra parte y, a pesar de su gran repercusión, quiero reivindicar que muchos de los aficionados no son conscientes de la dimensión de su figura artística y su repercusión en nuestro arte. Los cantaores que se hacen llamar puristas y los críticos y aficionados en esa línea (que llamamos cariñosamente flamencólicos) están muy preocu-


El Veneno y Alberto Torres

Antonia Contreras

pados en mirarse al ombligo y parece que la historia del flamenco es únicamente la historia del «cante flamenco gitano bajo andaluz» y la mayoría de éstos no han escuchado en su vida un disco entero de guitarra o no han visto un espectáculo de baile. Por desgracia, la mayoría de los flamencos no guitarristas todavía tienen que descubrir la verdadera dimensión de Paco más allá de seguir la corriente de alabanzas generalizadas tras su fallecimiento. P.- Paco de Lucía también tiene sus detractores. R.- Bueno, creo que esa idea está bastante superada y quienes siguen manteniendo que la fusión que hizo con otras culturas musicales es una «prostitución de nuestro arte» tan puro tienen una oreja en frente de la otra. Aunque puedo entender que aquellos salva patrias de la cultura se echaran las manos a la cabeza cuando veían a un joven con pintas de hippie (pelo largo, patillas, pantalones de campana y colgantes) llevando al terreno flamenco la música clásica, sudamericana, popular, etc. Por otra parte, estos sectores conservadores del flamenco también lo suelen ser en su ideología política y durante los años 70 Paco fue ciertamente polémico, se casó ni más ni menos que con la hija del general Varela y llegó a afirmar en una entrevista que para tocar la guitarra la mano izquierda era la inteligencia y la

derecha la que ejecutaba... Tienes el coctel de la polémica servido, pero ya ha llovido mucho desde entonces, hoy día Paco es incuestionable y su legado es patrimonio de la humanidad. P.- Según he leído, Paco dice: «Me enEl sen-

cantaría poder vivir sin la música.

tido del perfeccionismo que tengo me da más sufrimiento que satisfacciones».

¿Te

pasa a ti lo mismo?

R.- Según qué momentos, el perfeccionismo puede ser un arma de tortura autoimpuesta o la oportunidad de tener una motivación que te conduzca hacia la satisfacción de mejorar y realizarte como músico o persona. Pero entiendo la afirmación del maestro, consciente de la trascendencia de su obra y la responsabilidad ante la humanidad, sabiendo que poseía la capacidad y, por tanto, el deber de hacer algo que sería recordado para siempre. La mayoría de nosotros no seríamos conscientes o nos moriríamos del susto… Pienso que la cultura es la manifestación inconsciente de nuestro deseo pervivir en una existencia tan efímera. P.- ¿A

ti que te produce más satisfac-

ción, la enseñanza, que sé que te dedicas a ello, o las actuaciones en público?

R.- Para mí son complementarias, la satisfacción de tocar en público es enorme y cuando existe esa conexión con éste es maravilloso, aunque cuan-

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do más disfruto yo es en la soledad del estudio en casa, rodeado de discos, videos y partituras, hay momentos en los que las horas pasan en minutos, lo que ocurre es que hay que tener un trabajo… Si bien el conservatorio me aporta la satisfacción de la docencia, también me permite ganarme la vida con la seguridad horaria y económica de ser un «flamenco con papeles», sin tener que depender de la inestabilidad de los bolos de fin de semana que, en gran medida, dependen de que el político de turno apueste por invertir en cultura o en mariscadas. P.- Y me imagino za, como en todo,

que en la enseñante encontrarás con

alumnos sin futuro pero otros con ganas de aprender y que igual se convierten en figuras de la guitarra.

R.- Cuando ves a alumnos implicados y que mejoran cada semana es muy gratificante para el docente. En mi caso trabajo en el CPD (Conservatorio Profesional de Danza) de Murcia, por lo que no imparto directamente clases de guitarra, sino que acompaño las clases de baile flamenco. Lógicamente, al ser una docencia compartida junto al profesor/ra de baile la recompensa también se ve dividida, pero me permite compartir la experiencia de la docencia con siete u ocho compañeros distintos, lo que me aporta la satisfacción de seguir aprendiendo de ellos y de su experiencia al tiempo que trabajo.


El Chato de Málaga y Pepito Vargas

P.- Una actuación que recuerdes con cariño. R.- La primera vez que toqué en un festival flamenco, fue en el XXIII Festival Flamenco de El Burgo (Málaga) en 2005 y acompañé a dos jóvenes cantaores de nuestra tierra, Ríos Cabrillana y Antonio Canito. P.- Y

al contrario, o esas actuaciones

se olvidan.

R.- No se olvidan, pero no voy a tirar piedras en mi propio tejado. Sí te diré que en una ocasión acompañaba al bailaor malagueño Pepito Vargas y antes de salir, cuando me estaba cambiando de ropa, me di cuenta de que por confusión traje de casa unos calcetines negros cortos, de esos de verano, y estuve toda la actuación tirando del pantalón y bastante apurado para que no se me vieran los tobillos. Ahora me resulta cómico. P.- Un cantaor al que hayas acompañado y lo recuerdes de forma especial. R.- Recuerdo a varios que siendo yo todavía más joven e inexperto no les importó que les acompañase y de los que he aprendido mucho, como Antonio Mejías, Antonio El Veneno, Pepito Vargas, Churumbaque hijo, David Pino, Juan Pinilla y sobre todo Antonia Contreras, a la que he tenido el gusto de acompañar en muchas ocasiones y siempre ha tenido palabras de apoyo y ánimo desde mis comienzos.

Ríos Cabrillana y Alberto Torres

P.- Y un cantaor al que te hubiese gustado acompañar. R.- A muchos, pero si me tuviese que quedar con uno que haya conocido sería Chano Lobato. Recuerdo que en un festival me preguntó: «sobrino, ¿me he pinchao ya la insulina?». Ya estaba muy mayor y perdía la memoria, hasta tuvimos que ayudarlo a subir al escenario porque casi no podía andar. Terminó cantando y bailando por bulerías… P.- Un cante para acompañar. R.- Malagueña rematada con abandolao, ¡Viva Málaga! P.- ¿Qué maestros has tenido? R.- En mis comienzos fui bastante autodidacta debido a las limitaciones de vivir en un pueblo pequeño y sin ambiente propicio a esto, recibiendo algunas lecciones de Pedro Yáñez o Salvador Pendón, quien escogió mi primera guitarra. A partir de los 14 años recibí irregularmente clases de Gabriel Cabrera y a los 18 de Antonio Soto, con el que me inicié al acompañamiento al cante y al baile. Después pasé al Conservatorio Superior de Córdoba, donde tuve el privilegio de tener a maestros como Manolo Franco y Niño de Pura. También he realizado cursos con guitarristas como Manolo Sanlúcar, Gerardo Núñez o José Antonio Rodríguez y además no reniego de mi formación como guitarrista clásico con Andrés Pino en Málaga o el

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catedrático Manolo Abella en Córdoba, lo que me ha aportado, además de conocimiento y sensibilidad, mucha satisfacción personal. P.- Según tu opinión, ¿cómo ves el preLo digo porque a muchos de los aficionasente y el futuro del cante flamenco?

dos al flamenco de ahora le pones un cante de Juan Talega, de Aurelio

Sellés o de la Niña de los Peines y no les gusta. R.- Bueno, no hay que alarmarse en exceso, yo recuerdo que cuando escuchaba las primeras grabaciones que caían en mis manos no sentía especial predilección por cantes como los de «a palo seco» o las «seguiriyas». Después y gracias a artistas como Camarón, Morente o Paco de Lucía pude adentrarme en este arte y seguir escuchando a otros maestros hasta no poder vivir sin esta música. Ellos han abierto las puertas a que muchos que no hemos crecido en ambientes propicios a esta música podamos disfrutar de este arte y los jóvenes necesitan empezar por algo «más digestivo» para luego ir escuchando lo antiguo paso a paso. Al menos es lo que a mí me pasó, comencé escuchando a Camarón y Paco y ahora lo mismo pongo un disco de Tomás, Morente, Mairena, el Carbonerillo, Niño Ricardo o Sabicas, sin complejos ni prejuicios. P.- El flamenco, según dicen, viene de la fusión de varias músicas y de una evolución


natural. Voy a lo que se llama flamenco fusión o flamenquito, que yo no estoy en contra de eso, pero si estoy en contra de que se mezcle una cosa con la otra.

Una

cosa es el flamenquito, otra el cante flamenco y otra el cante jondo.

R.- Yo no soy nada integrista, ni amigo de poner nombres que clasifiquen qué es cada cosa y con qué se pueden juntar qué músicas. Que el flamenco es una mezcla de culturas es, por mucho que lo negaran los puristas, una realidad probada por la ciencia de la investigación seria y rigurosa, a pesar de que en este sentido estemos todavía en pañales en comparación con otras músicas. Yo por mi parte no diferencio entre músicas, sino en la calidad de las músicas, lógicamente un disco de Niña Pastori no es flamenco, sino música comercial inspirada en el flamenco, pero está bien grabada, producida e interpretada. Si niego esa realidad me perdería disfrutar de las guitarras de Riqueni, Cañizares o Moraíto Chico, algo imperdonable, aunque sea una vez al año… Si un artista es de calidad, su música es de calidad, aunque sea flamenquito o

como lo quieran llamar. Luego están los artistas como Camarón, Morente, Paco o Vicente Amigo, a los que criticamos cuando no entendemos su obra porque es tan avanzada que no la comprendemos todavía, finalmente se convierten en mitos que marcan la evolución y el modelo a seguir y sí es flamenco aunque no nos lo parezca ahora. Como ejemplo te diré que mis discos preferidos de Morente son «Homenaje a Chacón» (1977), que me parece una cumbre de la historia del flamenco representante de aquella época antigua y «Omega» (1996) y «Lorca» (1998), dos discos trasgresores y que muchos no llamarían flamenco, pero ¿usted cree que si el Maestro Patiño levantase la cabeza consideraría flamenco lo que toca Tomatito o Vicente Amigo? Naturalmente no, tal vez ni reconocería la guitarra de Niño Ricardo o Melchor de Marchena, pero nosotros hemos crecido comprendiendo ese avance y aceptándolo como natural. Una cosa es la música comercial inspirada en el flamenco y otra los artistas que hacen avanzar este arte, no confundir.

P.- ¿Qué

es más difícil, ser guitarrista

de concierto o de acompañamiento?

R.- Son dos mundos distintos y al mismo tiempo complementarios. Ahora que con mi trabajo tengo la oportunidad de seguir formándome como acompañante al baile, entiendo que Paco afirmara que primero es necesario «tocar pa bailar», lo que te da el sentido del ritmo, la soltura y la fuerza, después hay que «tocar pa cantar», donde aprendes el sentido de la melodía y a cuidar la perfección. Después de ese bagaje es posible ser concertista, aunque el guitarrista de concierto además de todo eso necesita la técnica virtuosa y algo musicalmente interesante que decir. Para cualquier manifestación cultural es muy importante tener vivencias que te hagan crecer y en el caso del flamenco, como dice el maestro Sanlúcar, es necesario rodearte de esta cultura y su ambiente o acabarás tocando como «un flamenco de Manchester». P.- Cualquier cosa que quieras añadir. R.- Agradecer la oportunidad que me brindáis para contar mis vivencias flamencas y vuestra labor para fomentar la cultura y preservar el flamenco en los pueblos de la ribera del Guadalhorce, un abrazo y que 2015 sea un año grande para el flamenco y la cultura, que falta hace en estos tiempos.

Ríos Cabrillana, Salvador Pendón y Alberto Torres. 2014, VII Jornadas flamencas de Riogordo

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Los estilos flamencos

LA SOLEÁ

Para aquellos que se consideran entendidos la reina del cante es la siguiriya, hasta tal punto que si no te gusta la siguiriya no eres buen aficionado. En relación con la siguiriya, hay quien considera a la soleá en segundo lugar en cuanto al orden de aparición, pero igualados los dos cantes en importancia. Yo soy de estos últimos. En mi opinión no se trata de enfrentar a los dos cantes porque cada uno de ellos tiene su lugar y su momento. Ahora bien, en cuestión

de gustos ya lo dice el refrán, que no hay nada escrito, y yo me quedo con el cante por soleá. El cantaor Pepe de la Matrona decía que la soleá descubría al buen cantaor y la comparaba con el toro bravo cuando decía: «hay que ser muy buen artista o torero para sacarle partido». En cuanto a su procedencia parece ser que la soleá se deriva del antiguo baile llamado el jaleo, muy popular en Cádiz y Jerez a principios del siglo XIX. De ahí, que su

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origen se lo disputen la provincia gaditana y el barrio de Triana en Sevilla en donde vivió la primera cantaora por soleá conocida llamada La Andonda (1831-1891). De María La Andonda se ha escrito que era una mujer de fuerte carácter y que estaba unida sentimentalmente al cantaor El Fillo con el que mantenía acaloradas discusiones y, como fruto de esas discusiones, le cantaba a su compañero esta soleá:


La Andonda le dijo a El Fillo: anda y vete, pollo ronco a cantarle a los chiquillos. En cuanto a su estructura, la soleá se suele cantar de dos maneras: la llamada soleá corta con estrofas de tres versos y rima en los impares, o la soleá grande con estrofas de cuatro versos y rima en los pares. Ejemplo de soleá corta es la anterior, y una soleá grande sería esta: Los pajaritos y yo nos levantamos a un tiempo ellos le cantan al alba y yo alegro mis sentimientos.

La temática de sus letras es muy amplia, desde lo irónico a lo trágico, de la alegría a la pena, pero siempre letras cargadas de sentimiento, por eso no se canta la soleá, sino que se canta «por soleá», o «por soleares». Se le canta al amor: Me estás haciendo más falta de la que al árbol le hace el sol, la tierra y el agua. (Letra de Salvador Pendón) O en esta otra al estilo de La Serneta: Conocerás que te quiero con solamente mirarte. Quiero hablarte y no puedo.

María La Andonda

Pepe de la Matrona

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A los celos en esta soleá que canta Antonio Fernández Fosforito: Junto a la Plaza del Potro te vi sin que tú me vieras, ibas hablando con otro. Hay cierta carga de ironía en esta otra: Esta gitana es mu mala me ve que duermo en el suelo y no me hace la cama. hoy ya sabemos lo que le contestaría la gitana. También se le canta por soleá a las cuestiones sociales, o políticas, como se le quiera llamar: De qué sirve una bandera si los que tienen que izarla se están tapando con ella. (Letra de Salvador Pendón) esta letra me recuerda la que canta José Menese: Mira que loquito era que quiso hacer una guerra sin pólvora y sin bandera. La soleá se canta al compás de 3 x 4 (a doce golpes) muy común a otros cantes como el polo o la bulería que va al mismo compás pero de ritmo más rápido. Lo normal es que el remate del cante por soleá sea con una bulería. Y según el ritmo, se canta la soleá por bulerías o la bulería por soleá. En lo que se refiere a los diferentes estilos de soleares que hay,

es debido al arraigo que la soleá ha tenido en las distintas comarcas cantaoras situadas en el eje Cádiz-Jerez-Sevilla. Queda dicho que su origen parece ser que está en Cádiz. Luego se expande hacia Jerez, recibe en el camino la influencia de algunos cantes de la provincia de Málaga, a través de Ronda, y se hace cante grande en el sevillano barrio de Triana. Los diferentes estilos de cante por soleá reciben el nombre de la localidad natal pero al mismo tiempo se asocian a un cantaor. Así cuando hablamos de la soleá de Cádiz aparece el nombre, entre otros, de Enrique el Mellizo o el de Paquirri el Guanté. Las soleares de Jerez van emparejadas con los nombres de Frijones o de Tío José de Paula. Y llegamos a Sevilla y a su barrio de Triana cuyas soleares deben su importancia a su antigüedad, a su riqueza de estilos y a su influencia en otras poblaciones sevillanas. La soleá de Triana nace en sus dos llamadas cavas que eran distritos, o pequeños barrios, que dividían la que hoy es la calle Pagés del Corro. Por un parte la Cava de los Civiles donde nace la soleá del Zurraque o de los Alfareros, por ser este el oficio de la mayoría de sus vecinos. Alfarero era el oficio del cantaor Ramón el Ollero (de

Busto de Tio José de Paula, en Jerez de la Frontera

El Ollero

Alfarería en Triana


ahí su nombre artístico, porque hacía ollas de barro) y cuentan que también fue picaor de toros. Seguramente fue esta última profesión la que le llevó a conocer al cantaor y torero cordobés Juanero el Feo que recreó la soleá trianera de el Ollero y se las pasó a su hijo Ricardo Moreno, apodado Onofre o Mediaoreja, que le dio nombre a las llamadas soleares de Córdoba. La otra cava trianera es la llamada Cava de los Gitanos, por ser de esta etnia la mayor parte de sus habitantes. Estos se dedicaban al comercio y a trabajar en la fragua. La dispersión de los gitanos trianeros por otros pueblos de los alrededores de Sevilla, dio lugar al nacimiento de varios estilos de soleá. La soleá de Utrera va unida al nombre de Merced La Serneta. Sus soleares las recrean otros intérpretes como Rosario la del Colorao o Fernando Peña El Pinini o Popá Pinini como le llamaba su nieta Fernanda de Utrera (1923-

2006) la mejor cantaora por soleá del siglo XX. En la foto poniendo el alma en un cante acompañada de la mítica guitarra de Diego el del Gastor. Otro cantaor que bebe en las soleares de Utrera es Juan Moreno Juaniquí a quien se le atribuye la creación de las soleares de Lebrija. Y, por último, las soleares de Alcalá cuyo nombre va unido al de Joaquín el de la Paula y son las que más se cantan en la actualidad. Un continuador de las soleares de Alcalá fue Agustín Fernández, hermano de Joaquín y padre del cantaor Juan Talega (1891-1971) que vivió y murió en Dos Hermanas y uno de los más fieles representantes del cante gitano del que nunca se salió.

Joaquín el de Paula. Aguatinta de Manuel Martín

Juan Talega

Fernanda de Utrera y Diego de Gastor

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ciencia y naturaleza Coordinación y texto de presentación: Gerásimo Arjona Bautista

El agua embalsada de forma natural, las lagunas, crea hábitats de vida propia y misterio, de belleza narcisiana por confluir, necesariamente, en ellas, el gris o el azul del cielo diurno y la negritud de lentejuelas plateadas del firmamento nocturno. A disfrutar de ello nos invita Luis Utrilla Navarro. Mochila al hombro, descenderemos por la cuenca del Guadalhorce desde sus humedales más altos, las lagunas de Archidona, hasta el descanso que nos ofrece La Isla, un rico humedal, a un paso de la desembocadura de nuestro río en el mar de Alborán. El agua embalsada de forma artificial conforma las presas, obras ingenieriles, casi siempre espectaculares, que parecen decir al río: –no te pongas bravo, que aquí te espero para regularte, para producir energía, para proteger tus riberas hasta que el mar amplio te reciba–. Es un honor para esta revista acoger en sus páginas a Luis Morales Calvo, asesor técnico de las Presas del Guadalhorce, con un espléndido artículo sobre La función social de las presas.

Althenia orientalis

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Luis Utrilla Navarro

ESPEJOS DEL CIELO Lagunas y humedales de la cuenca del Guadalhorce

Como cada luna llena tras el equinoccio de primavera, los vecinos de aquel pequeño pueblo de la serranía se arremolinaban expectantes junto a la laguna. Poco después del ocaso, la luna sobrepasó la cresta de las montañas cercanas e iluminó, con su reflejo, las quietas y oscuras aguas lacustres. Una vez más, como venía ocurriendo desde siglos pretéritos, la ninfa que todos esperaban ver surgió junto a la peña negra, en el centro de la lámina de agua y, por un momento apenas perceptible, mientras buscaba entre los presentes el rostro de su amado, iluminó a todos los que la contemplaban irradiándoles con sus benéficos dones. Instantes después se sumergió de nuevo en la negritud de la laguna esperando, un año más, la llegada de su desdichado amante.

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Desde Sierra Nevada a Castilla y desde la costa levantina a Extremadura, leyendas como ésta forman parte de la historia de la práctica totalidad de las lagunas. En la mayoría de las ocasiones, nos narran historias de amor imposible; en otras, las trágicas consecuencias de rivalidades encarnizadas, que han venido alimentando la imaginación de la gente llana llegando a formar parte de nuestro acervo cultural más ancestral. Posiblemente fuera en la superficie especular de una laguna, donde nuestros antecesores prehistóricos reconocieran por vez primera su silueta, y fuera la placidez de sus aguas la que les devolvió la primera imagen de su faz de identidad humana. A diferencia de la viveza de los ríos y de los mares, el agua calma y muda de las lagunas ha inspirado a poetas en todos los tiempos. Buen ejemplo de ello es el bello soneto que Miguel de Unamuno escribió junto a la Laguna del Cristo, en la salmantina Aldehuela de Yeltes, una noche de luna llena, y que tanto se asemeja al paisaje de nuestras lagunas del alto Guadalhorce.

Noche blanca en que el agua cristalina duerme queda en su lecho de laguna sobre la cual redonda llena luna que ejército de estrellas encamina vela, y se espeja una redonda encina en el espejo sin rizada alguna; noche blanca en que el agua hace de cuna de la más alta y más honda doctrina. Es un rasgón del cielo que abrazado tiene en sus brazos la Naturaleza; es un rasgón del cielo que ha posado y en el silencio de la noche reza la oración del amante resignado sólo al amor, que es su única riqueza.

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Pero, quizás para sorpresa del lector, este artículo no va de poesía, sino de algo más prosaico como es el conocimiento de la naturaleza lagunar y los humedales que conforman la cuenca del río Guadalhorce. La imagen unamuniana de la laguna, en medio del bosque mediterráneo de encinas y romeros, nos lleva irremediablemente a la primera parada de nuestro viaje, junto a la cabecera de nuestro río. Se trata de las lagunas de Archidona, la Grande y la Chica, junto a las que se ubican también algunas charcas de aguas estacionales a las que no podríamos darles el nombre de lagunas. Conocidas, también, como las lagunas de Salinas ocupan una superficie de 6,3 hectáreas y son aguas ricas en sulfatos y sales. Estas dos lagunas, que podríamos denominar siamesas, se asientan sobre unas dolinas de yesos del acuífero de Los Hoyos, que es quien las alimenta de agua. Ubicadas a unos 800m de altitud son las más altas del conjunto de lagunas de la cuenca del Guadalhorce, razón por la cual la vegetación de su entorno está formada por encinares, quejigos, majuelos, retamas y aulagas, así como algunos olivos y almendros de cultivo. Su naturaleza kárstica hace que compartan el mismo nivel freático pese a lo cual, la distinta profundidad de su vaso, unos 13m una y unos 8m la otra, hace que en periodos de estiaje la laguna Chica llegue a secarse, mientras la laguna Grande mantenga una lámina permanente de agua. La laguna Grande, prácticamente una elipse de 300 por 200m, cuenta con un agua dulce y cristalina, mientras la laguna Chica presenta un aspecto bastante más turbio, y en ambos casos están rodeadas de un cinturón de juncos de varias decenas de metros de anchura. El entorno se configura así como un singular refugio para el gallipato que comparte el hábitat con varias especies de urodelos, algo bastante singular en Andalucía. Se cría junto a ellos el tritón jaspeado, una de las escasas poblaciones existentes en las sierras béticas, siendo también uno de los pocos lugares donde puede encontrarse la culebra de collar, natrix natrix, cuyos adultos alcanzan más de un metro de longitud.


Laguna Grande. Salinas, Archidona Gallipato

tado por el drenaje lagunar, y cuyo aprovechamiento, más allá de servir a los campos de regadío de la Fuente del Fresno o de abrevadero a los ganados de la zona, era el motor del Molino de los Aguilera. Su caudal, entre uno y diez litros por segundo, era suficiente para mover el rodezno de cuchara de un típico molino morisco que se ubicaba junto a él, conocido entre los musulmanes como raha. El agua, desviada de su cauce mediante una atarjea que le permitía ganar la altura suficiente, se precipitaba con fuerza mediante un caz o conducto sobre la parte baja del molino, donde se ubicaban la rueda en posición horizontal, trasladando su movimiento a un piso superior donde estaban instaladas las piedras para moler el grano. La sencillez del molino y la ausencia total de engranajes que debían ser construidos en madera, los hacían especialmente resistentes, motivo por el cual fueron ampliamente utilizados desde la Edad Media hasta bien entrado el siglo XIX. Las Lagunas de Archidona fueron declaradas Reserva Natural por la ley de Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía de 1989, estando también incluidas en la Lista de Zonas Húmedas de Importancia Internacional del Convenio Ramsar de 2009.

La zona en la que se encuentran las lagunas de Archidona ha contado con pobladores desde la época del paleolítico inferior y con asentamientos permanentes de fenicios, túrdulos y romanos. El municipio adquirió su topónimo en la época musulmana, Arxiduna, llegando a ser la capital de la Cora de Rayya. Para darnos cuenta de su importancia baste recordar que en su alcazaba, actual ermita de la Virgen de Gracia, fue proclamado emir Abderramán I, cuando corría el año 756 d.n.e. Junto a la laguna Grande se encuentra el manantial de Los Aguilera, curso de agua de caudal prácticamente constante y probablemente alimen-

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Laguna Chica. Salinas, Archidona Natrix natrix

Tras esta primera parada en el alto Guadalhorce, es hora de seguir el cauce del río y recorriendo los sinuosos meandros, que se van conformando a lo largo de los términos municipales de Villanueva del Trabuco y del Rosario, alcanzamos las Huertas del Río, donde a las aguas de la sierra de Camarolos se unen las aguas procedentes del arroyo Marín, principal tributario de la cuenca norte, y donde tras abrazar la Peña de los Enamorados, el río se dispone a mirar a los llanos antequeranos. A la derecha de nuestra ruta nos encontramos ahora con la laguna de Herrera, si bien, hoy en día, más que de una laguna se trata de un humedal de tipo continental, con una superficie de casi 100 ha que presenta fuertes variaciones de su contenido lacustre entre los periodos invernales y estivales. Se ubica en una llanura rodeada de pequeños montículos, como el de Herrera del que toma el nombre y el de Torrecillas, y que se abastece de los arroyos de la zona como el del Rincón, el de Garsidonia, el de las Monjas, el de Casarejo o el de Pedro Gil. Ya en 1873 se promovió la desecación de esta laguna, mediante la concesión de las obras y su aprovechamiento futuro a un particular. Tras este intento fallido la concesión revertió al Estado en 1911, continuando con el propósito de desecación con una nueva concesión al año siguiente, 1912. En aquellas fechas de principios del siglo XX todavía conservaba la laguna de Herrera su característica de humedal estacional de aguas salobres, si bien en los años treinta aparece cartografiado un canal que comunica la laguna con el río, conocido como la sangradera. Entre 1963 y 1964 se llevó a cabo la mejora y profundización de dicha sangradera en una longitud

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Laguna de La Ratosa, entre Humilladero y Alameda

Flamencos. J.R.Polo

de unos 9 km y se construyó una red de drenaje secundario por parte del Instituto Nacional de Colonización, que se completó en 1968. Estas actuaciones han conllevado el desagüe completo de la laguna al Guadalhorce, lo que ha permitido, desde aquellos años, el cultivo intermitente en el vaso lagunar de distintas herbáceas tanto de secano como de regadío, y su utilización como pastos de verano, si bien el paraje ha seguido inundándose en los años lluviosos. La laguna de Herrera no cuenta con ninguna figura de protección ambiental, estando el suelo calificado como Suelo no Urbanizable Protegido, Espacio de Interés Agrícola, dentro del Plan General de Ordenación Urbana de Antequera, a cuyo término municipal pertenece. En los últimos años se ha lanzado un programa de restauración denominado Documento Propuesta para la Restauración Ambiental de la laguna de Herrera, por parte de la organización SEO/ BirdLife. Ya que estamos aquí, y si apenas nos aupáramos a alguno de los altozanos que rodean la laguna de Herrera, quizás podríamos entrever la laguna de La Ratosa, la más lejana del cauce del Guadalhorce, y que se ubica entre los municipios de Alameda y Humilladero. Acompañada de otras pequeñas lagunillas de carácter estacional, la laguna de La Ratosa está calificada como Reserva Natural, ocupando una zona húmeda de unas 23 ha. Esta laguna de La Ratosa tiene un especial interés florístico, debido a la riqueza de especies de vegetación sumergida con la que cuenta, especialmente la rara y amenazada Althenia Orientalis, planta herbácea acuática que vive en fondos salinos poco profundos. Cuenta además con poblaciones de flamencos, distintos tipos de anátidas, cigüeñuelas, avocetas y calamones. Al norte de La Ratosa y contigua a la misma se ubica la Herriza de los Ladrones, que si bien tiene una naturaleza independiente de la primera, en años de importante pluviosidad ambas llegan a unir sus láminas de agua. El topónimo herriza hace referencia a la naturaleza de los terrenos pedregosos

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Aguilucho lagunero. Foto: Eduardo Alba

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Cigüeñuela. Foto: Javier Alba


que ocupa, de difícil cultivo, por ser resistentes a la reja de los arados tradicionales. De regreso al Guadalhorce nos encontramos de nuevo con su serpenteante cauce, ahora junto a la localidad de Bobadilla, donde nuestro río cambia de rumbo para dirigirse al sur, buscando la llamada del Mediterráneo. Al noroeste del cauce nos encontramos con la joya de la corona de las lagunas malagueñas: la laguna de Fuente de Piedra. Conocida desde el siglo III a.n.e., fueron los pobladores de la Hispania romana quienes bautizaron el lugar como Fons Divinus, Fuente Divina, haciendo honor a las propiedades medicinales de las aguas de los manantiales de la zona. La ocupación cristiana de la comarca en 1461, tras la Batalla del Madroño, conllevó su despoblamiento del que no se recuperó hasta un siglo después, ya en 1547, cuando el consistorio antequerano decidió crear un arrabal que permitiera alojar al gran número de enfermos renales que acudían a Fuente de Piedra a tomar las aguas. Es quizás esa cualidad atribuida a sus aguas fontanas de curar el «mal de piedra», lo que hizo modificar el topónimo del municipio y fue tal la fama que adquirieron que, según algunas crónicas, su consumo llegó en el siglo XVII hasta el Reino de Nápoles y a las ciudades americanas, lo que dio un impulso importante al desarrollo de la localidad hasta principios del siglo XIX. Las sequías y las primeras sobreexplotaciones agrícolas de los acuíferos hicieron que la gran laguna perdiera prácticamente su lámina de agua, llegando incluso a considerarla como la culpable de las epidemias que asolaron el municipio. Por este motivo las autoridades decidieron su desecación completa en 1959, y no fue hasta los años ochenta cuando se inició de nuevo su recuperación. La Laguna de Fuente de Piedra se ubica en la conocida como Hoya del Navazo, y cuenta con una extensión de más de 1.300 ha. Junto a ella se ubican la Laguna Dulce o Lagunilla del Pueblo, y la Laguna de Cantarranas o Laguneto, ambas de carácter estacional.

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De arriba a abajo: Andarrios Ánade azulón Fotos: Javier Alba


La Laguna Dulce, ubicada al noreste debe su nombre a contener agua dulce procedente de la pluviometría y está comunicada con la laguna de Fuente de Piedra mediante un canal de desagüe. La laguna de Cantarranas, también de agua dulce, tiene su origen tanto en las precipitaciones como en el desbordamiento del río Arenales. Con apenas medio metro de profundidad, la laguna de Fuente de Piedra incluye en su cuenca tributaria parte de los términos municipales de Fuente de Piedra, Humilladero, Mollina y Sierra de Yeguas, de la provincia de Málaga y parte de La Roda de Andalucía, ya en la provincia de Sevilla. Los aportes principales proceden del arroyo de Santillán que desemboca al norte y que ha sido históricamente la aportación más importante de la laguna de Fuente de Piedra, reducida drásticamente

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De arriba a abajo: Cormorán grande Laguna de Fuente de Piedra Fotos: Eduardo Alba


por la sobreexplotación agrícola de su nacimiento, a lo que suma su alta carga contaminante. El manantial que da vida al arroyo de Santillán está situado a unos 3,5 km al noroeste d http:// www.efeverde.com/wp-content/uploads/2014/05/ Althenia-orientalis-02.jpg el municipio de Mollina, en el paraje del mismo nombre, y durante décadas fue lugar de recreo y esparcimiento de los jóvenes mollinatos que acudían a la zona a disfrutar de los días de fiesta. Fue el manantial de Santillán, hoy permanentemente seco, lugar de aposento del castillo de Capiruzón. Desde su nacimiento hasta la laguna de Fuente de Piedra el arroyo de Santillán tiene una longitud de 7km y en su camino recoge las aguas de los arroyos de La Serafina, por la margen derecha, y el «del pueblo», por la izquierda, fluyendo solo en los periodos lluviosos. Siguen en importancia en su aportación de aguas a la laguna de Fuente de Piedra el arroyo del Charcón o del Humilladero, que recibe el nombre de la localidad en la que nace, y que aborda la laguna por la orilla noroeste, recogiendo en sus 4km de recorrido un caudal de aguas especialmente contaminadas por las labores agrícolas de la zona. El arroyo de Mari Fernández, otro de los tributarios de la laguna de Fuente de Piedra, se conecta con ella por el oeste, con escasa aportación de caudal, como tampoco lo son las aportaciones del arroyo de Los Arenales que desemboca en la margen izquierda y del arroyo de Las Tinajas que no vierte su caudal directamente a la laguna sino que discurre al sur de la misma y llega hasta el embalse del Guadalhorce, aunque su cauce presenta filtraciones que van a parar a la laguna. Por último, además de las aportaciones directas de la lluvia, la laguna de Fuente de Piedra recibe permanentemente aguas fuertemente mineralizadas del acuífero de la zona. El aprovechamiento salino de la laguna tiene sus primeros testimonios en la época de la colonización omeya. A finales del siglo XIX, en 1880, se inició la construcción de dos canales; uno de ellos según el eje longitudinal de la laguna; y el otro perimetral a la misma, ambos comunicados por distintas acequias.

El objetivo de dichos canales no era otro que poder recoger las aguas de escorrentía de la zona y las procedentes del arroyo Santillán, mucho menos ricas en sales, y trasladarlas al extremo suroeste de la laguna, donde se excavó un túnel de algo menos de un kilómetro para trasvasar dichas aguas al arroyo de Las Tinajas antes mencionado. El hundimiento del túnel en 1890 dio al traste con la producción salina que algunas fuentes cifran en más de 20.000 m cúbicos al año y cuya explotación se mantuvo hasta 1951. Los únicos vestigios de aquella próspera industria son los antiguos caballetes de las salinas que apenas si se dibujan hoy como restos del espigón central y una media docena de espigones transversales. El canal perimetral, de unos tres metros de anchura, fue construido en su día para proteger los cultivos colindantes frente a los desbordamientos de la laguna y en la actualidad, si bien presenta síntomas de colmatación en varias zonas, es utilizado para derivar por él las aguas contaminadas y alpechines procedentes de las escorrentías de la zona. En el año 1981 la laguna de Fuente de Piedra fue adquirida por el ICONA y al año siguiente un real decreto la declaró Refugio Nacional de Caza. En el mes de octubre de aquel año de 1982 fue incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas y Áreas Acuáticas del Convenio Ramsar. Dos años más tarde, en enero de 1984, el Parlamento de Andalucía aprobó la ley que consideraba la laguna de Fuente de Piedra como Reserva Integral y en 1989 la Junta de Andalucía le otorgó la máxima protección ambiental al declararla Reserva Natural. En 1985 se hizo cargo de su gestión la Consejería de Medio Ambiente y tres años más tarde se aprobó el Plan de Uso y Gestión de la Laguna de Fuente de Piedra. En la actualidad la laguna de Fuente de Piedra es un hábitat fundamental para la reproducción de los flamencos de toda el área del Mediterráneo occidental, por lo que su conservación ha pasado a tener un interés internacional. Atrás quedan los años de persecución de los flamencos, motivada por la creencia popular de que estas aves perjudicaban la cristalización de la sal.

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Flamenco común (arriba) Meloncillo

Rata de agua Galápago leproso

Focha común en Fuente de Piedra

Fotos: Eduardo Alba

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De arriba a abajo: Ruiseñor pechiazul Malvasía cabeciblanca Fotos: Javier Alba

Los flamencos que nidifican en Fuente de Piedra proceden de un amplia área geográfica que va desde el noroeste del continente africano hasta Argelia y Túnez; y que en Europa se extiende desde la desembocadura del río Tajo en Portugal hasta la costa occidental italiana y a la isla de Cerdeña, subiendo hasta la Camarga francesa, el otro foco de nidificación flamenca europea. Sus largas patas y su pico curvo, dotado de un singular sistema de filtración, les permite a estas aves alimentarse de los importantes volúmenes de comida que se encuentran en las aguas salobres superficiales. Fuente de Piedra cuenta con una llegada de flamencos coincidiendo con las primeras lluvias de otoño, dispuestos a pasar aquí el invierno, a la que se une una llegada masiva en la primavera para iniciar el periodo de reproducción. Tras unos seis meses de estancia, la falta de agua en la laguna obliga a los flamencos a abandonar Fuente de Piedra. Junto a los flamencos tienen presencia en la laguna varias especies de anfibios, como el gallipato (Pleurodeles Walts), el sapillo pintojo (Discoglossus Pictus), el sapo de espuelas (Pelobates Cultripes), el

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sapillo moteado (Pelodytes Punctatus), el sapo común (Bufo Bufo), el sapo corredor (Bufo Calamita), la rana meridional (Hyla Meridionalis) o la rana común (Rana Ridibunda), así como un grupo numerosísimo de aves migratorias y sedentarias entre las que destaca el abundantísimo Anas Platyrhynchos. De regreso al río Guadalhorce, y antes de que abandonemos los llanos antequeranos, a la derecha del cauce nos encontramos con el importante complejo lagunar de Campillos. Formado por un conjunto de cinco lagunas tiene su mayor representación en la laguna Dulce, con una cubeta de 78 ha, a la que acompañan la laguna Salada, la de Capacete, la de Camuñas y la laguna del Cerero. Este con Laguna Dulce. Campillos junto lagunar fue declarado Reserva Natural en 1989 y comprende una extensión de 1.126 ha. Esta presencia humana en la zona hace que por el Todas estas lagunas son bastante homogéneas en complejo lagunar de Campillos discurran varias vías sus características. De naturaleza endorreica, es depecuarias: la Cañada Real de Ronda a Granada, muy cir, formadas por las aguas superficiales procedenpróxima a la laguna de Camuñas; la Cañada de la Vetes de sus cuencas tributarias, tienen un alto nivel reda de Carratraca, cercana también a la laguna de de salinidad. Se encuentran inmersas en la meseta Camuñas y atravesando la Cañada Real en dirección antequerana y rodeadas de tierras de cultivos herPeñarrubia; y la Vereda de Pozuelo – Las Monjas, cerbáceos y olivares, acogiendo en su perímetro pecana a la laguna Dulce, atravesando la Vereda de Caqueñas manchas de juncos, tarajales, castañuelas y rratraca, donde se une a la Cañada Real. carrizos. Sus principales moradores son flamencos, Algunas crónicas de principios del siglo XVIII recigüeñuelas, patos cuchara, ánade silbón, focha coseñan la existencia de actividades de pesca en la lamún y gaviotas reidoras. guna Dulce, así como la explotación salinera de la Señal de la milenaria presencia humana ligada laguna Salada hasta las primeras décadas del siglo a las lagunas son los yacimientos arqueológicos de XX. Hoy en día el caudal de la laguna Dulce, la maCapacete y El Romeroso. El primero de ellos, ubicayor del complejo, tiene un amplio rango de variabido junto a la laguna del mismo nombre, se encuenlidad, pasando de algo más de dos metros de protra incluido en el patrimonio inmueble de Andalufundidad a estar totalmente seca a final del año plucía y está formado por los vestigios de un villae de viométrico en los meses de octubre y noviembre. edificios agropecuarios y unas termas, de época roAmbas son propiedad del Ayuntamiento de Cammana. El yacimiento de El Romeroso también cuenpillos que ha instalado un observatorio de avifauna ta con edificios agropecuarios de época romana. en la laguna Dulce.

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Al sureste de las lagunas de La Marcela y de Capacete se ubica la laguna de Cortijo Grande, convertida en un humedal dado que cuenta con una sangradera que vierte sus aguas al arroyo de la cañada de la Vega, lo que impide que la lámina de agua llegue a inundar una superficie mayor y durante un periodo más prolongado. Junto a esta laguna se ubica la laguna de Toro que en los periodos de fuerte recarga desagua también a la sangradera de la laguna de Cortijo Grande. Antes de abandonar las llanuras mesetarias, a la izquierda del cauce y tras superar la cuesta de El Romeral, nos encontramos con una pequeña planicie situada unos 700 m sobre el nivel del mar. Allí, en la zona conocida como Las Lomas, ya casi alcanzando el puerto de Las Pedrizas, se encuentran tres nuevas lagunas que recogen las aguas de lluvia y de escorrentía de la zona: la laguna de Caja de unas 10ha de extensión; la laguna de Viso, algo más pequeña, de 8 ha, también conocida como laguna de Jaralón; y la laguna de El Chaparral, cuya lámina de agua se ve sangrada permanentemente a una balsa próxima y desde allí al arroyo Guerrero. Dejamos ahora atrás el curso medio y nos adentramos en el curso bajo de nuestro río. Una vez superados los embalses de Guadalteba y del Conde de Guadalhorce, las aguas se precipitan por el desfiladero de los Gaitanes. Ante ellas se abre ahora un frondoso valle que llevará sus aguas hasta el mar. Son estos terrenos especialmente ricos en producción agrícola, lo que ha hecho que su aprovechamiento se remonte a los primeros pobladores de la zona, como así lo demuestran los numerosos vestigios de fenicios, romanos y árabes. Quizás haya sido esta prematura presencia humana la que ha ido eliminando las pequeñas lagunas que los periódicos desbordamientos del río creaban en sus riberas, así como los humedales generados por las aguas subterráneas asociadas al río.

Laguna de Capacete. Campillos

La laguna de Capacete está formada por una cubeta de 13 ha con una profundidad de apenas un metro, lo que ha hecho proliferar en sus aguas los pastizales y tarajales que ocupan gran parte de la laguna. La laguna del Cerero apenas si tiene 6 ha y suele contar con agua la práctica totalidad del año, alcanzando incluso los dos metros de profundidad, mientras la laguna de Camuñas se encuentra prácticamente seca a lo largo del año, debido en parte a una profunda zanja que la drena por su extremo suroeste, cubriéndose de agua sus tres hectáreas de superficie tan solo en los periodos de mayor pluviometría. Formando parte del complejo lagunar de Campillos, pero fuera de su área de protección, se encuentran la laguna del Lobón, la más pequeña de todas ellas, y ubicada al nordeste de la laguna Dulce, de apenas 1,2ha de superficie; y la laguna de la Marcela, cuyas más de 8ha de cubeta se encuentran inundadas gran parte del año. Ambas se encuentran rodeadas de olivares y están protegidas en parte por un cinturón de vegetación propia de este tipo de humedales.

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Conforman dichas aguas subterráneas tres acuíferos alimentados por las aguas de lluvia y las escorrentías procedentes de las cercanas sierras de Mijas y Sierra Blanca: el acuífero aluvial cuaternario, el acuífero del plioceno superior, y el acuífero del plioceno profundo. Todo este conjunto conforma el acuífero aluvial del bajo Guadalhorce que con una extensión de más de 12 km2 se extiende desde aguas arriba del municipio de Pizarra hasta verter sus aguas al mar. Sea como fuera, el único humedal que ha resistido el paso de los siglos ha sido la denominada laguna de los Prados, remanente de las denominadas marismas de Los Prados, desaparecidas en los años setenta. Además de la pluviometría recibe aguas del acuífero de la zona así como pequeñas aportaciones de la acequia de Labradores. Se encuentra la laguna de los Prados encajonada entre los polígonos industriales y la traza del ferrocarril de Málaga a Antequera y desde principio de los años noventa existe una campaña de la organización SEO Málaga a favor de la recuperación de este hábitat, dado el alto número de especies de aves que tienen allí su lugar de alimentación y des-

canso, habiéndose constatado también la nidificación y reproducción de algunas de ellas. Llegado este punto, la vida de nuestro río está a punto de concluir; 2 kilómetros antes de alcanzar el mar Mediterráneo, el Guadalhorce se divide en dos brazos, conformando un humedal que constituye el hábitat de más de dos centenares de especies de aves y anátidas. En el centro de ambos brazos se encuentra la finca de La Isla, un rico humedal formado por decenas de lagunas de aguas someras entre las que destacan la laguna Grande, la del Eucaliptal y la de La Casilla, así como los restos de un antiguo meandro del río. La zona de La Isla fue objeto de explotación agrícola hasta bien entrados los años sesenta, siendo abandonada progresivamente en esa década y utilizándose a partir de 1977 como cantera de suministro de arenas y áridos para la construcción. Fueron precisamente estas extracciones de áridos las que originaron la aparición de las lagunas actuales, alimentadas de las aguas procedentes del subsuelo. En 1982 se suspendió la extracción de materiales y en 1989 la zona de la desembocadura fue declarada espacio natural protegido.

Laguna Grande (P.N. Desembocadura del Guadalhorce). Foto: Eduardo Alba

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Aguja colinegra. (Limosa limosa)

El nivel de las aguas de este humedal se ve influenciado no sólo por el régimen de precipitaciones y por las aguas del río, sino también por la fluctuación de las mareas, razones por las cuales también es muy variable la salinidad de sus aguas. Desde 1998 se han llevado a cabo numerosas actuaciones de adecuación del paraje de la desembocadura del Guadalhorce, cambiando de forma importante su fisonomía. La más importante de todas ellas fue la canalización de los últimos siete kilómetros de la desembocadura, finalizada en el año 2003 como respuesta a las catastróficas inundaciones que tuvieron lugar en 1989, y que cuenta con una capacidad máxima de evacuación de 4.000 m3 por segundo, mediante la construcción de unas motas elevadas en sus márgenes. Estos márgenes del río Guadalhorce han tenido a lo largo de los siglos una fisonomía cambiante, motivada tanto por la dinámica fluvial como por la influencia litoral. La existencia de corrientes y movimientos del curso del río bien pudieron dar lugar a barras arenosas que pudieron servir de asentamiento a unos de los primeros pobladores de la costa malagueña: los fenicios. Los recursos marinos, las buenas tierras de cultivo, la existencia de agua y de arcillas para la construcción de enseres, hicieron de la desembocadura el lugar ideal para el comercio entre las poblaciones del interior y de la costa. Por todas estas razones fue este paraje de la des-

embocadura del Guadalhorce el lugar elegido por los fenicios para asentar uno de sus primeros poblados en el Cerro del Villar, complementado con un segundo asentamiento en la falda de Gibralfaro, junto a la desembocadura del Guadalmedina, origen de la ciudad de Malaka. Corría el siglo VIII a.n.e. y el poblado del Cerro del Villar fue creciendo hasta convertirse en una auténtica ciudad, abandonándose dos siglos más tarde. Las recientes excavaciones llevadas a cabo durante la construcción de la segunda pista de vuelo del aeropuerto han puesto de manifiesto cuatro periodos de ocupación fenicia, desde el siglo IX a.n.e. para la más antigua hasta el siglo VI a.n.e. para la más moderna. A los que tenemos que sumar los restos aparecidos de distintos asentamientos romanos que van desde los siglos I hasta los inicios del siglo IV d.n.e. Para acabar este ya largo tránsito por el Guadalhorce en busca de sus lagunas, permítanme los lectores traer a estas líneas el recuerdo de una pequeña y coqueta laguna de nuestro río. Se trata de un pequeño remanso anónimo al que quizás sea muy presuntuoso llamar laguna, pero que mantiene una lámina de agua permanente que sirve de refugio a las aves y los patos que se cobijan entre sus juncales. Dicha laguna se sitúa en Villanueva del Rosario, a la derecha del inicio del camino del Brosque, y bien podríamos denominarla como la laguna del Ventorro, en referencia al paraje en el que se asienta.

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Laguna de El Ventorro. Villanueva del Rosario

Zorro común Foto: Eduardo Alba

Nuestra pequeña laguna tiene una extensión aproximada de 6000m de superficie, siendo su cuenca tributaria la hoya que forman las lomas de El Pañero al norte, las de Galeras al oeste y la Fresnedilla al sur. Estas lomas, pobladas en su día de monte bajo y matorral, vertían las aguas sobrantes a la pequeña hondonada que se forma a sus pies, dando lugar a un humedal con una mínima lámina de agua libre de tipo estacional. El destrozo originado por el faraónico proyecto del campo de golf Valle del Rosario, actualmente frustrado, eliminó la capa superior vegetal de dichas lomas, incrementando notablemente su coeficiente de escorrentía, lo que ha hecho crecer el humedal hasta la situación actual, con una capa libre de agua más que notable. De la mano del aumento del caudal ahora permanente, han aparecido pequeñas manchas de juncales y carrizales que dan cobijo esporádico a distintas aves, anátidas y batracios. La laguna del Ventorro vierte sus aguas sobrantes por desbordamiento de su vaso al este, mediante un pequeño regato intermitente que se dirige al arroyo de Carrizas, que discurre al pie oeste del talud de la carretera A92–M, y que se une aguas abajo, allá por el Cortijo de la Viña, al arroyo del Indio, vertiendo sus modestos caudales al río Guadalhorce. Destrozado el bosque mediterráneo y el olivar que la cobijaba, fruto de la especulación y la codicia de unos pocos, hoy la laguna del Ventorro se nos

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muestra huérfana de la arboleda de antaño. Su presencia, como una lágrima a los pies de una estructura fantasmagórica de hormigón y ladrillo, parece invitarnos a reflexionar sobre las continuas agresiones que practicamos a la naturaleza, al tiempo que la vida que bulle en sus juncales insufla un halo de esperanza a todos cuantos transitan por su ribera. Por ello qué mejor epílogo para este artículo que las palabras de Antonio Machado escritas junto a la Laguna Negra soriana: …agua transparente y muda que enorme muro de piedra, donde los buitres anidan y el eco duerme, rodea; agua clara donde beben las águilas de la sierra, donde el jabalí del monte y el ciervo y el corzo abrevan; agua pura y silenciosa que copia cosas eternas; agua impasible que guarda en su seno las estrellas…


FUNCIÓN SOCIAL de las PRESAS Luis Morales Calvo Ingeniero Técnico de Obras Públicas, Luis Morales Calvo ha desarrollado casi toda su actividad profesional en las Presas del Guadalhorce, desde abril de 1968, cuando se incorporó al equipo de la Administración que construía la presa de Guadalhorce–Guadalteba, hasta diciembre de 2013, cuando se jubiló como Asesor Técnico de la explotación del conjunto.

Introducción Las presas y sus embalses asociados tienen, como casi todo, ventajas e inconvenientes pero parece que éstos prevalecen sobre aquéllas en la opinión pública, posiblemente por una deficiente (o incluso inexistente) política de comunicación de la administración hidráulica. Sirva este artículo como modesta presentación del panorama hidráulico en España, de la función social que cumplen las presas, en general, y las Presas del Guadalhorce, en particular, terminando con una, seguro que discutible, disquisición sobre el futuro del valle del Guadalhorce.

Ardales y su presa Ardales es una localidad que sabe bastante sobre la problemática ventajas/inconvenientes de las presas: En el año 1921, el embalse creado por la presa de El Chorro (actual Conde de Guadalhorce) inundó parte de sus mejores tierras de labor para rentabilizar un aprovechamiento hidroeléctrico situado en término municipal de Álora y para mejorar los regadíos existentes en el valle medio e inferior del Guadalhorce. Podría decirse que en ese reparto de ventajas e inconvenientes del que se hablaba en la introducción, le tocaron solo los segundos. No obstante, después, también se ha beneficiado por el desarrollo de usos recreativos y del aprovechamiento turístico generado en torno a la presa y su embalse de forma que estos elementos forman parte importante del patrimonio de Ardales a los que, seguro, no estaría dispuesto a renunciar ningún ardaleño.

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La presa de las Tres Gargantas está situada en el curso del río Yangtsé en China. Es la planta hidroeléctrica más grande del mundo

Posteriormente, a principios de los años setenta del pasado siglo, se construyó la presa de Guadalhorce– Guadalteba, cuyo embalse inunda terrenos en términos municipales del propio Ardales, Teba, Campillos y Antequera. Esta presa se explota conjuntamente con la de Conde de Guadalhorce en un conjunto denominado como «Presas del Guadalhorce».

El agua como bien ¿escaso? Resulta obvio que el agua es un elemento imprescindible. Sin ella no habría vida y de su escasez o abundancia depende directamente el nivel de desarrollo de las sociedades. Se habla de que es un bien escaso a pesar de que en el planeta que habitamos existen 1.400 millones de km3 de agua. Aunque solamente poco más del 3% sea agua dulce, sigue siendo muchísima agua. Podría considerarse que es un recurso prácticamente ilimitado a escala de las necesidades humanas. Los que resultan realmente limitados son los recursos necesarios para adaptar el agua, tal como se da en la naturaleza, a estas necesidades. En las sociedades modernas, el agua, tal como se presenta en la naturaleza, no es directamente utilizable por el hombre, normalmente. Hay que captarla, elevarla, transportarla, almacenarla, potabilizarla y distribuirla y todo este proceso vale dinero. Estamos hablando del aprovechamiento de agua dulce natural tomada de embalses, ríos, lagos, acuíferos etc. También puede plantearse, asumiendo costes mu-

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cho más altos, el tratamiento de aguas saladas en plantas de ósmosis inversa que pueden convertir en potable hasta el agua del mar o la depuración por métodos convencionales de las aguas residuales, procedentes de las alcantarillas de una ciudad, hasta convertirlas en aguas aptas para su uso en regadío o, incluso, para el consumo humano. Con agua residual tratada se están regando gran parte de los campos de golf existentes en Andalucía y la normativa vigente establece que todos los que se construyan en el futuro utilizarán exclusivamente este recurso. Todo esto es factible y, por ello, estimamos que el agua es un bien prácticamente ilimitado. Pero, como se decía antes, los que sí resultan limitados son los recursos necesarios para adaptar el agua, tal como existe en la naturaleza, a las necesidades humanas. Aunque puede resultar muy variable, en función de las circunstancias, puede estimarse que adaptar el agua residual al regadío supone un coste de 30– 40 céntimos de €/m3 y potabilizar un m3 de agua de mar puede salir por 60 ó 70 céntimos de €. Incluso en un país desarrollado como el nuestro, estos costes resultan prohibitivos para determinados usos y solamente pueden asumirlos actividades altamente productivas como el golf o la agricultura de primor. No hablemos ya de países subdesarrollados o en vías de desarrollo en los que no se dispone, siquiera, de medios para realizar las obras de infraestructura necesarias para adaptar al uso humano el agua existente en la naturaleza.


El ciclo natural del agua

tes del invierno para utilizarlos en el verano y, ya de paso, si se hacen más grandes estos depósitos, podrán almacenar el agua sobrante de los años muy lluviosos para utilizarla en los años en los que la lluvia es escasa. ¿Cómo se consigue esto?: Pues construyendo presas. Una presa es una barrera que se pone en el curso natural de un río para crear un embalse que, en principio, no es sino un gran depósito de agua que facilita la adaptación del ciclo natural del agua al ciclo de las necesidades humanas. Esta primera función de las presas se llama regulación. Pero las presas sirven para muchas cosas más: Por ejemplo, si el embalse se conecta a un conjunto turbina–alternador (lo que se llama una central hidroeléctrica), se puede producir energía, mejor dicho, se puede transformar la energía potencial que tiene el agua en el embalse, que no nos sirve para nada, en energía eléctrica, que sí nos sirve. Otra gran utilidad de las presas es la protección de las riberas del río aguas abajo de su emplazamiento: Donde no hay presa, cuando se producen precipitaciones intensas, las riadas pasan por el cauce del río sin ningún control, provocando su desbordamiento y produciendo daños, a veces muy graves. A partir de la construcción de una presa en un río, ésta controla una parte de su cuenca y disminuye el efecto de las riadas sobre el cauce situado aguas abajo de su emplazamiento. Una presa bien gestionada,

De todos es conocido: El calor y el viento evaporan las aguas marinas y continentales, se forman nubes, estas nubes provocan la lluvia que cae sobre el mar o sobre la tierra, parte de ésta última se infiltra, otra parte vuelve al mar a través de la red fluvial y vuelta a empezar, evaporación, etc. En determinadas latitudes, este ciclo es más o menos continuo, es decir, llueve frecuentemente y no tienen problemas, si necesitan agua van a los ríos y la cogen porque éstos siempre mantienen un caudal. Pero en otras latitudes, la nuestra por ejemplo, no ocurre esto: Dentro del año hay unos meses en los que llueve y otros en los que no cae una gota y dentro de un período de años, hay algunos muy lluviosos y otros en los que apenas llueve. Ahí la naturaleza nos la ha jugado porque resulta que llueve cuando menos necesidades de agua tenemos y no llueve cuando nos hace falta el agua de verdad, en verano, cuando nos visitan más turistas, cuando hay que regar, etc.

Las presas y sus funciones Como ha quedado dicho, hay soluciones para todo, pero resultan caras. Hay que dejarlas para los casos extremos y aplicar primero la más barata, aprovechar el agua dulce que nos proporciona la naturaleza. Si en invierno nos sobra agua y en verano nos falta, lo que hay que hacer es crear grandes depósitos que nos permitan almacenar los sobran-

Embalse Conde del Guadalhorce

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teba sobre los ríos del mismo nombre. Estas presas regulan una superficie de 1.431 km2, la mitad aproximadamente de la cuenca total del Guadalhorce. Las funciones genéricas que se han enunciado antes para las presas en general, las cumplen de la siguiente manera, en particular:

siempre repercute hacia aguas abajo caudales inferiores a los máximos que recibe, es decir, siempre minimiza el efecto natural de las riadas. Pero ¡ojo!, una presa controla solo una parte de la cuenca del río, hay otra parte que sigue sin regulación y que puede generar avenidas importantes sin que la presa pueda hacer nada por evitarlo. Más utilidades de las presas y sus embalses asociados: Los usos recreativos que, aunque secundarios, tienen su importancia: Baño, pesca, deportes náuticos, etc. etc. Aunque parezca mentira, los embalses españoles suman muchísimos más km de costa que el litoral marítimo, a pesar de que España es una península. Aquí vivimos al lado del mar y, a lo mejor, no se valoran tanto las posibilidades recreativas de nuestros embalses pero pensemos, por ejemplo, en un extremeño al que la playa más cercana le cae a 400 km. Allí, en Extremadura, donde hay muchos y grandes embalses, los han convertido en su playa y han desarrollado un aprovechamiento recreativo muy interesante. Y todavía hay más: Refrigeración de centrales térmicas, derivación de cauces, carga de aeronaves contra incendios….

Regulación: Los embalses creados por las Presas del Guadalhorce tienen una capacidad de 346 hm3, el agua necesaria para abastecer Málaga y regar el valle del Guadalhorce durante más de tres años, aunque en este periodo no cayese una gota de agua de lluvia. Se trata de embalses hiperanuales, o sea, de embalses diseñados para regular la aportación de los ríos durante un periodo dilatado de años. Esta característica permite hacer frente a los endémicos periodos de sequía que padece la zona en los que, aunque llueva muy poco o incluso nada, la atención de la demanda queda garantizada por el agua almacenada en los embalses durante los años húmedos. Producción de energía hidroeléctrica: Las Presas del Guadalhorce disponen de dos pequeñas centrales, una de 3.700 kw en Conde de Guadalhorce, explotada en régimen de concesión por Endesa Generación, y otra, de 5.000 kw de potencia, en Guadalhorce–Guadalteba, que explota directamente la Junta de Andalucía. Aunque, en este caso, la producción de energía es un aprovechamiento secundario, no deja de tener su entidad: La pequeña cen-

Las Presas del Guadalhorce Como ya se ha dicho, el conjunto de explotación denominado como «Presas del Guadalhorce» está formado por la presa de Conde de Guadalhorce, sobre el río Turón, y la presa de Guadalhorce–Guadal-

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tral de Guadalhorce–Guadalteba puede producir energía por un valor de facturación de 9.000 €/día. En años muy lluviosos, puede llegar a facturar cantidades cercanas al millón de euros.

rió un caudal importante, se llevó el puente metálico de la estación de Álora y produjo grandes daños en huertas, viviendas e infraestructuras y, lo más importante, se cobró dos vidas humanas. Pues bien, la riada la produjeron los arroyos de la margen izquierda del Guadalhorce, (De Las Piedras, Espinazo, Jévar, etc., etc.). Al embalse de Guadalhorce entró la mayor avenida registrada desde que se puso en servicio, con un volumen en 24 horas de 20 hm3 (la mitad de lo que se utiliza en una campaña de riego) y un caudal punta de más de 600 m3/s. El embalse disponía de capacidad suficiente para retener toda esa cantidad de agua y no se desembalsó ni un solo metro cúbico. Podemos imaginar lo que habría pasado si al caudal aportado por los arroyos se le hubiese sumado el que entró al embalse. Otro dato: En su ya larga vida, las Presas del Guadalhorce han soportado avenidas de hasta 2.000 m3/s de caudal punta. Raramente se han desaguado caudales superiores a 200 m3/s y el máximo caudal que han desaguado en su historia fue de 400 m3/s el 26 de diciembre de 1989, día en el que hacía un sol espléndido porque, además, cuando hay que aliviar los embalses porque están llenos y les sigue entrando

Protección de riberas: Las Presas del Guadalhorce han cumplido este cometido de forma ejemplar aunque, seguramente, las autoridades hidráulicas no han sabido transmitirlo a la opinión pública y, año tras año, ocurre que, sistemáticamente, se atribuye a la gestión de estas presas cualquier inundación que se produzca aguas abajo sin que nadie salga a desmentirlo. Por ejemplo, las varias inundaciones que ha sufrido la Barriada de Santa Amalia de Alhaurín, las ha producido el Río Grande, en el que no hay presas, y en ninguna de ellas han tenido participación las Presas del Guadalhorce que han permanecido con sus desagües cerrados. Otra cosa es que el principal factor que influye en la inundación de esta barriada sea su inadecuado emplazamiento. La noche del 27 al 28 de septiembre de 2012, cayó una tromba de agua sobre gran parte de la cuenca del Guadalhorce. En la zona de El Torcal se llegaron a recoger 300 mm. de lluvia . El río adqui-

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Diversos aspectos del embalse del Guadalhorce-Guadalteba y casa del ingeniero

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Desagüe del embalse Guadalhorce. Foto Thomas Reichel

Esquema de funcionamiento del embalse del Guadalhorce

Rutas del Jurásico a través de los embalses

agua, se procura hacerlo una vez que ha dejado de llover para que no se junte el agua que sueltan las presas con la que ha generado la lluvia en la cuenca baja. En fin, para comprobar este efecto beneficioso de las Presas del Guadalhorce, solo hay que preguntar a las personas mayores si las avenidas actuales del río se parecen a las que se producían antaño.

miento en las cercanías de la presa Conde de Guadalhorce. No resulta lógico que en unos embalses con casi 200 km. de costa se concentre el uso recreativo en poco menos de 2 km. Esto genera problemas de masificación, aparcamiento e incluso tráfico, en el acceso sur a las presas, en determinadas épocas del año haciendo imprescindible la intervención de la Administración para ordenar la actual situación. A tal efecto, se ha redactado un programa para regular y potenciar los usos recreativos pero, claro, no hay programa que no lleve aparejadas importantes inversiones y éste no es el mejor momento para ello. Habrá que esperar tiempos mejores.

Usos recreativos Se basan fundamentalmente en el baño, el picnic y la pesca y se concentran fundamentalmente en Parque Ardales, una zona gestionada por el Ayunta-

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Las presas en España España es uno de los países que mejor regulados tiene sus recursos hidráulicos y es el país del mundo que más presas tiene por habitante. Esto no es por capricho, ha sido una necesidad porque la escasez de nuestros recursos y el régimen irregular de nuestros ríos, nos han obligado a ello. En total tenemos algo más de 1.200 grandes presas con una capacidad de embalse de unos 56.000 hm3. Una de cada dos gotas de lluvia que caen en el país va a parar a un embalse. El grado de aprovechamiento es tal que casi se han agotado las posibilidades de seguir construyendo más presas porque en los emplazamientos que quedan crearían más perjuicio que beneficio. Por ejemplo, ¿puede imaginarse una presa en el río Guadalhorce a la altura de la estación de Cártama? Inundaría el AVE, el ferrocarril convencional, carreteras, pueblos, huertas…Sería un desastre. Pues algo parecido está pasando ya a nivel de todo el país. Eso de que somos el país del mundo que más presas tiene por habitante suena a que debemos ser ricos en agua, pero no es así. Tenemos los ríos que tenemos y con ellos hay que hacer el avío. Nuestro gran río es el Ebro que no pasa de ser un arroyuelo si lo comparamos con los grandes ríos del mundo: El Amazonas, el Nilo, el Paraná…Un ejemplo: La presa de Aswan, sobre el río Nilo en Egipto, crea un embalse de 169.000 hm3, es decir, este solo embalse tiene tres veces la capacidad de la totalidad de los 1.200 embalses españoles juntos y casi 500 veces la del conjunto de los Embalses del Guadalhorce.

El mayor embalse de España es el de La Serena, sobre el río Zújar en la provincia de Badajoz, y tiene una capacidad de 3.200 hm3, unas nueve veces más que el conjunto de los Embalses del Guadalhorce. Otra comparación: La central hidroeléctrica de Itaipú, situada en el río Paraná entre Brasil y Paraguay, turbina, de forma prácticamente continua, un caudal de 15.000 m3/s. Si pudiésemos arrimar este caudal al embalse de Guadalhorce–Guadalteba, lo llenaría en cinco horas y lo haría en poco más de una hora en el caso de Conde de Guadalhorce. En el aspecto energético, esta central de Itaipú tiene una potencia instalada de 14 millones de kw, o sea, la de 2.800 centrales como Guadalhorce–Guadalteba. Además, como este río mantiene el caudal todo el año, la central funciona siempre a pleno rendimiento con lo que, al precio que facturamos aquí la energía, podríamos calcular que produce más de 1.000.000 de euros a la hora. Itaipú podría abastecer de energía eléctrica, ella sola, a más de la tercera parte de España y podría sustituir a 17 reactores nucleares. Y esa no es la más grande. Es más grande todavía la central de las Tres Gargantas en el río Yangtsé, en China, que tiene 22,5 millones de kw aunque produce menos que Itaipú porque el caudal del río no le permite funcionar a plena potencia durante todo el año.

El futuro Si se pudiera importar alguno de estos ríos, se acabarían todos nuestros problemas, pero esto, por desgracia, no puede ser y tenemos que arreglarnos con lo que hay. Embalse de La Serena. Badajoz. Foto Feranza

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El futuro es incierto porque la demanda de agua aumenta y la capacidad de nuestros embalses disminuye año tras año: Los embalses se van colmatando por los arrastres sólidos que traen los ríos y se calcula que en España disminuye la capacidad de nuestros embalses unos 280 hm3/año, es decir, desaparece un embalse como Guadalhorce–Guadalteba al año por efecto de los arrastres sólidos. Como esta capacidad perdida cada vez es más difícil reponerla con la construcción de nuevas presas, el futuro tiene que ir por alguno de estos tres caminos o, mejor, por la suma de los tres: — Racionalización del consumo: Redes urbanas más eficientes, regadíos más tecnificados, etc., etc. — Reutilización de aguas residuales para aquellas actividades que puedan pagar la depuración. — Desalación: En aquellos casos en los que no haya más remedio (islas, Ceuta y Melilla…) o para abastecer actividades cuya rentabilidad pueda pagar los costes de la desalación. Pero cuidado con esto: En el levante español, para cultivos de invernadero, se han construido desaladoras de gran capacidad que están infrautilizadas porque el agua, al precio que sale, no les interesa a los agricultores. De todos modos, la desalación es una actividad contaminante por las grandes cantidades de energía que necesita y, por tanto, debe aplicarse solo cuando no haya otro remedio.

Planta desaladora por ósmosis inversa

— Hay otra cuarta vía que es la del trasvase de las cuencas del norte, excedentarias, a las del sur, deficitarias. Desde el punto de vista técnico no hay más problema que el alto coste de las infraestructuras necesarias. También habría que estudiar y corregir las posibles repercusiones medioambientales. Lo peor es que, además de los condicionantes técnicos y económicos, hay otros condicionantes de tipo político que son los que han paralizado los proyectos que estaban en marcha, fundamentalmente el trasvase del Ebro a Cataluña y a Levante. Dicen los aragoneses que si estas comunidades necesitan el agua

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para su agricultura, su industria y su turismo, que se establezcan estas actividades en Aragón que es donde está el agua. ¿Llevan razón? Ahí está el problema, para unos sí y para otros no. De momento las obras están paralizadas.

va por la competencia de países como Israel o Marruecos, bien por su tecnología, bien por su mano de obra barata. Hay que vender lo que otros no tienen y así se elimina la competencia. El valle del Guadalhorce es un paraíso en cuanto a paisaje, clima, situación, tiene agua en cantidad, un aeropuerto internacional a un paso, magníficas comunicaciones, tanto por carretera como por ferrocarril, la costa a tiro de piedra… y todo este conjunto de condiciones apunta a que su futuro puede estar en convertirse en zona residencial, sin abandonar la agricultura. O sea, lo que está ocurriendo espontánea y desorganizadamente de forma imparable. Da la impresión de que, salvo algunas (pocas) grandes explotaciones, las huertas sobreviven más con fines residenciales y recreativos que productivos. Se trataría de que la Administración potenciase y organizase esta transformación que, sin duda, acabaría redundando en una mejor vida para los habitantes del valle. Pero, como de costumbre, la Administración no solo no organiza y potencia esta lógica iniciativa ciudadana sino que la entorpece con disposiciones como la prohibición vigente de construir en el campo que no ha impedido esta práctica pero que obliga a la gente a estrujarse el ingenio y el bolsillo para saltarse la ley a la torera. Como se dice en la introducción, seguro que el nuevo enfoque que se esboza para la zona regable del Guadalhorce es muy discutible pero vale la pena considerarlo por la gran repercusión social que tendría.

El Plan Coordinado de Riegos del Guadalhorce Terminemos hablando sobre lo más cercano, el Plan Guadalhorce. Este Plan se puso en marcha en los años sesenta del siglo pasado y se llama coordinado porque exigió la intervención de varios Ministerios: El de Obras Públicas hizo las grandes infraestructuras, presas, canales y vías principales de comunicación, y el de Agricultura las redes de caminos de servicio y acequias, la preparación de los terrenos, la creación de nuevos pueblos, etc. Los objetivos principales del Plan eran dos: — Garantizar el abastecimiento de agua a la ciudad de Málaga. — Garantizar las dotaciones de los riegos antiguos del valle del Guadalhorce y ampliar la superficie regable desde las 4.000 ha existentes hasta 21.500 ha. El primer objetivo se ha cumplido plenamente: Málaga, por las obras de este Plan y por otras que se han hecho posteriormente, es una de las ciudades que mejor garantizado tiene su abastecimiento. El segundo objetivo ha quedado muy lejos de cumplirse: De las 21.500 ha previstas, se están regando apenas 9.000, con tendencia a disminuir. ¿Por qué? Da la impresión de que ha fallado la comercialización. En el mundo actual, producir no tiene problemas, lo que sí los tiene es vender. Los agricultores del Guadalhorce no han podido crearse su propio mercado y sobreviven como satélites de comercializadores de otras regiones. En estas condiciones, el fruto se vende cuando falta en estas regiones pero cuando no, o se queda en el árbol o se comercializa parcialmente a precios que no cubren ni los costes de producción. Esta situación se agra-

Asiento del Rey, donde firmó la terminación de las obras del Guadalhorce el 21 de mayo de 1921

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¿QUÉ VISITAR?

Ardales,

Carmen Fernández

un apasionante viaje en el tiempo La villa de Ardales, en la comarca del Guadalteba, custodia uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del sur peninsular. Su espectacular paisaje, dominado por el desfiladero de los Gaitanes, esconde las míticas ruinas de una ciudad encantada: Bobastro.

sugerencias

discurre sinuoso el río Turón. En esta tierra de siempre se ha cultivado trigo, cebada y garbanzos —dice Antonio, un agricultor ardaleño que sigue escrutando el cielo cada mañana a pesar de estar jubilado. Antonio habla con desenvoltura de los pros y los contras de estos cultivos que conoce tan bien, pero ignora el gran estupor que causa comprobar que eran los mismos cereales y legumbres que plantaron los primeros agricultores de Ardales hace miles de años.

Las hélices gigantescas de los molinos de viento coronan los montes que abrazan Ardales, un pequeño y pintoresco pueblo de la comarca del Guadalteba. Sus casas blancas se arraciman en pendiente sobre una pronunciada colina rocosa que despunta en mitad de un paisaje de cuento. Las lluvias de otoño cubren de pastizal la tierra de tonalidades ocres. En las colinas se extienden hileras de olivos grisáceos, y en los valles verdean los sembrados, entre los que

Castillo de Ardales

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Y es que, este pueblo malagueño ha estado poblado por el hombre desde la más remota antigüedad. En los centenares de yacimientos arqueológicos catalogados en la comarca, se han hallado multitud de vestigios de tan intenso pasado. Muchos de ellos se encuentran expuestos en el Centro de la Prehistoria de Ardales, un menudo edificio que da la bienvenida al visitante, frente a un coqueto jardín donde crecen macizos de margaritas y donde resuenan los versos de grandes poetas andaluces. En este museo, dentro de unas toscas vasijas de arcilla, se apilan montoncitos de semillas ennegrecidas, ¡cebada, trigo, habas y guisantes!, cultivadas hace más de 5.000 mil años por los primeros habitantes de Ardales. Los objetos de las vitrinas del Centro de la Prehistoria invitan a indagar sobre sus modos de vida: hachas y azadas de piedra, telares fabricados con toscos guijarros, amuletos, adornos, y ajuares funerarios, entre más de setecientas piezas originales. Llama la atención una mandíbula con algunos dientes derrengados que perteneció a «la abuela del Guadalteba», como reza en el panel explicativo. Son los restos óseos de una mujer epipaleolítica, hallados en la Cueva de Ardales. La Cueva de Ardales es un inmenso y sorprendente yacimiento arqueológico con una descomunal riqueza patrimonial. En ella habitaron los Neandertales y el hombre de Cromañón, hay restos de enterramientos con una antigüedad de 10.000 años a. C., y más de 1.000 muestras de arte prehistórico que inundan las paredes, techos y suelos de la cavidad. En el Centro de la Prehistoria es posible realizar una visita virtual a esta gruta y descubrir los inquietantes dibujos de figuras femeninas, de manos aerografiadas en negativo, y de un grandioso repertorio de animales: cabras, ciervos, peces, caballos, aves, toros, serpientes… Son las indelebles señales de los primeros artistas de Málaga —afirma Pedro, el director del Centro. Pedro lleva unas gruesas botas de montaña y un haz de linternas bajo el brazo, viene de hacer una visita guiada a un grupo de turistas interesados por la cultura y la ciencia. La cueva, también llamada de Trinidad Grund, está emplazada a cinco kilómetros de

(De arriba a abajo) Pinturas rupestres (uro, ciervo y yeguas). Centro de Interpretación. Guía de la exposición e interior de la Cueva. Vasija hallada en las excavaciones.

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Ardales A la cueva de Ardales sólo se puede entrar los fines de semana y en grupos reducidos, por ser un bien protegido. Cuesta pensar que allá, hacia mediados del siglo XIX, se convirtió en la primera cueva abierta al turismo en toda España. La sevillana Trinidad Grund, afincada en Málaga, la adquirió entonces y la acondicionó para la visita. Era un sugestivo complemento para el negocio de baños termales que tenía instalado en la vecina villa de Carratraca. A pesar de ello, la cueva cayó en un lacerante olvido hasta que, en 1985, volvió a abrir sus puertas como uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de la prehistoria, incluida en el prestigioso Itinerario Cultural Europeo «Caminos del Arte Rupestre». Desde la distancia, la villa aparece como un enjambre de muros encalados y tejas de barro, que se descuelga desde un gran promontorio rocoso conocido como la Peña. Para ascender hasta ella, primero hay que mirarla fijamente durante un instante y respirar hondo. Después se recomienda iniciar la subida de forma cadenciosa y pausada. El primer descanso lo ofrece la plaza del Ayuntamiento. Sus cálidos bares son el lugar ideal para reponer fuerzas, con la degustación de ingeniosas y elaboradas tapas. El bar Millán luce en sus paredes los trofeos conseguidos durante tres años consecutivos en el certamen «Tapeando en Ardales», un concurso organizado por el Ayuntamiento de la villa para incentivar sus virtudes gastronómicas. Son exquisitos bocados, como los rollitos de lomo de Sajonia, las vieiras a la Argentea, o las coles rellenas —de carne a la boloñesa en salsa de vino Málaga— puntualiza quisquilloso Francisco, el dueño del bar Millán, a quien este año le han desbancado del podio con un delicioso solomillo a la miel que se ha currado otro establecimiento. En Ardales son muy famosas las patatas fritas, —finísimas y crujientes, como de papel— asegura una ardaleña que se deshace en elogios

Diversos aspectos del pueblo. Camino a Málaga y Castillo de Ardales

Fotos: Paco Campos

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con otro de los productos estrella de la localidad: las galletas de almendra. La receta se remonta a la época de los árabes y está a la altura de los paladares más exigentes, como el del papa Juan Pablo II, recientemente elevado a los altares. El santo padre fue obsequiado con unas galletitas de Ardales que llevó hasta Roma una congregación malagueña y ya no pudo prescindir de tan divino placer. El principal ingrediente de las galletas son las almendras. —Antes se hacían en septiembre, con las almendras que se rebuscaban en el suelo después de la cosecha— dice Ingrid, que regenta la cafetería La tienda del turista. Su padre, Marcos, las hacía allí mismo, y fue el primero en comercializarlas. Ahora tiene ochenta y cinco años y continúa arrimando el hombro porque —a nadie le sale el merengue como a él afirma Ingrid. En los anaqueles de la tienda–cafetería se apiñan botellas de vino y de aceite, de miel, queso, de dulces caseros, y hasta ¡piquitos de renombre! Su marca comercial es la de «Piquitos Rubio», pero en todas partes son conocidos como los famosos «piquitos del príncipe», porque se degustaron en la boda de los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia. Desde la plaza del Ayuntamiento se avista el modesto campanario del convento de los capuchinos o de San Sebastián, una humilde construcción del siglo XVII cuyas celdas dieron cobijo al incansable misionero y beato Diego de Cádiz. Un destacable mural de azulejos en la fachada representa al beato con la típica barba luenga de los capuchinos y con la intensa expresión de espiritualidad que adoptaba su rostro cuando transmitía la palabra divina a sus multitudinarios seguidores. Desde aquí las callejuelas adoquinadas continúan su frenético ascenso hasta desembocar en la plazuela de la iglesia de los Remedios. El viejo templo de Ardales se alza airoso junto a la Peña, intentando su afilado campanario rivalizar con ella. Detrás del remozado aspecto barroco de su fachada, esconde la agradable sorpresa de una primitiva planta basilical, con tres naves separadas por gruesas columnas y arcos apuntados que sostienen un magnífico artesonado mudéjar. Hace tiempo que Juaniquina dejó de sacar brillo a las toscas baldosas de barro que tapizan el suelo del templo, de arreglar los jarrones de flores y de quitar el polvo a los altares de las capillas. Vivía Juaniquina cerca de la iglesia y llevaba consigo un pesado manojo de llaves de hierro con el que abría las puertas a todo el que quería visitarla, iniciando un particular discurso en el que mezclaba, allá y acullá, las «historias de moros» con las de su propia vida, o con las de la guerra civil, que también le tocó sufrir. En el interior del templo resuenan los ecos abultados de un ajetreo de cubos, escobas y fregonas. Es Paco, el nieto de la Juaniquina, que ahora se encarga de mantenerlo todo limpio y en orden, como hacía su abuela. Paco es Hermano Mayor de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y se encarga de adornar los altares y de vestir las imágenes de santos y vírgenes. Como digno heredero de Juaniquina,

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Iglesia de los Remedios. Foto: Paco Campos


Iglesia de Los Remedios, en Ardales: fachada, campanario, artesonado y nave principal

Fotos: Paco Campos

Paco señala los cercos ennegrecidos sobre las baldosas de barro, restos de las fogatas que encendían los refugiados de la guerra civil. También señala las muescas hechas en la barandilla del coro, que fueron recrecidas y reforzadas para evitar una fatal caída hacia el vacío de las personas allí hacinadas. Triste episodio en la historia de Ardales como en tantos otros lugares de la geografía española. La frialdad del espacio sagrado lo preside la diminuta talla de la Virgen de Villaverde, patrona de la villa. La Virgen apenas levanta veinte centímetros del suelo, pero es toda una obra de arte. Una delicada escultura, realizada en madera, en la que una imagen risueña de la Virgen parece ofrecer al niño que lleva en sus brazos. El taller del artista sevillano Juan Manuel Miñarro le ha devuelto su brillantez a la primorosa policromía que la cubre, y ahora luce en todo su esplendor cuando es llevada, en romería, hasta la cola del embalse del Guadalhorce, con acompañamientos musicales y cantos rocieros. Junto a la iglesia de los Remedios parte el camino, flanqueado de cipreses, que conduce hasta la cumbre de la Peña de Ardales. El promontorio de roca es todo un santuario de la historia, donde veneraron a sus dioses íberos, romanos, andalusíes y castellanos sin interrupción. Junto a ella salieron a la luz los restos de un cementerio musulmán, — en el transcurso de unas obras para hacer un jardín — afirma Salvador, que fue alcalde de la villa durante casi veinte años. Salvador se confiesa poco practicante, pero resulta difícil abstraerse de la fuerte carga simbólica del lugar. En él sobreviven los gruesos muros de un castillo reforzado por Omar ibn Hafsún, un rebelde mozárabe que tuvo la increíble osadía de proclamar un estado cristiano en el mismísimo corazón de la Andalucía islámica. La fortaleza, junto con otros numerosos baluartes, defendió la que era su plaza fuerte: la ciudadela de Bobastro. Las ruinas de este enclave, cuya leyenda rastrearon durante siglos sesudos arqueólogos e historiadores por la piel de la Península, se hallan emplazadas en el indómito paisa-

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¿QUÉ VISITAR? como un arco gigantesco, alcanzando más de dosje de las Mesas de Villaverde, a ocho kilómetros cientos metros de altitud. Las aguas indómitas del de Ardales. Allí, Omar ibn Hafsún abrazó el crisrío sortean la rocalla en las profundidades, modetianismo, cambió su nombre por el de Samuel, lándola con formas fantásticas, y las palomas bray formó un magnífico ejército de mozárabes cavías aletean rasantes en el espacio abismal. Una paces de plantar cara al mismísimo califato corpasarela de apenas un metro de ancho serpentea dobés. El rebelde converso acabó conquistando adosada a las paredes de piedra, suspendida sobre para los suyos un reino cuyos límites alcanzaban el precipicio. — El Caminito del Rey, que así se las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. En Bollama desde que Alfonso XIII lo cruzara hace casi bastro persisten las ruinas de una inquietante baun siglo, tiene ahora más de tres kilómetros de resílica rupestre, de arcos y columnas excavados en corrido — asegura Juan, el alcalde de Ardales, que la roca como bocas espectrales. Otro templo de no oculta su satisfacción y optimismo ante la perssimilares características se halló no hace mucho pectiva de un más que atractivo recurso turístico junto al alcázar que corona esta ciudadela, en la para la villa. Un bien que, sin embargo comparte cúspide de las Mesas de Villaverde. En ambas bacon la vecina localidad de Álora, ya que parte del sílicas debió oficiar sus ritos el papa que el proespectacular sendero está en su término municipio Hafsún nombró para su reino. Mucho y muy pal. La recuperación de tan singular trayecto, que grande era su ardor cristiano, ya que también fue ha dejado de ser considerado como el «más peliel progenitor de una santa: Argentea. groso del mundo», no sólo es un irresistible atracSin duda, es un fascinante lugar que destila histivo para los turistas y amantes de la naturaleza, torias y leyendas en noches de luna llena, cuantambién ha permitido devolver a los habitantes de do dicen que una bella dama recorre, envuelta en estas tierras una parte esencial de sus recuerdos, vaporosas sedas, estos parajes encantados. No en un precioso retazo de su historia. vano, coronando el cerro, hay un lago artificial con el apelativo de La Encantada. Sus aguas verdosas siRuinas de Bobastro y Mesas de Villaverde sean entre la aspereza del recon La Encantada. lieve, que se precipita en un Fotos de Isabel Dugo vertiginoso tajo hacia la any de Carlos Sieiro gostura por donde discurre el Guadalhorce. Para llegar hasta ella hay que desandar el camino y dar un largo rodeo entre los afilados cortantes del cerro del Almorchón y la sierra de la Pizarra. A poco se levantan a la izquierda unos soberbios farallones de piedra caliza que comprimen el curso en torrentera del río, formando el colosal desfiladero de los Gaitanes. La espectacularidad del paraje es avasalladora. Los estratos de la roca se cimbrean


sugerencias

¿QUÉ VISITAR? El entorno del municipio de Ardales ofrece una gran variedad de paisajes naturales de gran interés como

Desfiladero de los Gaitanes, El Almorchón, la Sierra de Alcaparaín en su parte norte y el río Turón. La sierra de Alcaparaín está situada a pocos kilómetros del pueblo de Ardales. el

José Mora Domínguez

Sierra de Alcaparaín La sierra de Alcaparaín posee laderas muy escarpadas, por las que fluye el agua de lluvia hacia sus arroyuelos, que son los que aportan el agua al río Turón, uno de los afluentes del río Guadalhorce. Esta sierra por sus formaciones calizas no solo aporta agua al río Turón en épocas de lluvias, sino también cuando estas han terminado, por medio de sus fuentes naturales, que son muchas, algunas de ellas están aportando agua todo el año. Al final del cauce del río Turón, podemos encontrar la presa Conde del Guadalhorce, dicha presa se construyó desde el año 1914 al 1921, por el ingeniero Rafael Benjumea. La presa es la encargada de regular sus aguas, las cua-

SIERRA de

y río

ALCAPARAÍN

TURÓN

les se utilizan para abastecer a la ciudad de Málaga y regar las huertas del Valle del Guadalhorce. Tanto en la sierra de Alcaparaín como en el río Turón podemos encontrar una gran variedad de flora y fauna autóctonas, por nombrar alguna flora tenemos las orquídeas. Una representación de ellas son: Ophrys atlántica, Ophrys tenthredinifera, Ophrys lutea, etc.

Ophrys tenthredinifera

Ophrys Atlántica

Ophrys lutea


Una breve descripción de estas orquídeas: sus maravillosos colores y sus figuras espectaculares, imitando insectos. La labor de polinización, que han realizado estas plantas durante millones de años, imitando la forma y los colores de los insectos para atraerlos, queda fuera de nuestra inteligencia y se lo adjudico a la madre naturaleza que es digna de admiración.

Ophrys tenthredinifera. Planta herbácea tuberculosa de hasta 60 cm. aproximadamente, con tubérculos subovoides, tallos glabros, coja en roseta basal, de tres a once flores rosadas, florecen de marzo a Junio. Crece en herbazales, claros de matorral, pedregales, formaciones arbóreas. Se encuentra en toda Andalucia.

Descripción de las orquídeas: Ophrys Atlántica. (Flor de abeja) Esta orquídea es una planta herbácea de unos 30 cm aproximadamente, con tubérculos subglobosos, tallos glabros, hojas en roseta basal, consta de una a nueve flores color pardo azuladas. Florecen de abril a mayo. Crece en pastizales, pinares y claro de matorral. Podemos encontrarla en Andalucía, bastante extendida en la provincia de Málaga; una pequeña representación en Grazalema (Cádiz) y la Alpujarra almeriense.

Ophrys lutea. (Abejera amarilla) Esta orquídea es una planta herbácea de unos 40 cm aproximádamente, con tubérculos subglobosos, tallos glabros, hojas en roseta basal, consta de una a doce flores color pardo amarillentas. Tiene su floración de marzo a mayo. Crece en herbazales, pedregales, encinares, quejigales, pinares y claro de Matorral. Podemos encontrarla en toda Andalucía.

AVES ACUÁTICAS DEL RÍO TURÓN En el río Turón hay una gran variedad de aves acuáticas: Focha, Ánade, Garza, Gallineta, etc. Fulica atra (Focha común) La focha común es un ave de unos 40 cm aproximadamente, su plumaje negro contrasta con su pico y escudete blanco de la frente, tiene ojos rojos y patas verdosas, con dedos largos. Su alimentación es de pequeños invertebrados acuáticos y terrestres, brotes de algas, plantas terrestres. Construye el nido entre carrizos, en el que pone de cuatro a diez huevos. Los pollos están en el nido solo unos días, pues salen nadando al poco tiempo, para seguir a la madre.

Focha común 165


Familia de ánade real

Anas platyrhynchos (Ánade Real) Los polluelos de ánade real nacen cubiertos de plumón negro y amarillo. El macho se diferencia por el pico amarillo, cabeza verde con collar blanco, pecho oscuro y parte inferior claras, en contraste con la parte trasera negra. En las alas una franja azul bordeada de negro y blanco. La hembra por el contrario carece de blanco en el vientre, pico manchado de amarillo, patas anaranjadas, plumaje moteado de marrón sobre fondo pardo rojizo. Anida en riberas, pastizales, etc. Su alimentación es omnívora.

ANFIBIOS Y REPTILES DE LA SIERRA DE ALCAPARAÍN

Salamandra jaspeada

Salamandra Salamandra (Salamandra jaspeada) La salamandra es parecida a una lagartija, con la cola corta. Mide de quince a veintiocho cm aproximadamente. Su piel es negra con manchas amarillas, que la hacen muy característica. Los hijos nacen activos. Se encuentran en aguas tranparentes, libres de contaminación y en bosques húmedos. Lagarto Ocelado

Lacerta lepida (Lagarto ocelado) El lagarto ocelado es el más abundante en nuestro territorio, mide de 60 a 90 cm. Se caracteriza por su corpulencia, cabeza ancha y triangular mas grande en macho que en hembra. Su piel es de tonos verdosos claro con abundantes marcas negras, sus costado tienen dos o tres hileras de manchas azules llamadas ocelos. Su hábitat normalmente en lugares secos y soleados, matorral, viña, olivares, etc. hiberna de noviembre febrero. El lagarto ocelado es omnívoro y muy voraz. La hembra hace una puesta de 17 a 20 huevos.

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¿QUÉ VISITAR? ÁRBOLES DE LA SIERRA DE ALCAPARAÍN En la sierra de Alcaparaín hay gran variedad de plantas, árboles , arbustos, matorral, etc. entre ellos podemos destacar: Pistacia terebinthus (Cornicabra) Arbusto del área mediterránea. Es una planta amante de la humedad y las sombras. Arbusto de hojas caducas, con forma más o menos ovada, en otoño adquiere tonalidades rojizas muy atractivas. En las ramas a causa de la picadura de un insecto se forman agallas con forma de cuerno de cabra. Flores agrupadas de colores rojizos y parduzcos. Florece de abril a junio. Pistacia lentiscus (Lentisco) Se encuentra de forma natural por las regiones mediterráneas. Matorrales densos en suelos profundos. No soporta las heladas. Arbusto o árbol pequeño, hojas persistentes de forma oblogolanceolada. Flores amarillas agrupadas, el fruto es una drupa globosa, primero rojiza y luego parda. Florece de abril a mayo; fructifica de septiembre a octubre.

(de arriba a abajo) Capellán Cornicabra Lentisco

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sugerencias

¿QUÉ VISITAR?

Paredes finales del desfiladero de Los Gaitanes

El Caminito del Rey y el desfiladero de Los Gaitanes del río Guadalhorce, en El Chorro. Un patrimonio Natural e Histórico de Málaga. Pedro Cantalejo Duarte Director del área de Patrimonio Natural e Histórico del Ayuntamiento de Ardales (Málaga)

El rey Alfonso XIII durante la inauguración de El Chorro

Situado entre los términos municipales de Ardales, Antequera y Álora, el desfiladero de Los Gaitanes es uno de los espacios naturales e históricos más emblemáticos de la provincia de Málaga. Emergido del fondo marino hace millones de años, forma parte de la Cordillera Bética a su paso por las tierras más al sur de la Península Ibérica. Su geología está conformada por grandes

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masas de rocas calizas y mármoles del Jurásico, muy estratificadas y en buena medida en posición vertical forzada, posteriormente y, por tanto, adosadas a estas rocas más antiguas, surgieron las montañas de areniscas y conglomerados, todas ellas de edad Miocena. Si importante es el impacto visual que producen estas formaciones rocosas, no menos relevante es el valor ecológico de tan singular espacio que puede entenderse mejor si lo apreciamos como un auténtico «nicho ecológico», teniendo en cuenta su verticalidad y el hecho de que tanto su entrada como su salida, están cerradas por sendos cañones: «las Gargantas de El Chorro». En este pequeño gran mundo de las rocas el agua es un componente agresivo pero imprescindible, es ella la que ha modelado, con el paso del tiempo y su esfuerzo químico, un paisaje único y «singular» textualmente. Y orilladas junto al río, o encaramándose a sus paredes, la vida se ha hecho un hueco en las verticalidades estratificadas. Numerosas plantas rupícolas, algunas endémicas y un rico elenco de fauna que vive a distintas alturas, han sobrevivido en este territorio hostil al ser humano. Aunque precisamente

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nosotros, los humanos, hemos nacido para conocer sitios por muy complejos que sean y en estas gargantas se han encontrado yacimientos que demuestran, desde hace siete mil años, que los primeros grupos del Neolítico ya aprovechaban las cárcavas para pescar peces y las empinadas orillas para cazar cabras montesas. También se han conservado vestigios arqueológicos y arquitectónicos que atestiguan la presencia de los mozárabes (siglos IX y X d.C.) relacionados con la revuelta de Bobastro, encabezada por la familia Hafsún, contra el Emirato de Córdoba. En 1860, se puso en marcha el proyecto para salir de Málaga capital en ferrocarril, los diseñadores se fijaron en el desfiladero de Los Gaitanes, porque permitía atravesar los tres kilómetros de ancho del gran arco de montañas con varios pequeños túneles y no con un único gran túnel, tecnológicamente mucho más complejo. En 1864 ya funcionaba el tren cruzando los abismos, dando a conocer, desde las ventanillas de sus vagones, el interior de las gargantas a millones de viajeros durante más de ciento cuarenta años. El desarrollo de la energía eléctrica y los métodos que la vincularon con la hidráulica escribieron la penúltima de las páginas que los humanos rellenamos

Operarios en el Desfiladero. Año 1901


Al borde del abismo, en las cumbres del Desfiladero de Los Gaitanes

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¿QUÉ VISITAR? en estos desfiladeros. Muy conocido y bien explicado en otras páginas de esta misma revista: la regulación de los embalses, las obras de canalización, las centrales eléctricas y, sobre todo, la después famosa pasarela conocida como Camino o Caminito del Rey, aunque antes fue bautizada por los trabajadores y vecinos que la usaban cotidianamente como «los balconcillos», conforman una historia sin parangón de la ingeniería y la arqueología industrial del sur de la Península Ibérica. El atractivo técnico y el esfuerzo demostrado por los impulsores, entre los que destaca, sin duda alguna, Rafael Benjumea Burín, atrajo a políticos, artistas, periodistas, fotógrafos…, y, como consecuencia de toda esta difusión, terminó atrayendo a los primeros turistas, que venían a gotear adrenalina en unos parajes tan diferentes a los vinculados con sus objetivos: las playas y los chiringuitos. La falta de mantenimiento por parte de su concesionario (la compañía eléctrica) fue provocando un paulatino deterioro que convirtió la aventura en un peligro real y los accidentes registrados hicieron el resto, el Caminito del Rey se hizo impracticable, lo que provocó que el Ayuntamiento de Ardales reclamase a la multinacional eléctrica la finalización de la concesión y la devolución de la propiedad de la pasarela al municipio, iniciando un proceso de colaboración con las instituciones, que han cristalizado en la construcción de la nueva pasarela, promovida por la Diputación de Málaga, los ayuntamientos de Ardales, Álora y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Esta nueva infraestructura permite, tras más de treinta años, que la ciudadanía pueda, de nuevo, disfrutar de unos de los espacios culturales más potentes de Málaga: geología, ecología, arqueología, historia, ingeniería y, sobre todo, una experiencia única, poco repetible, salvo que el lector de estas líneas no se atreva a cruzar el puente colgante a más de cien metros de altura sobre el río Guadalhorce y, por tanto, tenga que volver por sus pies a punto de partida, repitiendo, al revés, las emociones vividas un rato antes. En cualquier caso, no puedo recomendar esta visita al Desfiladero de los Gaitanes, porque creo que deberíamos considerarla obligatoria, sobre todo a las personas que tenemos la suerte de vivir cerca o podemos desplazarnos hasta Málaga. No lo dude. Se sentirá orgulloso de recorrerlo y de ser uno de los primeros de los últimos.

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Cruzando el puente colgante


sugerencias

¿QUÉ LEER? Gerásimo Arjona

De animales a dioses Breve historia de la humanidad

(«Hace 100.000 años, al menos seis especies de humanos habitaban la Tierra. Hoy sólo queda una, la nuestra: Homo sapiens»).

Yuval Noah Harari, nacido en 1976, es profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén y ha conocido el éxito mundial, sin campaña previa de promoción, con un extraordinario ensayo divulgativo, que no un libro de historia, sobre los principales hitos de la historia del Homo sapiens, desde su aparición hace 200.000 años hasta el momento actual; se trata de una reflexión sobre «la peripecia humana escrita con rigor e irreverencia ilustrada…que, sin embargo, no busca proselitismo», en palabras de Muñoz Molina, utilizando un lenguaje directo y desenfadado, no exento de humor e ironía, lo que constituye uno de los principales atractivos de la obra. La obra está dividida en cuatro partes: la primera (La revolución cognitiva) versa sobre los orígenes del mundo (surgimiento de la física, la química y la biología), la aparición sobre la Tierra del género Homo y su evolución hasta llegar al triunfal Homo sapiens sobre otras especies humanas, que quedarían extinguidas, y animales, a cuya aniquilación contribuyó de forma efectiva y definitiva mientras se producía una «revolución cognitiva» por la capacidad de Sapiens de crear ficción, de urdir ficciones: «crear seres imaginarios e inventar historias que nunca ocurrieron con una función imprescindible, crear lazos de lealtad y cooperación

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«la peripecia humana escrita con rigor e irreverencia ilustrada …»

mutua que abarcan más allá de la cercanía inmediata del parentesco y la tribu»; éste habría sido el elemento diferenciador y fundamento de la superioridad de Sapiens con respecto a otras especies humanas. La segunda parte (La revolución agrícola), por otros llamada neolítica, trata del tiempo en que la sociedad de cazadores–recolectores nómadas se transformó en otra de agricultores y pastores sedentarios, hace unos 10.000 años; durante esta etapa aparecieron organizaciones sociales complejas para ordenar la producción y la distribución de los excedentes de bienes,

lo que conllevó inevitablemente la jerarquización de los grupos divididos en estamentos superiores (reyes, sacerdotes, administradores, grandes propietarios) que dieron lugar a la discriminación del resto social mayoritario. Surge, entonces, el patriarcado, es decir, del predominio del hombre sobre la mujer, que las sucesivas ideologías han justificado como si fuera debido al «orden natural de las cosas», cuando ni es orden ni es natural. La tercera parte (La unificación de la humanidad) nos lleva a la Edad Moderna, que supuso la primera globalización y la aparición de los grandes imperios mundiales, como el español o el británico, basados en la ambición, en el dinero, cuyo nacimiento ha quedado explicado, anteriormente, de forma magistral, aunque las justificaciones empleadas fueron las de evangelizar, civilizar o democratizar a otros pueblos. Continúa Harari con un lúcido discurso sobre el nacimiento y desarrollo de las religiones, de los politeísmos con su gran dosis de tolerancia, frente a la gran dosis de fanatismo de los monoteísmos y sus consecuencias: la intolerancia para los que no aceptaran su verdad única, los antagonismos internos, las guerras en nombre de Dios (cruzadas y guerras santas, hoy «yihads»). Les adelantamos un ejemplo, históricamente, verificable: los emperadores romanos mandaron menos cristianos a los leones en tres siglos que los cristianos a otros cristianos a la muerte en sólo 24 horas, como las del día de San Bartolomé, en las guerras de religión de Francia, del 23 al 24 de agosto de 1572. La última parte (La revolución científica) reflexiona sobre los hallazgos científicos y tecnológicos de los últimos 500 años, entre los que se destaca a los que dieron lugar a la revolución industrial hasta los más recientes descubrimientos de la ingeniería genética, como la recreación de un cerebro humano dentro de un ordenador o la búsqueda, si no de la inmortalidad, sí al menos de la «amortalidad» implícita que supone el Proyecto Gilgamesh, actual buque insignia de la ciencia, y otras posibilidades abiertas a los modernos Frankensteins, para acabar reflexionando sobre las limitaciones de este nuevo poder del hombre que acelera el deterioro climático, que agrede a su propio hábitat, que se obsesiona por las cifras de la macroeconomía pero, al mismo tiempo, se despreocupa de la felicidad cotidiana de millones de individuos. Finaliza el autor con una pregunta: «¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?». Volvemos a repetir, no es un libro de historia, es una larga, amena y documentadísima reflexión sobre temas de los que todos hablamos, multitud de veces, en reuniones de amigos, normalmente, en la sobremesa; así pues, deseamos que sea placer de su degustación.

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DEPORTES

Va de

José Manuel Martos Aguilera Fulgencio Martos Aguilera

(I)

Senderos en la cuenca alta del Guadalhorce En los números 1 y 2 de la revista Desde el Alto Guadalhorce, escribíamos sobre fútbol. Hicimos referencia a un equipo de Villanueva del Trabuco de los años 60: el Empire. Por aquellos tiempos era el deporte que practicábamos los jóvenes y los niños. Algunos mayores, muy pocos, en sus ratos de ocio iban de caza. La pesca, sobre todo del cangrejo de río, que entonces abundaba en nuestro Guadalhorce, también se realizaba esporádicamente. Buscar setas, tagarninas y espárragos eran otras actividades lúdicas que también se practicaban. Los que dábamos patadas a un balón éramos incomprendidos por la mayoría de nuestros mayores. Ellos, que solían trabajar de sol a sol, en muy duras condiciones para conseguir un ínfimo salario, no entendían que pudiéramos divertirnos por el solo placer de correr detrás de una pelota. ¿Qué fruto se obtenía de ello? Los adultos no gastaban energías en balde a cambio de nada. Las energías se usaban para el trabajo o para una actividad que trajera algo a la mesa. Las aficiones de los mayores, en sus escasos tiempos de ocio, solían ser oír las corridas de toros por la radio o jugar a las cartas o al dominó. Los toreros sí eran admirados por aquellos hombres que habían librado una guerra y llevaban una vida tan dura. El torero

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era el símbolo de la virilidad. El hombre que se enfrenta a la fiera. La versión moderna del gladiador romano. Los tiempos han cambiado. Si los mayores de antes, dedicados por entero a trabajos corporales y con una alimentación sin el exceso de grasas y azúcares de la actual, no tenían tiempo ni necesidad de dedicar un tiempo extra al cuidado de su cuerpo para quemar las toxinas que generan la inactividad y el exceso alimentario, la población actual sí precisa del ejercicio para que el colesterol, el azúcar, la obesidad, la inactividad física profesional no pasen factura a su salud. El sedentarismo reinante ha provocado el resurgir alarmante de enfermedades cardiovasculares, antaño menos frecuentes. Ahora proliferan los gimnasios y las clases de yoga, de baile, etc. para tonificar el cuerpo y mantenerlo sano. Una de las principales actividades que se practican en la actualidad es el andar. Cada vez se ven más personas, por las mañanas y al atardecer, caminando en las afueras de los pueblos. Este ejercicio tan sencillo, que no precisa un conocimiento de reglas, ni unas cualidades físicas especiales, ni técnicas complejas, ni equipamiento —sólo un calzado cómodo—, se ha impuesto por sus beneficios saludables. Si a las bondades del andar sumamos la del pleno disfrute de la Naturaleza: respirar aire puro, observación de paisajes, posibilidad de ver animales en su hábitat natural, disfrute de vegetación, bosques, arroyos, lagunas..., en definitiva, estar inmersos en la Naturaleza, se entiende que se practique, cada vez más, una forma de andar: el senderismo. Por otra parte, los caminos rurales, tan usados en otros tiempos, corrían el riesgo de desaparecer, lo que podría conllevar que algunos lugares especialmente interesantes, bellos o insólitos, quedaran relegados a su observación solo por personal cualificado. El término municipal de Villanueva del Trabuco, como el de otros pueblos por donde transcurre el Guadalhorce, es espectacular: además del curso alto del río, la orografía es maravillosa: Sierra Gorda, San Jorge, Gibalto, La Carigüela, Jobo... nos ofrecen un sinfín de posibilidades de disfrutar de nuestro ejercicio. Hemos de agradecer la labor que están haciendo personas, entidades y administraciones para el rescate de estos senderos y la implantación de otros nuevos que facilitarán, a los nuevos usuarios, acceder a infinidad de parajes espléndidos para apreciar la belleza con que nos obsequia la Naturaleza. A continuación reseñamos seis senderos que discurren por la cuenca alta del Guadalhorce.

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Marcas y signos convencionales en la señalización de la Gran Ruta GR-7

GRAN RUTA GR–7, E–4.

En Villanueva del Trabuco y alrededores, son varias las rutas que los practicantes del senderismo pueden disfrutar. Quizás la más emblemática sea la Gran Ruta GR–7. Se trata de un sendero de Gran Recorrido, que en su nomenclatura europea es conocido como E–4. Es el mayor de los senderos europeos, arrancando inicialmente en el Templo de Apolo en Delfos (Grecia) y finalizando en Tarifa, provincia de Cádiz. Últimamente, este sendero ha sido ampliado por los dos extremos. Así, su inicio se ha establecido en Chipre y su final se ha alargado desde Tarifa, atravesando el Estrecho, hasta el Sáhara, uniéndose a otra ruta africana, la A–1, que, recorriendo el norte de África, enlaza Ceuta con el gran desierto, convirtiéndose de esta manera en el primer sendero intercontinental. Este sendero, que entra en Andalucía por La Puebla de Don Fadrique (Granada), se divide en dos ramales (el Ramal Norte y el Ramal Sur), comunicando pueblos de las provincias de Jaén, Córdoba, Granada, Almería, Málaga y Cádiz, y contando con 1.280 kilómetros de sendero señalizados. Ambos ramales confluyen en el pueblo malagueño de Villanueva de Cauche prosiguiendo, ya en sendero único, hacia tierras gaditanas pasando por el Torcal de Antequera, por el desfiladero de los Gaitanes en el Chorro y por Ronda. El ramal norte atraviesa la zona de la Sierra Norte de Málaga, comunicando a las poblaciones de sus siete municipios (Archidona, Cuevas Bajas, Cuevas de San Marcos, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Rosario, Villanueva de Tapia y Villanueva del Trabuco) y siendo una auténtica vía de comunicación senderista. Cinco son los tramos que recorren esta zona, variados todos ellos en cuanto a orografía, paisajes y ecosistemas. Pasamos a comentar los dos que transcurren por los pueblos de Villanueva del Trabuco y Villanueva del Rosario.

Entrada por Alhama de Granada

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1. GRAN RUTA GR–7, E–4. TRAMO IV El tramo IV es el que llega hasta la Plaza del Prado de Villanueva del Trabuco procedente de la Plaza de España de Villanueva de Tapia. Con una longitud de algo más de 30 kilómetros, pasa por la Fuente del Fresno (punto 5 del perfil), el Chorrillero (6) y la Fuente de la Chocilla (8), antes de llegar a Villanueva del Trabuco. Perfil del recorrido del tramo IV.

Recorrido del tramo IV.

Se trata del tramo más largo del gran sendero en nuestra zona. Atraviesa algunos parajes de encinares y la depresión del Guadalhorce, enlazando la vega granadina con los llanos de Antequera. Cuando se acerca a Villanueva del Trabuco lo hace por las estribaciones de las sierras de San Jorge y Gorda, donde se pone de manifiesto la omnipresencia de los pinares.

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2. GRAN RUTA GR–7, E–4. TRAMO V

El tramo V discurre desde Villanueva del Trabuco hasta Villanueva de Cauche. De 16 kilómetros de longitud, pasa por Villanueva del Rosario (3) y el Puerto de las Pedrizas (5) antes de llegar finalmente a Villanueva de Cauche.

Perfil del recorrido del tramo V.

Se inicia este tramo en la trabuqueña Plaza del Prado continuando por el carril del Gumeo sin dejar atrás los olivos prácticamente durante todo su recorrido. Se pueden contemplar en este recorrido las sierras de Camarolos, El Jobo, la Sierra de las Buitreras, el Alto de la Breña, Cerro Prieto y el Enebral antes de su última etapa en Villanueva de Cauche, a donde se accede tras el paso del Puerto de las Pedrizas que delimita las comarcas de Antequera y los Montes de Málaga.

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3. PR–A 353 SIERRA DE SAN JORGE Además de los tramos reseñados del gran Sendero GR 7, existen otras rutas de pequeño recorrido como las que mostramos a continuación. El sendero PRA–353 es un sendero circular ubicado en Villanueva del Trabuco, con apenas 10 km de longitud y con inicio y final en un lugar tan destacado y reseñable como puede ser la conocida Fuente de los 100 caños (1). A su través se pueden contemplar unas vistas generales de la comarca de la Axarquía (2) y de la cordillera Penibética (5) —Sierra Gorda, Sierra del Jobo y el gran Pico Chamizo—, la Laguna de San Jorge (3) y las cuevas del Sapo (4) y de La Sima (6).

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Perfil del recorrido del sendero PR–A 353 SIERRA DE SAN JORGE


4. PR–A 339 SENDERO DE LOS CAÑOS Este otro sendero de pequeño recorrido comienza en el Molino Jabonero, ahora convertido en hotel rural, ascendiendo por un carril terrizo, muy fácil de transitar, entre álamos y paralelos al río Guadalhorce. Atravesando pequeñas cortijadas esparcidas a lo largo del carril, en dirección a la zona conocida como La Higuerilla, y ascendiendo por un pequeño arroyo, se accede a la Fuente de los 100 Caños, a los pies de la Sierra de San Jorge. Continuando por otro carril, conocido como el Camino de Royales, en dirección Sur, y caminando entre los pinos se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas hacia Antequera, Sierra Gorda y Villanueva del Trabuco. Esta ruta coincide en parte con el anterior sendero PR–A 353 SIERRA DE SAN JORGE. Bordeando la Sierra de San Jorge, se llega hasta un cruce de caminos, donde aparece la antigua carretera de Alfarnate, y subiendo unos metros por ella, tras girar hacia la derecha, se comienza a descender hasta llegar a una antigua fuente con un abrevadero para el ganado, para girar hacia la izquierda, dejando el Cortijo de Chozos Breves a la derecha. En casi todo el recorrido nos encontramos con infinidad de pinos carrascos que, formando bosquetes en las faldas calizas de Sierra Gorda, aportan un poco de sombra al recorrido. Una pequeña pendiente conduce hasta el Cortijo Pérez (o fuente de Borreguero), que mantiene aún su actividad ganadera, donde el terreno se vuelve más arcilloso y más complicado de andar, sobre todo en la época de lluvia. Desde este cortijo, una antigua vereda «El camino de la Sierra», conduce directamente al pueblo de Villanueva del Trabuco, punto final de este recorrido.

Recorrido del PR–A 339

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5. SENDERO DE LA HOZ DEL ARROYO MARÍN, ARCHIDONA Este sendero discurre por uno de los parajes más emblemáticos de la comarca, la hoz del arroyo Marín. La importancia ambiental de este espacio natural se debe a varios motivos: el cañón fluviokárstico, el único pinar autóctono de la provincia de Málaga, un potente bosque en galería y la presencia de singularidades geológicas como el afloramiento de ofitas. El itinerario discurre por el estrecho valle (hoz) del arroyo Marín, afluente del Guadalhorce, en el que existe un bosque autóctono de pino carrasco (el más utilizado en las repoblaciones forestales malagueñas). La zona protegida ocupa unas 200 ha dentro del término municipal de Archidona.

Vista de la Hoz de Marín desde Archidona. Pedroserafin 181


Descripción del itinerario Hitos 1. Cantera. 2. Puente sobre el arroyo Marín. 3. Cortijo junto a la fuente. 4. Final del carril. 5. Final del camino que se adentra en la hoz.

Desde Archidona, por la carretera N 342, después del kilómetro 177, sale la carretera A–7202 a Villanueva del Trabuco. Después de recorrer dos kilómetros se pasa por un puente junto a una cantera. Se deja la carretera y se toma el carril a la derecha que atraviesa dicha cantera y que sigue el cauce del río por su margen izquierdo (el río queda a nuestra derecha). La cantera es el hito número 1 desde donde se puede iniciar el paseo por la ribera del río entre chopos y olmos. A lo largo de tres kilómetros pasamos por tres cortijos, el último en ruinas, para llegar a un puente que atraviesa el arroyo Marín, junto a una zona de mesas y bancos. Es el hito número 2. A partir del hito número 2 el arroyo queda a nuestra izquierda y la garganta se va haciendo cada vez más angosta hasta llegar a un cortijo abandonado, hito número 3, en el que el río describe una curva quedando los restos de una antigua huerta (membrilleros y otros frutales). A partir de este cortijo continúa el carril aproximadamente durante un kilómetro. Es una zona más umbría, sobre todo la margen izquierda por la que caminamos, con abundante vegetación de fresnos, olmos, chopos, álamos, sauces, mimbreras, higueras, acebuches, etc. entre los árboles y majuelos, rosales, retamas, torviscos, adelfas, etc. entre los arbustos. Al llegar al hito número 4 se acaba el carril, junto a los soportes de un puente en ruinas del que sale un camino por la margen derecha del arroyo y que puede seguirse unos 300 metros (hito número 5). Poco a poco se va haciendo cada vez más cerrado. Se trata de la parte más angosta e interesante de la hoz del arroyo Marín. La vuelta se realiza en sentido inverso a la ida. Es interesante también un camino alternativo que se puede iniciar entre los hitos 1 y 2, subiendo al cortafuegos que recorre el borde sur de la hoz y que permite una magnífica panorámica de esta.

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Elementos naturales del paisaje El arroyo Marín se encajona en terrenos del Triásico formados por arcillas, margas y yesos, con crestones de dolomías que forman los resaltes de las alturas de la hoz. La vegetación dominante en las laderas es el pino carrasco (pinus halepensis), el más abundante en las repoblaciones forestales de la zona mediterránea, por su resistencia al calor y a la sequía (puede desarrollarse con precipitaciones de 300 litros por metro cuadrado al año). Es capaz de colonizar suelos pedregosos, pobres, generalmente calizos pero también yesíferos. Sus acículas (hojas), acidifican el suelo menos que la de los otros pinos, por lo que contribuye a mejorar los suelos y a protegerlos de la erosión. En muchos lugares es la vía de recuperación para otros árboles y arbustos forestales. Por otra parte muchos suelos, dada su pobreza y sequedad, solo es posible reforestarlos con él. En la hoz de Marín este pino no es de repoblación, sino autóctono, es decir, que se da espontáneamente en la zona, siendo este bosque uno de los más importantes de la provincia con estas características. Es un árbol que puede alcanzar hasta 20 metros de altura, de crecimiento rápido y no suele superar los 200 años de vida. Sus hojas tienen entre seis y doce centímetros y están en grupos de dos, son de color verde claro y flexibles. Sus piñas (flores) masculinas, de menos de un centímetro se sitúan en las ramas bajas, en primavera sueltan el polen (si agitamos las ramas vemos desprenderse un polvillo amarillento) que es diseminado por el viento. Las piñas femeninas, de ocho a doce centímetros y forma cónica, permanecen varios años sobre el árbol. Al abrirse liberan las semillas (piñones, en este caso sin interés comestible) de medio centímetro y con un ala membranosa para facilitar su diseminación. Si el pino carrasco domina las laderas de la hoz, su fondo, es decir, las márgenes del arroyo están colonizadas por una abundante vegetación de ribera, formando un bosque en galería en el que destacan los fresnos, olmos, chopos, álamos o chopos blancos, tarajes, sauces, mimbreras, adelfas, majuelos, rosales, retamas, torviscos, tomillo, romero, menta, equisetos, juncos, aneas y un largo etcétera. La fauna, sin duda importante, es más difícil de localizar, aparte de los conejos que corretean tranquilos en las épocas de veda. Podemos citar la nutria, la jineta, la garduña, el zorro, etc. Entre las aves, el búho real, el águila perdicera, el azor, etc. Las aves de menor tamaño pueden verse y oírse continuamente a lo largo de todo el recorrido. Bibliografía: Por los caminos de Málaga Ed. AIRON / EDICIONES Autores, Arturo Fernández, Alberto Cuevas, Ernesto Fernández y Juan Antonio Valero.

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bebieron de nuestras fuentes

Francisco J. Álvarez Curiel, profesor y lexicógrafo

Miguel Ángel Navas

La Plaza de la Iglesia Me dirijo a casa de Paco Álvarez una lluviosa mañana de diciembre. Gracias a las nubes, se dibuja nítidamente el Morrón de la Aguililla tras el campanario de la iglesia de una plaza acogedora donde vive este saucedeño que tanto ama a su tierra y a sus gentes.

Foto: Miguel Ángel Navas 184


La siempre sonriente Eloísa, su mujer, me recibe amablemente y me indica que Paco debe estar en el bar de la esquina, en El Reloj. Allí me dirijo y encuentro a nuestro personaje, sentado en una mesa, jugando con tres amigos una partida de dominó: «Eres un tercio mu manzanillo. Como sigas jugando así no vamos a hacer ni las de Perete que, como sabes, son siete», le dice a su compañero que se sienta frente a él y que parece ser ha colocado una ficha que no es la mejor de las posibles. La conversación y los comentarios posteriores a la partida terminan entre risotadas y frases irónicas para el regocijo de la pareja ganadora. Todo esto en voz alta para que se entere toda la afición presente en el bar y con esa entonación musical y única que tienen los habitantes de Villanueva del Rosario. Su despacho es acogedor, luminoso. Está rodeado de fotos de sus seis hijos y siete nietos y, frente a él, cientos de libros, algunos por leer; y otros, escritos y publicados por Paco. Algunos libros son auténticos tesoros editoriales, como El Quijote Apócrifo, escrito por Alonso Fernández de Avellaneda. Especial cariño le tiene al libro Rubaiyat (cuatro estrofas) del poeta persa Omar Khayyam con delicadas ilustraciones. Escrito en cuatro idiomas, entre ellos el árabe. Es un regalo que le hicieron en Marruecos durante su estancia. No podían faltar los diccionarios de la Real Academia de la Lengua, de sinónimos y antónimos, Etimológico, de Gramática, de Dudas y, por supuesto, el Enciclopédico y varios bilingües. Bajo ningún con-

cepto se puede permitir el uso erróneo de la lengua y pegar un «escardillazo» como diría cualquier lugareño. Completan la estantería–biblioteca varios cuadernos de notas, libros en fase de lectura con separadores o marcapáginas elaborados por sus nietos; obsequios de instituciones, periódicos nacionales y marroquíes. Varios títulos de sus estudios enmarcados decoran la estancia; otros son de reconocimiento a su labor profesional y literaria. Me llama la atención la Mención Especial de Prensa en los IV Premios Andalucía de Periodismo con motivo del Día de la Comunidad.

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Infancia y juventud Francisco Jesús recuerda con cariño su infancia. Entonces no se llevaba control de asistencia ni los padres iban a visitar a los maestros con la beneficiosa asiduidad con que se acude ahora. Su padre, carbonero de profesión, le dijo un día: ¿Cuándo vas a ir a la escuela, que ya vas teniendo edad? A lo que el crío contestó con esa espontaneidad propia de los escasos años: «Yo, para qué voy a ir allí si ni siquiera sé leer ni escribir». El tiempo, que todo lo enmienda ha puesto a Paco en el lugar que le corresponde, no sólo por el estudio reglado, sino por el interés por todo lo que le rodea: personas, medio natural, carnavales, tradiciones religiosas y laicas… En los primeros días en que acudió a la escuela usó una lámina mineral de negra pizarra del tamaño de una «cuartilla». Enmarcada en madera de haya y un pizarrín como conjunto tecnológico le permitía dar rienda suelta a su precoz tendencia a la expresión escrita. La tecnología no para de evolucionar y la mina del lápiz recubierta de madera de cedro fue reemplazada por la tinta de una botella en la que se mezclaban unas pastillas negruzcas y agua de la fuente para recargar los tinteros de los pupitres de la escuela, y el plumín como complemento. Cursando el Bachillerato tuvo su primera estilográfica y al final de la carrera de Magisterio, la imponente máquina de escribir Hispano Olivetti, que le acompañó

durante sus estudios de Filosofía y Letras (especialidad de Filología Románica) en la universidad de Granada. Hoy, en su mesa de trabajo hay un ordenador de última generación con el que escribe y publica en su blog un par de veces por semana. Puede que algún día use una tableta, o tablet, para escribir o navegar por Internet debido a la portabilidad que nos brinda. Sería volver a algo parecido a la primitiva pizarra portátil con la que comenzó sus escritos (salvando las diferencias, claro). Los medios con los que nos expresamos cambian, la actitud, el estilo y el deseo de comunicar a los demás permanecen. Eso sí, potenciados por la experiencia y el bagaje que nos regalan los años cumplidos, los viajes, las horas de tertulia y conversación con los vecinos. No son solamente sus estudios y sus títulos, de Magisterio y catedrático de Instituto de Lengua y Literatura Españolas, los que le han dado un uso genial, hablado y escrito, de nuestro idioma: la principal cantera de léxico, voces, expresiones y refranes la tiene a mano con la conversación diaria con el vecindario.

Años de profesión Durante su labor profesional, en trabajo diario en el aula, construyó puentes fluidos por donde circulaba una corriente cultural del profesor hacia sus alumnos impartiendo la docencia y recibiendo de vuelta los resultados de la investigación de los mismos en su entorno cercano. Gran par-

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te de su actividad laboral como docente estuvo localizada en la zona nororiental de Málaga: en el colegio Velasco y Merino de Villanueva del Rosario, en el Instituto Luis Barahona de Soto de Archidona y en el Instituto Sierra de San Jorge de Villanueva del Trabuco, en donde desempeñó su labor docente durante siete años hasta su jubilación. Fueron años de suerte para los alumnos que pasaron por su clase, y para el autor del presente artículo por lo mucho que aprendí de él y los buenos ratos que compartimos. En equipo con otros compañeros y alumnos, escribió, durante esta época, la Antología de cuentos populares.


Fuera del horario lectivo ensayaba con sus alumnos la representación de obras de teatro clásico como La casa de Bernarda Alba; o en su pueblo natal, no sólo representa obras como actor unas veces, director en otras y autor también. En esta última

faceta podemos citar la obra Vamos al médico, representada por actores aficionados locales. El haber trabajado tanto tiempo por la zona le facilitó la recopilación de voces populares con la colaboración de sus alumnos y el trato diario con los vecinos le propició la publicación de multitud de escritos centrados en el vocabulario de su pueblo y de las tierras circundantes, o sea, del Alto Valle del Guadalhorce. Dos ejemplos de esta actividad editorial son el Vocabulario popular andaluz y el Cancionero popular andaluz. Paco Álvarez lee constantemente, dos o tres libros al mes. Comenta con satisfacción que siempre ha intentado inculcar en sus alumnos la afición por la lectura. Tiene la metódica costumbre de anotar en un diario de bolsillo las lecturas acabadas añadiendo anotaciones sobre contenidos, opiniones, curiosidades… Me sorprendió ver que dos de sus últimas lecturas fuesen una publicación francesa (L´inmoraliste, de André Gide) y otra belga. Durante su estancia en Marruecos perfeccionó el francés que inició en Bachillerato, idioma que domina a la perfección. También trabajó y disfrutó en Málaga capital durante ocho años en el Instituto de Huelin y en el de Sierra Bermeja, de Ciudad Jardín. Su estancia en Málaga le propició el contacto con los diarios locales y ambientes literarios. Colaboró escribiendo numerosos

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artículos con las revistas Jábega, Paremia y Mejorana. Durante esta etapa, y sin perder el contacto con el Diario Sur de Málaga, publicó artículos relacionados con otra de sus grandes aficiones: la gastronomía, colaborando con el gran experto y divulgador de la cocina malagueña: Enrique Mapelli. Sobre esta temática viajó por toda la provincia recopilando recetas y continuó escribiendo artículos culinarios en el mismo periódico. En 1998 intervino en el II Congreso Internacional de Paremiología, Córdoba, con una ponencia titulada Al revés lo habías, necio, de decir... o los refranes en el Quijote Apócrifo (La Paremiología es la ciencia que estudia los refranes y proverbios).

Marruecos Seis años de trabajo como asesor lingüístico en la Embajada de España en Marruecos dan para mucho. Como es natural en nuestro amigo, le llama poderosamente la atención los lazos que


unen el habla marroquí y la lengua española, por ello investiga y da a luz publicaciones en diarios como La Opinión de Rabat y La Mañana de Casablanca. En la revista Aljamía de la Consejería de Educación de la Embajada de España en Rabat de la que Francisco es coordinador publica el artículo Arabismos en el léxico andaluz y Unas notas sobre el refranero hispano–marroquí. En los Cuadernos de Rabat, también de la Embajada, elabora fichas de trabajo para los marroquíes que deseen ahondar en el Castellano como lengua extranjera. Una de ellas es relativa al Refranero español, y otra, ¿Dónde vas Alfonso XII? Allí tuvo tiempo para escribir algo que siempre tuvo en el corazón y hasta entonces no lo había podido hacer por falta de tiempo: Villanueva del Rosario. Historia y vida. Integrado plenamente en los ámbitos culturales de las dos ciudades en donde vivió participó en numerosas actividades relacionadas con el teatro y la Universidad. Unas veces como activo colaborador en seminarios, grupos de trabajo e investigación. Otras como conferenciante al amparo de la Universidad y pregonero de la imagen de España en el extranjero. Es ponente en el coloquio El siglo XVII hispanomarroquí con un trabajo titulado El cuento y el refrán: dos versiones de una misma historia. Publicación de las actas de Coloquios y seminarios nº 64, Rabat, 1997.

La Arqueología Aprendiz de todo y maestro de nada, así se define nuestro amigo cuando charlamos sobre su afición. Gran conocedor de las culturas que han pasado por nuestro Valle debido a su innata curiosidad. Ante todo, un profundo respeto a todo objeto o lugar que estuvo habitado en otro tiempo. Perteneció a seres como nosotros que se alimentaron, bebieron, labraron la tierra y se guarecían del frío. Nada es eternamente nuestro: mientras dura nuestra vida podemos decir que algo nos pertenece. Nosotros pasamos pero la tierra se queda. En todo el Alto Valle de nuestro río no hay rincón que no haya visitado Paco con intención de estudiar, fotografiar, datar en el tiempo. Esto le convierte en un guía de lujo para los estudiosos y especialistas en la materia. Tiene localizados docenas de puntos de interés, cuevas, refugios naturales, construcciones (o lo que queda de ellas), molinos harineros, batanes, vías de tránsito pecuario… desde la Prehistoria hasta nuestros días, pasando por los visigodos y romanos de los que ha quedado constancia por la cantidad de restos hallados que testifican su presencia en nuestras tierras. Francisco, en sus múltiples salidas al campo en busca de indicios de otras civilizaciones, ha ido encontrando enterramientos y curiosidades geológicas, como cavidades, grutas, rocas de origen ígneo o volcánico, tectitas y minerales que colecciona con cariño y metodología. En su casa, algunos recuerdos de pequeños útiles empleados por nuestros antepasados. Un par de antiguas columnas procedentes de Marruecos jalonan la entrada a una de las habitaciones de su casa.

Publicaciones Se relacionan a continuación los libros que ha editado, la mayoría de forma individual y algunos en colaboración con otros autores. En este apartado no se mencionan los cientos de artículos publicados en revistas y prensa, ocuparía mucho espacio. A lo largo esta entrevista se hace referencia solamente a algunas de ellas. —Coplas de Anastasio y Miguel Carneros, 1 y 2 —Coplas populares —Vocabulario popular andaluz —Cancionero popular andaluz —Cien fotos para el recuerdo —Supersticiones populares andaluzas (En colaboración) —Mil refranes y trece ensayos —Recetario de dulcería andaluza (En colaboración) —Los andaluces en el refranero (En colaboración) —Villanueva del Rosario: historia y vida —Antología de cuentos populares —El habla. Cuaderno editado por Nororma —La gastronomía. Cuaderno editado por Nororma

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Publica con frecuencia en su blog vía Internet. Puede verse en la dirección http://murretanrrequerre.blogspot.com.es/.

Televisión local Durante el redondo año 2000 participó como divulgador del saber popular, interviene en 49 programas emitidos por la cadena local de televisión SAUTECO. Tuvo gran éxito de audiencia, pues los saucedeños veían fotos antiguas, recordaban tradiciones, anotaban la receta ya olvidada de algún plato local y se sentían identificados con su pasado. Fue una etapa de feliz recuerdo en la que los vecinos acudían a su casa y le ofrecían fotos, le contaban alguna anécdota, refrán o reseña de la historia del pueblo. Enriquecedor al fin y al cabo para todos.

A día de hoy De vez en cuando algún vecino toca a su puerta para traerle alguna foto generalmente en blanco y negro. Suelen ser de alguna fiesta de tipo religioso o profano como carnavales, bandas de música, fiestas patronales, día de San Marcos, inauguración del mercado… todas son bienvenidas. Paco toma nota de los nombres de los personajes, fechas y cualquier dato relevante. Digitaliza la foto y la que verá la luz en cuanto pueda en su blog que refresca cada tres o cuatro días. Con la disciplina que da la metodología, agrupa las fotos por temáticas tan diversas como interesantes: Los Toros, las Comuniones, las Procesiones, El cante flamenco (del que es un gran conocedor y aficionado) y un sinfín de caracteres que dan color y personalidad a nuestra tierra. Es miembro correspondiente de la Real Academia de Artes Nobles de Antequera. Colaborador frecuente del Diario Sur (varios cientos de artículos) y otras publicaciones periódicas. Continúa recopilando recetas de repostería (a él le gusta más el vocablo dulcería). Independientemente de su actividad creativa en el orden literario, trabaja en la creación de un museo arqueológico y etnográfico local. Hay numerosos restos en todas las casas que dan de sí más que suficiente para la creación de dicho museo.

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A la pregunta final de que cómo le gustaría ver a su pueblo dentro de unos años, Francisco Jesús Álvarez Curiel contesta tajantemente y sin dudarlo ni un instante: «¡Cada vez más pueblo!» Me despido de esta cordial familia y dejo a Paco continuar con la lectura del libro que dejó sobre la mesa para atenderme: La isla de los jacintos cortados de Gonzalo Torrente Ballester. Fuera sigue lloviendo y además ha refrescado. «Abrígate, Miguel Ángel, que te vas a quedar «arrecío», que hace más frío que lavando rábanos» me dice desde la puerta.


Poemas de cierre Muchos establecen hoy similitudes entre la situación actual con la época de la Generación del 98, la generación intelectual y literaria que adoptó su nombre del llamado Desastre de 1898, la guerra por la que España perdió sus últimos territorios de ultramar: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam, que le fueron arrebatadas por los Estados Unidos. La derrota produjo un gran trauma nacional, un sentimiento de desmoralización e impotencia y una crisis cultural cuya expresión crítica fue la Generación del 98: Unamuno, Azorín, Baroja, A. Machado, Valle Inclán, Maeztu, Joaquín Costa… que propugnaban una regeneración política, económica e ideológica de la vida española frente al atraso social y político, cuya máxima expresión era el caciquismo; no sólo

se cuestionaba los cimientos de la Restauración política, urdida por el malagueño Cánovas del Castillo, sino la propia identidad de España: «¿Qué es España?» «¿A dónde va España?» En este ámbito, el gran poeta catalán, Joan Maragall (1860– 1911), casado con andaluza y padre de trece hijos, representante del interés de las élites cultas catalanas por regenerar a España para la modernidad, escribió en la más solemne de las composiciones líricas un canto a España reflexionando sobre su carácter y su Historia. De Salvador Espriu (1913–1985) le ofrecemos un poema de su libro más conocido, La pell de brau, 1960 (La piel de toro), cuya protagonista es Sefarad (nombre de España para los judeoespañoles), o mejor dicho, trata

Oda a Espanya (1898)

de las reflexiones del autor sobre el ser, el carácter y la historia de «La piel de toro». La mediocridad político– financiero–clientelar, que se sigue hoy respirando, la desilusión de la fraternidad soñada en las décadas en que se luchaba unidos e ilusionados contra el continuismo de lo peor de aquella España del 98, representado por la Dictadura franquista, vinieron a unir en el recuerdo a Joan Maragall y a Salvador Espríu por la certeza de que algo común, importante y no resuelto, mantienen ambos en el tiempo, y continúa aún, cuya solución debería tener en cuenta lo que ambos poetas anunciaban en sus textos. Gerásimo Arjona Bautista

Oda a España (1898)

Joan Maragall

Escucha, España, — la voz de un hijo que te habla en lengua — no castellana: hablo en la lengua — que me ha dado la tierra áspera: en esta lengua — pocos te han hablado; en la otra, demasiado. Te han hablado demasiado — de los saguntinos y de los que por la patria mueren: tus glorias — y tus recuerdos, recuerdos y glorias — sólo de muertos: has vivido triste. Yo quiero hablarte — de forma muy distinta. ¿Por qué verter la sangre inútilmente? En las venas — vida es la sangre, vida para los de ahora — y para los que vendrán: vertida está muerta.

Escolta, Espanya, – la veu d’un fill que et parla en llengua – no castellana: parlo en la llengua – que m’ha donat la terra aspra: en’questa llengua – pocs t’han parlat; en l’altra, massa. T’han parlat massa – dels saguntins i dels que per la pàtria moren: les teves glòries – i els teus records, records i glòries – només de morts: has viscut trista. Jo vull parlar—te – molt altrament. Per què vessar la sang inútil? Dins de les venes – vida és la sang, vida pels d’ara – i pels que vindran: vessada és morta.

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Massa pensaves – en ton honor i massa poc en el teu viure: tràgica duies – a morts els fills, te satisfeies – d’honres mortals, i eren tes festes – els funerals, oh trista Espanya! Jo he vist els barcos – marxar replens dels fills que duies – a que morissin: somrients marxaven – cap a l’atzar; i tu cantaves – vora del mar com una folla. On són els barcos. – On són els fills? Pregunta—ho al Ponent i a l’ona brava: tot ho perderes, – no tens ningú. Espanya, Espanya, – retorna en tu, arrenca el plor de mare! Salva’t, oh!, salva’t – de tant de mal; que el plo’ et torni feconda, alegre i viva; pensa en la vida que tens entorn: aixeca el front, somriu als set colors que hi ha en els núvols. On ets, Espanya? – no et veig enlloc. No sents la meva veu atronadora? No entens aquesta llengua – que et parla entre perills? Has desaprès d’entendre an els teus fills? Adéu, Espanya!

Demasiado pensabas — en tu honor y demasiado poco en tu vivir: trágica llevabas — a la muerte a tus hijos, te satisfacías — de honras mortales, y eran tus fiestas — los funerales, ¡oh triste España! Yo he visto los barcos — partir llenos de los hijos que llevabas — a que muriesen: sonrientes marchaban — hacia el azar; y tú cantabas — cerca del mar como una loca. ¿Dónde están los barcos? — ¿Dónde los hijos? Pregúntaselo al Poniente y a la ola brava: todo lo perdiste, — no tienes a nadie. España, España, — vuelve en ti, arranca el lloro de madre! Sálvate, oh!, sálvate — de tanto daño; que el llanto te vuelva fecunda, alegre y viva; piensa en la vida que tienes en derredor: levanta la frente, sonríe a los siete colores que hay en las nubes. ¿Dónde estás, España? — no te veo en ninguna parte. ¿No oyes mi voz atronadora? ¿No entiendes esta lengua que te habla entre peligros? ¿Has desaprendido a entender a tus hijos? ¡Adiós, España!

De La piel de toro (La pell de brau) (1960) Salvador Espriu Diversos son los hombres y diversas las hablas, y han convenido muchos nombres a un solo amor. La vieja y frágil plata se convierte en tarde parada en la claridad sobre los campos. La tierra, con trampas de mil finas orejas, ha cautivado a los pájaros de las canciones del aire. Sí, compréndela y hazla tuya, también, desde los olivares, la alta y sencilla verdad de la presa voz del viento: «Diversas son las hablas y diversos los hombres, y convendrán muchos nombres a un solo amor».

Diversos són els homes i diverses les parles, i han convingut molts noms a un sol amor. La vella i fràgil plata esdevé tarda parada en la claror damunt els camps. La terra, amb paranys de mil fines orelles, ha captivat els ocells de les cançons de l’aire. Sí, comprèn—la i fes—la teva, també, des de les oliveres, l’alta i senzilla veritat de la presa veu del vent: «Diverses són les parles i diversos els homes, i convindran molts noms a un sol amor».

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ANUNCIO CEDMA



desde el Alto Guadalhorce Publicación anual. Año IV. Nº 5 mayo de 2015

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