TORTELLA, CAPITALISMO Y REVOLUCIÓN

RESEÑA. Autor: Antonio Roldán Ponce
Vol. 1 / enero 2019 – INDICE

Tortella, Gabriel, Capitalismo y Revolución. Un ensayo de historia social y económica contemporánea, Madrid, Gadir, 2017, 581 pp. (ISBN: 978-84-94687-73-0)

 

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TortellaEl profesor Tortella, reconocidísimo economista e historiador, doctor en Derecho y Economía, catedrático emérito de Historia de la Economía, ha sido responsable de importantes entidades internacionales y ha ejercido la docencia en diversos países. Pero asimismo el profesor Tortella es un notable y prolífico escritor que puede ser considerado uno de los principales especialistas, entre otras cosas, en historia bancaria española y en historia de las instituciones financieras. Su obra, traducida a varios idiomas, se extiende durante más de cuatro décadas con títulos que son referencia obligada para todo aquel, especialista o lector interesado, que quiera profundizar en el conocimiento de la historia económica contemporánea. El conjunto de su obra cabe decir que demuestra el compromiso con un enfoque interdisciplinar de lo social. Esto es así ya en títulos tempranos como Los orígenes del capitalismo en España (Tecnos, 1973), su muy didáctica Introducción a la economía para historiadores (Tecnos, 1986), su magnífica monografía El desarrollo de la España contemporánea. Historia económica de los siglos XIX y XX (Alianza, 1999), y, también, en Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de historia social y económica contemporánea (Gadir Editorial, 2005).

     Acaso sea este último título el precedente intelectual del volumen que nos ocupa. Capitalismo y Revolución. Un ensayo de historia social y económica contemporánea es el eficaz resultado del objetivo de acercar al no especialista a la historia económica. Un ensayo de prosa clara en el que el lector se sumerge con naturalidad en la rigurosa erudición del autor en lo que constituye un placentero discurso intelectual; un casi diálogo dado el respetuoso trato que el autor da al que lee, evitándole todo tecnicismo o barbarismo innecesario.

     El texto explica la historia de los últimos 250 años (alguno más si consideramos las incursiones en la historia clásica o medieval de sus primeras páginas) desde una perspectiva netamente interdisciplinar. Es la visión generosa de un economista-historiador o de un historiador-economista. Porque la inteligencia no necesita de etiquetas y en este libro se imbrican ambas disciplinas, eludiendo de forma elegante el debate estéril entre los que no atienden, o entienden, el fenómeno complejo de la actividad humana.

     Al hojear las páginas de Capitalismo y Revolución nos encontramos con una sobria edición, compacta en sus contenidos y lógica en su estructura. El índice permite al lector acudir indistintamente a momentos concretos de la Historia en el caso que quiera satisfacer su caprichoso interés. A ello invita también un breve, aunque completo, índice onomástico. Sin embargo, este es un libro para leer de seguido. El autor hilvana información e interpretación desde las primeras líneas con un estilo amenísimo en el que el hecho histórico se engarza con el dato económico o estadístico y ambos con la crítica ideológica y la referencia anecdótica.

     Como dijimos, el lenguaje del autor es ajeno a la jerga y al tecnicismo. Es un texto trabajado y meditado que deja ver el ansia del autor por acercar el hecho económico y el contexto histórico a través de la intuitiva interpretación de lo que se cuenta: el porqué y cómo de la Historia con el qué de sus historias.

     El asunto nuclear de la obra es el proceso evolutivo de la historia y la concatenación de acontecimientos que determinan un cierto devenir, una inercia que aventura un porvenir. Por ello es inevitable que este libro, hablando de lo pasado termine haciéndolo sobre el futuro, atreviéndose a discernir una visión de nuestras posibilidades y nuestros retos.

     Entre las contribuciones de la obra, especialmente interesante resulta el concepto de revolución mundial. El texto desarrolla la explicación de dos de ellas. Esta “revolución mundial” integraría la revolución política, social y económica, pues, como el autor hace ver, los cambios sociales incitan desarrollos políticos que a la vez determinan transformaciones económicas las cuales iniciarían un nuevo ciclo. De tal manera que las diferencias entre naciones en un mismo contexto histórico se corresponden con diferentes fases en la evolución de las respectivas revoluciones menores. Por ejemplo, el autor diferencia entre revolución burguesa y revolución industrial, ambas dentro de la I Revolución Mundial, que en países como Reino Unido y Francia ocurrirían en diferentes momentos y a distintas velocidades: una industrializada Inglaterra que previamente hiciese su revolución política en el momento que Francia vivía su propia transformación política. Así, la política fiscal ya reformada de Inglaterra fomentó la actividad productiva pese a la existencia de una mayor carga impositiva para sus ciudadanos, mientras que en Francia unos impuestos menores con un sistema tributario ya desfasado serían causas del fin del Antiguo Régimen.

     En el análisis del siglo XX hasta nuestros días, el autor menciona una II Revolución Mundial en la que el capitalismo y la lucha de clases se diluirían en un nuevo modo de producción, denominado por el autor “socialdemocracia”, en el que las tesis de Keynes son asumidas por el aparato político para un proceso reformista que propiciaría el extraordinario avance económico, social y político de la Humanidad aunque no ajena a convulsiones y violencias.

    Acaso vivamos ahora la entrada en una nueva revolución mundial. Tras varias décadas de desarrollo sin precedentes, la Humanidad vive objetivamente su momento más feliz desde el punto de vista material de las condiciones de vida. Aun así, el autor advierte de los retos a los que nos enfrentamos para mantener ese progreso. Y en este sentido, el autor recupera la profecía malthusiana como fuerza motriz de un nuevo ciclo histórico: la sobreexplotación de recursos medioambientales por la humanidad superpoblada y desequilibrada en el acceso a esos mismos recursos (por ser más los que menos tienen).

     En fin, un libro que leer y releer. No tanto por la novedad de lo contado como por la clásica frescura de su interpretación de lo sabido.