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		ENTREVISTAS
		"Es importante dar a conocer historias pequeñitas pero importantes en la historia" Laura Contreras, actriz protagonista de Luz de Soledad María Elena González Iglesias,1 María Amezcua2 1Comité de Redacción de Temperamentvm; 2Área de Comunicación, Fundación Index, Granada, España Temperamentvm 2016; 24
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González Iglesias, María Elena; Amezcua, María. Es importante dar a conocer historias pequeñitas pero importantes en la historia. Laura Contreras, actriz protagonista de Luz de Soledad. Temperamentvm 2016, 24. Disponible en <https://www.index-f.com/temperamentum/tn24/t2402.php> Consultado el

    Laura Contreras es la actriz protagonista de "Luz de Soledad", la película que cuenta los inicios de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Ella encarna a Madre Soledad Torres Acosta, primera Superiora General de esta comunidad de religiosas fundada en 1851 para la asistencia a enfermos preferentemente de noche y en sus propias casas. Madre Soledad (Manuela Torres Acosta) fue una de las seis siervas fundadoras, la única que permanecería en la comunidad tras unos comienzos muy difíciles y cuyo tesón hizo posible la continuidad de las Siervas de María. A esa comunidad de religiosas debemos también el primer programa oficial para los estudios de Enfermería publicado en 1915 y a ella pertenecían las primeras estudiantes tituladas.

Laura es zaragozana, de ascendencia andaluza. Cuenta que ha recibido formación musical, de baile -clásico, contemporáneo y flamenco- y de interpretación. También ha estudiado Historia del Arte. Forma parte del grupo de flamenco-fusión China Chana, algo que compatibiliza con su trabajo de actriz. Ha hecho teatro, alguna serie de televisión y ha participado en películas como "Refugios", "Muchos Pedazos de Algo" y "La Novia". La vida en una congregación de religiosas católicas y el entorno sanitario eran para ella dos mundos casi desconocidos. Tampoco había interpretado en la ficción a una monja ni a una enfermera u otro profesional de la salud.

Laura.- Sí, es mi primera vez, nunca había hecho un personaje de este tipo, ni de monja ni de enfermera, nunca había hecho nada parecido. ¿El referente más cercano? Amigas que son enfermeras, otras que son médicos, y mi tía que también es médico. Y tampoco había tenido nunca relación con monjas y con el entorno religioso, no conocía a las Siervas de María más que de oídas, para mí ha sido todo muy nuevo.

Pregunta.- Tu madre, Maite Sequeira, es también actriz y con ella has interpretado el primer corto, "A tu vera", en 2008. Ahí, tu personaje tiene un poquito de enfermera...
Laura.- Sí, ahora que me lo dices, puede ser... Ese fue mi primer personaje, el primer cortometraje que rodé. Interpretaba a una mujer que cuidaba de su madre con Alzheimer... Fue bastante duro meterse en esas circunstancias, pero muy bonito a la vez, y muy interesante conocer de cerca esa realidad.

Pregunta.- Cuéntanos como fue tu elección para hacer el papel protagonista en esta película.
Laura.- Me enteré que estaban haciendo un casting en Valladolid, que buscaban actrices para la película; yo fui pero llegué por los pelos porque había estado y seguía enferma ese día, con fiebre; el día anterior tuve que ir al hospital por una infección. Pero decidí coger el tren e ir, no sé, porque algo me dijo que tenía que ir a hacer ese casting. Y unos meses después me llamaron y me ofrecieron el papel protagonista. La verdad es que me hizo muchísima ilusión porque era la primera vez que me ofrecían un papel tan importante, y con un personaje como Soledad.

Pregunta.- Y ¿cómo has construido el personaje? ¿Como te has puesto en la piel de una mujer del siglo XIX, Manuela (Madre Soledad), de clase muy humilde que decide entrar en una comunidad de religiosas y dedicarse a cuidar enfermos en sus domicilios?
Laura.- Lo primero que hice fue investigar sobre el personaje. Lo bueno de que Soledad (ella la llama así todo el rato) hubiera existido, que fuese un personaje real, es que tenía bastante información sobre su vida. Me leí en profundidad su biografía y luego me fui varios días con las Siervas de María. Estuve con ellas en el convento, horas y horas, hablando de Soledad y la verdad es que me dejaron hacerles todo tipo de preguntas, tanto a nivel personal como religioso. Y luego, como asisten en domicilios y sobre todo por las noches, me dijeron, claro, que no las podía acompañar pero me dejaron ver como asisten en la enfermería que tienen en el propio convento; allí cuidan a otras monjas ya mayores y enfermas. Estuve viendo y aprendiendo de cómo las trataban, cómo las asistían. Y me explicaron todo lo que hacen desde que llegan a la casa del enfermo, cómo se relacionan con él, cómo le tratan, cómo le hablan; quién es para ellas el enfermo, qué es lo que ven en él. Las Siervas me decían: "Para nosotras (el enfermo) es Jesucristo. Vemos el rostro de Jesucristo en cada enfermo". Y luego me explicaron: "Tú, cuando estés ahí piensa que cada enfermo es como si fuera tu padre o tu madre". La verdad es que me ayudaron muchísimo. Y luego, como actriz, haciendo un ejercicio enorme de imaginación, de meterme en la época, leyendo cosas de esa época, imaginándome cómo podía ser esa mujer, pasando por todas las circunstancias que tuvo que pasar. Me fui por Madrid, recorriendo los sitios por los que ella había estado, la calle donde nació, la plaza donde estaba el convento de las Dominicas, allí vio el cuadro de la Virgen de la Soledad que le inspiró para llamarse Soledad. Y muchas charlas con el director, Pablo Moreno. Así construí a Manuela-Soledad. Las Siervas que han visto la película dicen que han visto a Soledad, que se parece mucho. Y estoy muy contenta porque ellas son las que mejor saben cómo era Soledad.

Pregunta.- Y, en cuanto a tu personaje ¿qué destacarías de esa mujer? De Manuela, de la Madre Soledad como persona, como mujer y como líder que era en ese momento para las Siervas de María; aunque una líder bastante atípica porque las comunidades religiosas solían buscar mujeres, sino de la nobleza, sí de la alta burguesía, de familias con influencias. Y ella parece que siempre estuvo luchando a contracorriente ¿no?
Laura.- Es que la película se centra sobre todo en eso, en los comienzos de Soledad, en el momento en el que ingresa y los cinco primeros años de la congregación. Entonces, es muy bonito y creo que se refleja en la película cómo empieza siendo una joven, de familia humilde, como muy poquita cosa. De hecho ya de pequeñita estuvo muy acosada, se metían con ella por ser muy bajita; era muy tímida, bastante insegura, y cuando entró en la congregación seguía siendo así pero, poco a poco, con todo lo que tuvo que vivir fue cambiando. Cuando el padre Martínez se fue y la dejó al cargo, de Superiora, a mí lo que me impresionó fue la valentía que demostró, era la más valiente de todas. Creo que era como una madre para las demás, su capacidad de amar sin límites, su humanidad, también impresionante, y además se atrevía con los enfermos a los que nadie quería ni tocar. No tenía miedo a nada. Me llamó mucho la atención su valentía y la de las mujeres que la acompañaron en esos primeros años porque pasaron auténticas penurias; cuidaron a muchísimos enfermos, se enfrentaron a varias epidemias de cólera. Y también tuvo problemas en la congregación, internamente, con alguno de los padres espirituales y con alguna de las hermanas, todo esto se cuenta en la película. El conflicto con Magdalena que es como la antítesis de Soledad, es otra monja pero que viene, como tú decías, de una familia acomodada; era mucho más altiva, más sociable, tenía muchas más dotes para relacionarse. Y en esos círculos se valoraba mucho a alguien que tenía buenas relaciones para conseguir ayudas para la congregación. Y claro, Soledad no tenía nada de esto, nadie apostó por ella, pensaban que duraría muy poco y al final fue todo lo contrario; consiguió durar años y años, y la nombraban Superiora una y otra vez. A mí es un personaje que me ha marcado, de verdad.

Pregunta.- ¿Qué te llamó más la atención de su forma de cuidar y, sobre todo, de su forma de enseñar a las novicias, como maestra de novicias, la forma que tenía de enseñarles a cuidar a los enfermos?
Laura.- Lo primero, ella tenía una inquietud enorme por aprender, por saber cada vez más y por formarse, acercarse a lo que sabían, por ejemplo, los médicos, con los que trataba. Porque ella asistió también en hospitales. Tenía una curiosidad inmensa y se dio cuenta de que las Siervas no sólo tenían que cuidar y acompañar, sino que tenían que saber, tenían que aprender, adquirir conocimientos. Creo que esa es una de las cosas más importantes que aportó Soledad y, repito, lo que me ha llamado la atención de Soledad es que no tenía ningún miedo, no le daba asco nada. Y si lo tenía, no lo mostraba y lo superaba. Otras lo pasaban mal, lo pasaban peor según el tipo de enfermedades, de dolencias o de heridas. Trataba a los enfermos como si fueran su familia. Me parece muy difícil tener ese tipo de cualidades que tenía Soledad.

Pregunta.- ¿Y el Divino Enfermo? La imagen de Jesucristo enfermo que las Siervas de María tenían en sus casas.
Laura.- Sí, rodamos alguna secuencia con el Divino Enfermo. Las siervas me explicaron lo que era para ellas, para Soledad. Me contaron que lo tenían en el hogar de las Siervas desde los primeros años; leí que ella (Soledad) se pasaba horas y horas junto a él, y obligaba a las las novicias a contemplar también durante horas al Divino Enfermo y luego les explicaba que tenían que cuidar a los enfermos como si fueran Él. Que no sólo debían aliviar el dolor, sino también la soledad y la amargura del enfermo.

Pregunta.- Háblanos de la película, de su argumento, de lo que nos vamos a encontrar en ella y de lo que ha significado para ti.
Laura.- La película tiene como dos tramas, una trama actual en la que hay una sierva de María que va a cuidar a un enfermo a su casa, un hombre como muy desagradable, que es ateo, que no quiere ver a la monja ni en pintura... Ésta sierva, Sor Inés, está leyendo la vida de Soledad y empieza a contársela a la hija del paciente. Y entonces se produce un salto en el tiempo y empieza la historia de Soledad, cuando con 25 años decide hacerse monja, y entrar en esa nueva comunidad de religiosas. A partir de ahí se cuentan los 5 primeros años de su vida en la Congregación. Me parece interesante, el reflejo de las dos épocas, de cómo es una sierva en la actualidad e ir, de pronto, a contar los inicios. Además, tiene un enfoque bastante feminista, que resalta mucho el papel de todas las mujeres que aparecen en la película y eso me gusta mucho. Como mujer y como actriz, creo que es importante destacar a todas las mujeres que han tenido importancia en la historia porque son las grandes desconocidas, y me parece que tiene que haber más películas como ésta que den a conocer historias pequeñitas pero importantes en la historia.
    Me ha encantado conocer de cerca la historia de las Siervas de María, porque no las conocía. Bueno, sí las conocía de oídas, como a las Hijas de la Caridad y a muchas otras órdenes, pero no las conocía como las conozco ahora, y me parece que se merecen una película, que se reconozca el mérito que tienen y lo que han hecho, también por la Enfermería. Sé que a principios del siglo XX tenían que irse a Italia para obtener el título de enfermeras porque querían legitimar lo que hacían. Me sorprendió que fueran ellas quienes solicitaron el título en España porque, además, es una titulación laica.
    Espero que la película emocione al espectador que quiera asomarse a conocer la vida de ésta mujer, la historia de la Congregación, y que independiente del contenido religioso que evidentemente está, pues ellas fueron mujeres religiosas, con lo que se quede sea con esta historia de amor, de superación y de lucha.