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Resumen de El vidrio romano en el Conventus Carthaginiensis: comercio y producción

María Dolores Sánchez De Prado

  • Antecedentes En 1984 presentábamos, en la Universidad de Alicante, nuestra Memoria de Licenciatura sobre el vidrio antiguo en la provincia, nos involucramos por vez primera en el estudio de un material, que pese a su evidente interés ha sido postergado en la mayoría de las ocasiones en la investigación arqueológica española. El objeto de vidrio, muy escaso debido a su habitual reciclado y extraordinariamente frágil, suele aparecer muy fragmentado lo cual desde un principio dificulta su estudio pues, a veces, es difícil su identificación y clasificación tipológica, una de las causas que han hecho que, tradicionalmente, sea el gran olvidado entre los materiales de las memorias de excavación. Una excepción la constituye el recipiente procedente de necrópolis, que suele ofrecer un mejor estado de conservación, lo que ha facilitado su inclusión en las publicaciones arqueológicas. En aquel momento centramos nuestro estudio en los materiales depositados en los Museos Arqueológicos de la provincia, una búsqueda entre sus fondos nos proporcionó un buen conjunto de vidrios romanos, la mayoría inédito al proceder de antiguas colecciones o de excavaciones de las que apenas teníamos documentación, siendo, por otra parte, muy escasas las memorias y publicaciones en las que este tipo de objeto aparecía recogido. A pesar de todo ello, pudimos plantear un corpus preliminar del vidrio romano en la provincia de Alicante, un trabajo que sirvió durante un largo periodo como referencia para otros estudios peninsulares. Poco a poco, y a través de los años, fui adentrándome en el estudio del material, a través del análisis de interesantes materiales que, bien contextualizados, seguían documentándose en la zona. Entre ellos cabe destacar el estudio que realizamos sobre “el vidrio romano en el Conventhus Carthaginiensis” (2004a), que nos permitió obtener una visión global de esa presencia-ausencia de los distintos tipos documentados en este vasto territorio, un análisis que contempló tanto los sitios de hábitat como el mundo funerario. Por otra parte, el trabajo realizado sobre los distintos contextos procedentes de diversos yacimientos encuadrados entre la segunda mitad del siglo IV e inicios del VII d.C., permitió aproximarse a los diferentes repertorios que habrían sido usados, de forma habitual, durante ese dilatado periodo (2009). En definitiva, este trabajo se presenta como el resultado final de una línea de investigación que hemos ido desarrollando desde hace tiempo y que hoy, desde una nueva visión aportada por el gran avance del estudio del vidrio, sobre todo fuera de España, nos permite llevar a cabo el análisis de un material, como el vidrio, demasiado relegado en la investigación arqueológica hispana Objetivos:

    Nuestro principal objetivo es colocar en el lugar que merece el vidrio antiguo, y, en nuestro caso concreto, el vidrio romano. Un material que, dada su fragilidad y el que fuera, de forma habitual, reciclado, ha dificultado en gran manera su estudio, por lo que, en general, ha quedado apartado de las memorias científicas en nuestro país. En este trabajo se han incluido diversos yacimientos que han proporcionado interesantes conjuntos, lo que permite llevar a cabo una valoración global de este tipo de recipiente desde que comienza a registrarse en esta zona, a través de unos escasos testimonios, hasta que se generaliza su uso a partir de la segunda década del siglo I d.C. La evolución de esta artesanía, a través de la tecnologia empleada en cada modelo o a través de las distintas coloraciones relacionadas con la materia empleada, son puntos a tratar, junto con los diferentes repertorios que se irán utilizando en cada momento, referencia clave para el futuro investigador. Finalmente, es nuestro objetivo, además, establecer la procedencia de los diferentes tipos documentados, un origen que permitirá profundizar en las relaciones comerciales que mantuvieron estos enclaves, así como valorar el nivel social de sus gentes, un matiz que permiten evidenciar estos objetos altamente apreciados en la Antigüedad.

    Metodología:

    En cuanto a la metodología aplicada, se ha seleccionado el vasto territorio del Conventus Carthaginiensis, sobre el que ya trabajamos en estudios anteriores, perteneciente administrativamente a la Provincia Citerior Tarraconensis, con el rango de Conventus iuridicus. Dada su gran extensión territorial, nos hemos centrado en algunos yacimientos claves, por su entidad o por tratarse de excavaciones arqueológicas que nos permiten estudiar el vidrio en un contexto fiable. El marco temporal es amplio, pero era necesario a fin de analizar la evolución del vidrio romano desde las primeras producciones que llegaron a Hispania, cuando el vidrio era sinónimo de lujo y exclusividad, hasta época bajoimperial, un periodo en el que se observa cómo van emergiendo nuevos centros artesanales en la parte occidental del Imperio, y cuando se produce una clara estandarización del recipiente de vidrio, imponiéndose el uso de vajillas de características muy homogéneas que se divulgan en un mismo momento por vastos territorios, junto a ellas, productos salidos de talleres regionales o locales que van marcando una clara evolución hacia una calidad cada vez más mediocre, un proceso que culminará durante la Antigüedad Tardía.

    En cuanto a la estructura y contenido de esta obra, consta, principalmente, de cuatro grandes apartados: Parte I.- En este capítulo se trata el vidrio como materia, desde sus orígenes legendarios a su evolución tecnológica a través de los tiempos, hasta que la introducción del soplado, hacia mediados del siglo I a.C., produjo una verdadera revolución.

    Parte II.- En este capítulo se abordará un extenso y minucioso catálogo de cada uno de los yacimientos seleccionados. En primer lugar, se han incluido algunas de las grandes ciudades existentes en este territorio, su capital, Carthago Nova, Ilici, Lucentum. De su entorno más próximo, se analizan un edificio de tabernas documentado en Eliocroca y la villa de la Huerta del Paturro, en Portmán, dos recientes intervenciones con materiales bien contextualizados en época altoimperial. En el entorno de Ilici, una factoría de salazones identificada en el Portus Ilicitanus, que ha aportado interesantes niveles encuadrados en época bajoimperial. Además, para el estudio de este último periodo, nos aproximaremos al material procedente de las villas documentadas en el Albir, Alfaz del Pí, con una importante área funeraria, y el uicus de Baños de la Reina, en Calpe, dos interesantes enclaves. La Antigüedad Tardía está representada tanto por los niveles bizantinos detectados en el teatro romano de Cartagena, como por las excavaciones llevadas a cabo en el barrio alicantino de Benalúa. Otros criterios han sido los que nos han llevado a seleccionar dos pequeños asentamientos de la provincia de Albacete, y es que su situación cerca de la vía que va desde Carthago-Nova hasta Complutum, nos permite valorar las redes de distribución de unos productos que viajaban desde la costa hasta las tierras del interior, donde se emplaza una de las más importantes ciudades de Hispania, Segobriga.

    En el catálogo se describen detalladamente y se proporciona toda la documentación gráfica de cada una de las piezas recopiladas, ofreciendo, finalmente, una valoración del conjunto a estudiar.

    Parte III.- En este capítulo se aborda el estudio del vidrio durante época altoimperial (siglos I-III d.C.), tratando de contextualizar los tipos identificados en los diferentes conjuntos analizados.

    En el siglo I d.C. encontramos una gran riqueza de formas obtenidas por diversos métodos de fabricación, como sería el soplado, el moldeado e, incluso, el soplado en molde. Son piezas llegadas tanto de Oriente como de esos primeros talleres establecidos en Italia, de donde salen exquisitos recipientes elaborados en un vidrio polícromo o de vivos colores, diferentes modelos que serán característicos durante la primera mitad de esa centuria. Junto a formas muy corrientes, otras relacionadas con lujosas producciones, escasamente registradas. Hacia finales del siglo I, se impone un vidrio perfectamente decolorado, será entonces cuando comienza a fabricarse, mediante molde, una vajilla de “estilo internacional” y que habría de perdurar, al menos hasta el siglo III d.C. Junto a ella, vasos y otros recipientes auxiliares más corrientes realizados por el soplado al aire libre, realizados en esos pequeños talleres regionales que comienzan a funcionar en Occidente.

    Parte IV.- Siguiendo con el estudio y contextualización de los tipos, se aborda en este capítulo el periodo bajoimperial y la Antigüedad Tardía, momentos en los que se evidencias profundos cambios que afectan a esta artesanía, ya casi una verdadera industria.

    El siglo IV d.C. traerá nuevos repertorios, ahora la vajilla muestra tonos verdosos y se caracterizará por un borde siempre terminado en un labio cortado en aristas vivas, correspondiendo a un servicio de mesa que se mantiene durante todo el siglo V, cuando ofrece un tono muy homogéneo verde-amarillento. Será durante este periodo cuando en Hispania despegan numerosos talleres de vidrio, en activo en diversos puntos, dedicados a la producción del recipiente más corriente que es destinado a una clientela cercana y con un escaso poder adquisitivo.

    Durante la Antigüedad Tardía se imponen nuevas formas, que muestran, en estos momentos, un borde engrosado y que se mantienen, apenas sin cambios, entre los siglos VI-VII d.C. El servicio de mesa apenas incluye unos pocos recipientes, como un tipo de cuenco o plato, la copa y algún frasco. Un repertorio, cada vez más escaso, que encontramos tanto en ambientes domésticos como en los espacios funerarios, donde el vidrio es casi ya inexistente.

    Parte V.- Además, se planteará la situación actual ante la documentación de posibles talleres vidrieros en esta zona, une línea de investigación incipiente que está proporcionando interesantes resultados pero que precisa de una exhaustiva revisión del material documentado que permita distinguir las diferentes evidencias dejadas por estos talleres, encuadrar su etapa de actividad y, en la medida de lo posible, identificar sus líneas de producción.

    Parte VI.- Uno de los objetivos siempre perseguidos en los trabajos abordados ha sido establecer los diferentes repertorios que caracterizan las diversas etapas analizadas, las producciones más singulares, la composición y evolución de la vajilla de mesa en la que el recipiente de vidrio se integra desde inicios del siglo I d.C., siendo el vaso para beber la principal categoría representada. En análisis global permite observar cómo tras esa etapa de esplendor representada por las lujosas y singulares producciones del siglo I e inicios del II d.C., se observa una tendencia que eclosiona durante la Antigüedad Tardía cuando la vajilla se compone apenas de unos pocos tipos muy funcionales destinados a cubrir las necesidades más básicas en la mesa.

    Parte VII.- Conclusiones: Este trabajo ha sido un paso más para conseguir que el recipiente de vidrio sea valorado y su inclusión en las memorias arqueológicas sea un hecho habitual para el investigador. Muchas son las dificultades que, tradicionalmente, han influido negativamente en su estudio: su excesiva fragmentación y su escasa documentación a causa de un reciclado siempre relacionado con este tipo de material. Sin embargo el desarrollo de las investigaciones en este campo, sobre todo más allá de nuestras fronteras, así como nuevas concepciones en los análisis arqueológicos que conllevan una visión conjunta del material documentado en la actuación, permiten, en la actualidad, que el vidrio vaya despertando cierto interés, por lo que el futuro investigador precisa de estudios que ofrezcan cuál es la realidad de este material, que muestre las dificultades que entraña su estudio y cómo se resuelven, así como las interesantes matizaciones que permite introducir este objeto a la hora de valorar el nivel social y poder adquisitivo de su propietario. En definitiva, el recipiente de vidrio se revela como un singular objeto de comercio símbolo de lujo y significación social en una primera etapa, para comenzar a convertirse en una artículo corriente y cotidiano sobre todo a partir del funcionamiento de los primeros talleres vidrieros documentados en este vasto territorio, en plena etapa de actividad entre los siglos IV-V d.C., dedicados a la elaboración de recipientes básicos de bajo coste que permiten cubrir esas necesidades cotidianas, una tendencia que culminará durante la Antigüedad Tardía, una etapa en la que, en general, se constata la perduración de antiguas formas heredadas de la tradición romana.


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