Resumen de Tendencias y retos de la nueva generación de mujeres para frenar el despoblamiento: empleo, emprendimiento y turismo rural

Cesar García Pina

• español

  A lo largo de los últimos años ha surgido con fuerza el término reto demográfico para abarcar una serie de procesos políticos, ambientales, demográficos, sociales, productivos y culturales que están afectando al conjunto de los territorios rurales. Sin lugar a dudas, el fenómeno del despoblamiento está íntimamente ligado a la desagrarización. La dificultad de dotar de una razón de ser a territorios que han perdido el motivo por el que se originaron los conduce ante el dilema de reinventarse o, por el contrario, continuar con la senda que lenta pero inexorablemente los lleva a su desaparición. Así pues, bajo el término de reto demográfico lo que se esconde es lo que desde hace décadas se conoce como los procesos de desarrollo rural que se han impulsado para frenar el progresivo envejecimiento de la población, la masculinización en el medio rural y los impactos económicos que tiene el despoblamiento sobre el territorio, el medio ambiente, la cultura y la estructura social. A lo largo de una serie de artículos se va a avanzar en la comprensión de algunos de los fenómenos que conducen a favorecer el empoderamiento de la mujer en el medio rural (artículo 1) y a identificar las resistencias que frenan ese avance. A pesar de todo ello, se han identificado territorios exitosos en los que las mujeres se convierten en artífices de procesos de diversificación y generación de nueva actividad económica (artículo 2) generados a través de procesos de negociación que se producen en la esfera privada, y también en la esfera pública (artículo 3). En este proceso de negociación, además de ir redibujando la estructura económica del medio rural, las mujeres contribuyen con su diversificación a generar nuevos vectores de desarrollo para el territorio, incrementando el capital social, reforzando el proceso de tercerización de la economía y favoreciendo las conexiones entre el medio rural y el medio urbano. Para llegar hasta este punto, la investigación avanza desde el reconocimiento de la efectividad de las políticas de desarrollo rural, especialmente de LEADER, en su papel de generar nuevas oportunidades para el emprendimiento femenino y la generación de nuevas oportunidades vitales en el medio rural. La comprensión de los factores que llevan a la mujer a emprender y la descripción de los impactos que tiene para el territorio en términos de generación de actividad económica y empleo, en términos de apertura del medio rural y, sobre todo, en términos de articulación de los propios actores que configuran el territorio han permitido plantear como hipótesis que las sinergias establecidas entre el territorio, la transformación del papel desempeñado por la mujer en el medio rural, y la capacidad de la actividad turística para articular el proceso de reterritorialización de las zonas rurales, suponen la mejor explicación para los territorios exitosos. En esta evolución se ha identificado el concepto del “moldeamiento”, en el que, a través de canales de participación, se desplieguen procesos de desarrollo territorial de tipo abajo-arriba, en los que el territorio se convierte en un agente más, al ser el espacio físico y psicológico en el que tienen lugar las dinámicas de la mujer, tanto en la esfera pública, como en la esfera privada. Y es aquí, en la interacción con las estructuras patriarcales para promover nuevas actividades empresariales y turísticas, donde se produce el empoderamiento de la mujer, como fruto de un proceso de negociación para la incorporación de la actividad turística a la economía familiar, pero también en el proceso de construcción del destino

• English

  In recent years, the phrase demographic challenge has gained significant traction, as it encapsulates a series of political, environmental, demographic, social, productive, and cultural processes that are affecting rural territories as a whole. One of the most prominent issues that has arisen is the phenomenon of depopulation, which is irrefutably interrelated to deagrarianisation. The difficulty of imbuing a sense of purpose into territories that have lost their raison d'être has led to a predicament wherein they must face the dilemma of either reinventing themselves or succumbing to the gradual but inevitable path towards extinction. Thus, under the term demographic challenge, encompasses what for decades has been known as the rural development processes that have been promoted to counteract the negative effects of the progressive ageing of the population, the masculinisation of the rural environment and the economic impact of depopulation on the territory, the environment, the culture, and the social structure. This series of articles aims to elucidate several phenomena that have contributed to the empowerment of women in rural areas (Article 1), as well as to identify the obstacles that impede such progress. Despite the challenges, the emergence of successful territories where women have spearheaded diversification and created new economic activities has been observed (Article 2). Women have achieved these accomplishments through negotiation processes that take place both in private and public domains. (Article 3). In this negotiation process, in addition to redrawing the economic structure of the rural environment, women contribute with their diversification to generate new vectors of development for the territory. In doing so, they increase social capital, strengthen the outsourcing of the economy, and facilitate connections between the rural and urban environments. The research conducted herein commences with an acknowledgement of the efficacy of rural development policies, particularly LEADER, in creating novel opportunities for female entrepreneurship and the generation of new vital prospects in rural areas. The comprehension of the factors that motivate women to engage in entrepreneurship, as well as the assessment of the impacts of their activities on the territory in terms of economic activity and employment generation, the opening up of rural environments, and the coordination of the actors that constitute the territory, have facilitated the formulation of a hypothesis that posits the establishment of synergies between the territory, the alteration of women's roles in rural environments, and the ability of tourism activities to effectuate the process of reterritorialisation of rural areas as the most compelling explanation for successful territories. In this evolution, the concept of 'shaping' has been identified. Through channels of participation, bottom-up territorial development processes are deployed, in which the territory becomes another agent, being the physical and psychological space in which women's dynamics take place, both in the public and private spheres. And it is here, within the interaction with patriarchal structures to promote new business and tourism activities, that the empowerment of women takes place, as a result of a process of negotiation for the incorporation of tourism activity into the family economy, but also in the process of building the destination.