Resumen de La comedia documental
Xabier Ortiz de Urbina Arandigoien
LA COMEDIA DOCUMENTAL busca poner en relación dos conceptos históricamente alejados como son el cine documental y el humor. A partir de dicha puesta en relación se plantean, fundamentalmente, dos objetivos. En primer lugar, explorar las causas por las que el documental de esquema clásico y las llamadas vanguardias históricas como el cine directo, el cinéma vérité o el cine observacional muestran verdaderas dificultades para producir contenidos cómicos de una mínima solvencia. Como contrapunto positivo, se pretende atender a cómo el documental contemporáneo, (re)surgido a partir de la aparición de las cámaras digitales entre los años ochenta y noventa, cuenta con más posibilidades o con nuevas posibilidades de albergar contenido cómico, gracias a nuevas corrientes de documental que rompen con muchas de las constricciones de la tradición documental.
Para dar respuesta a estas cuestiones, partimos de la idea de que el documental, tal y como está concebido, cuenta con una inferioridad poética para la comedia. Es decir, reconocemos una mayor dificultad a la tarea de generar contenido cómico a partir de personajes extraídos de la realidad que hacerlo a través de actores. Dicha desventaja no tiene tanto que ver con la fugacidad de los hechos cómicos de la realidad frente al control de la narración por parte de la ficción –que también–, sino que tiene más que ver con que los hechos que se muestran en la película-documental son percibidos por el público como un fragmento de vida real, de manera que las pretensiones cómicas que parten de dicho material requieren de una mayor higiene ética. Sin embargo, debemos igualmente considerar algunas corrientes más radicales que se enmarcan dentro del terreno del cine documental. Hablamos de corrientes contemporáneas que sobre viejos cimientos construidos por autores como Flaherty, Vertov, Chris Marker o Basilio Martín Patino juegan a remontar imágenes ajenas o incluyen recursos narrativos como la animación, de manera que su solvencia cómica no tiene tanto que ver con un un cuidado extremo del tratamiento ético de los personajes de la realidad, sino que se basa en un alejamiento poético hacia contenidos donde se da cabida a la imaginación o incluso al ilusionismo fílmico. No cabe duda de que en estos territorios narrativos surgen nuevos orígenes y formas para el humor en la misma medida que este tipo de propuestas, entre las que destacan cineastas como María Cañas o Guy Maddin, marcan un distanciamiento radical respecto a la idea fundacional del documental. Para estas películas no se trata tanto de buscar lo cómico en la realidad, sino que se trata más bien de buscar lo cómico de la realidad.
