OBJETIVOS. Demostrar que la intubación enditraqueal en el niño es más fácil que en el adulto y hacer ver que la estenosis laringo traqueal no es siempre consecuencia de ella sino muchas veces de carácter congénito.
MATERIAL Y METODOS. Se han estudiado 7630 intubaciones de niños con edades entre el período de recién nacido y la adolescencia.
RESULTADOS. La intubación fue dificil, por mala visión de la laringe, en 59 casos, el 0,8% del total de intubaciones realizaciones. 44 fueron previstas y 15 imprevistas. En 11 casos, incluidos dentro de las situaciones clásicas de "via aerea dificil",la dificultad no se confirmó. En 9 niños que presentaban diversas malformaciones congénitas, especialmente cardíacas y que se intubaban por primera vez, la dificutad se debió a la imposibilidad de pasar por la subglotis el tubo adecuado a la edad.
CONCLUSIONES. La intubación pediátrica es más fácil que la del adulto.
La base de su éxito es el conocimiento de la peculiar anatomía del niño.
El estudio detallado de la configuración cráneo-facial es de gran valor en la predicción de la dificultad en intubar. Para la resolución de la misma es suficiente la ayuda del "colega experto" y la práctica de las diferentes formas de movilización de la laringe(BUCK-BURP).
No existe siempre correspondencia entre "sindromes catalogado de via aerea dificil" y dificultad real de intubación. La mayor incidencia de dificultad imprevista la presentan los niños de "faz rara", no claramente dismórfica pero si de rasgos que deben ser percibidos y valorados.
La existencia deuna estenosis laringo-traqueal congénita debe de diagnosticarse previamente a la intubación ya que se agravará por ella. Se sospechará si al intubar por primera vez, no pasa por la sublotis el tubo adecuado a la edad y su existencia se confirmará con prontitud por laringo-traqueo-broncoscopia.
Se sospechará sobre todo si el niño presenta diversas malformaciones con
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