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Resumen de La liminaridad en el rito de paso matrimonial

José Enrique Agulló Vicente

  • Van Gennep denominó ritos de paso a esos ritos que acompañan los tránsitos existenciales, tratando de dominar la incertidumbre del cambio y facilitando la asunción de las nuevas obligaciones que exige su próximo estado. Estos ritos presentan según dicho autor, una estructura trifásica (ritos preliminares, liminares y postliminares) y un carácter procesual. Siguiendo la recomendación de Van Gennep de no interpretar los actos rituales aislados de sus secuencias generales si deseamos alcanzar su sentido propio, considero la liminaridad, que es el objeto de estudio, en la trama ritual de la boda y su descripción.

    Será sobre todo Victor Turner, en 1967, con su trabajo en torno al ritual de los ndembu de Zambia, ¿La selva de los símbolos¿, y en 1969 con su libro ¿El proceso ritual¿, quien progresara en la noción del rito de paso, especialmente en la noción de liminaridad. Para Turner el simbolismo que rodea a la persona liminar está lleno de isomorfismos y metáforas con significados como disolución, desorden, muerte; o tierra, gestación, nacimiento. El estudio de la liminaridad que aquí presento está orientado en función del actor y centrado en hechos concretos, que nos permiten el acceso empírico a las estructuras significativas: el rito de paso matrimonial, en los últimos 50 años, en la Comunidad Valenciana. Para ello se han realizado entrevistas abiertas, semidirigidas, y focalizadas, siendo estas dos modalidades últimas, las 42 entrevistas a las que hace referencia directa el trabajo, número que hemos considerado suficiente para tratar de identificar los elementos esenciales de la liminaridad. Así mismo, bajo las pautas del método comparativo he podido subrayar la estructura permanente del rito, sus significados esenciales, pese a sus distintas adaptaciones contextuales en las formas externas, a lo largo del periodo precedente y del delimitado en la investigación.

    En este trabajo se busca entrever la liminaridad performativa e interior de los que pasan el rito, para no quedarnos, únicamente en las perspectivas de las relaciones sociales formales de los participantes. El esquema de separación (muerte simbólica) y agregación (iniciación a la nueva vida) aparecen continuamente en todas las secuencias del ritual.

    Un episodio liminar es un conjunto de acciones en torno a un núcleo de actividad que forma parte de la operación total del rito de paso matrimonial. En él se genera el ambiente y circunstancias propicias para que la transformación liminar prolifere. El episodio suscita trabajos, cargas y emociones que generan en los novios unos estados liminares: unos estados de gnosis, purificación e instrucción. Los estados liminares permiten vivenciar desde la interioridad la transformación en casado.

    Como consecuencia, los novios son forzados a cambiar de comportamiento y de cultura mediante una interioridad propicia al casamiento. Este proceso instructivo viene impartido, fundamentalmente, a través de la experiencia y vivencias liminares, en las que hay muy poca instrucción teórica. La liminaridad ofrece resolver la dificultad de crear un matrimonio e introducirlo en una comunidad, articulando individuo, unión esponsalicia y grupo, bajo un contexto de costumbre, tradición y cambio. Este hacer de la liminaridad consiste fundamentalmente en una acción, en una interacción de los novios entre sí, de los novios con sus familias, de los novios con su grupo social, y en una respuesta frente a los otros y frente a las situaciones que concurren en la preparación y celebración de la boda a lo largo de sus episodios.

    La determinación y declaración de casarse bajo formas formales o informales, abre la estancia liminar para los novios. La liminaridad significará acortamiento de la distancia, el crecimiento de la intimidad, que es donde se elabora lo doméstico. El régimen binario del ritual (casado/no casado) impele resolver cuanto antes la hibridez que exhiben los novios bajo los dos códigos vigentes, el de la soltería y el del que se casa.

    Los principales episodios liminares en los que se opera la metamorfosis de los novios en casados y que en este trabajo se describen densamente son: la entrada en la liminaridad, las despedidas de soltero, la habilitación de la vivienda-hogar, la organización de la boda y del banquete nupcial, el viaje de novios y la imagen liminar (compuesta fundamentalmente por el vestido, el peinado y la fotografía). Son novios hasta aquí, justo hasta el momento en el que abandonarán su ser errante, que es lo último que muere en las transiciones. El espacio del tránsito, se condensa hasta desaparecer cuando se llega a la nueva sede, una domesticación del viaje que lo finaliza y en la que se guarda memoria del viaje en el álbum fotográfico.

    En resumen, la liminaridad es viaje configuratorio, hacia el estado de casado, ritualizado dentro de una comunidad. En la liminaridad se transita, no se permanece, porque en ella se da la marginación, durante una trayectoria articulada en la que se busca ralentizar el paso hasta que el neófito-novio complete su descontaminación de soltero y su mutación en casado. La liminaridad es actividad, la de los episodios liminares, pero no pura actividad, es un estado interior provocado por esa actividad en el que se opera la metamorfosis. La interioridad facilita la comprensión, la instrucción y la respuesta adecuada para dejarse transformar.


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