El aborto es un problema social multifactorial de compleja solución. Instaurarlo como un derecho humano de salud y reproducción, debilitaría e incluso extinguiría el Estado de Derecho Social. Lograr una reducción de la tasa de abortos y una prevención eficaz de embarazos no deseados, imprevistos o previstos, así como en caso de enfrentarse a un caso de estos, optar por alternativas que respeten la vida de la persona desde el inicio de su concepción, requiere primordialmente un cambio cultural que permee los principales ámbitos implicados: educación, sanidad, legislativo y medios masivos de comunicación.
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