A través de una compilación e intento de integración de las distintas teorías que han estudiado los sistemas semióticos del teatro y el cine a lo largo de la historia, describo en este trabajo los elementos que los integran: elementos subjetivos (emisor y receptor), elementos objetivos (los signos, los mensajes ¿la obra dramática y la película¿, los códigos y los lenguajes, así como el canal y el contexto) y elementos práxicos (los procesos de expresión y recepción). Distingo en ambos, como lenguajes complejos, el plano del contenido y el plano de la expresión, ambos compuestos, a su vez, de materia y de forma. Y elaboro una aproximación a la teoría de los códigos que conforman ambos sistemas, incluyendo tanto los códigos específicos como los no específicos.
Una vez establecidas estas bases, he descrito las transformaciones sustanciales que se producen al adaptar una obra dramática al cine tanto en la materia de la expresión (visualización y audición directas o mediadas a través de la cámara y los micrófonos) como en su forma (paso de los códigos específicos dramáticos a los códigos específicos cinematográficos), examinando también los elementos que pueden permanecer inalterados tanto en la materia como en la forma del plano del contenido. Los cambios en el plano de la expresión, que dan lugar a las diferencias específicas en el lenguaje cinematográfico, son examinados incidiendo en los aspectos más destacados que tienen lugar en esa transformación: la modificación del tratamiento espacial y del diálogo, es decir, del código lingüístico hablado, así como de los códigos paralingüísticos íntimamente ligados a él: la prosodia, la cinésica y la proxémica.
Con el objeto de elaborar una teoría de la adaptación, he efectuado una transposición al cine del método para el estudio dramatológico creado por José Luis García Barrientos, estableciendo equivalencias y divergencias y examinando las peculiaridades de cada uno de los lenguajes, apoyándome no solo en la teoría, sino en ejemplos prácticos y, en particular, en el Macbeth de William Shakespeare y en tres de sus mejores adaptaciones cinematográficas: las de Orson Welles, Akira Kurosawa y Roman Polanski. He tratado, además, de esbozar algunas pautas para la adaptación y de aportar un estudio de la recepción de ambas artes y de sus diferencias sustanciales, que se basa y apoya tanto en la teoría como en una encuesta que realicé sobre este tema en junio de 2010.
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