En la primera parte del trabajo se revisa y sintetiza lo que ha sido y es la Educación de las Personas Adultas, las características de su alumnado, las principales teorías y modelos que han investigado el aprendizaje del adulto, el profesorado de la educación de las personas adultas, su perfil y competencias profesionales, la intervención psicoeducativa, planificación y evaluación de programas, la intervención intelectiva y socioafectiva y su justificación en la educación de las personas adultas. En la segunda parte o estudio empírico (investigación cuasiexperimental pretest-postest), se diseña y se desarrollan dos programas instruccionales:
Programa I: Aprender a Aprender (Educación Intelectiva) Programa II: Aprender a Sentir (Educación socioafectiva).
Como conclusiones principales se constata que si en la educación de personas adultas intervenimos educando la inteligencia para aprender y la inteligencia para saber sentir, podemos lograr, entre otros objetivos:
A,- Minimizar el abandono.
B,- Mejorar el rendimiento académico.
C,- Habilitar para la eficiencia en la tarea de aprender a aprender y aprender a sentir.
D,- Generar posibilidades para nuevas prácticas profesionales.
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