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Resumen de Relación entre la inteligencia emocional y la actitud ante el cambio de un grupo de profesores y gerentes académicos de la Universidad Metropolitana de Caracas- Venezuela

Columba Gomez Coello

  • Tanto la inteligencia emocional como los cambios organizacionales, en forma aislada, han sido objeto de un importante número de investigaciones en los últimos años. Sin embargo, no se encontraron estudios que en forma integrada revelen la relación existente entre estos dos eventos. El propósito de esta investigación es estudiar la posible relación entre la inteligencia emocional, y los elementos que conforman este constructo, con la actitud ante el cambio en diferentes posiciones ocupacionales (profesores y gerentes académicos) en el proceso de cambio de la Universidad Metropolitana, una universidad privada de Venezuela. La inteligencia emocional se refleja mediante factores como: creatividad, elasticidad, conexiones interpersonales, descontento constructivo, radio de confianza y poder personal; factores que podrían ayudar a explicar la actitud de receptividad o de resistencia presente en los procesos de cambio. Por su parte, la actitud formada por elementos cognitivos, emocionales y conductuales se manifiesta, en la mayoría de los casos, como una respuesta con trasfondo emocional, lo cual ofrece indicios de la posible relación existente entre ambos eventos. El contexto en el cual se lleve a cabo el cambio y las coordenadas que lo caracterizan puede influir en la respuesta de los participantes del proceso de cambio. Así mismo, la posición ocupacional que se desempeña en el proceso de cambio le ofrece al participante elementos de información y de posibilidades de toma de decisión, diferentes.

    Esta investigación se centra en analizar las posibles relaciones que pudieran existir entre la inteligencia emocional y la actitud hacia el cambio. Las situaciones de cambio plantean demandas emocionales a aquellos que las viven, por lo que es posible que un mayor dominio de ciertas competencias emocionales pueda ayudar a entender mejor la respuesta actitudinal de los sujetos participantes en el proceso de cambio. En un trabajo realizado anteriormente (Gómez, 2004) sobre el mismo tema y en la misma universidad, se exploró esta relación a partir de una evaluación de la actitud genérica hacia el cambio y los resultados llevaron a pensar que, más allá de la disposición general hacia situaciones de cambio, las coordenadas con las cuales se concreta el cambio (objetivos, proceso de toma de decisión, tipo de liderazgo, ritmo del proceso, identificación con el proceso y apoyo institucional, entre otros) y el modo en que el cambio es vivido y percibido por los participantes, condicionan en gran medida la respuesta actitudinal de los sujetos implicados.

    xx A través del análisis de una serie de documentos se logró contextualizar el cambio llevado a cabo en la Universidad Metropolitana. Se identificaron importantes cambios tanto de estructura, como de didáctica; cambios que afectan a la organización, al estudiante y al profesor. En este proceso, la institución pasó a ser una organización de corte matricial y desarrolló un modelo educativo particular. Establecer las coordenadas del cambio de la Universidad Metropolitana proporcionó los elementos para la creación de un instrumento ad hoc, que permitiera explorar en los sujetos de estudio, la actitud hacia el cambio que refleja la singularidad del proceso. Igualmente, permitió explorar la percepción que los sujetos tienen sobre el cambio desde una perspectiva común del mismo, para lo cual se utilizaron los grupos de discusión; esta técnica permitió recoger datos de naturaleza cualitativa y enriqueció sustancialmente los datos obtenidos por la escala utilizada como instrumento para explorar la actitud. En el proceso de concreción del cambio, se determinó que los participantes ocupaban posiciones o roles diferentes, de allí que se estudiaron dos grupos de sujetos: los gerentes académicos, quienes intervienen más directamente en el proceso de definición e implantación del cambio y los profesores, quienes intervienen de manera más indirecta, como receptores y ejecutores del mismo. De esta manera, es de esperar que los gerentes académicos estén mejor informados que los profesores y tengan más acceso a las posiciones donde se toman las decisiones que determinan las características del contexto del cambio. Por esta razón se consideró necesario analizar si la posición académica (gerente académico o profesor) guarda alguna relación con los dos constructos principales de la investigación: inteligencia emocional y actitud ante el cambio. Luego de la revisión teórica que soporta el estudio, se procedió a realizar la selección de las muestras y del instrumento que permitió evaluar el nivel de inteligencia emocional de los participantes. Se realizó el estudio con cuatro muestras: sesenta profesores y veintidós gerentes académicos para la parte cuantitativa; cinco profesores y cinco gerentes académicos para la cualitativa. A las dos primeras muestras se les aplicó el cuestionario de IE de Cooper y Sawaf (1998) y la escala de actitud ante el cambio, tipo Likert, diseñada especialmente para este estudio. La tercera y cuarta muestra fueron tratadas con grupos de discusión para explorar la percepción que los sujetos tenían sobre el cambio experimentado. Los resultados reflejaron que la mayoría de los sujetos, de ambas muestras (las dos primeras) poseen un nivel alto de inteligencia emocional y que son pocos los que tienen una actitud negativa ante los procesos de cambio experimentados. También se determinó que la posición que se desempeña en el proceso incide en la actitud que se tiene, así, los gerentes académicos xxi manifestaron una actitud más positiva hacia el cambio que los profesores. De igual forma, los niveles de inteligencia emocional fueron más altos en los gerentes académicos que en los profesores.

    El análisis correlacional reflejó que existe una relación entre la inteligencia emocional y la actitud ante el cambio, tanto en profesores como en gerentes académicos. Sin embargo, las correlaciones más altas se dieron en la muestra de los gerentes. También se obtuvieron correlaciones, algunas positivas y otras negativas, entre los resultados de las diferentes variables que forman el constructo de inteligencia emocional y la actitud ante el cambio. Así mismo, se analizó la relación existente entre los componentes que forman la actitud (cognitivo, emocional y conductual) y los niveles de inteligencia emocional, en cada una de las variables que la definen, obteniendo interesantes resultados. La mayoría de los profesores y de los gerentes académicos mostró una actitud positiva hacia el cambio en sus componentes afectivo y cognitivo, siendo más resaltante las respuestas de índole cognitiva en los gerentes académicos y la de tipo afectiva en los profesores. Los resultados del componente conductual reflejaron un menor grado de receptividad en ambos grupos. Las pruebas estadísticas de contraste de U Mann-Whitney señalan que las diferencias entre los gerentes académicos y los profesores con respecto a la actitud hacia el cambio, se centran en el grado o nivel de actitud. Los gerentes académicos generalmente mostraron un nivel de receptividad más alto que los profesores y también fueron menos críticos. En cuanto a la parte cualitativa del estudio, los resultados de los grupos de discusión reflejaron una percepción más positiva de las coordenadas del proceso de cambio por parte de los gerentes


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