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Resumen de Natural resources, settler economies and economic development during the first globalization: land frontier expansion and institutional arrangement

Henry Willebald

  • Los tres rasgos principales que caracterizan al período de la Primera Globalización -desde mediados del siglo XIX hasta, al menos, la Primera Guerra Mundial (PGM)- son la expansión de la economía atlántica, desde la Europa industrial (the core) hacia la periferia occidental de reciente colonización europea; la incorporación de regiones "nuevas" en la economía global; y la creciente integración de los mercados de bienes y factores a escala mundial. La presente investigación se focaliza, precisamente, en las regiones de reciente asentamiento europeo (settler economies) -Argentina, Australia, Canadá, Chile, Nueva Zelanda y Uruguay- durante ese período, al constituir sociedades cuyos desarrollos recorrieron sendas similares que las transforman en un grupo de economías comparable. Se trata de un club con abundancia de recursos naturales, sujeto a dinámicas semejantes en términos de olas de inmigración, marginalización de poblaciones nativas, flujos de capital europeo, trabajo libre (al menos, desde la segunda mitad del siglo), instituciones social y políticamente funcionales a la expansión económica y con la constitución de una suerte de culturas "neo-europeas" que caracterizarían sus pautas de desarrollo de largo plazo. Los resultados fueron variados. Canadá y Australia se transformaron en economías exitosas y Nueva Zelanda, pese a su pequeño mercado interno y la elevada participación de commodities en su pauta exportadora, también logró posicionarse en el grupo de países de alto bienestar. Por su parte, las economías del Cono Sur Sudamericano fueron menos afortunadas, comportaron trayectorias irregulares y quedaron rezagadas frente a los líderes mundiales. En estos términos, ellas constituyen el "fracaso" de aquel club que, hacia finales del siglo XIX, mostraba promisorias expectativas de desarrollo dentro de un patrón de desenvolvimiento aparentemente común. De todos modos, y sin discutir la veracidad de esto último, al interior del club se evidenciaban discrepancias que no resultaban ajenas, incluso, para los contemporáneos. Las economías de ascendencia anglosajona eran más ricas -en cuanto a producto per cápita-, tenían una mayor presencia de las manufacturas en la estructura productiva y estaban sujetas a un proceso de deterioro en la distribución del ingreso menos intenso en comparación con los settlers asociados a la tradición española.

    Es usual en la literatura recurrir a las diferencias institucionales entre un grupo de economías y el otro para explicar el dispar comportamiento. Se contrasta el set de organizaciones, derechos y privilegios, la estabilidad económica y política, así como el enforcement de los derechos de propiedad de las excolonias españolas y británicas. Repetidamente aparece el disorder de las primeras contra el order de las segundas (en los trabajos de Douglas North) o los desarrollos a la "South American way" de las primeras (como señalara David Landes). La motivación inicial de esta investigación es, precisamente, avanzar en el conocimiento de estas diferencias al interior de un club cuyos miembros parecen similares en cuanto a trayectorias históricas y perfiles productivos, pero que han mostrado desenvolvimientos tan dispares en el largo plazo.

    Muchas regiones de Sudamérica, Oceanía y África se beneficiaron de las consecuencias de la Segunda Revolución Industrial -la extensión del ferrocarril, mejoras técnicas referidas a la refrigeración y la caída en el coste de los transportes interoceánicos- y, gracias a sus tierras fértiles y clima templado, se posicionaron como ricas proveedoras de producción agropecuaria para los centros industriales del mundo. La abundancia de recursos naturales les permitió ingresar en una senda de crecimiento sostenido en las décadas previas a la PGM hasta alcanzar niveles de ingreso per cápita similares a los de las economías del core. La "bendición" de los recursos naturales aparece, en estos términos, como un argumento casi inapelable y, como tal, constituyó una explicación clave del desempeño de estas economías durante largo tiempo. Sin embargo, desde los años noventa (del siglo XX), se ha desarrollado una nueva literatura dentro de la Teoría del Desarrollo que se identifica con la que se denomina la hipótesis de la "maldición de los recursos naturales", una suerte de compleja paradoja en la cual los países ricos en capital natural presentarían tasas de crecimiento menores a la de países pobres en ese tipo de recursos. La discusión se ha ido trasladando hacia un campo en el cual se admiten influencias mixtas y donde se ha trascendido la sola consideración del crecimiento económico para incorporar tópicos más próximos a la noción de desarrollo como pobreza, educación y distribución del ingreso. Dentro de este renovado enfoque, varios procesos son considerados como condicionales a la estructura institucional, dentro de un contexto en el cual la "maldición" ha dejado de ser un efecto inevitable, sino propio de determinadas circunstancias. En este sentido, las settler economies, caracterizadas por su abundancia de recursos naturales y dominadas por la ocurrencia de procesos que la literatura identifica con los hechos estilizados del período -uerte expansión económica liderada por las exportaciones, primarización de la estructura productiva y deterioro en la distribución del ingreso- constituyen una suerte de "experimento natural" donde utilizar el debate "maldición-bendición" como línea argumental.

    La literatura reciente sobre la expansión de la economía atlántica durante la Primera Globalización utiliza el teorema de Stolper-Samuelson, dentro la teoría de comercio de Heckscher-Ohlin, para explicar la performance de las economías del "Nuevo Mundo" (particularmente, los trabajos de Jeffrey Williamson y sus seguidores). Esta estructura conceptual resulta útil para explicar aquellos tres hechos estilizados, aunque poco permite argumentar respecto a la dispar evolución al interior de los países miembros del club. Dentro de un patrón similar durante el período, pone el énfasis en las relaciones económicas internacionales y la formación de precios, pero sin prestar mayor atención a las condiciones domésticas. Por esa razón, en esta investigación se utiliza un enfoque analítico alternativo, en la tradición de la staple thesis para complementar aquella visión y articularla con la denominada appropriability hypothesis que se deriva de la literatura de la curse of the natural resources en su enfoque institucional.

    Esta aproximación propone un enfoque diferente al estándar en la literatura y permite discutir aspectos claves de la Primera Globalización en términos de la expansión endógena de la frontera de tierra, diferenciales de productividad intersectoriales y distintas evoluciones en la distribución (funcional) del ingreso. La"contribución doméstica" al crecimiento económico fue, precisamente, la incorporación de tierra (de calidad variable) a la producción y ello tuvo consecuencias determinantes en el cambio estructural, la evolución de las tasas de retribución a los factores productivos y en la cantidad e intensidad de su utilización. Sin embargo, las dotaciones de recursos naturales y su efectiva explotación no representan la historia completamente. La expansión de la frontera estuvo estrechamente relacionada con la constitución y distribución de los derechos de propiedad sobre la tierra y, en consecuencia, con la conformación de las reglas de juego y los mecanismos de incentivos que regularían la actividad agropecuaria. Por lo tanto, la calidad de la tierra y la calidad de las instituciones (ligadas con ésta) constituyen ejes centrales de la argumentación. En este sentido, la idea fuerza es que la mera existencia de abundantes recursos naturales no explica el éxito o la prosperidad de los miembros del club. En efecto, no fue solamente el descubrimiento de recursos naturales o de oportunidades comerciales para su utilización sino también la intensidad de su explotación y la distribución de las rentas asociadas a ello las que crearon (o no) un escenario apropiado para el desarrollo. En este sentido, la argumentación procura indagar en las condiciones que convierten a los recursos naturales en un proceso endógeno al desenvolvimiento económico.

    De acuerdo a esta estructura conceptual y a la revisión bibliográfica realizada, y prestando especial atención a los hechos estilizados de la Primera Globalización para las economías de reciente asentamiento europeo de clima templado, se propone focalizar la investigación en tres cuestiones principales: (i) la expansión endógena de la frontera; (ii) la influencia de la calidad de la tierra en el desempeño económico; y (iii) la interacción entre la abundancia de recursos naturales y la calidad institucional. Para avanzar sobre estos tópicos, se plantea trabajar en tres direcciones: (i) diseñar un modelo analítico apropiado para abordar las preguntas e hipótesis; (ii) operacionalizar dos de los principales conceptos y variables de interés: la expansión de la frontera y la distribución funcional del ingreso; (iii) proponer ejercicios empíricos y descripciones detalladas para entender las relaciones entre recursos naturales y calidad institucional (hipótesis de apropiabilidad).

    El Capítulo 2 está dedicado a la presentación del marco conceptual y el modelo de análisis. Trabajando dentro de la tradición de los modelos de factores específicos y tomando una propuesta de Ronald Findlay y Mats Lundahl de 1994, se la extiende para incorporar la calidad de la tierra como elemento adicional en la argumentación, dentro de una lógica de expansión endógena de la frontera (esto es, de incorporación de abundantes recursos naturales a la producción) y reglas de decisión pautadas por el coste de oportunidad de esa expansión. Se asumen formulaciones específicas de las ecuaciones del modelo y se propone un análisis numérico para representar los cambios en el producto (total y sectorial), la especialización productiva y la distribución funcional del ingreso ante modificaciones en los precios relativos de los productos o en las dotaciones de factores productivos (trabajo y capital). Bajo estas condiciones, es posible explicar desempeños dispares entre economías similares que se diferencian en la intensidad de incorporación de tierra de diferente calidad y que, por lo tanto, rinde diferenciales de retribución a sus propietarios. La ampliación de la brecha entre rentas de la tierra y salarios que caracterizó al período -y que tan bien ha sido reportada en la literatura reciente- depende, precisamente, de la efectiva existencia de tierras capaces de generar esos retornos para ser apropiados y cuyo volumen resultaría mayor cuanto mejores (de más alta calidad) fueran éstas. Sin embargo, la captura de rentas por parte de los agentes está sujeta al sistema de propiedad de la tierra imperante y, para su análisis, se propone utilizar la appropriability hypothesis. Se entiende este concepto en cuanto al contexto que ambienta la capacidad que tiene un agente innovador de apropiarse de las rentas de una innovación y que, en nuestros términos, significa interpretar al sistema de propiedad de la tierra como el marco de actuación de los agentes que incorporan tierra "nueva" y se hacen de las rentas "antes inexistentes" que ella genera. En otras palabras, además de la existencia de tierra capaz de generar rentas diferenciales respecto a la retribución de otros factores productivos, se requiere de una estructura institucional que legitime esa apropiación, la que tendrá, por razones técnicas e institucionales, consecuencias particulares en los miembros del club.

    De la discusión propuesta en el Capítulo 2, dos cuestiones son claves para el análisis: la expansión de la frontera y la evolución en la distribución del ingreso, y se dedican los próximos dos capítulos para la operacionalización de ambos conceptos.

    En el Capítulo 3, se presentan distintas nociones y medidas de la expansión de la frontera durante el período para identificar "patrones de asentamiento" en el territorio. La medición del proceso se realiza a través de sistemas de información georeferenciada (GIS, por su sigla en inglés) y la elaboración de índices de expansión denominados "extensivos", "intensivos" y "de contribución". Estos indicadores recogen la disponibilidad de activos potencialmente utilizables (ofrecen una medida de riqueza) en la producción agropecuaria, considerando diferentes aptitudes (alta, media y baja) para la producción de pasturas (grassland) y distancia (únicamente evaluado para el caso de Argentina). Se identifica dos patrones de asentamiento. En el Cono Sur Sudamericano, las tierras que realizaron las mayores contribuciones a la expansión fueron las de alta calidad y, por lo menos en el Río de la Plata, se trataron de procesos sostenidos en el tiempo. Esta dinámica contrastó con la de Australia y Canadá. En el primer caso, la expansión fue previa al boom de precios (de la última década del siglo) y transcurrió, fundamentalmente, por tierras de baja calidad. En el segundo, recién fue notorio hacia el cambio de siglo y abarcó, con similar intensidad, a todos los tipos de tierra. Por su parte, Nueva Zelanda comportó rasgos de ambos patrones. Al igual que en Australia, el proceso fue más intenso antes de la mejora sistemática de los términos de intercambio y, como en Canadá, los tres tipos de tierra estuvieron involucrados en la expansión. Por lo tanto, y atendiendo a nuestro marco conceptual, los efectos más notorios de la Primera Globalización en términos de deterioro en la distribución del ingreso debieron haberse constado en el Cono Sur. La discrepancia entre la tasa de renta y la tasa de salario habría tenido mayor espacio para expresarse y ello se habría reforzado con una incorporación sostenida de tierra a la producción (en Argentina y Uruguay). Para testear la presunción derivada del marco teórico, es necesario contar con estimaciones de la evolución de la distribución del ingreso, lo que es materia del próximo capítulo.

    En el Capítulo 4, se trabaja sobre dos dimensiones de la desigualdad en el sector agropecuario. Por un lado, se calculan indicadores de desigualdad en la tenencia del principal activo de la actividad, la tierra, en vísperas de la PGM y se encuentra un panorama complejo, donde la identificación de patrones no es inmediata y toma relevancia considerar diferenciales regionales. Uruguay y la zona pampeana argentina parecen presentar un patrón similar, de alta desigualdad, aunque menor a la del norte argentino, la zona de Cuyo y Chile donde, probablemente, la larga herencia colonial impuso una estructura de la propiedad altamente concentrada. En forma consistente con este último punto, se presentan discrepancias entre las zonas inicialmente colonizadas de Australasia (Victoria, New South Wales, Queesland y Nueva Zelanda) con las de asentamiento más reciente (South Australia y Western Australia) y políticas explícitas de intensificación y desconcentración de la propiedad. Este último patrón es el seguido por Canadá en su expansión de la frontera hacia el oeste, donde las provincias de Manitoba, Saskatchewan y Alberta presentan los menores indicadores de desigualdad del club. Por otro lado, se estima la distribución funcional del ingreso (rentas, salarios y beneficios) en el sector agropecuario de cada uno de los settlers y su evolución decadarial entre 1870 y la PGM. Dentro de un patrón general de deterioro de la distribución que se hizo notorio desde la Primera Globalización -bajo el entendido de que los asalariados constituían la mayor parte de la población-, se observa un incremento relativo de las rentas de la tierra en la estructura distributiva (rental drifts) que fue significativamente más notorio en el Cono Sur Sudamericano y donde, además, se consolidó un patrón "rentista" de la producción. En contraste, en los otros miembros del club se evidenció una participación mucho mayor de los beneficios en Canadá y de los salarios en Australasia, lo que señala un funcionamiento mucho más fluido de los mercados de factores, la posibilidad de crear mercados de bienes más amplios y reducir los efectos tipo crowding-out que suelen "maldecir" a las economías ricas en recursos naturales.

    Finalmente, considerando el marco teórico y el modelo de análisis presentados en el Capítulo 2 y la operacionalización de variables claves propuesta en los Capítulos 3 y 4, el Capítulo 5 está dedicado al testeo de algunas de las principales hipótesis. Se discute el efecto de la abundancia de recursos naturales sobre el desarrollo económico a través de la interacción entre el tipo de tierra y la calidad de sus instituciones. Como proxy del primer punto, se utiliza la contribución de la tierra de alta, media y baja calidad a la expansión de la frontera concepto de riqueza potencial). En el segundo caso, se utilizan dos aproximaciones. Una de ellas es básicamente cuantitativa, donde se utilizan indicadores estándar en la literatura sobre calidad institucional (constraints on the executive del programa Polity IV y contract-intensive money como proxy al enforcement de los contratos y el cumplimiento de los derechos de propiedad). La otra es de corte más cualitativo y refiere a la descripción histórica de la conformación y distribución de los derechos de propiedad sobre la tierra, desde comienzos del siglo XIX hasta la PGM, en cuatro miembros del club: Argentina y Uruguay (representantes de la tradición española) y Australia y Nueva Zelanda (asociados al patrón anglosajón). Estas dos aproximaciones determinan, a su vez, dos enfoques metodológicos. Por un lado, en lo que se denomina enfoque macro, se proponen ejercicios econométricos con datos de panel para contrastar las hipótesis de la maldición y de la apropiabilidad en la actividad agropecuaria y, por otro, bajo un enfoque más próximo a la conducta de los agentes, se propone un relato histórico guiado por la appropriability hypothesis para identificar diferentes patrones de asentamiento en ambas regiones (Río de la Plata y Australasia).

    El primer ejercicio permite no rechazar la hipótesis de la maldición de los recursos naturales en cuanto a la producción agrícola, aunque sí se refuta cuando se la evalúa en términos de la distribución del ingreso. En otras palabras, fronteras abiertas -grandes riqueza de tierra sin explotar- estarían asociadas con reducidas capacidades de producción, pero con sociedades de menor desigualdad. La calidad institucional, interactuando con los recursos naturales o sin hacerlo, contribuirían positivamente, moderando la maldición o potenciando la bendición. Asimismo, se encuentra evidencia a favor de la appropriability hypothesis en su dimensión técnica cuando se considera como variable dependiente la inequidad, pero se la rechaza en el caso de explicar la producción. Esto es, expandir la frontera más intensivamente por las mejores tierras (las que ofrecen las posibilidades de apropiar mayores rentas) contribuye con la producción agropecuaria, pero deteriora más significativamente la distribución. ¿Cuáles son las consecuencias en el largo plazo de estos hallazgos? En la medida que la riqueza natural tiende a agotarse -en forma irregular y a diferente ritmo aunque, evidentemente, es un recurso finito-, de algún modo, nuestras economías "escaparían de la maldición" de la baja producción en el agro pero, simultáneamente, dejarían atrás la bendición de la frontera abierta para evolucionar por una trayectoria de persistente inequidad. Cuanto más intensivo fue el avance de la frontera por las mejores tierras -como el caso del Río de la Plata y el Chile- más agudo resultó el deterioro en la distribución del ingreso agropecuario.

    De acuerdo al segundo enfoque, se confirma que la cuestión de la tenencia de la tierra fue extremadamente importante en la economía política de los settlers, y nuestro énfasis es puesto en identificar la propiedad de la tierra como una función, antes que como un derecho. Las instituciones formales que gobernaron la distribución de la propiedad y la conducta de los agentes involucrados (efectiva o potencialmente) no fueron extremadamente diferentes entre el Río de la Plata y Australasia. Las regulaciones fueron escritas con el mismo tipo de preocupaciones, siguiendo el modelo norteamericano, y los agentes se comportaron de acuerdo a sus propios intereses, creando mecanismos para obtener la mayor cantidad posible de tierra al menor coste y tomar ventaja frente a otros cuando las circunstancias así lo permitían. Las mayores diferencias entre ambos sistemas derivaron de la debilidad de los gobiernos del Río de Plata para lograr el cumplimiento de las regulaciones en un contexto en el cual las elites sustentaban su poder en la propiedad de la tierra. En cambio, los gobiernos en Australasia crearon contextos de colonización más favorables y dispusieron acciones más próximas a una noción de desarrollo. Éstas fueron empapando la conciencia colectiva dentro de un ambiente política y financieramente más estable y una homogeneidad social bien sustentada en los valores de una idiosincrasia común. Las diferencias entre ambas regiones no se situaron tan claramente en la propiedad de activos como en la distribución del ingreso, lo que señala el predominio de mercados de factores mejor integrados y donde salarios y beneficios contribuyeron con la creación de una clase media más amplia y temprana. Las condiciones negativas de la apropiabilidad presentaron su carácter más adverso en el Río de la Plata, aunque ellas no impidieron la expansión productiva, sino que determinaron una concentración más aguda del ingreso y con un claro perfil rentista. Las consecuencias adversas sobre la producción llegarán en las décadas venideras, cuando estas economías afronten el cambio estructural sobre estructuras distributivas dispares y donde la amplitud de los mercados internos dirá mucho de la performance en los procesos de industrialización.

    En definitiva, nuestras contribuciones se resumen en seis puntos: (i) Se plantea la extensión de un modelo analítico en la tradición de la staple thesis para incorporar, conceptualmente, la influencia de las distintas calidades de tierra en el desempeño económico. Asumiendo formas funcionales específicas, se propone un análisis numérico del modelo y se realizan ejercicios de calibración y simulación para interpretar la incidencia de los movimientos de distintas variables del sistema; (ii) Se realiza una aplicación de la curse hypothesis en perspectiva histórica y, de acuerdo a la appropriability hypothesis, se relaciona la expansión de la frontera con la formación de arreglos institucionales en términos de un gradiente de apropiabilidad de rentas asociadas con diferente calidad de las tierras; (iii) Se discute y mide el concepto de land frontier expansion mediante el uso de herramientas relativamente novedosas en la disciplina (GIS); (iv) Se realizan estimaciones originales de la distribución funcional del ingreso en la actividad agropecuaria, por décadas, desde 1870 hasta la PGM. (v) Se proponen ejercicios econométricos de carácter indicativo para testear las hipótesis que, sin llegar a ser concluyentes, arrojan evidencia que permite avanzar en la interpretación; (vi) Se ofrece una panorámica histórica del desarrollo de los derechos de la propiedad de la tierra en el Río de la Plata y en Australasia desde comienzos del siglo XIX hasta la PGM. Se presta especial atención a la formación de los sistemas de propiedad y a la conducta de los agentes, con especial énfasis en el rol del estado y de los grupos sociales involucrados.

    Como disciplina, la Historia Económica tiene una virtud incuestionable, que es la de permitir colocar al análisis económico en perspectiva histórica para comprender las especificidades de los sucesos y captar aquellos fenómenos que forman parte de expresiones más profundas e insertas en la estructura socio-económica. En este sentido, esta Tesis se presenta en un momento que resulta conveniente por sus puntos de contacto con ciertos procesos que experimenta la economía internacional. En los últimos seis años, ésta ha mostrado una fortaleza de los precios de los commodities que no se evidenciaba desde, al menos, mediados del siglo XX. Ello ha significado mejoras muy importantes en los términos de intercambio de un grupo amplio de economías en desarrollo, algunas de las cuales son, precisamente, las mismas que protagonizaron la edad de oro de la Primera Globalización. En particular, las economías del Cono Sur han sostenido procesos de expansión muy significativos, basados en exportaciones de productos de base primaria que mucho recuerda a procesos que sucedieron hace más de un siglo atrás. Como entonces, se trata de economías cuyas instituciones contribuyen con la expansión productiva -pues la definición de los derechos de propiedad y su enforcement podían considerarse casi tan aceptables para ese propósito hacia finales del siglo XIX como hoy día-, pero cuya calidad institucional poco logra incidir en el patrón distributivo. El perfil rentista de sus sociedades, modalidades de crecimiento aún concentradoras y la desatención a un manejo prudente de las rentas de los recursos naturales -que evite efectos crowding out como los discutidos en este trabajo- son preocupaciones que hoy parecen tan vigentes como antes. Obviamente que la expansión de la frontera ha perdido su carácter extensivo y el desafío está cifrado en avanzar en la intensificación de su uso -algunos autores hablan de la expansión "vertical" de la frontera- sin comprometer, en ese proceso, la sostenibilidad medioambiental del desarrollo. En definitiva, se trata de una articulación entre calidad institucional y progreso tecnológico que permita endogenizar la propia abundancia de recursos naturales.


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