El daño por isquemia-reperfusión es reconocido como un serio problema que acompaña a diversos procedimientos médicos y quirúrgicos habituales tales como la terapia trombolítica, el trasplante de órganos, la angioplastia coronaria y el by-pass cardiopulmonar. La isquemia-reperfusión pulmonar induce una respuesta inflamatoria local en el propio parénquima pulmonar caracterizada por daño alveolar inespecífico, edema pulmonar e hipoxemia. La isquemia-reperfusión pulmonar también induce una respuesta inflamatoria sistémica con afectación de órganos remotos, la cual es incluso más dañina que sus efectos locales. Estudios previos han demostrado en modelos clínicos y experimentales que el hígado es particularmente sensible a la liberación de mediadores inflamatorios, hecho que ocurre tras la isquemia-reperfusión de órganos remotos tales como: riñón, intestino y músculo esquelético. Se ha comprobado que el precondicionamiento isquémico directo es capaz de proteger a diversos órganos frente al daño por isquemia-reperfusión. Nuestro grupo ha demostrado previamente en un modelo de autotrasplante pulmonar en cerdo, que el precondicionamiento isquémico atenúa el daño por isquemia-reperfusión pulmonar mediante la prevención del aumento de los metabolitos de peroxidación lipídica, la activación leucocitaria y las citoquinas proinflamatorias en el parénquima pulmonar...
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