La novedad más significativa del nuevo sistema español de financiación autonómica para el período 1997-2002 es la aparición de los impuestos autonómicos sobre la renta. En este trabajo se valora la descentralización del IRPF en cuanto a su impacto sobre la distribución de la renta y las externalidades fiscales que se pueden derivar de la actuación de dos niveles de gobierno sobre una misma base tributaria. En cuanto al efecto distributivo, se concluye que el impacto final dependerá de las decisiones de cada Comunidad Autónoma en el diseño de su tarifa y su sistema de deducciones. En lo referente a la externalidad fiscal vertical, cabe prever que provocará ineficiencias, si bien éstas pueden verse reducidas, a causa del estrecho vínculo establecido entre los impuestos centrales y autonómicos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados