Los grandes avances adquiridos en el área de la Perinatología y los cambios producidos en las estrategias clínicas, no sólo han supuesto una posibilidad de supervivencia en este grupo de niños. Junto con dichos avances, la atención al niño prematuro está cambiando, la práctica de la humanización y de la Neonatología centrada en la familia se ha ido convirtiendo en una herramienta más en el abordaje asistencial diario, y debe ser conocida por los profesionales sanitarios y las organizaciones institucionales que la avalan, estando integrada en los mapas de competencias y de calidad asistencial dentro del área de salud materno-infantil. Ejemplos de dichos cambios son: la lactancia materna en niños prematuros, los cuidados canguros y el contacto piel-piel y las unidades neonatales abiertas a los padres sin restricción de horarios.
Los derechos de los niños prematuros están avalados por diversas declaraciones universales, destacando entre ellas las siguientes: La declaración Mundial de los derechos del niño hospitalizado (1998), La declaración de Barcelona que fue ratificada en el V Congreso Mundial de Medicina Perinatal (2001) y la Iniciativa de la Humanización de los Cuidados Neonatales promovida por el enfoque revolucionario del Prof Levin, que enfatiza en el hecho de que los derechos de los niños prematuros deben ser respetados. El compromiso de atención integral al recién nacido necesita de la participación de todos los que lo atienden, con la inclusión global de los padres como representantes de sus hijos.
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