El cuerpo se ha convertido en objeto de la Historia porque es tributario de condiciones materiales y culturales que han cambiado radicalmente a lo largo de los siglos. De la lentitud a la velocidad, del retrato pintado a la fotografía, de los cuidados individuales a la prevención colectiva, de la cocina a la gastronomía, de la sexualidad vista desde la moral a la sexualidad vista desde la psicología; el lugar que ocupa el cuerpo en el mundo occidental ha ido evolucionando con los tiempos.
El primer volúmen, decidado al Renacimiento, aparece el cuerpo ¿moderno?, un cuerpo en el que los atributos son imaginados independientemente de la influencia de los planetas, de las fuerzas ocultas o de los amuletos. No desaparecen las referencias sagradas, pero en este periodo se aviva el conflicto cultural, porque empieza a singularizarse el cuerpo con toda su autonomía.
Volumen 2. En la Ilustración los sabios lo manipulan y lo diseccionan. Miden la masa, la densidad, el volumen, la temperatura. Analizan sus movimientos. Pero los cuerpos de los expertos en anatomía, el de los fisiólogos y el de los gimnastas, son radicalmente diferentes de los cuerpos que sufren y que disfrutan. Los historiadores suelen olvidar la tensión existente entre el objeto científico y el cuerpo que prueba el placer y el dolor
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El cuerpo cultivado: gimnastas y deportistas en el siglo XX
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