Ha sido reseñado en:
Tras la paz de Utrecht en 1713, la nueva dinastía de los Borbones se esforzó en recuperar el protagonismo español en la esfera internacional. En primer lugar, recuperó gran parte de sus posesiones italianas. Luego, desarrolló su marina de guerra -denominada la Real Armada- a partir de 1714, como arma disuasoria en su política exterior, sus navegaciones europeas y la defensa de su imperio americano y filipino. El esfuerzo que realizó la monarquía hispánica fue enorme y los resultados fueron muy positivos hasta comienzos de la década de 1790, convirtiéndose en la tercera potencia naval europea, después de Gran Bretaña y Francia.
págs. 25-48
El golpe de timón a la política naval de Ensenada: o cómo la política de Wall debilitó la defensa de las Indias
págs. 49-73
págs. 75-102
págs. 103-136
"Oficiales de práctica, teórica e inteligencia": desarrollo y profesionalización del cuerpo general en el siglo XVIII
págs. 137-160
págs. 161-183
págs. 185-210
Las infraestructuras: el desarrollo de astilleros y arsenales
págs. 211-232
págs. 233-263
págs. 265-289
págs. 291-307
págs. 311-332
La colaboración naval franco-española: un ejercicio difícil
págs. 333-363
págs. 365-368
págs. 389-406
La marina del siglo XVIII: historia, memoria y política, 1805-1905
págs. 409-423
págs. 425-451
Ciencia, memorialismo y tesoro histórico: la Colección "Fernández de Navarrete" y su época
págs. 453-466
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