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Resumen de La gráfica del deporte. Fotografía, edición y diseño en prensa

Laura González Díez, Pedro Pérez Cuadrado

  • La evolución de la forma en los registros de información a lo largo de los años es una constante confirmada con base, sobre todo, en cambios tecnológicos y, en muy diversos grados, en otros condicionantes: modas, tendencias, movimientos artísticos, criterios sobre las noticias publicadas y posibilidades económicas de cada entidad. Esta consideración vale para los que consideramos medios impresos (diarios y revista en primer lugar), para medios audiovisuales y, ahora, para los que se configuran a través de Internet.

    En todos ellos, el Diseño aparece como disciplina transversal que no se dedica únicamente a discernir el cómo de las informaciones, como algunos podrían pensar; muchas veces el propio Diseño interviene en el qué se ofrece y qué no se ofrece al usuario/lector; y, en otras, es la razón última, el por qué, de ese mensaje difundido.

    Si entendemos que el Diseño –exactamente igual que el Periodismo en sí mismo– trabaja en los criterios de interpretación de los mensajes informativos, los valora, los jerarquiza y establece pautas de difusión diferentes en cada caso, resultará fácil llegar a la idea de que uno y otro –Diseño y Periodismo– se interrelacionan en grado sumo para dar a luz productos informativamente atractivos. En consecuencia, las atribuciones de uno afectarán al otro y viceversa.

    Dicho de otra manera, de la misma manera que los planteamientos sobre formato, color, elección tipográfica y fotográfica pueden alterar el tono y sentido de los contenidos, al revés, parece lógico pensar que los muy diferentes tipos de información generen propuestas visuales diversas.

    Cuando en 1976 El País sale a la calle, Reinhard Gäde, autor del diseño, tenía muy clara las premisas anteriores y nunca tuvo reparos en declarar que la elección tipográfica de su proyecto (en base a la letra Times New Roman) fue una garantía de su éxito. “Consideramos –declaraba el propio Gäde (2001: 153)– que, en ese momento, si el periódico hubiera dicho cualquier barbaridad para las sensaciones franquistas, que todavía existían, en una Times cursiva de 36 puntos, se vería como una barbaridad muy elegante e incluso muy justa; pero si decías las mismas palabras en letras Helvética o Futura –como lo hizo después un periódico del grupo de Juan Tomás de Salas gritando ¡Libertad!–, a nosotros nos cerraban en dos o tres semanas y se acababa el asunto”.

    Es un ejemplo el anterior que ilustra perfectamente el primer sentido sobre la imbricación de la que hablamos entre forma y contenido. En el sentido opuesto los ejemplos son incluso más evidentes. De hecho, autores como José María Casasús se permiten establecer clasificaciones que catalogan diferentes tipos de publicaciones –en este caso de prensa diaria– en su relación forma/diseño.

    Habla Casasús (1979: 91) en primer lugar de diarios informativos/interpretativos y les adjudica unas características formales muy evidentes: sobriedad en el uso de elementos tipográficos, corrección en la titulación, sin grandes cuerpos, equilibrio en el uso del material gráfico, sin manchas, ordenaciones sistemáticas atendiendo al valor informativo, utilización moderada de los elementos de organización: filetes, tipos de letra, topos, etc., y, en caso de emplearlo, moderación en el empleo del color.

    En segundo lugar se cita a los diarios populares/sensacionalistas. De ellos se considera su maquetación desequilibrada, con varios centros de interés visual, una ordenación por razones de actualidad e interés humano, un aprovechamiento de recursos tipográficos: lutos, capitulares, negativos y tramas, etc. También el uso de titulares exagerados: cuerpos grandes, manchas grandes, familias de ‘palo seco’ y un uso espectacular del material gráfico. Resulta también sintomático de este tipo de prensa el empleo exagerado del color, estando presente no sólo en las imágenes sino también en otro tipo de recursos gráficos y tipográficos.

    Para Casasús, la prensa que llama de opinión presenta un diseño heterogéneo: tipografía moderada, uso moderado del material gráfico, predominio de las ilustraciones sobre las fotografías, prioridad de artículos resaltados tipográficamente con recuadros, sombras, tipografía ornamental...

    La dificultad del empeño clasificatorio resulta obvia cuando el propio autor concluye su aproximación con un apartado de diarios donde se mezclan las categorías anteriores para concluir que la mayoría de diarios son ‘híbridos’ de los arriba especificados. Además de estas tres modalidades genuinas de diario –escribe Casasús (1979: 92)–, se dan también en la realidad periodística moderna soluciones híbridas nacidas o bien de la falta de capacidad de sus responsables para dominar conscientemente el desarrollo del modelo o bien de un propósito deliberado de experimentar fórmulas que tengan incorporados recursos y elementos característicos de las tres grandes especies genuinas de diario que están teóricamente opuestas entre sí”.

    La idea de Casasús nos sirve para orientar la idea de la influencia del tipo de información referido en la configuración del mensaje. La pregunta siguiente es: ¿podríamos ir aun más lejos?, ¿podríamos asegurar que el hecho de ofrecer noticias de índole política genera criterios de puesta en página diferentes a los obtenidos si la información fuera de sucesos? Hay autores que piensan que sí. De hecho, en los principales manuales sobre diseño periodístico del siglo XX hay ejemplos varios. Edmund C. Arnold, en Functional newspaper design, de 1956, ya apunta diferencias evidentes en la predisposición para acometer el diseño de páginas de opinión, páginas de sociedad o páginas de deporte.

    Albert Sutton, en su Concepción y confección de un periódico, de 1963, no sólo insiste en la diferente confección de una primera página o una página de interior, sino que reconoce páginas de elaboración especial como las eminentemente gráficas, las dedicadas a la mujer, las financieras, las de anuncios por palabras y, por supuesto, la página deportiva.

    En el mismo sentido, la figura más relevante en el diseño de medios informativos del siglo XX, aun en activo, Mario R. García, escribe en Diseño y remodelación de periódicos, de 1983, sobre el tratamiento formal de las páginas de economía y anuncios por palabras, sobre las de espectáculos, sobre las de opinión… y dedica un capítulo entero a ‘Los elementos gráficos en la información deportiva’.

    Parece entonces que sí, que existen diferentes especialidades informativas que modifican las estructuras formales y procuran soluciones diferentes. De entre todas ellas, algunas con mayor fruición.

    Por seguir con los mismos ejemplos, en el nacimiento de El País, en 1976, Reinhard Gäde, al describir su proyecto de diseño años después, reservó alguna excepción a su modelo germánico rígido y modulado con licencias varias, como la utilización de la tipografía Futura precisamente en las páginas de deportes. Es la misma idea que ya defendía Albert Sutton (1963: 388), cuando escribía que “la naturaleza de las informaciones deportivas, que está relacionada con el ansia de récord y una poderosa actividad física, es tal que requiere un tratamiento fuerte, vigoroso. Para crear un ambiente auténtico y apto, los tipos y titulares utilizados en esta página deberían ser adecuados a la clase de informaciones que los acompañen”.

    Y es que los deportes, desde su instalación definitiva en la prensa en los años veinte del pasado siglo, han tenido un sesgo diferenciado.

    Francisco Núñez-Romero y otros autores (2010) ha estudiado en profundidad las noticias deportivas en El Debate antes de 1930 y llegan a la conclusión de que precisamente la información sobre el deporte tuvo mucho que ver en el paso de la maqueta vertical (típica de los diarios decimonónicos) a la horizontal en la evolución de su forma gráfica. Concluyen los autores que “la sección deportiva del periódico de la Editorial Católica fue pionera dentro del propio diario en modificar la estructura visual de las páginas y el diseño de la publicación debido a la incorporación de elementos textuales e icónicos de ordenación, tales como cintillos, clichés, epígrafes, ladillos y la utilización de distintos anchos de titulares” (Núñez-Romero et alter, 2010: 291-309).

    El estudio de los autores, obviamente, tiene en cuenta la premisa tecnológica de la aparición de la rotativa y la estereotipia a finales del siglo XIX sin la cual no hubiera sido posible ni la instalación de los titulares a más de una columna ni la desaparición de la tiranía de los corondeles. Pero confirma la hipótesis que intentamos mantener sobre la idea de una estructura diferenciada para informaciones deportivas.

    Quizá, como dice García (1983: 194), porque “las páginas deportivas han fascinado siempre a muchos lectores de periódicos, principalmente porque la información deportiva se basa esencialmente en noticias que llevan consigo dos cualidades tradicionalmente atractivas: conflicto y acción. […] El conflicto y la acción se convierten en ‘movimiento’, y éste es el motivo por el que la información deportiva tiene tantas posibilidades gráficas que se traducen en magníficas oportunidades para el confeccionador”.

    “El mundo de los deportes –escribe Arnold (1984: 248)– está lleno de acción, colorida y violenta, y las planas deben reflejar esa emoción. Los principios de cualquier disposición de página se aplican en este caso, aunque el tono general de la voz se eleva para mantener un mayor flujo de adrenalina. Por lo tanto, el tamaño de la mayoría de los encabezados debe crecer por lo menos un paso y frecuentemente hasta dos pasos”.

    Entre los manuales al uso más recientes Fernando Lallana (2000: 157) también insiste que en los “diarios de información general las páginas deportivas siguen las premisas generales y al mismo tiempo reciben ciertas características propias que las distinguen de otras páginas. Por ejemplo su tipografía suele reforzarse con familias de titulares que tienen mayor mancha, son más compactas, trazos de palo seco y anchas. Las imágenes que acompañan la información son mayores y los textos no son tan extensos”.

    Desde estas perspectivas no resulta extraño que las informaciones deportivas hayan alcanzado un valor intrínseco propio in crescendo en los diarios, pero también en otros muchos medios. Y esto se ha traducido en más espacio y una configuración específica diferenciada. A ello habría que añadir, como plantea Thomas Horky (2009: 70-79) que la información deportiva no se produce en islas nacionales, sino que hay que tener en cuenta la perspectiva internacional del deporte y la globalización de la información deportiva.

    Con todo, hay peculiaridades interesantes a descubrir en cada apuesta informativa alrededor del universo deportivo. Mientras en Estados Unidos, por ejemplo, los diarios de información general mantienen fuertes secciones de deportes en cuadernillos diferenciados (no hay periódicos deportivos), en muchos países de Europa los diarios especializados en deportes triunfan en difusión y tirada por encima del resto. Es el caso de Gazzeta dello Sport en Italia, L’equipe en Francia o, sin ir más lejos, Marca, As, Mundo Deportivo o Sport en España. A imagen de estos, cabeceras emblemáticas en América del Sur como Olé en Argentina o Lance en Brasil (en los que han intervenido diseñadores españoles) suponen productos muy diferenciados también.

    El diseño de informaciones deportivas, a diferencia del diseño de otro tipo de noticias, está enfocado a buscar la incondicionalidad del lector. La imparcialidad del periodismo se escapa entonces por entre las fotos de su equipo preferido y muchos lo saben y lo quieren así. Y da casi igual que estés diseñando la apertura de sección que las páginas de resultados: en todas se nota la lealtad a tu equipo o a tu deportista favorito.

    Da igual que vivas en el centro de una gran ciudad con varios equipos en ligas importantes que vivas en medio del campo donde el equipo más cercano se encuentre a más de cien kilómetros de distancia: para el español medio el fútbol es lo más importante. Diseñar una página de fútbol –pero también de balonmano, de tenis o de atletismo– es manejar movimiento en potencia. Fotos, infografías de la situación de los jugadores en el campo, siluetas… resulta a veces complicado acordarse de titulares y texto para contar la historia.

    La utilización de fotos de baloncesto es particularmente complicada a la hora de los cortes pero, a la vez, permite una estilización que dinamiza la comunicación, sobre todo si la disponemos desde arriba hasta el fondo de la pagina. Luego resulta fácil envolver el centro de interés visual con títulos, textos y otras foto menores si queda espacio.

    Pero trabajar con cualquier foto de deportes (equipos, individuos aislados, diferentes clases de bolas y pelotas, primeros planos de rostros o detalles) supone tener el reclamo ideal para contar una historia relevante de un rector rendido de antemano.

    Todos estos elementos, y muchos otros, hacen del diseño de la información deportiva algo peculiar, no sólo en diarios. Algo dinámico en sí mismo, con innumerables centros de interés visual y tan centrado en la relevancia informativa como en el interés humano de los personajes. No podemos asegurar que sea un modelo sensacionalista o ‘híbrido’, pero sí que sus páginas encajan mejor en una estructuración ‘tipo circo’[1];donde el color, la estructura, la tipografía, el contraste de tamaño, de valor, de intensidad, etc. son protagonistas dignos de estudios concretos dentro de la Hemerografía Instrumental.[2] Lo que se expone a continuación en este volumen tiene que ver con la información deportiva y sus implicaciones formales en los medios de comunicación. Son ponencias y aportaciones expuestas en jornadas universitarias consolidadas cuyo punto de mira se puso directamente en el deporte. Por un lado, las XIV Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño en Prensa, celebradas el 10 y 11 de marzo de 2011 en la Universidad CEU San Pablo de Madrid con el hilo conductor de ‘La Gráfica del Deporte’; por otro lado, la cuarta edición de las Jornadas de Diseño en la Sociedad de la Información, del 25 y 26 de septiembre de 2012 en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid con el título de: ‘Visualización de la Información Deportiva’.

    Ambos eventos no sólo insisten en el ámbito de ‘lo periodístico’ sino que, de alguna manera, contemplan áreas de conocimiento intrínsecamente relacionadas, fundamentalmente la Publicidad. Y manejan, sobre todo, temas alrededor de la imagen, la fotografía, la puesta en página, la valoración de los elementos y la edición final.


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