La sociedad hispano-musulmana fue, en teoría, profundamente igualitaria, pero también una sociedad tributaria, basada en la apropiación de los excedentes que producen los campesinos por parte de las ciudades y el Estado. la forma de organización productiva se basó en la agricultura de regadío, administrada colectiva y localmente por los propios campesinos. En esta confrontación entre el mundo rural y el mundo urbano se ejercen distintos sistemas de coerción y defensa que generan, a su vez, formas productivas y un delicado equilibrio. En concreto, cuando los problemas aumentan, son los alcaides de los castillos los que imponen nuevos impuestos.
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