Resumen de La piratería y el corso en el litoral alicantino a finales de la Edad Media
La piratería y el corso en las costas alicantinas se inscribe en un contexto geográfico, social, económico e histórico más amplio, que es el del reino de Valencia y el del mar Mediterráneo durante los siglos bajomedievales, que es el período aquí analizado. La cercanía a las costas del reino nazarí de Granada y del norte de África propiciaba las empresas piráticas de los musulmanes, que se remontaban ya a la taifa de Denia. A ello colaboró la existencia de una densa población mudéjar en nuestro reino, que apoyó a los piratas en sus correrías. Estos ataques proliferaron a partir de la segunda mitad del siglo XIV y se acentuaron en la siguiente, favorecidos por una costa recortada y poco poblada. A la piratería musulmana se añadió el corso castellano, favorecido por la proximidad de Cartagena, auténtico nido de piratas;
o los portugueses, desde la conquista de Ceuta; los provenzales y, en particular, los genoveses, rivales económicos de la Corona de Aragón. Las consecuencias de estos ataques de piratas y corsarios fueron múltiples: surgió un clima de inseguridad en las costas; el miedo a caer cautivos; el saqueo de las poblaciones costeras (Calp, Benidorm, Vila Joiosa ... ); el riesgo en las actividades marítimas (pesca, comercio ... ), se amurallaron las villas, etc., creándose mecanismos de defensa territorial, como el envío de correos, armamento de naves y un sistema de atalayas en la costa.
A su vez, en las poblaciones costeras, desde Denia a Orihuela, surgió un corso a cargo de los habitantes del país, que permitió obtener saneados beneficios económicos con las presas y, en algunos casos, una promoción social de estos corsarios enriquecidos.
