Este artículo examina de manera detallada el discurso de la ¿Edad de Oro¿ en Don Quijote, analizando cómo dicho discurso construye un espacio pastoril exclusivamente femenino que se separa radicalmente de la tradición pastoril desarrollada por Garcilaso de la Vega y Jorge de Montemayor. Los personajes de Marcela, Leandra, y Sanchica son discutidos en relación al discurso de la ¿Edad de Oro¿, apuntando específicamente a sus papeles disruptivos dentro de un marco pastoril tradicionalmente masculino. Como propuesta central, se plantea la explosión del espacio pastoril en Don Quijote a través de la presencia activa y desafiante de la mujer, como sujeto que imposibilita la objetivización del deseo masculino. Las teorías lacanianas de sublimación y narcisismo son empleadas con dicho propósito.
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