En el número 9 de la revista ULISES ya narramos las difíciles circunstancias que concurrieron en la primera estancia de Timothy Leary en España, concretamente en Torremolinos, entre finales de 1958 y principios de 1959, antes de que su nombre adquiriera resonancia a nivel mundial. Pero, después de aquella azarosa visita, ¿qué motivo trajo a Barcelona al que había estado considerado como el Sumo Sacerdote del ácido lisérgico treinta años después, cuando la experiencia psiquedélica llevaba ya tantos años relegada a las catacumbas?
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