Resumen de Ambient intelligence for smartclassrooms: schools perception of the need to regulate environmental conditions

Jordi Mogas, Cèlia Llurba, Ramón Palau Sagin

• español

  La inteligencia ambiental (AmI) utilizada en las aulas escolares implica la integración e interacción de software, hardware y redes de sensores para empoderar a estudiantes y profesorado a través de un entorno digitalizado sensible alcontexto, adaptativo y responsivo. Una de las aplicaciones de la AmI es monitorear y regular las condiciones ambientales (iluminación, acústica y calidaddel aire). Este trabajo tuvo como objetivo ofrecer una visión integral sobre lanecesidad de regular tales condiciones en las aulas inteligentes mediante eluso de AmI y, especialmente, comprender cómo los equipos directivos de centros escolares aceptarían dicha innovación. Un cuestionario fue respondido por138 directores/as de centros educativos de Cataluña. Los resultados muestraninterés en la temática, pero en la mayoría de los casos falta voluntad para explorar tales nuevas tecnologías para la regulación de las condiciones ambientales en el aula, al menos hasta que la investigación brinde más evidencia delimpacto en estudiantes y docentes, y el retorno de la inversión sea más claro.

• English

  Ambient Intelligence (AmI) used in school classrooms implies the integrationand interaction of software, hardware and sensor networks to empower students and teachers through a digitalised context-aware, sensitive, adaptiveand responsive environment. One of the applications of AmI is to monitor andregulate environmental conditions (lighting, acoustics and air quality). Thiswork aimed at offering a comprehensive view on the need to regulate suchconditions in smart classrooms by using AmI, and specially to understand howschool principals would accept such innovation. A questionnaire was respondedby 138 school principals from Catalonia. Results show interest in the topic, butin most of the cases lack of willingness to explore new technologies to regulate environmental conditions in the classroom, at least until research providesfurther evidence of the impact on students and teachers, and the return of investment is clearer.