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El caballo como protagonista en "Broadway Bill" ("estrictamente confidencial", 1934) y "Riding High" ("lo quiso la suerte", 1950) de Frank Capra. La alianza entre ecologismo personalista y personalismo fílmico

  • Autores: Belén Frigols Garrido, José Alfredo Peris Cancio
  • Localización: La Torre del Virrey: revista de estudios culturales, ISSN 1885-7353, Nº. 32, 2022, págs. 92-119
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      El objetivo de este artículo es mostrar cómo en algunas películas que consideramos forman parte del personalismo fílmico del Hollywood clásico la presencia de animales como caballos y perros es la de auténticos personajes que interactúan con los protagonistas humanos, y que hacen avanzar la trama. Vemos que incluso la intervención de estos animales suscita una mejora moral en sus dueños. Esto se hace patente en la obra de Frank Capra, especialmente en su largometraje Broadway Bill (Estrictamente confidencial, 1934) y su remake Riding High (Lo quiso la suerte, 1951). En ambas películas el caballo de carreras Broadway Bill cobra un creciente protagonismo. Por un lado, su lealtad y la abnegación a la que le lleva, suponen una bocanada moral en el corrupto mundo de las carreras. Por otro, llega a suponer un emblema de los valores por los que merece la pena vivir. Frente a la tentación de una vida segura y sin alicientes, el caballo plantea una vida basada en la alegría, el riesgo, la superación y la aventura, lo que le llevará a su dueño a renovar de modo más auténtico su sentido del matrimonio y la familia. En el siglo XX Jacques Derridá reivindicó que los filósofos no habían concebido a los animales en su individualidad, ni mucho menos se habían dejado mirar por ellos. El personalismo fílmico da un paso más porque recoge un dato positivo que forma parte de la experiencia de muchas personas en su trato con perros, gatos, caballos, etc.: se tienen relaciones de afecto y amistad con ellos. La vida animal en nuestro siglo, como señala Stanley Cavell, demanda de nosotros nuevos modos de acercarnos a la realidad, no sólo como un imperativo ético, sino, sobre todo, como expresión de un modo de vivir más propio de nuestra aspiración a lo mejor. El personalismo fílmico conduce hacia un ecologismo personalista en la que la experiencia de amistad y cuidado hacia los animales debe extenderse a una mentalidad de cuidado de la vida en nuestro planeta, tanto más amenazada como está por nuestro modelo de desarrollo económico.

    • English

      The aim of this article is to show how in some films that we consider to be part of the filmic personalism of classical Hollywood the presence of animals such as horses and dogs is that of authentic characters that interact with the human protagonists, and that move the plot forward. We see that even the intervention of these animals brings about a moral improvement in their owners. This is evident in the work of Frank Capra, especially in his feature filmBroadway Bill (1934) and its remakeRiding High (1951). In both films, the racehorse Broadway Bill becomes increasingly prominent. On the one hand, his loyalty, and the abnegation to which it leads him, suppose amoral breath in the corrupt world of the races. On the other, he becomes an emblem of values worth living for. Faced with the temptation of a safe and uninspiring life, the horseproposes a life based on joy, risk, self-improvement, and adventure, which will lead its owner to renew in a more authentic way his sense of marriage and family. In the twentieth century Jacques Derridá claimed that philosophers had not conceived of animals in their individuality, much less let themselves be looked at by them. Filmic personalism goes a step further because it takes up a positive fact that is part of the experience of many people in their dealings with dogs, cats, horses, etc.: they have relationships of affection and friendship with them. Animal life in our century, as Stanley Cavell points out, demands from us new ways of approaching reality, not only as an ethical imperative, but, above all, as an expression of a way of living that is more in keeping with our aspiration for the best. Filmic personalism leads to a personalist ecologism in which the experience of friendship and care for animals must be extended to a mentality of care for life on our planet, even more threatened as it is by our model of economic development.


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