Madrid, España
Uno de los problemas educativos más importantes en España es el alto índice de acoso yviolencias que se dan en los centros escolares. La escuela reproduce los mandatos yconstrucciones sociales basadas en unos privilegios y opresiones profundamentearraigados. Desde una perspectiva de género, una parte elemental de estas violencias es lacategorización binaria tradicional de las identidades hombre y mujer. Los estudios muestranal colectivo LGBTIQ+ o aquellas personas que no cumplen con la cisheteronormatividadhegemónica, como una de las poblaciones más vulnerables ante estas violencias,especialmente en los centros escolares. Este acoso LGBTIQ+fóbico se caracteriza por tresaspectos diferenciales respecto a otros tipos de acoso escolar: la normalización de lasagresiones, la invisibilización de las víctimas y la ausencia de apoyos con los que cuentanles estudiantes. Dentro de este colectivo, el alumnado trans es uno de los másperjudicados. Los centros educativos no son todavía espacios seguros para les niñes yadolescentes trans, pues siguen sufriendo multitud de situaciones de violencia, exclusión yestigma a lo largo de toda su vida académica. Casi el 60% les menores trans sufrenviolencia en los centros educativos (FELGBT, 2019). Estas se manifiestan de diferentesformas: violencia física, verbal, psicológica, social, simbólica y de género. Lasconsecuencias también son de extrema gravedad, yendo desde las socioeducativas comoel abandono escolar, a las psicológicas como los pensamientos autolíticos o inclusoideación suicida, siendo así este un colectivo con un alto riesgo de vulnerabilidad social yemocional. Por estas razones, es de vital importancia visibilizar las realidades dediscriminación y violencia que sufren les estudiantes trans, y dar una respuesta pedagógicaeficaz con el objetivo de erradicar estas situaciones desde una perspectiva de género.
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