México
La deuda interna y externa y la relación de ambas con el crecimiento económico han sido estudiadas desde diferentes perspectivas para los países de América Latina desde hace mucho tiempo atrás (Marichal, 2014). Actualmente, tanto países desarrollados como periféricos presentan, de manera diferenciada, altos niveles de deuda con crecimiento económico mínimo. Sin embargo, los países desarrollados parecen tener más libertad de acción que los periféricos. Este artículo responde del porqué la deuda tiene efectos distintos en países desarrollados que en los periféricos. Se abordan dos hipótesis. Primeramente, los países periféricos son más propensos a las fluctuaciones de las variables: tasas de interés, tipos de cambio y términos de intercambio. En segundo lugar, los países periféricos se encuentran más subordinados a los designios de las elites nacionales e internacionales e impendidos de realizar políticas fiscales y monetarias expansivas. Teóricamente este artículo se apoya en autores poskeynesianos (Passinetti, 1997; Ingham, 2004; Epstein, 2006; Vernengo, 2016), en Marx (1980) y en autores marxistas (Graeber, 2011; Shaikh, 2016) y utiliza series de tiempo de variables como el porcentaje de la deuda pública con respecto del Producto Interno Bruto (PIB) y las tasas de interés internacionales para dar evidencia empírica en el largo plazo. Se comparan dos grupos de países, los centrales y los periféricos y dentro de estos últimos se enfatiza el caso de México. Finalmente, se concluye que los países periféricos establecieron políticas monetarias muy diferentes a las adoptadas por los países desarrollados y que el dinero en una economía capitalista tiene un papel clave.
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