La piel del horror, el horror en la piel: Poder, violencia y trauma en el cuerpo (post)humano en La piel que habito

• Julián Daniel Gutiérrez Albilla ^[1]
  1. [1] University of Southern California

     University of Southern California

     Estados Unidos

     
• Localización: Journal of Spanish Cultural Studies, ISSN 1463-6204, ISSN-e 1469-9818, Vol. 14, Nº. 1, 2013, págs. 70-85
• Idioma: español
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• Resumen

  • El presente artículo explora cómo La piel que habito refleja y responde a algunas de las vicisitudes y catástrofes que son parte de nuestras experiencias individuales e historia colectiva mediante una reflexión sobre cómo los traumas subjetivos y compartidos se inscriben en la superficie del cuerpo e irrumpen a través de ella. Dicha lectura anima a los espectadores a reflexionar sobre cómo los fragmentos de la memoria y de la historia perduran y se actualizan en el presente. Desde esta perspectiva, podemos asociar el desarrollo científico de la biogenética y la biotecnología con una “herida sintética” que se inflige en el cuerpo humano por parte del poder científico y político, lo cual nos obliga a reconsiderar nuestra existencia corporal humana. Así pues, La piel que habito podría interpretarse como una ansiedad sobre el papel traumático que la biogenética, la cual es inherente al poder soberano, desempeña cada vez más en nuestras vidas. Propongo que el encarcelamiento de Vicente /Vera y la mutilación y manipulación científica de su cuerpo por el doctor Ledgard pueden ser simbólicamente asociados con acontecimientos históricos y experiencias traumáticas más amplios. En este caso, el comportamiento del doctor Ledgard resuena temerosamente con la que denominamos una lógica “concentracionaria” que ha sostenido históricamente las estructuras de los regímenes políticos totalitarios y del terrorismo de Estado. Mi preocupación en este trabajo se centra en una reflexión más amplia sobre la “condición humana” ante una memoria de cómo se intentó erradicar dicha condición humana en el pasado y ante el intento de producir una humanidad precaria por parte del poder político, científico y tecnológico tanto en el pasado como en el presente. A través del análisis de las condiciones materiales y discursivas del cuerpo y de lo corpóreo, propondremos que La piel que habito nos permite pensar hasta qué punto las huellas de esa lógica “concentracionaria” surgen y resurgen como un espectro a través del tiempo y del espacio, convirtiéndose en un prisma a través del cual podemos utilizar la película de Almodóvar como punto de partida para reflexionar sobre el temeroso reconocimiento de la memoria de cómo se intentó producir una humanidad precaria en el pasado, lo cual se repite de manera diferente en nuestra cultura contemporánea.