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Resumen de Determinación de umbrales de definición de ola de calor e impacto sobre la mortalidad en España.

Julio Díaz Jiménez, Rocío Carmona, Isidro Juan Mirón Pérez, Cristina Ortiz, M. Yolanda Luna Rico

  • La ola de calor del año 2003 que se produjo en Europa dejó un exceso de mortalidad de 70.000 personas (Robine et al 2008) de las que más de 6.500 se produjeron en España (Martínez et al 2004). Esta evidencia del efecto que  las temperaturas extremadamente elevadas tienen sobre la salud de la población llevó a las autoridades sanitarias europeas a diseñar y articular Planes de Prevención ante olas de calor con el fin de minimizar los efectos que las altas temperaturas tienen sobre la morbi-mortalidad. Obviamente, es fundamental conocer la temperatura a partir de la cual es necesario activar el Plan. O dicho de otra manera, hay que definir lo que se denomina ola de calor desde el punto de vista de sus efectos en salud y de aquí surge el primer problema puesto que no existe una definición común de ola de calor  (Montero et al, 2013). Algunos autores utilizan una definición estrictamente climatológica, i.e. cuando la temperatura máxima diaria supera el percentil 95 de las series de temperaturas máximas diarias de los meses de verano (Montero et al, 2010), que fue la que se utilizó en primer lugar debido a la falta de estudios sobre el efecto del calor sobre la mortalidad. Investigaciones posteriores indican, no obstante, que intervienen multitud de parámetros como factores socioeconómicos y demográficos que hacen que la mortalidad comience a aumentar a temperaturas que en algunos casos pueden estar por encima o por debajo del percentil 95 (criterios epidemiológicos). En España, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) se ha replanteado la idoneidad del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud (PNAP) que estaba vigente, basado en umbrales con criterios climatológicos, puesto que en algunos casos  no se asociaba con una disminución deseable de la mortalidad (Culqui et al 2014, Linares et al 2015)  y, por otro, se  observaban incrementos de mortalidad asociados al calor sin que el Plan se hubiera activado (Montero et al 2010), lo que lo hacía poco fiable. Además los riesgos relativos (RR) asociados presentaban un comportamiento poco homogéneo (Tobías et al 2012).  Las evidencias anteriormente resaltadas pensamos que justifican la elección de un criterio epidemiológico para la definición de la temperatura de disparo de definición de ola de calor  y, por tanto, es necesario determinar esa temperatura para cada lugar.  Sin duda la temperatura umbral así determinada será consecuencia de las características sociales, económicas y demográficas de una sociedad concreta. De esta manera se tendrá la seguridad que la implementación de planes de prevención basados en la superación de los umbrales así determinados redundarán en una disminución de los impactos de las altas temperaturas sobre la salud de la población.  En este documento se determinarán, para cada una de las capitales de provincia de España, cuáles son estas temperaturas de disparo basadas en series temporales de mortalidad y temperaturas, tanto máximas como mínimas diarias, actualizadas, y cuál es el riesgo relativo y atribuible a los excesos de temperatura. Es de destacar que las temperaturas que aquí se exponen han servido de base  al «Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud» (PNAP) (MSSSI, 2014) vigente en la actualidad.


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