La Carta de Riesgo como herramienta de gestión y mantenimiento de bienes construidos

• Autores: Rubén Rodríguez Elizalde, María Isabel Sardón de Taboada, José María García de Miguel
• Localización: A x A: Una revista de Arte y Arquitectura, ISSN 1989-5461, Nº. 9, 2017
• Idioma: español
• Enlaces
  • Texto completo
• Resumen
  • español

    Las estructuras y las construcciones se deterioran; por muy bien ejecutadas que estén, por muy bien que se hayan calculado y proyectado los elementos, el paso del tiempo y un sinfín de factores, endógenos y sobre todo exógenos, van castigando y malogrando los materiales. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el modelo productivo dentro del campo ingenieril y arquitectónico está cambiando: hemos sufrido, y estamos sufriendo aún, una de las peores crisis económicas de los últimos años y eso ha tenido su repercusión en el sector; frente a la situación que se tenía hace diez o quince años, que se acometieron un sinfín obras de gran envergadura, algunas de las cuales rozaban el disparate por su desproporción, ahora nos encontramos en la necesidad de algo que, desde el punto de vista político, tiende a guardarse en el cajón del olvido: las construcciones han de conservarse y han de mantenerse. Y en eso ha de consistir el cambio en el modelo productivo: no se trata ya tanto de construir elementos nuevos, sino de mantener los que ya se tienen para ir asegurando su funcionabilidad y, al mismo tiempo, haciéndolos cada vez mejores.

    Para determinar sistemas y procedimientos que permitan programar las actuaciones de conservación, nació a mediados de los noventa en Italia la Carta de Riesgo: un sistema aún no suficientemente conocido que, de desarrollarse plenamente, permitiría programar las intervenciones de conservación, sin dar lugar a que los daños se produzcan de forma efectiva, lo que sin duda reportaría grandes beneficios, especialmente a nivel económico.

  • English

    Buildings and structures are constantly aging and deteriorating. In spite of being very well executed, calculated and projected, the passage of time and many other factors, endogenous and especially exogenous, are punishing and failing the constituent materials.

    On the other hand, it must be taken into account that the productive model in the engineering and architectural field is changing. We have suffered and we are suffering still one of the worst economic crises that has been known throughout the History. It has had a terrible impact on the construction industry. Ten years ago, buildings of great proportions were executed, some of them unnecessary. Now, in contrast, we need to focus our efforts on preserving and maintaining the large number of structures have been built.

    That is the change in production model mentioned above: It is not a question of building new elements: it is necessary to maintain the elements already in place to ensure their functionality and, at the same time, to make them better and better. In order to determinate procedures for scheduling conservation works, Risk Map was born in Italy in the mid-1990s. It is a system that is not yet sufficiently well-known that, if fully developed, would allow for the programming of conservation interventions, without causing the damage to occur effectively, which would undoubtedly bring great benefits, especially at an economic level.