El sistema de distribución de agua potable constituye un medio idóneo para el desarrollo de microorganismos. Este crecimiento junto a la excreción de polímeros orgánicos, provoca la formación de biofilms. Su desarrollo en los sistemas de distribución depende de varios factores, destacando entre todos ellos el material de las tuberías. La formación de la biopelícula causa un deterioro en la calidad organoléptica y microbiológica del agua ya que actúa como barrera protectora de las bacterias patógenas que hayan sobrevivido a los procesos de potabilización. Una biopelícula se visualiza mediante técnicas microscópicas, pero en la actualidad se usan técnicas genéticas y de inmunofluorescencia. Para su eliminación se emplea la limpieza y desinfección ; cuando se usa el cloro, es necesario mantener una elevada concentración residual de este compuesto
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