En la actualidad, el incremento del consumo ha provocado un aumento en el volumen y complejidad de los residuos agroindustriales generados, hecho que constituye una problemática a nivel mundial debido a su impacto negativo sobre el medioambiente. La digestión anaerobia (DA) aplicada a residuos permite el aprovechamiento de la energía almacenada en ellos, y reduce el volumen final a ser desechado. Se trata de un proceso biológico en ausencia de oxígeno que transforma la materia orgánica en biogás, de interés como biocombustible. Por tanto, esta tecnología aúna esfuerzos para una gestión energética y de residuos racional. Según el proyecto PROBIOGÁS, el potencial accesible de residuos agroindustriales en España supera las 4.300 ktep [1], y según los datos publicados en el Anuario de Estadística, el consumo de energía primaria en 2012 alcanzó las 128.908,55 ktep [2], por lo que el biogás podría contribuir a cubrir más del 3,3% de la energía primaria. Además de la problemática de
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