La noción islámica del yihad entendida en términos de guerra implicaba, según la mayor parte de los juristas musulmanes, la obligación de ofrecer un acuerdo de rendición antes de realizar una ofensiva armada en un territorio. Dicha rendición podía implicar la conversión al islam, o simplemente la sumisión a la autoridad islámica mediante pactos de capitulación. Esta última forma de proceder se llevó a cabo de forma paralela a la conquista mediante las armas durante la expansión del islam, y las evidencias arqueológicas y documentales indican que ambas formas también se combinaron en la toma de Hispania por los musulmanes.
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