Pasan el tiempo y los libros, y el niño malo va madurando y ganando en reflexión, aunque quizá le pese. Pero no pierde la chispa. Ha escrito una novela en primera persona, un personaje femenino, y cuenta que estaba "encantado de ser mujer seis horas al día", una protagonista que se enamora "en medio de un conflictazo. Me encantaría que me pasara con Obama", dice.
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