Rusia sigue siendo una gran potencia a pesar de la pérdida de territorios y la transición política y económica sufrida desde 1989. Desde entonces, ha ejercido sus responsabilidades en asunto globales. También, al igual que otras grandes potencias, ha violado el Derecho internacional cuando sus intereses estratégicos lo exigían o han sido desatendidos por otros Estados. La pésima gestión de la crisis de Ucrania por parte de la UE ha originado la mayor crisis en Europa desde la caída del Muro. La actuación rusa en Ucrania no es conforme al Derecho internacional, como tampoco lo fue la invasión de Yugoslavia y de Irak y financiar y armar a los rebeldes en Siria. Los miembros de la UE del antiguo espacio soviético han influido en una malsana política de resentimiento y hostigamiento hacia Rusia.
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