La conservación del patrimonio histórico arquitectónico requiere una investigación especializada, que debe basarse en técnicas analíticas modernas y resolutivas.
En este sentido las intervenciones sobre los monumentos han evolucionado desde las artes plásticas y los oficios hacia un conocimiento científico, a la vez amplio y especializado, de tal forma que los tratamientos y técnicas sólo pueden comprenderse como actuaciones integradas que requieren equipos multidisciplinares.
Por tanto cualquier intervención sobre un objeto histórico debe seguir el desarrollo común a toda metodología científica, sólo en estas condiciones, el trabajo realizado preserva la integridad física del objeto y hace accesible su significado
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