Los emojis han irrumpido con fuerza en nuestras comunicacionesdiarias. Mediante estos pictogramas, expresamos nuestras emociones,completamos el contenido de los mensajes, matizamos nuestraspalabras y, en ocasiones, nos servimos de ellos para sustituir porcompleto el texto.Poco han tardado en pasar de los teclados de nuestros dispositivos a losórganos jurisdiccionales. Y es que, desde no hace mucho, las sentenciasde nuestros tribunales ya tienen en cuenta los emojis para resolverprocesos tanto civiles como penales.Así las cosas, el presente trabajo tiene como objetivo analizar qué papelestán desempeñando los emojis como prueba, qué problemas y dudasse están planteando en la práctica y a qué desafíos nos hemos deenfrentar en el futuro.
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