La talla policromada Nuestra Señora de los Dolores perteneciente a la cofradía de la Santa Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción, su Madre, fue restaurada en el año 2000. En el curso de estos trabajos, los restauradores encargados de la intervención, plantean la conveniencia de eliminar definitivamente las espadas que adornan la imagen, argumentando que su mantenimiento supone, y ya había supuesto, un grave daño para la conservación de la talla. La necesidad de adoptar un criterio que dilucide el “conflicto” entre la conservación material de la imagen y la conservación de las espadas-cuchillos, es el que determina el siguiente estudio. En él discuto la conveniencia de la eliminación de las espadas de la Dolorosa considerando el cambio histórico, iconográfico y devocional que ello supondría, a la vez que justifico, como directora de la obra, el mantenimiento de estos elementos metálicos pese a los daños materiales que ello ocasiona.
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